FEDERICO
MAYOR ZARAGOZA
Presidente de la Fundación Cultura de Paz; ex director general
de la Unesco
Federico Mayor Zaragoza, fallecía el 19 de diciembre de 2024,
a la edad de 90 años.
Recuperamos la última entrevista que concedió al director de
Waste Magazine en agosto de 2023, con la que se culminaba una
relación periodística y personal que se inició en 1980. Con su
muerte la humanidad ha perdido a uno de sus máximos defensores
de la paz y el diálogo como base para la convivencia
internacional.
"HA
LLEGADO EL MOMENTO DE SER LIBRES Y RESPONSABLES"
Llama a la ciudadanía a movilizarse para afrontar las graves
amenazas globales e iniciar un futuro esperanzador.
“
Ha llegado el tiempo de eliminar el veto de las Naciones
Unidad y de la Unión Europea para iniciar una nueva era”.
JUAN ENRIQUE GÓMEZ * DIRECTOR DE WASTE MAGAZINE
Entrevista realizada para la revista Oikosfera
y Waste Magazine en agosto de 2023
Está convencido de que vivimos un tiempo en el que la humanidad se
juega la democracia, el futuro y su propia supervivencia. Federico
Mayor Zaragoza (Madrid 1934) tras más de cuatro décadas como parte
y observador privilegiado de los movimientos sociales y
geopolíticos internacionales, considera que “
En estos
momentos, ante el silencio de las organizaciones internacionales
que deberían poder intervenir para hallar soluciones
democráticas —la Unión Europea y las Naciones Unidas, ambas
inhabilitadas por el veto de la 'unanimidad', en el primer caso,
o de los vencedores de la II Guerra Mundial, en el segundo— es
urgentísimo que se proceda a la movilización de la ciudadanía,
consciente del apremio con que hay que afrontar las amenazas
globales, especialmente las potencialmente irreversibles, para
poder iniciar una nueva era”. Lo dijo en su momento y se
reafirma sin dudarlo en esta entrevista, ya que los vetos, de
cualquier tipo, impedirán un futuro esperanzador para la
humanidad, porque, dice “
ha llegado el momento de ser libres y
responsables”.
El nombre de Federico Mayor es reconocido en todo el mundo.
Profesor de Bioquímica, e investigador, preocupado por el devenir
de la historia y del mundo en una época de grandes cambios, se
convertía en los sesenta en rector de la Universidad de Granada e
iniciaba una dilatada y fructífera carrera personal, profesional y
política que le llevaría a ser ministro de España (1981-82),
diputado y Director General de la Unesco (1987-1999). Entraba a
formar parte del reducido club de quienes movían los parámetros
del mundo, pero en su caso, desde el ámbito de la cultura, la
ciencia y el reconocimiento de la historia y singularidades de los
pueblos.
Ahora, en pleno siglo XXI, mira el mundo de una forma muy directa.
La experiencia le dicta que “
solo el diálogo es el método para
lograr la estabilidad y la solución de los conflictos”,
pero sabe, por experiencia, que “
es un arma nunca aceptada por
los poderosos”.
Federico Mayor mantiene su convencimiento de que la educación
consigue hacer personas libres y que, a pesar de las muchas
trabas, “
transitaremos de la fuerza a la palabra para elegir
el mejor de los destinos”. Cree que los humanos somos los
únicos seres conscientes de la colosal realidad que es el
Universo, “
somos sus ojos” y que en nuestra mano está
inventar un futuro que se convierta en esperanza personal y
colectiva.
—¿Es posible inventar el futuro?
—Es posible. Y es apremiante. Es nuestra esperanza personal y
colectiva. Cada ser humano dotado de las facultades distintivas de
pensar, imaginar, anticiparse, innovar… ¡crear… para contribuir a
inventar el futuro. A la imperiosa necesidad de inventar un
devenir que esté a la altura de la sociedad humana he dedicado,
precisamente, un libro entero
(‘Inventar el futuro”,
Ánfora nova,2021).
—¿Cree en la existencia de un universo inacabable?
—¡Claro! Si hay alguna realidad incontestable es la existencia del
universo, inmenso, infinito. Es un gran misterio.
Los
seres humanos, únicos seres conscientes de esta colosal
realidad,
son los ‘ojos del universo’.
Sin la especie humana, el universo sería una formidable existencia
desapercibida. La especie humana ‘
sabe que sabe’.
