Pierolapithecus
catalaunicus, el ancestro común
Es el primer peldaño conocido de la evolución hacia el orangután,
el gorila, el chimpancé y el hombre.
Por Luis Alfonso Gámez / IDEAL - fotos IDEAL/agencias // WASTE
MAGAZINE
«Es más fácil que te toque el Gordo que dar con esto»
«Fue el 5 de diciembre de 2002. No se me olvidará nunca», dice
Salvador Moyà-Solà. Una excavadora abría una zanja cerca de Els
Hostalets de Pierola, en un lugar donde se construía un vertedero
de basura controlado, cuando desenterró un diente. Miembros del
equipo de Moyà-Solà que vigilaban los movimientos de tierras, por
si salía a relucir algún resto paleontológico importante, se
dieron de inmediato cuenta de la posible trascendencia del fósil.
El diente era un canino que no parecía de un carnívoro. Rascaron
un poco en el terreno y apareció una cara. Moyà-Solà no estaba
allí. «Me llamaron por teléfono y fui a todo correr. Abrieron
delante de mí un paquete y me encontré con la cara de un primate.
Ahí empezó todo». Los restos correspondían a '
Pierolapithecus
catalaunicus', un animal que ya se ha ganado un lugar
destacado en el árbol familiar de los primates.
Los paleontólogos abrieron entonces una excavación en el
yacimiento bautizado como Barranc de Can Vila 1. De allí han
sacado un completísimo esqueleto de un simio de hace 14 millones
de años: cráneo, dientes, vértebras, costillas, dedos de pies y
manos... «Es más fácil que te toque el Gordo que encontrar esto»,
asegura Moyà-Solà. Aunque los trabajos ya han terminado, los
investigadores del Instituto de Paleontología Miguel
Crusafont tienen depositadas grandes esperanzas en el potencial
del lugar.

«Es una zona tan extraordinariamente rica que estamos convencidos
de que van a salir más restos en no mucho tiempo». Los científicos
quieren poner en marcha un proyecto de investigación que permita
recuperar más fósiles en lo que el responsable del proyecto
considera «un edén para los paleontólogos».
Vivió hace 13 millones de años en un entorno de
selva subtropical
Presenta las características que luego se dan en
los grandes simios «Es el primer paso que conduce a la
aparición de la bipedestación en el ser humano»
Las manos cortas le impedían colgarse de los árboles como
el chimpancé
Mediría 1,20 metros y pesaría 35 kilos
Una nueva especie de simio desenterrada en Cataluña se presentaba
en la revista 'Science' como un antepasado común del orangután, el
gorila, el chimpancé y el hombre. 'Pierolapithecus catalaunicus'
vivió hace 13 millones de años en un ecosistema selvático
subtropical y tiene un tórax ancho y aplanado, los omoplatos en la
espalda y no en los costados como los monos, los perros y otros
animales, la parte final de la columna vertebral corta y rígida,
y una cara corta, entre otras características exclusivas de los
grandes simios, incluido el ser humano. Su nombre hace referencia
a la localidad barcelonesa cerca de la cual se encontraron los
restos, Els Hostalets de Pierola, y a Cataluña. «Este hallazgo
permite anclar en el tiempo y documentar un momento
fundamental en la evolución de los grandes antropomorfos», ha
explicado a este periódico Salvador Moyà-Solà, director del equipo
del Instituto de Paleontología Miguel Crusafont, de Barcelona, que
descubrió el fósil.
Se sabe desde hace tiempo, por las diferencias entre los genomas
de los grandes simios y los gibones o simios menores, que los
primeros tomaron un camino separado en la evolución hace entre 11
y 16 millones de años. Sin embargo, hasta ahora no se habían
encontrado fósiles de esa época con rasgos característicos de los
grandes antropomorfos. «Son más primitivos»

Trepar, pero no colgarse
'
Pierolapithecus', o un pariente muy cercano, podría ser el
último antepasado común del orangután, el gorila, el chimpancé y
el hombre, adelantan los investigadores en el artículo de
'Science'. El simio, del que se han hallado 83 huesos o fragmentos
incluida la cara, tiene «un nuevo tipo de esqueleto» que le
facilitaría erguirse, trepar a los árboles y moverse por ellos de
un modo distinto al resto de los primates de entonces. «Es el
primer paso que conduce a la aparición de la bipedestación en el
ser humano», indica Moyà-Solà.
El ejemplar recuperado en la provincia de Barcelona es
posiblemente un macho, mediría 1,20 metros de alto y pesaría unos
35 kilos. Y vivía en la selva subtropical, ecosistema que en el
Mioceno Medio se daba en la costa levantina no en el interior de
la Península Ibérica y que en la actualidad existe en Sumatra
(Asia), uno de los últimos refugios de los orangutanes.
Tenía, según los paleontólogos españoles, el tórax ancho y
aplanado, característica que distingue a los grandes simios vivos
de animales como el mono, el perro, el gato y el caballo, que lo
tienen de la forma idónea para moverse a cuatro patas.
«Es la parte anatómica más importante de este fósil, porque es la
primera vez que se ha encontrado un tórax similar al de los
simios antropomorfos en la historia de los fósiles», explica
Moyà-Solà.
Dieta de frutas
Sus omoplatos están en la espalda y no a los lados del cuerpo
como en las especies citadas, el caballete de la nariz no
interfiere con el plano de la visión como en los monos y sólo
uno de los huesos del antebrazo, el radio, se une flexiblemente
con la muñeca. «Esto le da una mayor capacidad de rotación y
movilidad a la mano, algo muy importante para la vida arborícola».
El descubrimiento pone en duda la aparición simultánea en la
evolución de las capacidades de trepar a los árboles y de colgarse
de ellos.
El ser humano ha perdido esta última habilidad y, según el equipo
liderado por Moyà-Solà, también 'Pierolapithecus' carecía de ella.
«Sus manos son cortas, no como las del orangután y el chimpancé,
cuyos dedos son largos. Eso les permite suspenderse de las ramas».
La dieta de nuestro nuevo antepasado sería principalmente
frugívora, aunque al igual que los chimpancés no haría ascos a
la carne si se presentaba la oportunidad.
Su hábitat, una selva densa y húmeda parecida a las de Sumatra y
Borneo, sujeta a un clima sin estaciones, pero con una época de
lluvias.
«La fauna de la que hemos encontrado muchos restos sería
variadísima: habría elefantes y rinocerontes primitivos, pequeños
ciervos, tortugas que cabrían en una mano y otras de hasta medio
metro de altura...».
Origen africano
A pesar de haberse encontrado únicamente en la costa mediterránea,
Moyà-Solà cree que tiene que haber restos de esta especie en el
continente negro. «África es la fábrica de los primates.
En el registro de fósiles del Mioceno Inferior y Medio en África,
hemos encontrado una diversidad fabulosa de hominoides primitivos
con constituciones corporales similares a la del mono.
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