PATATAS:
Cultivos en la cumbre
Agricultores de Güéjar Sierra recuperan la patata ‘Copo de nieve’
autóctona de Sierra Nevada en campos situados a dos mil metros de
altitud
A partir de semillas guardadas por viejos campesinos consiguen la
cosecha más alta de Europa que complementan con cebollas,
calabazas y otras hortalizas
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Son más blancas y redondas, con tonalidades rosadas y sobre todo
se adaptan a las condiciones extremas de las altas cumbres. En
Granada se conocían como patatas ‘Copo de nieve’, una variedad de
este popular tubérculo que se considera autóctona de Sierra
Nevada, aunque la realidad es que su origen se encuentra en las
montañas andinas. Un grupo de agricultores de la localidad de
Güéjar Sierra, donde la ‘papa de la sierra’ llegó a ser la base de
la alimentación hace cuatro décadas y desapareció casi por
completo, la han recuperado a partir de semillas y pequeñas
cosechas que se mantenían en algún cortijo perdido en la sierra y
que se plantaban para no perder la tradición y en la mayoría de
los casos ni se consumían. «No somos profesionales, simplemente
amigos que trabajamos las tierras de un cortijo a casi 2.000
metros de altitud», dice Francisco Puente, un funcionario del
Patronato Municipal de Deportes de Granada, medito a agricultor de
fin de semana para seguir la tradición de su familia procedente de
Güéjar Sierra.
En el collado del Alguacil, a 1.900 metros, está el cortijo del
Chumbo, de Miguel Ángel San Miguel, donde hace seis años
comenzaron a poner en marcha cultivos de altura, es decir, sembrar
productos de huerta, pero a una altitud realmente problemática
para cualquier especie vegetal que no se adapte a las condiciones
de la alta montaña. Se marcaron un objetivo, recuperar la patata
'Copo de nieve', y hacerlo igual que sus antepasados. «Hemos
conseguido semillas de intercambio entre diferentes agricultores
de la zona, tanto de patatas normales, la clásica papa roja de
esta zona, y también de las de 'Copo de nieve', que en realidad
nadie las sembraba porque no tienen demanda», dice Francisco
Puente, que junto a sus compañeros han conseguido este año, una
producción de alrededor de 500 kilos que, como se hacía hace
décadas, se han dejado enterradas para que se conserven de cara a
la primavera. «Cogemos unas pocas y el resto se quedan ahí,
perfectamente conservadas», dicen. Era un método que se utilizaba
en tiempos de necesidad. «Los vecinos de Güéjar las recolectaban,
hacían agujeros para enterrarlas e iban a por ellas poco a poco, a
lo largo de los meses, desde octubre y noviembre en que se
recolectan, hasta pasada la primavera».
Hortalizas
En la loma de Papeles y el collado del Alguacil, las zonas más
altas donde se puede cultivar, los vecinos de Güéjar, como también
se hace en otros puntos especialmente altos del territorio
nevadense, Trevélez, Nigüelas, Lanjarón, Capileira y la comarca
del Marquesado, mantienen cultivos en las cumbres. En el otoño
cosechan enormes cebollas de sabor dulce, calabazas y calabacinos
de alta calidad ecológica, tomates y todo tipo de hortalizas, y
por supuesto, las patatas de Sierra Nevada. El trabajo se realiza
de la misma forma que hace décadas, con un uso mínimo de medios
mecanizados y la ayuda de caballerías que, para la agricultura de
montaña, son los mejores colaboradores a la hora de preparar la
tierra, sembrar y recolectar. Las patatas 'Copo de nieve' del
collado del Alguacil se unen a otras iniciativas puestas en marcha
por el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, para la
recuperación de la patata más alta de Europa.
El Parque pone en marcha un plan de desarrollo de ‘Copo de
nieve’
De forma paralela al cultivo de la patata ‘Copo de nieve’ en
pequeñas explotaciones familiares de Güéjar, el Parque Nacional y
Natural de Sierra Nevada, inició en 2013 un plan para la
recuperación y expansión de esta variedad en diferentes puntos del
espacio natural. Encargaron a una empresa especializada,
Laboratorios Edyma, la producción de 5.000 plántulas de patata
‘Copo de nieve’ a través de semillas que poseían algunos
agricultores. En la primavera de 2014, las plantitas se
trasplantaron en fincas públicas y privadas de Güéjar Sierra,
Sorpotújar y Nigüelas.
«Esta experiencia permitirá dotar al Parque de un stock de este
producto de cara a su promoción como variedad local propia de
Sierra Nevada y abastecer a agricultores locales de semilla, así
como para el seguimiento de su cultivo y elaboración de unas
directrices de prácticas ambientales que aseguren la conservación
de este cultivo», dicen los responsables del espacio natural, que
esperan que se convierta en un elemento de apoyo a la
agricultura tradicional con una marca propia «con mayor valor
añadido por las características de esta patata, como por la
contribución al desarrollo de una agricultura tradicional con unas
técnicas ambientales adecuadas».
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