Paisajes, hábitats, ecosistemas de la media y alta montaña bética,
de Sierra Nevada, el techo de la península Ibérica. Paisajes
nevadenses.
Reportajes, biodiversidad, rutas, fauna y flora, impresiones,
paisajes... espacios para conocer la esencia de la cordillera alpina
más meridional del hemisferio norte.
Coronar el Veleta es viajar al corazón de Sierra Nevada y entender
el pulso de una montaña viva
Es el segundo pico más alto de la sierra y el que marca la imagen
más conocida del macizo nevadense. Su cima es el gran mirador del
parque nacional y natural Ir a la página >>
Corona la máxima altitud de la península Ibérica, un universo que narra la historia geológica y la biodiversidad de Sierra Nevada. Ir a la página >>
La vereda abierta para extraer las joyas mineras de Sierra Nevada
es aún el acceso al nacimiento del Genil y la cara norte de los
‘colosos’
Es la ruta tradicional a la alta montaña, conecta los profundos
barrancos por los que discurre el agua del deshielo y es el camino
obligado en la ‘integral’ nevadense. Ir a página >>
Colgado sobre las pizarras que encauzan el Genil, un castaño
centenario da la bienvenida a quienes caminan hacia las altas
cumbres a través de la vereda de la Estrella.
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Conduce el deshielo de los borreguiles del Veleta hasta el cauce
del ‘gran Genil’. Crea cascadas, llena turberas en las cumbres y
llega poderoso al inicio de la Estrella... (+ Ir a página).
Desde el mirador de la Loma de Papeles, los grandes picos de
Sierra Nevada componen una imagen 'imposible' a solo 200 kilómetros
de África. Son visibles desde los cuatro puntos cardinales pero la
plenitud de sus cumbres solo es apreciable desde un lugar exclusivo
y privilegiado.
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Desde los borreguiles donde nace el río San Juan hacia los tajos de
la Mora, el agua camina entre pastizales y pedregales
Dibuja una línea verde que desciende desde las inmediaciones del
Veleta hacia el valle de Güéjar, un recorrido por el corazón
nevadense del agua
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Sierra Nevada esconde nacimientos y borreguiles que son el germen
de manantiales, fuentes, arroyos y grandes ríos
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Desde su nacimiento, en la cota de los 3.000 a la vega de Granada,
fluye por espacios de cortados, cañones, laderas y desfiladeros.
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Concentran el agua del deshielo de Sierra Nevada para dar vida al río y los pastos altos de Dílar.
Baja paralela al cauce del río Dílar, por su ribera izquierda Desde hace más de cinco siglos se le llama la Acequia Alta.
El río Monachil discurre bajo el desfiladero de Los Cahorros, un
espacio muy frecuentado por montañeros, una de las excursiones más
clásicas de la baja montaña de Sierra Nevada.
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Un sendero recorre la ribera del río para acceder a los puentes y
cerradas de los tajos dolomíticos más frecuentados de Sierra Nevada
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Es el gran distribuidor de las rutas que desde la ciudad se
internan en la media montaña. A los pies del cerro de Huenes, en el
camino hacia el Trevenque, el más clásico de los puntos de encuentro
de montañeros continúa su secular labor de abrir la puerta de la
sierra
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Crea un eje ecológico de aguas doradas que rompen la aridez de los arenales y barrancos de la ladera oeste de Sierra Nevada.
Subir al cerro de Huenes, la Pescá, la Espartera o el mirador del Trevenque, rutas habituales en tiempos de invierno y en la Navidad.
Tierras áridas de arenas blancas que albergan joyas vegetales
únicas en el mundo. Ejercen de espacio fronterizo entre el valle y
la montaña y guardan tesoros que asombraron a los botánicos del XIX
que descubrieron al mundo la riqueza de Sierra Nevada
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Entre el Hervidero y los arenales de la Boca de la Pescá, Haza Larguilla es uno de los trazados adaptados a persona de movilidad reducida.
La Espartera recorre un territorio poblado de joyas botánicas únicas en el mundo y es paso obligado de fauna y senderistas.
Desde el Hervidero al corazón de los arenales dolomíticos, el
paraíso botánico de la cara oeste
El viejo camino de las minas conduce hacia el Mirador del Trevenque,
baja a las arenas y asciende a la cumbre.
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Acorralados por el empuje de las canteras, los ‘arenales’ y accesos
al Trevenque ocultan joyas buscadas por científicos de todo el
mundo.