—Le he oído hablar de “memoria del futuro”. ¿Memoria
individual o colectiva?
—Memoria del futuro a escala personal y de la sociedad en su
conjunto, para que nuestros comportamientos cotidianos sean de tal
naturaleza que
el futuro alcance la grandeza que
corresponde a la creatividad humana.
Nos enfrentamos, por primera vez en la historia, a desafíos
globales causados por la propia vida humana (Antropoceno).
—¿Estamos preparados para evitar un grave deterioro de la
habitabilidad de la Tierra?
—Actualmente somos progresivamente conscientes de la naturaleza de
los retos que enfrentamos y, muy particularmente —quiero
destacarlo como científico— de los que pueden alcanzar puntos de
irreversibilidad. Ahora, plenamente conocedores de la realidad
actual, tenemos que adaptar nuestra conducta a la búsqueda e
invención de actuaciones a escala local e ilimitada, para hacer
frente oportuna y firmemente a los retos de toda índole, con muy
especial atención —insisto en ello— en los potencialmente
irreversibles.
‘Nosotros, los pueblos… hemos resuelto
evitar a las generaciones venideras el horror de la guerra’.
Así se inicia la Carta de las Naciones Unidas. Pero ‘
los
pueblos’ no existían: el 90 % de los seres humanos nacían,
vivían y morían en unos kilómetros cuadrados y la discriminación
por razón de género, etnia, ideología, creencia… era enorme… y ‘
los
pueblos’ carecían de voz y no podían participar. Ahora, en
pocas décadas, se ha progresado enormemente en la no
discriminación, en la igual dignidad, y cuentan con la tecnología
digital para expresarse libremente. Ahora, por fin, ya podemos.
Ahora, ya debemos.
—Usted siempre ha abogado por el diálogo para solventar
los problemas entre los pueblos, disparidades y confrontaciones.
¿No cree que se trata de una reiterada propuesta utópica?
—Bien al contrario. Sustituir la fuerza por la palabra ha sido el
firme propósito de todas las organizaciones democráticas. En 1919,
el Presidente Woodrow Wilson, al final de la terrible primera
guerra mundial, creó la Sociedad o Liga de Naciones en Ginebra
“para
que nunca más fuera preciso resolver las situaciones que llevan
al enfrentamiento por las armas, sino por la mediación y el
diálogo”.
Este gran proyecto de paz fue truncado por el partido republicano
de los Estados Unidos, que —¡deber de memoria!— no permitió que el
país más poderoso de la Tierra fuera parte de la Sociedad de
Naciones creada por un presidente demócrata de Norteamérica.
Sin pautas para la concertación y el diálogo, Alemania volvió a
rearmarse y se desarrolló el supremacismo nazi y fascista… y
nipón. Millones de muertos… y la fundación, al final del horrible
conflicto, de las Naciones Unidas por el gran presidente demócrata
Franklin D. Roosevelt en 1945.
Pero el perfecto diseño multilateral democrático fue,
inmediatamente,
inhabilitado por los cinco vetos
otorgados a los ‘vencedores’ de la II gran
guerra.
Esta es la razón, que debe ahora rememorarse, de que nunca se haya
podido poner en práctica la lúcida primera frase de la Carta de
las Naciones Unidas. Lo mismo acaba de acontecer con la Unión
Europea: la capacidad de acción que tuvo en el año 2003 el
Presidente Jacques Chirac para, en nombre de Europa, aclarar el
perverso bulo de las
‘armas de destrucción masiva’ en
Irak, se ha desposeído ahora a la que podría ser la gran unión
democrática influyente a escala global, porque se ha añadido en la
UE el requerimiento de
‘unanimidad’ para la
adopción de decisiones.
Granada 1993. Foto: J. E. Gómez
No, no es un pensamiento utópico. Es la gran solución
nunca aceptada por los más poderosos. La actual
plutocracia—supremacista de los grupos G debe sustituirse sin
dilación por un multilateralismo democrático. Corresponde a
‘Nosotros,
los pueblos…’, con una gran movilización a escala mundial,
sustituir una vez la solución preconizada desde tiempo inmemorial
de ‘
Sí vis pacem para bellum’ por ‘
Sí vis pacem para
verbum’. Será la palabra la que permitirá iniciar una nueva
era.
—¿Cree que las mujeres y los jóvenes serán la clave en la
invención de nuevos rumbos?
