PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
Las termas del Çehel
Las aguas del subsuelo de la Contraviesa afloran entre las rocas
pintadas de sarro para dar calor a los campos
Los arroyos y acequias que vierten en las ramblas semidesérticas
de Albuñol bajan a 25º, mantienen ecosistemas termales, dieron luz
y movieron molinos
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
El día seis de junio de 1785, la tierra se movió en la comarca del
Çehel, y en el extremo más alto de Albuñol, en el barranco del
Sol, brotó agua de color rojo. Salía del interior de las rocas que
se abrieron por efecto de un gran terremoto que durante la noche
provocó el pánico entre los habitantes del pueblo y los cortijos
de los cerros situados entre Ugíjar, Albondón y el mar. El agua
era caliente, lo que para muchos significaba que procedía de
espacios misteriosos, de los acuíferos del infierno, pero esa
cualidad diabólica no impidió que desde entonces el agua fluya de
forma constante en el lugar que se bautizó como el ‘Nacimiento del
Río’, aunque al cauce nunca nadie le puso nombre. (...)
(...) )Es una de las surgencias que en el municipio de Albuñol, el
viejo Hims al-Bunyol –un nombre que hace referencia a castillos,
por la fortaleza nazarí de La Rábita, y vinos, por la riqueza de
los cerros de la Contraviesa–, afloran a temperaturas constantes
durante todo el año, entre 25 y 27 grados centígrados, cargadas de
minerales, especialmente hierro, y sales carbonatadas que generan
travertinos y caprichosas formas en las tierras, rocas y acequias
por las que discurren.
Albuñol, se convertía en la capital del agua, donde vecinos y
visitantes aprovechaban pozas y ensanches de las acequias para
darse baños medicinales, una costumbre que desapareció durante la
segunda mitad del siglo XX e intenta ser recuperada en el entorno
del ‘Nacimiento del Río’ con la construcción de un área recreativa
que incluye una piscina que recuerda las viejas albercas y que se
ha convertido en un baño termal para todo aquel que quiera darse
un remojón durante el verano, pero a 25 grados.
FOTOGALERÍA: J. E. GÓMEZ
En las tierras de la Taha del Çehel, el distrito alpujarreño
morisco, hay una gran cantidad de manantiales en los que afloran
aguas termales que vierten en las múltiples ramblas semidesérticas
que se forman entre las montañas y derivan hacia el litoral,
distante solo cinco kilómetros, pero dos de ellas, Ahijón y
Aldáyar, son las que concentran la mayor parte de las fuentes de
aguas calientes. Las dos ramblas confluyen junto al núcleo urbano
de Albuñol, en una única lengua de arenas y cantos rodados que
desemboca en el mar, donde las aguas ferruginosas y termales
llegan sin haber perdido aún la temperatura del interior de su
acuífero original y crean, en el litoral, un hábitat especial que
aprovechan alevines de decenas de especies de peces para crecer en
aguas con abundante materia orgánica vegetal y una temperatura más
constante.
Vegas que caen a la rambla de Ahijón, con la antigua Cenicilla
y, al frente, el cerro del Gato.
Barranco del Sol
El ‘Nacimiento del Río’ está situado junto al acceso al barrio
alto de Albuñol, en el barranco que se llamó del Sol y donde el
agua termal ha creado un ecosistema de ribera que se inicia en el
manantial donde musgos y helechos, sobre todo culandrillos de
pozo, tapizan de color verde las rocas que se han vuelto blandas
por efecto de las sales carbonatadas, que crean travertinos de
color amarillento y rojizo debido a la composición ferruginosa del
agua, que mana con fuerza e intensidad en años con invierno y
primavera lluviosa, con un caudal que puede llegar a 150 litros
por segundo, aunque su nivel medio es de 20 debido a las muchas
captaciones y pozos para regadíos que se han realizado en el
acuífero.
Investigadores de la Universidad de Granada, Luis Sánchez Díaz y
Antonio Castillo, afirman en ‘Itinerarios Hidrogeológicos del
Litoral Mediterráneo Andaluz’ y en ‘Conoce tus Fuentes’, que «es
uno de los principales manantiales termales de descarga del
afloramiento carbonatado de Albuñol, que surge por el contacto
entre filitas y esquistos (impermeables) y materiales acuíferos
carbonatados (todos ellos perteneciente al Complejo Alpujárride).
