Flor de Granado. "...se
diría manos de hermosas mujeres como estatuas
teñidas con hené, o dedos de palomas gris ceniza,
o cajas que se han abierto para dejar ver túnicas
centelleantes en su centro".
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Jazmín. "El cenador de
jazmín es un cielo; sobre él hay pequeños escudos blancos
plateados y pequeñas lanzas..
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"La rosa muestra túnicas rojas, cuyo manto esta calado"
Granos rojos
El granado es el símbolo de un reino y una de las especies que
desde Siria se han convertido en plenamente ibéricas. Al-Rusafa
tenía uno plantado en Málaga que le regaló desde Siria la
hermana de Abderramán, y se dice que de ese ejemplar se
plantaron huertos enteros en toda Andalucía. El poeta Ibn Sad
al-Jayr dice de una granada madura «abre la boca como un león
para dejar ver los dientes tintos en sangre».
Un manto púrpura
La rosa es otra de las flores que procede de Oriente, al menos
en sus variedades ornamentales y cultivadas, ya que existen
diversas especies de la familia de las rosáceas que forman parte
de la flora silvestre de la península Ibérica. Para los
habitantes de al-Andalus, las rosas eran la esencia de sus
jardines donde predominaba el púrpura y el blanco. En el siglo X
trajeron el arte de destilar los pétalos de rosa, y utilizaban
el mes de abril para la fabricación de perfumen, extraer aceites
y hacer conservas de rosas. La literatura andalusí describe la
rosa como una flor que «muestra túnicas rojas, cuyo manto está
calado».
Sensualidad
Es un símbolo de sensualidad y noches de verano. Los jazmines
pueblan cada jardín de Andalucía desde que los árabes los
recuperaron de territorios de la antigua Roma y los pusieron en
valor. Es una planta que los poetas andalusíes califican de una
forma muy delicada y especial cuando describen un cenador
cubierto por una planta de jazmín: «Es un cielo sobre él que hay
pequeños escudos blancos plateados y pequeñas lanzas… Son
estrellas de plata».
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Es una de las mas amadas, y a pesar de la dificultad a la hora de expresar los colores, Las violetas se cultivaban por centenares en los jardines de Granada. Con la especie Viola odorata se vuelcan los poetas andalusíes, que las describen como «alas de mariposa teñidas con moras de jardín»
También con connotaciones sensuales, las violetas se llevaban la palma. Es una especie que existía ya en los bosques y zonas umbrías de campos y caminos, pero fueron los jardineros árabes quienes las convirtieron en flores para el amor. En algunos textos los poetas les encuentran parecido con «las huellas de un mordisco en la mejilla o en el seno de la 'bienanada'». + info, ficha y fotos
"Los narcisos son ramas de esmeralda que producen hojas de
plata y para los que el oro acendrado es flor"
"El amante y la amante se reúnen en su color blanco y
amarillo; lleno de compasion para los enamorados, se apresura
a florecer en medio de las flores".
La flor más poética, la que los escritores andalusíes asimilaban
con los enamorados es el narciso, Narcissus
tazetta. Los ramilletes de narcisos son las primeras
flores que aparecen tras el invierno, incluso durante esa
estación si no ha sido muy fría. La unión de varios colores en
un único ramillete, como ocurre con algunas especies de
narcisos, inspira sensaciones a los escritores, al menos a los
de la Andalucía de hace siglos: «El amante y la amante se reúnen
en su color blanco y amarillo». +
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Amapola "Cuando las
amapolas florecen en el jardin se diria que son
cabellos de jovencitas que brillan en velos".
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Hiedra. "Se diria que sus
hojas, en su hermoso verdor, estan hechas de
esmeraldas, las más hermosas y brillantes".
(Ibn al Jarraz).
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"Son ojos de oro puro e párpados de perlas en una rama de esmeralda verde".
Copas blancas. Las azucenas son «son ojos de oro puro y párpados de perlas en una rama de esmeralda verde». La blancura de las campanitas de azucena, Lilium candidum, llamaron la atención de los jardineros árabes y cuidaron la especie que ha llegado hasta la actualidad como una de las flores más preciadas en la ornamentación de jardines, pero también de hogares y eventos. La azucena tiene su paralelismo con la especie del litoral, Pancratium maritimum, llamada azucena marítima, que crece en playas de dunas de Andalucía Oriental, en Motril, Adra y el Ejido.
"Son botellas de cristal, se diría una copa de perla, en cuyo centro se hubiera fijado artísticamente un engaste de jade".
En Al-andalus se denominaba nilufar abyad, y se usaba en albercas como planta ornamental
Los poetas destacan el color y el perfume.
"La nube ha revestido al mirto de galas verdosas que tienen
botones de almizcle y de alcanfor"...
"Su fragancia, al difundirse serena y alegra el animo, lo que
puede hacer creer que ha sido cortada en el Paraíso".
Es una de las especies que siempre se asimilan a la cultura
árabe andalusí. También es una especie silvestre naturalizada
por los árabes, que hicieron de ella uno de los símbolos de sus
jardines. En la actualidad, los setos de gran parte de la ciudad
de Granada están formados por arrayanes, como los que se
encuentran en los exteriores de la Alhambra, y los que rodean el
estanque que lleva el nombre de la planta. Los textos de los
poetas de al-Andalus reflejan el gusto por esta especie de flor
blanca: «La nube ha revestido al mirto de galas verdosas que
tienen botones de almizcle y de alcanfor». «Su fragancia, al
difundirse serena y alegra el ánimo, lo que puede hacer creer
que ha sido cortada en el Paraíso».
Vicia faba (Haba)
"Se diria un lunar en la mejilla de una mujer blanca de piel
fina"
Puede considerarse como una de las flores más humildes,
pero compite en belleza con la mayoría de las especies
ornamentales más apreciadas, es la flor del haba (Vicia faba),
una planta originaria de Asia y que fue traída a Andalucía por
los árabes y convertida en especie agrícola y ornamental. La
flor del haba es blanca marcada con tonos azulados y líneas
moradas. Los escritores andalusíes no la dejaron pasar. “Se
diría un lunar en la mejilla de una mujer blanca de piel
fina».
Margarita
Fundamentalmente los poetas se fijan en el contraste de
colores entre el blanco y amarillo.
"Lingotes de oro en cajas de ungüentos de plata"
o "perlas colocadas alrededor de jacintos amarillos".
Alhelí
"El retiene su aliento durante el día y lo esparce por
la noche"
Sobre sus colores se contaba entre poetas y botánicos una curiosa pugna en la que el lirio azul,
«ha desechado con repugnancia el traje blanco, color de su hermano, para vestirse con un manto azul cuyo destello parece tomado de la bóveda celeste. Si el pavo real se lo pusiera, sería felicitado como un rey por las otras aves».