—En las últimas décadas se ha logrado eliminar en buena medida la
discriminación de género: ya nos reconocemos iguales en dignidad y
la mujer juega progresivamente el papel esencial que le
corresponde. Como me dijo Nelson Mandela,
‘la mujer solo
excepcionalmente utiliza la violencia El hombre, solo
excepcionalmente no la utiliza’. Muchos deben recordar la
puesta en práctica de los deberes intergeneracionales. Y
ayudar
a la juventud a no ser espectadores de lo que sucede,
sino activos protagonistas.
—Usted dijo hace tiempo que “la única solución es el
amor”, parafraseando a Miguel Hernández (‘Vivir caminando
con el amor a cuestas’). ¿Lo mantiene?
—Fue don Miguel de Unamuno, el gran referente, quien puso de
relieve la
‘pedagogía del amor’. Si de verdad
pretendemos educar para una ciudadanía
‘libre y responsable’
(artículo 1 de la Constitución de la Unesco), sigamos puntualmente
la recomendación de ambos Migueles.
—Se habla de nuevos sistemas educativos, de escuela y
conciencia, de planes y objetivos… ¿No sería más sencillo y
efectivo hablar, simplemente, de Educación, con mayúscula?
—En primer lugar, no hay que confundir educación con capacitación.
Saber más matemáticas o lenguas, no tiene nada que ver con ser
mejor educado. Don Francisco Giner de los Ríos lo aclaró
lúcidamente, diciendo que
‘educación es dirigir la propia
vida’, e
‘inspirados siempre en principios
democráticos’, como indica el preámbulo de la Constitución
de la UNESCO.
La gran Comisión Pedagógica que siendo Director General de la
Unesco encomendé en 1992 al Presidente del Consejo de Europa,
Jacques Delors, estableció las siguientes ‘
avenidas’
hacia una educación de calidad:
Aprender a ser
Aprender a conocer
Aprender a hacer
Aprender a vivir juntos.
A estos cuatro aprendizajes esenciales añadí
‘aprender a
emprender’, a actuar, ya que al ‘
sapere aude’
(atrévete a saber) de Horacio, pensé que era imprescindible añadir
‘saber atreverse’.
Cada ser humano, único, capaz de crear, y educación para una
ciudadanía libre y responsable, son, no cabe duda, las premisas
esperanzadas de la sustitución, en breve plazo, de la
irresponsable
gobernanza actual plutocrática y supremacista por una gobernanza
democrática multilateral. La libertad es el gran don
humano, y es apremiante cumplir, audazmente, diligentemente
nuestras responsabilidades. Inspirados por los valores supremos,
podremos transitar, por fin, de la fuerza a la palabra.
—¿Por qué no nos damos cuenta de que el cambio climático
global es un peligro inminente?
—Porque los grandes poderes (económico y militar) coaligados han
impedido siempre que se escuchara a los científicos, a la
ciudadanía que vive la realidad que se le oculta. Por mi
especialidad en la detección en el neonato de enfermedades que si
no se diagnostican y tratan oportunamente afectan
irreversiblemente al sistema neurológico, siempre me he preocupado
de los otros fenómenos que pueden alcanzar puntos de no retorno.
En este sentido he vivido las advertencias de Aurelio Peccei,
fundador del club de Roma, quien, en 1970, ya advertía sobre los
límites del crecimiento. Y la Unesco reforzaba sus programas
oceanográficos (el agua marina constituye los 2/3 de la piel de la
tierra) y
‘El hombre y la biosfera’. Una vez más,
inercia, institucional y personal. Se decidió entonces organizar
en Río de Janeiro una gran Cumbre Mundial, para que la voz de los
pueblos fuera, finalmente, escuchada. Se elaboró un excelente
documento: la Agenda siglo XXI, que daba las pautas para los
múltiples cambios requeridos tanto de naturaleza ecológica como
económica y social. El G7 no prestó la menor atención a estas
sabias directrices para el nuevo siglo, tan bien elaboradas. La
misma suerte corrieron documentos tan relevantes como la
Declaración y Programa de Acción para una Cultura de Paz (1999) y
la Carta de la Tierra (2000).
