SIERRA
NEVADA
EL HORNILLO, EL BARRANCO DE LAS FLORES
En las laderas que desde la Ragua caen hacia el este un escondido
paraje se viste de verano con el morado de los letales
acónitos
Disfruta del placer de caminar entre pizarras y cauces de arroyos
de aguas de hierro en las estribaciones orientales de Sierra
Nevada
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
El sonido tímido del agua de un pequeño arroyo sorprende entre los
resecos pedregales que forman las laderas donde Sierra Nevada
confluye con la Alpujarra almeriense. El cauce aprovecha la
profundidad de un barranco que desde las cotas altas del Puerto de
la Ragua traza un eje verde que alberga un ecosistema ripario (de
ribera) en el que logran sobrevivir una nutrida representación
de especies de flora y fauna de la alta montaña nevadense
muy difíciles de encontrar en otros puntos del parque nacional. Es
el barranco del Hornillo, que junto al de los Benaventes, fluyen
hacia tierras de Laujar y Ugíjar. Un paraje donde es posible
disfrutar del placer del descubrimiento, de observar como entre
las escarpadas laderas aparecen parcelas donde los amarillos y
pardos, habituales del paisaje veraniego, se tornan verdes, azules
y morados, que se alzan hasta más de un metro del suelo y
ascienden hacia las cumbres mientras buscan el abrigo de los
roquedos.
FOTOGALERÍA, BARRANCO DEL HORNILLO. FOTOS: J. E. GÓMEZ
Son poblaciones de
Aconitum burnatii, una planta que
aunque no es endémica de Sierra Nevada, solo habita en estas
tierras y en el monte Orel de Huésca. No solo supone un cambio
radical en la imagen del territorio, sino que indica que bajo
ellas hay un suelo especialmente fértil, blando y profundo, muy
ricos en materia orgánica que permite el crecimiento de especies
herbáceas de gran tamaño, que se denominan megaforbias, donde
habitan algunas de las joyas vegetales de la sierra, como las
primaveras,
Primula elatior lofthousei, y la
Aquilegia
vulgaris nevadensis, que también cubren de colores verde,
amarillo y azul, los bordes más umbríos del arroyo.
Tras el deshielo, en el barranco de las flores rebrotan los
acónitos desde sus pies agostados el año anterior. Aparecen unas
hojas palmeadas entre las que crece un largo tallo en el que nacen
pequeñas flores con forma de gorritos de duendes de color azul
cuyos pétalos tornan al morado cuando está a punto de fructificar.
Pero esa imagen de una considerable belleza tiene su cara oculta y
misteriosa. Los acónitos, incluidas las especies de este género
que se cultivan como ornamentales, son plantas letales, poseen
propiedades tóxicas que ya utilizaban los griegos y romanos como
poderosos venenos que según se utilicen pueden dar lugar a muertes
lentas en el tiempo, semanas y meses después de la ingestión de
preparados de la planta, o incluso muertes placenteras que
llegaron a aplicarse como eutanásicas. A la especie que crece en
Sierra Nevada, el
Aconitum burnatii, los pastores la
conocen como ‘Revientavacas’ porque provoca la muerte del ganado
que come sus hojas y flores.
El barranco del Hornillo es conocido por su cercanía al Puerto de
la Ragua y por el sendero adaptado a personas con movilidad
reducida que desde el centro de visitantes discurre hacia el
llamado Mirador del Hornillo, un punto desde el que es posible
divisar la caída de las laderas y el sistema geológico de esta
zona de Sierra Nevada, y bajo en que se encuentran las poblaciones
de acónitos, a las que es posible llegar a través de este sendero,
que se abandona cuando comienza a ascender y continua por el viejo
camino forestal que conecta con Laroles. A solo dos kilómetros se
encuentra el cauce del Hornillo, un arroyo de aguas que manchan de
amarillo las pizarras y delatan su procedencia de terrenos con
mineral de hierro, aguas que aparecen tras filtrarse entre las
rocas y alimentar los herbazales que miran hacia el Mediterráneo
oriental a través de las cumbres del cerro almeriense del Chullo.
¿Dónde está?
Es un escondido barranco que parte de las cumbres frente al puerto
de la Ragua y desciende hacia la frontera de Sierra Nevada con
Almería. Las poblaciones de acónitos se encuentran junto a la
confluencia del barranco con el viejo camino forestal de Laroles.
¿Cómo llegar?:_ Desde la Ragua parte el sendero del Mirador del
Hornillo, que ocupa el camino forestal. Cuando el sendero asciende
hacia el mirador, hay que dejarlo y seguir por el viejo camino,
hasta la primera gran curva.
Coordenadas:_ 37°
5’44.83-N 3° 2’22.55-W.
Flora / Vegetación
Aconitum burnatii (Acónito
azul)
Aconitum vulparia
subsp neapolitanum
Aquilegia vulgaris subsp
nevadensis
Asplenium trichomanes
Berberis hispanica
Cirsium pyrenaicum
Cochlearia megalosperma
Dryopteris tyrrhena
Holcus lanatus
Hypericum perforatum
Hypericum undulatum
Lotus corniculatus
Mentha longiflora
Primula elatior subsp
lofthousei
Pteridium aquilinum
Rosa pouzinii
Rubus ulmifolius
Rumex acetosa
Senecio jacobea

Lepidóteros
Hipparchia alcyone
Hyponephele lycaon
Satyrus actaea
Lycaena alciphron
Melanargia lachesis
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