El origen termal de sus aguas está ligado con flujos subterráneos,
que alcanzan cierta profundidad, procedentes de la Sierra de
Lújar», lo que hace que la cantidad de agua en esta zona sea mayor
que lo que cabría esperar del nivel de precipitaciones que se dan
en este territorio, que linda con espacios semiáridos de la
provincia de Almería.
Aquel manantial de los terremotos de 1785 ha sido algo más que una
fuente de agua caliente no apta para el consumo y que regaba
múltiples huertas situadas en el pago de Ahijón, con el molino del
Sol y la Cenicilla. Durante décadas fue fuente de energía
eléctrica, al utilizarse para mover las turbinas de lo que en el
pueblo se llamaba la ‘fábrica de la luz’ y de la que solo quedan
muros derruidos. Era también la fuerza impulsora de las piedras
del molino del Sol. Las acequias que conducían el agua termal
hacia las huertas y molinos aún se mantienen sobre viejos
acueductos cubiertos por la capa calcárea creada por el paso de
las sales carbonatadas, aunque en parte han sido canalizadas y
cegadas.
En Aldáyar, la otra rambla del Gran Çehel, una acequia de paredes
y cauce hormigonado, deja pasar el agua de la Mina hacia la
alberca que entre los años cincuenta y setenta del siglo XX se
habían convertido en el centro del termalismo de la comarca de la
Contraviesa y que hoy no es más que un pequeño ensanche en la
acequia modernizada. El agua sigue brotando de la tierra para
regar los campos del sureste de una población que a pesar del
crecimiento de la agricultura intensiva bajo plástico no olvida
que fue ciudad nazarí y que sus orígenes se sitúan en el
neolítico.
La ‘fábrica de la luz’ Los
postes de energía eléctrica aún parecen enlazar la red general con
los restos de la vieja central hidroeléctrica cuyas turbinas se
accionaban con el agua del Nacimiento del Río. Y bajo ella, los
muros del viejo molino del Sol y la Cenicilla.
El manantial
¿Dónde Está?: En la zona alta de la localidad de Albuñol, en
la carretera antigua hacia Albondón.
¿Cómo llegar?: Hay que tomar la carretera que sale desde el
interior del pueblo hacia Albondón y el Haza del Lino. A menos de
dos kilómetros, una gran curva señala el acceso hacia el barrio
alto. Allí hay un área recreativa que cubre la parte ascendente
del barranco. Al fondo de ese área recreativa está el manantial.
La alberca y manantial de la Mina de Aldáyar está al otro extremo
del pueblo, en el camino de las Angosturas , junto al puente que
destruyó la riada de 1973.
Coordenadas: Del Nacimiento del Río:
36°47’38.64’’N 3°12’31.14’’O. La acequia de Aldáyar
está en: 36°47’29.64’’N 3°11’43.09’’O.
Epifanio y los Molinos
Por
Juan Enrique Gómez
No era solo el rey del trovo alpujarreño, fue el señor de los
molinos y el agua. Conocí a Epifanio Lupión cuando yo era un niño
que imaginaba aventuras entre los cañaverales de la Cenicilla y el
molino del Sol, cuando él, siempre con esa edad indefinida y su
mirada oculta bajo gruesas gafas de pasta, armado con un
omnipresente mechero de yesca, me enseñaba los secretos del agua y
me hacía vivir historias de moriscos, de zorros y gallos, de
arrieros que bajaban del cerro del Gato con las espuertas repletas
de racimos de uva, higos y almendras. Epifanio ocupaba mis mañanas
de verano en el molino que regentó durante años, donde el agua de
los nacimientos termales de Albuñol, movía sus muelas y mi
fantasía. El calor del agua parecía dar un olor y color especial a
la harina de maíz, y servía para generar un misterioso
ambiente en el que las pequeñas figuritas que él hacia de madera y
caña desfilaban al moverse con la rueda de moler, y donde Epifanio
me enseño a construir armas incruentas que utilizaba en batallas
imaginarias: escopetas que disparaban ‘pabilos’ de maíz. El viejo
trovero dejó los molinos pero aún recuerdo su pasión por el agua y
sus acequias.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Culandrillo de pozo
Arundo donax (caña común)
Adiantum capillus-veneris
(culandrillo de pozo)
Samolus valerandi (Pamplina
de agua)
Trachelium coeruleum (flor de
la viuda)
Flor de la viuda
Pamplina de agua
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Una serie de reportajes para mostrar la riqueza natural
que nos rodea, sus ecosistemas y a sus singulares
habitantes.
Granada y las tierras del sureste de Andalucía poseen la
mayor diversidad biológica de Europa, parajes únicos para
vivir en tiempos de estío