Salobreña 1993. Foto: J. E. Gómez
A pesar de todo ello, el Secretario General de las Naciones
Unidas, Kofi Annan, puso especial empeño en la celebración
de otra Cumbre Mundial, esta vez en Johannesburgo. Tuvo lugar en
el año 2002… Y, de nuevo, el G7 presidido por George Bush Jr no
sólo no prestó atención a las clarividentes propuestas de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, sino que decidió, basado en
falsas presunciones, la invasión de Irak. En el año 2015, hay una
ventana de espera esperanzada: el Presidente demócrata de los
Estados Unidos Barack Obama, firma en París los Acuerdos sobre el
Cambio Climático y dos meses más tarde, en noviembre, suscribe en
la Asamblea General de las Naciones Unidas, la resolución “para
transformar el mundo” sobre la Agenda 2030.
—Pero no funcionó
—Todo aparecía, por fin, listo para un gran cambio en la
gobernanza mundial. Sin embargo —deber de memoria— a los pocos
meses se elige Presidente de Norteamérica al republicano, Donald
Trump, quien, el mismo día de su elección, anuncia que no pondrá
en práctica ninguno de los acuerdos suscritos por su antecesor… Y
durante seis años sin la menor reacción europea ni de otra
naturaleza.
‘Nosotros, los pueblos’, calla. La Unión
Europea carece de importancia cuantitativa pero cualitativamente
era, como ya he manifestado, muy relevante. Pues bien, con la
adopción del requerimiento de unanimidad para la toma de
decisiones, resulta que es ahora una organización militar y
el G7 los interlocutores de Putin en la guerra. Digo todo eso para
que quede muy claro que ha llegado el momento, impostergable, de
los otros grandes movimientos, los que pueden llevar a cabo la
transición de la gobernanza plutocrático—militar actual a una
gobernanza multilateral democrática.
—¿Ciencia y humanidades es la receta perfecta?
—Ciencia y consciencia. Seres humanos conocedores de la realidad y
de sus responsabilidades, sí:
ha llegado el momento —por
la irreversibilidad— de ser ‘libres y responsables’ a
escala planetaria. El tiempo de la inhibición y del
silencio ha concluido. Se trata de saber y, sobre todo, de crear.
‘Inteligencia artificial’, sí, pero prevaleciendo
la natural Acopio ilimitado de datos, sí, pero sin
olvidar —como me dijo el Prof. Hans Krebs en Oxford— que el éxito
radica en
‘pensar lo que nadie ha pensado’. El cambio de
‘vía’ que preconiza Edgar Morin —de vía y de vida— es
imprescindible e inaplazable.
—¿Qué nos ha enseñado la pandemia COVID 19?
—Que la acción concertada y bien fundamentada científicamente es
posible; que `
Nosotros, los pueblos…’ podemos ahora poner
en práctica grandes acciones colectivas a nivel global; y, sobre
todo, que ha llegado el momento histórico de eliminar el veto de
las Naciones Unidas y de la Unión Europea para iniciar la nueva
era.
—Usted se ha declarado creyente. ¿No ha encontrado en la
ciencia respuesta a algunas cuestiones esenciales?
—El misterio de cada vida humana… sus capacidades distintivas… las
características del universo y de la especie humana… todo lleva a
perseverar en la búsqueda de explicaciones… a, cómo decía antes, ‘
atreverse
a saber y saber atreverse…’.
DESTACADOS * FRASES E IDEAS
— Es apremiante inventar el futuro, es nuestra esperanza
personal y colectiva
—Sin la especie humana, el universo sería una formidable
existencia desapercibida
— Los seres humanos, somos los “ojos del universo”
— Que el futuro alcance la grandeza que corresponde a la
creatividad humana.
— En pocas décadas, se ha progresado enormemente en la no
discriminación, en la igual dignidad
— Sustituir la fuerza por la palabra ha sido el firme
propósito de todas las organizaciones democráticas
— El perfecto diseño multilateral democrático fue,
inmediatamente, inhabilitado por los cinco vetos otorgados a los
“vencedores” de la II gran guerra.
—Solucionara los problemas con el diálogo no es un pensamiento
utópico. Es la gran solución nunca aceptada por los más
poderosos
— Será la palabra la que permitirá iniciar una nueva era.
— Debemos ayudar a la juventud a no ser espectadores de lo que
sucede, sino activos protagonistas
—Debemos cambiar la irresponsable gobernanza actual
plutocrática y supremacista por una gobernanza democrática
multilateral.
— Inspirados por los valores supremos, podremos transitar, por
fin, de la fuerza a la palabra.
— El G7 no prestó la menor atención a las sabias directrices
para el nuevo siglo de la Cumbre de Río en relación con el
cambio climático
Entrevista en Antena3-Radio 1985. Foto: J. E. Gómez
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