Endemismos en peligro de extinción que fueron descubiertos por
estudiosos del siglo XIX
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El viento y la nieve modelan un paisaje que se torna alpino, se
acaban los bosques y entre arenales blancos surgen prados,
tajos y pedregales, A dos mil metros de altitud, sobre el collado de
las Víboras y el cerro de las Grajas, los cortados del Dornajo miran
hacia el oeste para contemplar el valle de Granada
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Desde el mirador del monte ‘Ahí de Cara’, se contemplan los
valles y colinas que se funden con Granada. El mirador del valle
del Genil.
Es la antesala de la alta montaña, el viejo paso de neveros y
pastores
Un pequeño altiplano donde se inician las últimas dehesas.
Joyas botánicas y minerales perviven entre sus aristas. Los tajos del Chaparral protegen ecosistemas donde crecen los escasos cerezos de Mahoma.
El barranco de San Jerónimo alberga ecosistemas puente con la alta montaña, riberas, robledales y es reducto de los últimos felinos salvajes.
Un recorrido para conocer los antiguos accesos a Sierra Nevada y el cruce de caminos de la media montaña.
Senderos y veredas permiten rememorar la diaria gesta de ir a por
hielo a los ventisqueros de la sierra, la ancestral
conexión entre la ciudad y las cumbres.
La cúpula roja del albergue de San Francisco es el testimonio de la
primera estación de esquí y montaña de Sierra Nevada. Conocer el
paraje de Campos de Otero es una inmersión en la historia del
montañismo y un territorio que concentra diversos ecosistemas
nevadenses
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Desde los Peñones, Sierra Nevada muestra su singular imagen,
esculpida por las cuatro últimas glaciaciones. Los picachos que
afloran desde el collado del Diablo hasta el Mojón del Trigo miran a
las altas cumbres y señalan el acceso a los grandes valles
nevadenses.
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Laderas y barrancos del Camarate albergan las arboledas
mediterráneas mejor conservadas de Andalucía.
Arces, robles y cerezos tiñen de amarillos y rojos las estribaciones
norte de Sierra Nevada que se convierten en territorios de leyendas
y magia.
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Pasear por el castañar es disfrutar de un universo poblado de
biodiversidad... y magia .
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En el castañar de Jérez del Marquesado un manantial vierte sus
aguas en un efímero chortal.
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Árboles centenarios que sirven de preludio para las sendas que
desde la cara nororiental de Sierra Nevada acceden a las altas
cumbres
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El río Aguas Blancas alimenta ecosistemas protegidos y aplaca la
sed de la ciudad. Entre La Peza y Quéntar, un humilde cauce
protagoniza uno de los espacios fluviales con mayor biodiversidad
del entorno de Granada.
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Desde su nacimiento hasta el embalse de Quéntar posee parajes donde permanece inalterado, con manantiales y aréas recreativas casi desconocidas. Ir a página >>
Hay 26 fuentes públicas en las calles de los tres pueblos que se
alzan en la ladera del barranco de Poqueira. Por sus caños,
destinados tradicionalmente a paliar la sed de hombres y animales,
aún surge agua que procede de las corrientes subterráneas, de los
acuíferos que reciben el fruto del deshielo de Sierra Nevada
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La falla de Nigüelas forma una franja que delimita las montañas
nevadenses y las separa de la depresión de Padul
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Discurre hacia Nigüelas ‘colgada’ de los tajos calizos que
encauzan el río Torrente. Una ruta sencilla cargada de emoción.
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La naturaleza se desborda en Laujar de Andarax, capital de la
Alpujarra almeriense, donde las aguas de Sierra Nevada crean un
vergel que sirvió de refugio a Boabdil tras rendir el Reino de
Granada. Nacimiento del río Andarax
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En las máximas cotas de la Alpujarra almeriense, el paisaje está
dominado por el agua, las pizarras y los bosques caducifolios,
castañares y robledables, que ascienden hasta el límite del árbol,
junto a acequias y arroyos de aguas cobrizas, preludio de las altas
cumbres
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En las laderas que desde la Ragua caen hacia el este un escondido
paraje se viste de verano con el morado de los letales
acónitos.
Disfruta del placer de caminar entre pizarras y cauces de arroyos de
aguas de hierro en las estribaciones orientales de Sierra Nevada
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Conoce la singularidad de Sierra Nevada y su entorno, un territorio con el mayor número de endemismos de Europa, parajes y paisajes glaciares, la alta montaña más meridional de Europa. La cumbre de la península Ibérica.
Un espacio húmedo para supervivencia de avifauna y ruta de migraciones. El conjunto de lagunas y turberas ocupa una extensión de 327,398 hectáreas. Es la única zona húmeda de origen endorreico existente en la provincia de Granada y la mayor turbera de Europa meridional. Ir a página >>