En invierno y en el interior de los bosques, en cuevas,
madrigueras, troncos de árboles, dormitan decenas de especies
animales que esperan tiempos más cálidos. Antes, en el otoño han
hecho acopio de alimento. Despertarán para comenzar un nuevo ciclo
que irá desde el nacimiento a la muerte. Es la esencia de la vida en
la naturaleza.
La humanidad divide el año en periodos cortos, en doce meses que,
para la biodiversidad que nos rodea, son estaciones, cuatro periodos
de tiempo en los que ya tienen marcada la agenda, un calendario
elaborado por los condicionantes que les rodean, y que ellos, desde
las plantas y vertebrados que supuestamente dominan la tierra, hasta
el más insignificante de los invertebrados, saben aprovechar y que
cumplen a la perfección.
En el invierno, mientras la mayoría de las especies vegetales
esperan, crecen los crocus, florecen las mimbreras, y la setas, el
reino Funji, se adueña de los bosques. Han llegado las aves que
huyen de los fríos del norte de Europa. Los frutos están rojos para
la Navidad. Y desde abril las cosas cambian, los insectos comienzan
a poblar los campos, las aves inician sus cánticos en busca de
pareja, la primavera está a punto y pocas semanas después la
eclosión es evidente, las flores tapizan los campos, los polluelos
comienzan a aparecer sobre los árboles y lagunas, las mariposas han
salido de sus crisálidas, las ranas croan en las charcas, porque ha
llegado el verano y las cópulas se suceden, algunos buscan sus
segundas camadas. Las aves invernantes se han marchado a sus
cuarteles de verano, en el norte de Europa, y otras han
llegado desde África donde hace demasiado calor.
Con el otoño los bosques pierden las hojas y con ellas la protección
que ofrecen a muchas especies, pero los polluelos y cachorros
ya son juveniles, la mayoría de ellos se valen por sí mismos. Las
lagunas se llenan con las aves invernantes, los primeros turistas
para el invierno.
El monográfico de Waste Magazine, CALENDARIO NATURAL,
tiene una publicación física que puedes conseguir en Amazon,
tanto en papel como en formato electrónico
Romeros, iris y aulagas florecen en las sierras, mientras un
‘ejército’ de aves mantiene sus posiciones en bosques, riberas y
humedales.
La vida no se paraliza en el primer mes de año, el frío y la
oscuridad de los días más cortos no impide la floración de algunas
plantas y que especies animales inicien sus primeros contactos
amorosos....
Sauces y almendros desafían al frío, mientras los gatos
monteses buscan pareja y las garcetas esperan en los puertos...
El ciclo biológico empuja a muchas especies a iniciar un nuevo
periodo y a aprovechar los pocos rayos de sol.
La actividad se ha iniciado en madrigueras, matorrales, arroyos,
e incluso bajo tierra., todo cambia al terminar la
invernada...Vienen y van, la migración prenupcial comienza, los
signos de la naturaleza anuncian un nuevo ciclo que todos tienen
que aprovechar y se aprecia en campos y lagunas...
Cortejos, nacimientos y búsqueda de alimento convierten
bosques y campos en territorios donde oír los mil y un sonidos
de la Primavera. Animales y plantas dejan sus cuarteles de
invierno y aprovechan la bonanza climática para reproducirse y
criar a sus retoños en campos, bosques y humedales, que se
visten de luz y color.
Es el tiempo para la recuperación de las especies, cuando la
naturaleza abre el mercado de la supervivencia
Hay que aprovechar la bonanza del clima, el crecimiento de la
biomasa, la eclosión de los insectos y la vuelta de quienes
huyeron del frío.
Fauna y flora recargan sus reservas y aprovechan la energía
del sol que marca los biorritmos de la naturaleza
Las flores ofrecen néctar a sus polinizadores, verdean las altas
cumbres, crecen las hierbas mágicas de San Juan, y en el
crepúsculo, hay más tiempo para cazar.
El verano se adueña de campos y bosques, el calor avanza en el
sur mientras el deshielo deja paso al esplendor de la alta montaña
El estío es intimista, tiempo de cópulas para insectos y aves;
época de metamorfosis, de juveniles que ayer eran cachorros. Ahora
la vida se ralentiza en el llano y florece en la sierra
En pleno ecuador del estío las aguas someras del
litoral granadino ofrecen paisajes desconocidos
El rigor del clima cambia usos y actitudes. La naturaleza
explosiona con el amanecer, duerme en el cenit del sol y despierta
con el crepúsculo, mientras el hombre busca el frescor del mar...
y la montaña
La naturaleza prevé el cambio de ciclo, la fauna va y viene a sus
territorios de invernada, las plantas exponen sus frutos y todos
esperan tiempos fríos
La migración postnupcial ha comenzado, el cielo se llena de
‘trenes’ de aves que recorren vías invisibles, mientras que en
tierra, los animales jóvenes ya son adultos
Es tiempo de inestabilidad, de temporales, y de cambio en la
imagen y los biorritmos de espacios naturales y sus pobladores
El viento ruge y hace crecer las olas que rompen sobre los
acantilados, es una de las consecuencias de la última bioestación,
la que recoge el testigo de iniciar un nuevo ciclo.
Es tiempo de brumas en las cumbres y el mar, mientras el misterio
se adueña de los bosques umbríos donde crecen los musgos, hongosy
seres invisibles.
El aire denso del otoño, aún caliente en el sur, creanubes de
superficie que dibujan la profundidad de los valles, en días
cortos en los que fauna y flora aún aprovechan los ya tímidosrayos
de sol
La vida se oculta entre el claroscuro del último mes del
año, cuando el cielo torna del rojo al gris y muchos duermen y
esperan... bajo el frío
La umbría se apodera de los bosques, el viento camina entre los
campos, la nieve cubre montañas y las ramas desnudas modelan
un paisaje que anuncia la llegada del invierno.