PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
"EL
AUGE DE LA ALTA MONTAÑA NO DEBE 'CERRAR' LAS CUMBRES"
Reportaje, reacciones
LA MODA DE 'HACER CUMBRE' INVADE EL VELETA
La segunda cima más alta de Sierra Nevada registra un creciente ir
y venir de visitantes que alteran el equilibrio de un espacio
natural frágil y único
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Una media de entre 300 y 400 personas suben cada día del mes de
agosto a la cumbre del pico Veleta, a 3.396 metros de altitud. Un
creciente interés por pisar las cimas más elevadas de la península
Ibérica ha provocado que este año el tradicional objetivo de
los alpinistas, ‘hacer cumbre’, se haya convertido en una
verdadera moda a seguir por todo aquel que tiene la oportunidad de
ascender a las montañas más elevadas. El Veleta, como la tercera
cima más alta de la Península, tras el Mulhacén (Sierra Nevada) y
y el Aneto (Pirineos), es todo un trofeo para los cazadores de
cumbres y para quienes lo único que persiguen es hacerse un
‘selfie’ en las alturas.

La continuada presencia de visitantes en la cumbre y los accesos
al Veleta provocaba mediados del mes de julio la alerta por
parte de Ecologistas en Acción y grupos de montañeros que
calificaban la situación de «colapso» y «masificación». La
realidad, constatada ‘in situ’ por IDEAL en tres ocasiones a lo
largo de este verano, la última el pasado miércoles, es que las
cumbres de Sierra Nevada y en especial el Veleta, por su facilidad
de acceso, registran un continuo ir y venir de personas que, a lo
largo de una jornada de fin de semana puede llegar a medio millar,
datos que se corresponden con las cifras ofrecidas por fuentes del
Parque Nacional de Sierra Nevada, que señalan que «no se puede
hablar de colapso ni de de masificación, ya que la permanencia de
las personas en la cumbre y sus áreas próximas no es de más de
diez o quince minutos y no se llegan a producir grandes
concentraciones». Lo habitual es una aglomeración de entre 15 y 25
personas en la cumbre, aunque en algunos momentos de fin de
semana, han llegado a 40 personas.

Pero aunque no se puede hablar de masificación, reconocen que hay
un creciente interés que «invade» un espacio que, ecológicamente,
se considera de alta fragilidad, donde la presencia continuada de
personas puede provocar una alteración del medio y del ecosistema
de la cumbre y su entorno, donde aunque no lo parezca, habitan
especies de fauna y flora endémicas de Sierra Nevada como,
gramíneas, arenarias, e invertebrados muy escasos y a las que el
paso de personas provoca una merma en sus poblaciones. También se
ha detectado la antropización de una de las aves más montañeras,
el acentor alpino, que ya no huye del hombre y revolotea en la
cumbre junto a los visitantes a la espera de comida.

