PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
SIERRA NEVADA: EL DORNAJO
LA FRONTERA DE LAS ALTAS CUMBRES
En el Dornajo el viento y la nieve modelan un paisaje que se torna
alpino, se acaban los bosques y entre arenales blancos
surgen prados, tajos y pedregales
A dos mil metros de altitud, sobre el collado de las Víboras y el
cerro de las Grajas, los cortados del Dornajo miran hacia el oeste
para contemplar el valle de Granada
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Un seco graznido surge sobre los sabinares, bajo las paredes de
rocas calizas que se deslizan hacia las vaguadas por las que
asciende el viejo camino de los Neveros. El sonido delata la
presencia de una pareja de chovas piquirrojas, un ave de color
negro intenso en la que destaca un largo y poderoso pico rojo
fuego. Son visitantes habituales de diversos parajes de Sierra
Nevada, colonizadoras de territorios que desde las cotas
superiores de la media montaña, ascienden cada año hacia las
cumbres al mismo tiempo que se funden las nieves. Su vuelo indica
que estamos en las puertas de la alta montaña. Chovas y sabinas
son dos claros bioindicadores que señalan altitud y
características climáticas, y dicen que a partir de este punto
entramos en los dominios de las altas cumbres, donde las especies
han de adaptarse a condiciones extremas, donde el paisaje es
modelado por el viento, la nieve, y una vegetación que se pega al
suelo para protegerse y aprovechar la humedad y el calor de la
tierra. . (...)
(...) Esa frontera tiene nombre y situación geográfica: El
Dornajo, a 2.000 metros de altitud, en el extremo noreste de la
llamada orla calizo-dolomítica de Sierra Nevada, un territorio
agreste, de arenas blancas y rocas semiáridas, bajo el que aún
discurre la antigua carretera de la sierra, y que al igual que sus
iguales, Trevenque, Boca de la Pescá, Pico de la Carne, el cerro
del Tesoro, son el refugio de especies de fauna y flora únicas,
que solo pueden vivir en ecosistemas de dolomías. Pero aquí se da
la singularidad de ser el punto donde la riqueza biológica de la
media montaña se une a la de las altas cumbres y aporta sorpresas
que atraen a científicos de todo el mundo. Ascender a los cortados
que miran hacia el valle de Granada, sobre Las Víboras y el cerro
de las Grajas, bajo el que discurre la actual carretera de
Pradollano, es tener la oportunidad de contemplar un endemismo
bético muy escaso, vulnerable a la extinción, el Senecio
quinqueradiatus (Suzón de cinco radios), que solo habita en
cortados como los del Dornajo, donde suele ser diezmada por el
ganado, cabras y ovejas, que aún utilizan viejos apriscos
construidos entre las rocas.
Para los botánicos, el Dornajo y su entorno es uno de los parajes
de Sierra Nevada más recomendables para la observación de especies
de flora. Hay hábitats rupícolas, con grandes cortados, grietas
cargadas de diversidad, en las que es posible encontrar masas de
saxifragas, la rarísima
Kernera boissieri, con sus
pequeñas florecillas blancas que desde el interior de las piedras
busca un rayo de luz, en las mismas rocas donde aparecen pequeños
cojines de florecillas amarillas que entre los líquenes miran
hacia las cumbres. Es una especie endémica de la península, Draba
hispanica, a la que llaman hierba del mayor dolor, muy escasa
aunque se puede encontrar en otras zonas montañosas ibéricas.
A dos mil metros de altitud, se muestra una de las más claras
series de vegetación del macizo nevadense: pinares y sabinares
béticos, en este caso de una subespecie granadina de pino
silvestre,
Pinus sylvestris nevadensis (que también crece
en la sierra de Baza) mucho más rastrero y adaptado a los vientos
de la alta montaña, que crece en pequeños bosquetes junto a
sabinas (
Juniperus sabina) y enebros rastreros (
Juniperus
communis), además de piornos de crucecitas (
Vella spinosa)
y piorno blanco de apellido granadino (
Astragalus granatensis).
El Dornajo se alza a 4,8 kilómetros del Centro de Visitantes de
Sierra Nevada que lleva el mismo nombre de esta cumbre, en la
confluencia de la actual con la vieja carretera de la sierra y
desde donde baja la carretera hacia Güéjar. Se muestra imponente,
sobre uno de los últimos bosques de pinos de repoblación que
quedan en esta ladera. Hay una gran curva en la que se encuentra
una vereda que accede al fondo de los cortados y asciende, poco a
poco, confundida con sendas de ganado hasta las paredes verticales
que miran a la vega. En ese recorrido, de un centenar de metros,
pero en el que se supera una fuerte pendiente, se hace patente el
valor ecológico de este enclave, donde es posible observar vuelos
de águila real, además de oír numerosas aves de matorral y media
montaña, como los pardillos. Un sendero en el que, sobre las rocas
calizas, nacen cerezos rastreros,
Prunus prostata, con sus
atractivos frutos rojos.
