Yuri
Gagarin, el primer hombre en el espacio
2021, sesenta años desde que Yuri Gagarin dio la vuelta al mundo
en algo más de una hora.
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
El 12 de abril de 2011 se cumplían cincuenta años desde que el
hombre salía de la atmósfera terrestre por vez primera en su
historia y completaba una órbita alrededor del planeta. Mientras
Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la historia, realizaba un
'sencillo' viaje espacial de menos de dos horas, abajo, en la
Tierra, ya se había convertido en un héroe y la Unión Soviética se
colocaba de nuevo a la cabeza de la carrera espacial.
Moscú, (Colpisa-Ep-Ideal) El 12 de abril de 1961, una hora después
del despegue de la cápsula 'Vostok-1' desde el cosmódromo de
Baikonur (en el actual Kazajistán), la agencia oficial soviética
Tass anunciaba al mundo que Moscú había enviado al primer hombre
al espacio. A esas horas, Gagarin ya experimentaba en el espacio
si los humanos podían comer, beber y moverse sin problemas,
algo de lo que los científicos soviéticos no estaban seguros.
"Poiejali" ("en marcha") son las únicas palabras que Gagarin
pronunció en el despegue, una operación durante la cual su peso se
multiplicó por cinco. Poco antes, en su discurso desde la
base, había dicho que aquel viaje representaba todo por lo que
había vivido hasta entonces y que estaba orgulloso de encontrarse
"con la naturaleza cara a cara".
Catorce minutos después del despegue, cuando el azul del cielo ya
se había convertido en el negro del espacio, Gagarin comunicó al
control de la misión en tierra que todo era normal y que la falta
de gravedad no parecía tener efectos secundarios.
Cuando la nave empezó a sobrevolar Africa, el piloto automático
encendió los 'retro-motores', iniciándose así el peligroso regreso
a la Tierra. En dos de las cinco pruebas efectuadas, los
motores no habían funcionado correctamente, por lo que cabía
esperar cualquier cosa en una reentrada atmosférica a 27.000
kilómetros por hora en la que la cápsula alcanzaría una
temperatura de 1.000 grados centígrados.
Mientras atravesaba la atmósfera, Gagarin pudo ver llamas saliendo
del 'Vostok', en cuyo interior la temperatura era de apenas 20
grados, mientras su peso se multiplicaba por diez. El paracaídas
funcionó con normalidad, y el hombre "que más cerca había estado
de las estrellas" aterrizó sano y salvo en Siberia tras una hora y
48 minutos de viaje.
En secreto
En sus memorias, Gagarin recordaría que al sobrevolar el Atlántico
pensó en su madre y en cómo reaccionaría al conocer la noticia. De
hecho, como el resto del mundo, la madre de Gagarin desconocía el
proyecto 'Vostok', que fue llevado en secreto hasta el mismo día
del lanzamiento.
Veinte jóvenes pilotos habían sido seleccionados en junio de 1969
entre 3.000 candidatos, grupo que después se redujo a seis
personas, que participaron en un entrenamiento secreto que incluía
gimnasia, paracaidismo, natación, el estudio de astronomía,
medicina y geofísica, así como la experimentación en una
'centrifugadora' y en una maqueta de la cápsula.
Al parecer, Gagarin, piloto de las fuerzas aéreas de pequeña
estatura (1'69) y mucha simpatía, destacó pronto entre sus
compañeros, aunque no fue elegido definitivamente hasta el mismo
mes del lanzamiento. Hasta entonces se habían realizado dos
exitosas pruebas con maniquíes; uno de sus compañeros, Valentin
Bondarenko, había muerto en un accidente en la cámara barométrica.
Hasta el último momento el mando de la misión no se decidía entre
Gagarin y Guerman Titov. Al parecer, el primero fue elegido
principalmente por su extracción social, ya que el ser hijo de un
carpintero y una ordeñadora le hacían ideal para encarnar al héroe
soviético de origen humilde. Guerman Titov por el contrario,
además de tener nombre alemán, era hijo de un profesor.
Y como era de esperar, Gagarin se convirtió en un héroe nacional.
El propio presidente estadounidense, John Kennedy, reconoció su
hazaña a pesar de que el viaje del 'Vostok' era la segunda
bofetada a la carrera espacial americana, tras el lanzamiento del
satélite artificial 'Sputnik' en octubre de 1957.
Gagarin vio como se le dedicaban películas, canciones, monumentos
e incluso una plaza en Moscú, y todos los niños rusos querían ser
cosmonautas. Pero la fama tuvo un doble filo, ya que al héroe
nacional se le prohibió cualquier actividad peligrosa que pudiera
costarle la vida. Nunca volvió al espacio, y sólo en 1968
consiguió recuperar su licencia de piloto, que le había sido
retirada.
Los peores augurios de Moscú se confirmaron, y Gagarin murió el 27
de marzo de aquel mismo año cuando el 'Mig-15' a reacción que
pilotaba junto a un instructor se estrellaba al noroeste de la
capital, hundiéndose seis metros en la tierra. En aquel lugar se
levanta hoy un monolito rojo en su memoria y los restos del
cosmonauta descansan en el muro del Kremlin.
Desde entonces se multiplicaron las hipótesis sobre el accidente,
e incluso algunos hablaron de un complot de la KGB para acabar con
un símbolo que podía aspirar al poder político. La hipótesis más
verosímil en la falta de experiencia del propio Gagarin con cazas
a reacción, unida al mal tiempo que reinaba en la zona. El informe
de las investigaciones oficiales ocupa 29 volúmenes.
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