Acceso
La subida desde las Hoya de la Mora supone caminar 9,3 kilómetros
hasta la cumbre, por la antigua carretera o por trochas de una
cierta dificultad, pero también es posible subir en un
microbús-lanzadera que accede hasta Posiciones del Veleta, a 3,3
kilómetros de la cumbre, un recorrido mucho más asequible para
todos los públicos.
Durante los meses de verano, especialmente en agosto, la imagen de
grupos de personas en ascenso a la cumbre desde la Hoya de la Mora
se ha convertido en habitual. La mayoría de los senderistas
caminan por las trochas y sendas que evitan las enormes y
numerosas curvas de la antigua carretera (cortad a al tráfico de
coches no autorizados). Transitar por las veredas es hacerlo a
través de ecosistemas denominados cascajales y pedregales
nevadenses, donde habita la mayoría de las joyas botánicas y
faunísticas de la sierra. La reiterada presencia de caminantes ya
ha hecho saltar la voz de alarma en el Parque Nacional y se
estudia la eliminación de la mayoría de las trochas que acceden al
Veleta.
Ayudados por el autobús-lanzadera, habilitado por el Servicio de
Interpretación del Parque Nacional, cada día ascienden desde
Posiciones del Veleta, personas que no necesitan tener magníficas
condiciones físicas ni ser experimentados montañeros. La montaña
se abre a todos, pero en demasiados casos, los visitantes no
respetan normas tan fundamentales como no salir de los senderos y
no dejar basuras y algunos ciclistas abandonan la carretera y
circulan por sendas, o incluso llegan al pico sobre sus dos
ruedas.
Todos deberíamos tener en cuenta que el paso continuado de
personas en la cumbre, trochas y senderos del entorno del
Veleta altera gravemente el frágil equilibrio de un territorio
único en el mundo.
POLÉMICA: EL USO DE LAS CUMBRES
"EL AUGE DE LA ALTA MONTAÑA NO DEBE
'CERRAR' LAS CUMBRES"
Gestores y montañeros apuestan por
un uso sostenible y aceptarían 'barreras de esfuerzo' con
accesos más duros que limiten la afluencia
J. E. GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE
* FOTOGALERIA + VÍDEO
Es imposible divulgar los valores de la naturaleza y pretender que
nadie vaya a disfrutar de ella. Es la idea generalizada entre las
personas que protagonizan la gestión de los espacios naturales de
nuestro entorno, que ante el incremento de afluencia de visitantes
a las cumbres de Sierra Nevada, en concreto a las del Veleta y
Mulhacén, desarrollan desde hace unos años una serie de
actuaciones para intentar minimizar el impacto que la llegada de
personas, muchas de ellas desconocedoras de las singularidades de
Sierra Nevada, puede ejercer sobre un territorio con ecosistemas
frágiles, donde la alteración del equilibrio ecológico y geológico
provoca reacciones muy negativas para el futuro del espacio
natural. El constante incremento de personas que han experimentado
este verano las cumbres nevadenses ha disparado la alarma y la
polémica. La pregunta está cantada: ¿Será necesario restringir la
afluencia a los espacios más delicados. Habrá que llegar a cerrar
las cumbres?
Gestores, montañeros, empresas de ecoturismo e investigadores,
coinciden en una frase: «El auge de la alta montaña no puede
llevarnos a 'cerrar' las cumbres», pero la imagen que ha percibido
todo aquel que ha ascendido a la cima del Veleta, y en menor
medida a la del Mulhacén, ha sido la de un constante ir y venir de
personas, con concentraciones en la cima que, en el caso del
Veleta, obligaban a esperar hasta más de 15 minutos para tomar
posición y hacerse la foto junto al vértice geodésico. La
Consejería de Agricultura de la Junta responsable de Medio
Ambiente y la gestión del Espacio Natural de Sierra Nevada, tiene
claro que aún no estamos en situación de alerta, pero indican que
el Parque Nacional y Natural trabaja desde hace años en la puesta
en marcha de medidas que contribuyan a paliar el problema, como la
dotación de un mayor número de Agentes de Medio Ambiente, que
incluso pernoctan en determinados lugares de la sierra; campañas
de concienciación e información a quienes acuden a visitar Sierra
Nevada, además de actuaciones directas en el medio, como la
eliminación de las 'trochas' abiertas en los accesos al Mulhacén,
una actuación que se iniciará próximamente en el Veleta.
Barreras de esfuerzo
Los técnicos y gestores del Espacio Natural no contemplan medidas
que supongan restringir, y menos aún cerrar, el paso a las
cumbres, apuestan por el sistema de incrementar la dificultad de
acceso, lo que denominan «barreras de esfuerzo», lo que reduciría
considerablemente el número de personas que podrían llegar hasta
determinados puntos, aunque esta medida supone prohibir de hecho
el acceso a quienes no posean las condiciones físicas para
disfrutar de la alta montaña, aunque afirman que podrían
establecer sistemas para acercar a las personas en determinados
días o en condiciones controladas.
Manuel Titos, presidente del Consejo de Participación del Parque
Nacional, indica que desde hace varios años, el Consejo ha
aprobado y estudia fórmulas para que la presencia de personas sea
más sostenible. «Disponemos de informes exhaustivos de afluencia
de visitantes y se puede decir que, por el momento, la situación
no es alarmante, pero tenemos que trabajar de cara al futuro, por
lo que es muy importante la puesta en marcha de medidas que
informen a la gente del valor de las altas cumbres y recuperemos
el equilibrio natural de esas cumbres», una labor que ya se ha
llevado a cabo en las veredas del Mulhacén y con la retirada de
decenas de antenas en el Veleta. «Esperamos que se retire pronto
el mamotreto del laboratorio de la UGR en esa cima y se eliminen
las trochas». Titos apuesta por la 'barrera del esfuerzo' como
única posibilidad razonable para la reducción de visitantes.
En la misma línea se expresa el presidente de la Federación
Granadina de Montaña, Julio Perea, que recuerda que no todas las
cumbres están invadidas, «en la mayoría de los 'tresmiles' no te
encuentras a casi nadie». Reconoce que la afluencia de personas al
Veleta y algunos otros puntos como Mulhacén, Caldera y Siete
Lagunas, genera problemas de sostenibilidad, que deberían evitarse
con la simple aplicación del respeto a la naturaleza. Considera
que la montaña debe estar abierta a todos. «Si nos ponemos a
hablar de prohibiciones rompemos el espíritu de libertad que
aporta la montaña, por lo que se muestra contrario a restricciones
y 'cerrar' las cumbres, pero aceptaría, como la mayoría de los
montañeros, medidas que implicasen un mayor esfuerzo para acceder
a determinadas cumbres.
Los especialistas en gestión de espacios naturales protegidos
aportan un nuevo parámetro: el grado de satisfacción de los
visitantes. La naturaleza ha de estar abierta y es responsabilidad
de divulgadores, empresas de ecoturismo, científicos y gestores,
poner los medios para que los ciudadanos reciban la información
necesaria para asumir el valor de la alta montaña y que asimilen
la frase de Julio Perea: «Sin respeto no hay montaña».
REACCIONES
¿Medidas restrictivas?
Andrés Ureña. Ingeniero, fotógrafo montaña
«Las administraciones deben responsabilizarse del cuidado del
Espacio Natural de Sierra Nevada»
Antonio Castillo Martín. Hidrogeólogo, montañero
«Todos provocamos un impacto, por eso creo que sería positivo
aplicar la barrera del esfuerzo»
José Antonio Hódar. Biólogo, montañero
«Lo que he visto en el Mulhacén no es montaña, es un parque
temático, quizás habría que restringir algunas zonas»
Salvador Padilla Martín. Montañero, escritor
«Habría que probar medidas de restricción antes de dejar que la
sierra muera de éxito»
José Medina. Caminos del Sur
«La masificación altera los ecosistemas. Sería bueno unas medidas
de control sobre las visitas a la sierra»
Borja Nebot. Biólogo
«Hay que informar y educar, no hacer nuevas veredas y señalizar
bien los caminos adecuados»
Jemilio Carrasco. Montañero
«Para que la gente respete y ame la naturaleza no podemos poner
barreras que impidan su disfrute»
Francisco C. Parody. Naturalista, fotógrafo naturaleza
«Una medida sería eliminar la lanzadera y asumir las críticas por
las medidas que se tomen»
FOTOGALERÍA + VÍDEO + REPORTAJE
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