La carretera da la vuelta al pico y accede al corazón de su
entorno dolomítico. Aparecen los sabinares de la ata montaña, y el
sendero, a la derecha, que se acerca a la cumbre por su cara
noreste, entre los bosquetes de
Pinus sylvestris y
espacios de arenas blancas donde es posible encontrar los
alfilerillos de la sierra (
Erodium daucoides) de flores
moradas jaspeadas de rojo. Unos metros más arriba, continúa el
camino que a pie asciende hacia la falda del Veleta. A la
izquierda, el sabinar, alberga sorpresas: rosales silvestres y
majuelos sobre los que vuelan parejas de colirrojos, que tienen
sus nidos entre las rocas kársticas que afloran de la tierra,
entre las sabinas y piornos. Son pequeñas aves que, igual que las
chovas, ascienden hacia las cumbres, poco a poco, en una
permanente huida de las altas temperaturas del valle.
Desde las sabinas, es posible contemplar la cuerda del Trevenque,
que aunque se encuentra a la misma altitud, parece situarse allá
abajo, alejada de los picos, y ascender con la vista hacia los
primeros grandes espacios glaciares situados al sur de Pradollano,
sobre el barranco por el que discurre el río Monachil. En este
especial balcón, la mirada continúa un viaje hacia el noreste para
encontrar la franja verde oscura en verano y blanca en invierno,
que dibuja las altas cumbres.
¿Dónde está?:
En la antigua carretera de la Sierra, a 4,8 km. del centro
de visitantes.
Coordenadas: Dos puntos donde parar: para los tajos en 37°
7’8.97’’N 3°26’27.84’’W. El acceso a la cumbre y
arenales en37° 7’10.63’’N 3°26’14.03’’W
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Una pequeña planta, con racimos de flores blancas, Kernera
boissieri (Mostacilla de roca) aparece entre las grietas de
las paredes del Dornajo.
FLORA
Achilea odorata
Acinos alpinus (Té de la Sierra)
Alyssum montanum
Alyssum serpyllifolium
Amelanchier ovalis
Andryala ragusina
Anthyllis
vulneraria
subsp. arundana
Arenaria
armerina
Arenaria
serpyllifolia
Armeria
villosa
Arum italicum
Asperula
aristata
Astragalus
granatensis
Berberis hispanica
Bunium alpinum
macuca
Callipeltis
cucullaris
Carduus platypus granatensis
Centaurea granatensis
Centaurea
triumfetti subsp. lingulata
Cerastium
gibraltaricum
Chaenorhinum
villosum
Cirsium
odontolepis
Convolvulus boissieri
Cotoneaster
granatensis
Crataegus monogyna
Crupina
crupinastrum
Cystopteris
fragilis
Dahpne
oleoides subsp hispanica
Draba
hispanica
Erinacea
anthyllis (Piorno azul)
Las flores de los alfilerillos de Sierra Nevada, Erodium
daucoides, aparecen en las zonas de arenas dolomíticas.
Erodium daucoides (Agujas de
Sierra Nevada)
Erophila verna
Erysimum nevadense
Euphorbia nicaeensis
Genista
versicolor
Helianthemum
apenninum
Helianthemum
pannosum
Hippocrepis
nevadensis
Hormathophylla
longicaulis
Hormathophylla
spinosa
Hornungia
petrea
Juniperus
communis subsp hemisphaerica (Enebro rastrero)
Juniperus sabina
(Sabina)
Jurinea
humilis
Kernera
boissieri
Knautia
subscaposa
Legousia
scabra
Lonicera
arborea
Linaria
aeruginea
Linum narbonense
Linum suffruticosum
Lomelosia pulsatilloides
Lonicera
splendida
Marrubium supinum
Myosotis refracta
Ononis
aragonensis
Ononis cristata
Onosma tricerosperma subsp granatensis
(Ojo de lobo)
Paronychia capitata
Petrorhagia nanteuilii
Pinus nigra subsp
salzmanii
Pinus
sylvestris (Pino silvestre)
Polygala boissieri
Potentilla
caulescens
Prunus
prostrata
Prunus
ramburii
Ranunculus
gramineus
Rosa canina
Rosa sicula
Sanguisorba
rupicola
Saxifraga erioblasta
Senecio quinqueradiatus
Seseli montanum subsp
granatense
Sherardia arvensis
Silene conica
Stipa apertifolia
Teucrium
rotundifolium
Thymelaea pubescens subsp.
elliptica
Thymus granatensis
Tragopogon angustifolius
Trisetum vellutinum
Vella
spinosa (Piorno de crucecitas)
Veronica
hederifolia
Vicia
onobrychioides
Xeranthemum
inapertum
Fauna
Capra pyrenaica hispanica
Insectos
Aporia crataegi
Argynnis pandora
Berberomeloe majalis
Euphydrias aurinia
Iphiclides podalirius
Issoria lathonia
Hyponephele
lycaon * Lobito
Lasiommata
megera
Papilio machaon
Pieris brasicae
Pieris rapae
Plebejus argus
Polyommatus albicans
Pontia
daplidice
Pycnogaster inermis
Sympetrum sanguineum
Aves
Aquila pennata (Aguililla
calzada)
Oenanthe
oenanthe (Collalba gris)
Phoenicurus
ochruros (Colirrojo tizón)
Pyrrhocorax pyrrhocorax
(Chova piquirroja)
Un escribano soteño (Emberiza cirlus), que frecuenta los
roquedos y matorrales de la zona media de Sierra Nevada
Es posible encontrar frutos de cerezo rastrero, Prunus
prostata, entre las rocas de los cortados.
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