El entorno de la Alhambra se ha configurado, durante siglos, en
base a la presencia y el influjo de la fortaleza palatina que fue
sede de la dinastía nazarí. Paisajes, naturaleza, espacios
históricos, parajes entre colinas, barrancos y sendas escondidas,
guardan el tesoro de la historia y el paso del tiempo.
Una mirada al entorno de la colina roja, para descubrir la belleza
que emana de lo más profundo de un territorio único.
Rutas, miradores, senderos, acequias y misterios. Un viaje alrededor
de la Alhambra, a extramuros del palacio que Muhammad ibn-Nasr,
primer sultán de la Casa de Nasri, ubicó sobre la colina de la
Sabika, bajo la protección de Sierra Nevada, la gran montaña del
sol que llamaron Sulayr.
El monográfico de Waste Magazine, ALREDEDOR DE LA ALHAMBRA, es
una mirada a la esencia de un territorio, sus ecosistemas y la
huella de la historia.
La Alhambra no es sólo la culminación del arte que la presencia
musulmana dejó en Al-andalus, es además, y ha sido a través de los
siglos, una isla ecológica donde monumento y vegetación alcanzan un
equilibrio en perfecta sincronía.
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Las torres de Santa María de la Alhambra visten de blanco bajo la
mirada de los espíritus que habitan Dar al Arusa .
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Un viejo acueducto lleva aguas del río Darro hasta las antiguas
ramblas del Arenal, hoy el centro de Granada.
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En las noches de invierno, quienes pasan bajo la torre escuchan
el tañido del laúd de Zorahaida que añora a sus hermanas y al
amor.
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Oculta en el bosque de la Alhambra, el arco de la rambla cobra
vida en un paisaje de agua y hojas de invierno
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Los patios nazaríes son una parte esencial de la tipología arquitectónica árabe de los siglos XIII al XV. Sus diseñadores y constructores quisieron conjugar la unidad entre las construcciones y la naturaleza. . Ir a página >>
Recorrer los jardines del Generalife es adentrarse en la historia, en las diferentes civilizaciones y épocas que han modificado estos espacios desde que los reyes nazaríes hicieron de ellos su residencia de verano . Ir a página >>
El entorno de la Alhambra, el cerro del Sol alberga numerosos
senderos y posibilidades de conocer el paisaje y su historia. Más
allá de la Alhambra, la naturaleza muestra su simbiosis con la
historia en la Dehesa del Generalife. Es el único espacio
natural protegido con bosques, ríos, barrancos, miradores y senderos
en el interior de la ciudad.
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El cerro del Sol es la atalaya donde contemplar como la luz del
crepúsculo se resiste a abandonar Sierra Nevada.
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Un paseo junto a la ribera del río Darro para conocer el
recorrido de los aguadores que surtían de agua a la ciudad.
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La magia recorre ancestrales senderos que discurren ocultos entre
las colinas de Granada. La Alhambra se alza sobre el valle
del Darro.
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La restauración de la Puerta de las Granadas en la cuesta de
Gomérez, el acceso desde el centro de la ciudad al bosque de la
Alhambra.
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Construido hace más de un milenio, es el centro neurálgico de la
Dehesa del Generalife
Sus canalizaciones recorrían las laderas del Cerro del Sol
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Desde la colina de la Alhambra recuerda la visión de los reyes
nazaríes sobre la Vega y hoy es lugar de citas de amor ...
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Las tierras rojas entre el Darro y el Genil, muestran las marcas
trazadas por los mineros que extrajeron el oro para Roma y forjaron
coronas para reinas y poetas.
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Es posible disfrutar de la contemplación de la Alhambra y la ciudad
desde el mejor enclave de la colina de la Sabika
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La Acequia del Sultán mantiene su ancestral tarea de conducir el
fruto del río Darro hasta las huertas, jardines y palacios nazaríes
Tres líneas dibujan los caminos del agua en la cara norte del Cerro
del Sol. Son conducciones hidráulicas que desde hace siete siglos
condicionan el paisaje y el ecosistema de las laderas de la colina
roja.
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El monumento nazarí es refugio y hábitat de numerosas especies de vertebrados que encuentran en la colina un lugar donde vivir, refugiarse en tiempos de temperaturas extremas y donde desarrollarse.. Ir a página >>
Los viejos troncos de álamos, castaños y las hojas caídas
del otoño son el hábitat perfecto para decenas de especies de
hongos que viven bajo las almenas nazaríes del conjunto monumental
de la Alhambra,.
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puede considerarse como el halcón alhambreño. Era una de las
rapaces más comunes en el interior de la fortaleza de la Alhambra,
donde fue reintroducido hace algo más de una década,
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El Carmen de la Victoria contempla la Alhambra como lo hicieron
los huertos de extramuros en la colina del Albaicín
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Centenares de personas cumplen con la tradición de subir a la
Torre de la Vela y hacerla sonar en lo más alto de la Alhambra
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La cuesta de los tres nombres, la de los Chinos, baja a la
ciudad por el mismo lugar por el que Boabdil escapó de
la muerte .
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Bajo una cerrada bóveda de laureles, la acequia del Sultán
desciende en forma de escalera para refrescar el jardín del
Generalife
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Un palacete y su entorno verde, un espacio histórico que albergó el primer monasterio Carmelita y una mansión del siglo XIX. Ir a página >>
En el interior del Carmen de los Mártires, se erige en Convento
de Carmelitas Descalzos siendo prior San Juan de la Cruz desde
1582 a 1588.
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En el extremo este del jardín del monasterio, hacia donde nace el
sol, el ciprés del místico aún eleva sus ramas hacia el
firmamento. .
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Protegidos por la umbría, álamos y sauces entrecruzan sus ramas a
la orilla del Darro, bajo el Cerro del Sol
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Un recorrido para conocer los 14 pasos que salvaban el cauce del río de oro, desde los Tristes al Genil. Solo quedan cinco de los puentes que durante un milenio comunicaron las riberas del Dauro, los otros nueve perviven entre la historia y las piedras del subsuelo de la ciudad.. Ir a página >>
Un recorrido bajo el suelo de la ciudad para conocer el curso del río Darro, embovedado desde principios del siglo XX. Ir a página >>
Sobre la Silla del Moro, un claro de bosque atesora los muros
y leyendas de la villa de Dar al Arusa, la ‘corona’
nazarí del Cerro del Sol. La almunia más alta del entorno palatino
de la Alhambra estuvo oculta durante cuatro siglos, mimetizada con
un espacio natural bajo el que latía Granada
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La alberca de Alixares rememora tiempos de meditación, placer y
batallas, al borde del camposanto. Árboles traídos de Oriente,
arrayanes y frutales...
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La visión del Generalife se magnifica desde el privilegiado mirador
del jardín monacal de San Francisco
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La fortaleza roja, sus palacios, jardines,
acequias, rutas y senderos para conocer sus secretos y descubrir
una isla ecológica e histórica en el sur de la península Ibérica.
Conoce la singularidad de Sierra Nevada y su entorno, un territorio con el mayor número de endemismos de Europa, parajes y paisajes glaciares, la alta montaña más meridional de Europa. La cumbre de la península Ibérica.