PARQUE
NATURAL DE ALHAMA, TEJEDA Y ALMIJARA
VIVEROS DE LA RESINERA
Vivero de plantas autóctonas de Andalucía
10 millones de plantas en 10 años
El vivero de la Resinera produce ejemplares para recuperar los
espacios naturales de Andalucía.
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Pinos, encinas, durillos, arces y otras 250 especies que nacen de
semillas recolectadas en los montes granadinos
Es el mayor vivero de plantas autóctonas de Andalucía, el lugar
donde se cultivan especies propias de clima mediterráneo y que son
la clave para poder recuperar miles de hectáreas de territorios
que han sufrido alteraciones por cultivos, especulación e incluso
incendios. La finca de la Resinera, tras diez años de trabajo, ha
logrado producir algo más de diez millones de ejemplares de
alrededor de 250 especies, todas ellas autóctonas , e incluso, en
algunos casos, endémicas y que se encuentran catalogadas como en
peligro de extinción. Unas instalaciones que se encuentran
situadas en pleno corazón del Parque Natural de las Sierras de
Alhama, Tejeda y Almijara. «Desde aquí cubrimos las necesidades de
proyectos y programas que se ponen en marcha en los diferentes
municipios, no solo de Granada sino de todo el territorio de la
comunidad», dice el jefe del Departamento de Biodiversidad y
Geodiversidad de la Junta de Andalucía en la provincia granadina,
José María Irurita, que afirma que el trabajo que se ha realizado
en esta finca propiedad de la administración autónoma, ha servido
para la recuperación de más de 25.000 hectáreas, ya que según los
parámetros que baraja el departamento que dirige este biólogo,
«cada 400 de nuestras plantas se incluyen en una hectárea.
«Hablamos de la recuperación de todo tipo de ecosistemas de
carácter forestal».
Cada año la producción que se realiza en la Resinera se tiene que
adaptar a las necesidades de los programas que solicitan plantas.
«Hace dos años sacamos adelante casi tres millones de plantas, y
el pasado año alrededor de 700.000, que suele ser la cifra
habitual», dice el encargado del vivero, Joaquín Villanueva, un
enamorado de un trabajo que tiene como objetivo la reproducción de
la flora autóctona.
Trabajadoras extraen los plantones que incluyen en los
alveolos para uqe puedan crecer
La labor que se realiza en esta finca del término municipal de
Jayena, comienza con la recolección de semillas en sus lugares de
origen. «No tiene que ser en esta sierra o en cualquier otra de
Granada, sino que iremos a hacer la recolección al territorio
donde sea necesario para que después el ejemplar nacido en la
Resinera pueda vivir sin problemas en el lugar donde se plante»,
dice José María Irurita. Una vez que las semillas llegan al
vivero, se les prepara y mantiene en una cámara especial, con una
temperatura y humedad adecuada para la mejor pervivencia de las
semillas, y de ahí salen en función de la demanda de plantas que
se nos haga, para iniciar la reproducción. El sistema, según
Irurita, es muy sencillo, aunque «cada planta es un mundo y
plantea características y necesidades propias», pero con carácter
general, las semillas se plantan en unas bandejas que han sido
rellenadas de u sustrato específico para esa especie. Cuando la
semilla ha germinado, se extrae, de forma manual, el pequeño
plantón, que se introduce en lo que los expertos denominan
«alveolos», cajas que están formadas por lo que parecen muchas
macetitas unidas entre sí. «La característica fundamental es que
permiten un crecimiento de las raíces a lo largo e impiden que se
retuerzan, como les pasaría en un tiesto de maceta tradicional».
Una vez que crecen lo suficiente se les traslada a macetas más
grandes, o se llevan directamente para ser plantadas en los montes
de la comunidad.
Cuando se ve desde el aire, o desde los cerros de su entorno, la
Resinera muestra una gran nave donde se realizan las tareas de
preparación y manipulación de plantas y semillas, y lo que más
llama la atención, un gran invernadero de 5.000 metros cuadrados
de superficie, cubierto de una tupida red de color azul para no
alterar la calidad de la luz solar que llega desde el cielo. A su
alrededor, otros espacios para plantaciones al aire libre, donde
se sitúan ejemplares de árboles pequeños y jóvenes, arces, pinos,
sauces, encinas, cipreses, pinzapos... Puede considerarse como la
gran "maternidad"; de Andalucía. «En casi todas las provincias,
sobre todo en las orientales, hay plantas que hemos criado
nosotros», dice Joaquín Villanueva.
La producción de la Resinera llega también a plantas que, en el
medio natural, sufren diversos grados de amenazas, incluso peligro
de extinción, y que se encuentran protegidas por la legislación
nacional y andaluza. Plantas que se crían para intentar aumentar
las poblaciones en sus territorios de origen. Una de estas
especies es el pinsapo, Abies pinsapo, que se encuentra reducido a
zonas de Málaga y Cádiz, y que en Granada tiene algunos puntos
donde crece de forma natural. En la Resinera se ha puesto en
marcha un programa de reproducción de esta especie para llevarla a
diferentes zonas.
Pero también se hace una labor de recuperación de plantas
especialmente amenazadas y escasas, que en algunos casos se llevan
a los jardines botánicos de la red andaluza, como en el de la Hoya
de Pedraza, en Sierra Nevada, para que puedan ser vistas por todo
el mundo, como es el caso de la Manzanilla real, Artemisia
granatensis. «Hay científicos y turistas que vienen desde muy
lejos para poder ver especies endémicas de esta zona, y no pueden
acudir a los hábitats naturales, en muchos casos en lugares de
acceso casi imposible, o incluso en invierno que están cubiertas
por varios metros de nieve», dice Irurita.
Recuperar los pinsapares andaluces
En este momento, en la Resinera, trabajan en la producción de
ejemplares de pinsapos con el objetivo de restaurar los pinsapares
de toda la comunidad autónoma, ya que en la sierra de Alhama,
Tejeda y Almijara, esta especie, habitual de la sierra de las
Nieves y de Grazalema, en Málaga, se ha aclimatado perfectamente y
sus plantones se desarrollan sin problemas. Según Irurita, además
trabajan en la generación de plantas de boj, que va destinado a la
recuperación de bojedas de la provincia, e incluso ejemplares de
pinos de gran porte, el piñonero, Pinus pinaster, «especialmente
destinado a lugares donde necesitan árboles de mayor tamaño»,
además de otras plantas más pequeñas como ruscos, enebros, tejos,
acebos...
En la zona exterior del vivero se encuentran árboles que han
tenido que ser extraídos de zonas naturales en las que se hacían
obras, como carreteras, o infraestructuras que implicaban su
retirada. Esos árboles han encontrado en la Resinera un lugar
donde poder vivir, «y además han generado arboledas que utilizamos
para que los escolares que vienen de visita puedan pasar un rato
de descanso y comerse el bocadillo»
Aniversario de un cambio de conceptos
Fue el día 19 de febrero de 2002. La que era consejera de Medio
Ambiente, Fuensanta Coves, inauguraba unas instalaciones que la
Junta acababa de construir en la finca de la Resinera. Por primera
vez en Andalucía, se ponía en marcha un sistema de producción de
especies vegetales en el que lo importante no era su rendimiento
económico potencial, sino el hecho de conseguir ejemplares de
especies autóctonas con las que poder acometer la tarea de
recuperación de miles de hectáreas en los montes de toda la
comunidad, y disponer de un vivero al que se pudiesen solicitar
las plantas necesarias para cada zona en particular. Todo un
cambio de conceptos en la producción vegetal de este país.
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