SIERRA
NEVADA
1.000 KILÓMETROS DE 'CAMINOS' DE AGUA
Las acequias de Sierra Nevada vuelven a ser corredores ecológicos
básicos para los ecosistemas y sus habitantes
La recuperación de canalizaciones de aguas de alta montaña hacia
las laderas alpujarreñas aportan una nueva vida a infraestructuras
milenarias
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Una pequeña comadreja puede viajar desde Lanjarón (Granada) hasta
Alboloduy (Almería) si sigue los caminos del agua, las acequias
que discurren por las laderas de Sierra Nevada. Conseguiría
recorrer los aproximadamente cien kilómetros que en línea recta
suponen la cuerda de la Alpujarra utilizando parte de la enorme
red de canalizaciones que surcan las laderas de la sierra, casi un
millar de kilómetros de infraestructuras, en muchos casos
milenarias, que recogen el agua de la alta montaña y la
distribuyen hacia zonas medias y bajas para su aprovechamiento
agrícola, ganadero y humano. Las acequias de Sierra Nevada y la
Alpujarra vuelven a ser los corredores ecológicos que durante
siglos marcaron la vida de sus habitantes, el desarrollo de los
ecosistemas, y la pervivencia de la fauna y flora de estos
territorios, en muchos casos, exclusiva y amenazada de extinción.
FOTOGALERÍA. Fotos cedidas por el Parque Nacional y
Natural de Sierra Nevada
«La recuperación de las acequias, sobre todo las que llamamos
de ‘careo’, las de mayor altitud, encargadas de recoger el agua de
neveros y generar pastizales, ha sido un trabajo conjunto que
desde hace unos años se ha llevado a cabo en colaboración con los
municipios, comunidades de regantes y científicos», dice el
director del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, Javier
Sánchez, que considera que se ha dado una nueva vida a una red de
«corredores ecológicos» que algunos casos se encontraban en mal
estado y que ahora cumplen con su doble uso, «tradicional agrícola
y ganadero, y servir de sustento a fauna y flora».
Es fácil imaginar que un canal de agua que discurre de forma
pausada, aprovechando los niveles orográficos, con la pureza que
le ha otorgado su captación en las altas cumbres, genere
ecosistemas y hábitats que variarán en función a la altitud, la
exposición al clima y la presencia o no del hombre. Espacios
en los que se desarrolla una rica biodiversidad, tanto en sus
márgenes como en el interior de los cauces, que sirven de senda
para todo tipo de especies. Peces y moluscos de agua dulce habitan
en las zonas remansadas, donde la vegetación acuática, algas y
briofitos (musgos) les sirven de alimento. Aguas en las que
viven anfibios, desde la típica rana, a sapillos parteros
(exclusivos de Andalucía Oriental), salamandras, y tritones, y
aprovechan los reptiles, como la culebra de agua, Natrix Maura,
para cazar y desplazarse a largas distancias.
En la media montaña, los cursos de las acequias son fácilmente
detectables porque marcan una línea de vegetación de ribera que
las diferencia del paisaje habitual, ya sea de matorral o
agrícola. Sauces, zarzas y rosales silvestres. «Gracias a las
acequias se ha incrementado la presencia de especies amenazadas de
extinción y endémicas de Sierra Nevada, como el
Tephroseris
elodes, que estaba casi extinguido», afirma Javier Sánchez,
que señala la evolución de esta planta, con flores similares a las
margaritas, y el crecimiento de los bosquetes de robles, como el
resultado de la mejora de acequias de la sierra. La vegetación que
rodea los cauces es el refugio perfecto para especies de
micromamíferos, ratones de campo, lirones, topillos, y otros
muchos, que sirven de alimento a los carnívoros, como zorros,
gatos monteses, tejones, jinetas y garduñas, que se desplazan a lo
largo de las acequias, por lo que no es difícil ver a un zorro en
la Alpujarra oeste, y volver a localizarlo en el este, en Almería,
unos días después. La localización de letrinas de tejones junto a
las acequias demuestra que se han incrementado las poblaciones de
estas especies en zonas próximas a las redes de acequias.
‘Careo’ y pastizales
En la alta montaña es habitual ver como el agua de las acequias se
derrama y esparce en las zonas menos accidentadas, con espacios
más llanos. No se trata de cauces que están mal construidos y
dejan escapar el agua. Son las acequias de ‘careo’ cuya función es
permitir que el agua inunde los espacios circundantes y se generen
pastizales en los que el ganado puede hundir su cara para comer y
beber. «Es por eso por lo que se les conoce con el nombre de
careo, porque el ganado puede dar la cara al pasto», afirman los
especialistas.
La acequia inicial conduce gran parte del agua hacia cotas más
bajas desde donde se conecta con las de riego. Según los datos de
la Junta de Andalucía, que desde hace más de diez años mantiene en
marcha los programas de recuperación, de los 2.400 kilómetros de
acequias censadas en la provincia de Granada, en la Sierra hay 840
kilómetros de los que 385 son de ‘careo’, otros 365 son de riego y
otros 99 son de cursos de agua mixtos, ‘careo’ y riego. Son los
tradicionales ‘caminos del agua’ que sobreviven a los siglos.
Soportújar. Investigadores de la Universidad de Oujda
(Marruecos) y técnicos del Parque de Sierra Nevada,
visitan la gran balsa que forma laacequia de Almiar,
entre Soportújar y Cáñar.
Apuesta científica y cooperación
La puesta en valor y recuperación de las redes de acequias en
Sierra Nevada y la Alpujarra, genera la visita de numerosos grupos
de científicos que estudian la influencia del agua y sus formas de
dIstribución en los ecosistemas y su uso agrícola y ganadero. Un
grupo de investigadores de la Universidad de Oujda (Marruécos)
comprobaba 'in situ' la recuperación de las acequias que discurren
entre Soportújar y Cáñar, con la gran balsa de Almiar como un
nuevo humedal en plena Alpujarra.
Restauración
Municipios: La recuperación de acequias ha beneficiado a 33
municipios de los que 12 son de Almería y 21 de Granada.
Inversión: Durante una década se han invertido algo más de 5,2
millones de euros, que han dotado a esa zona de 15.000 jornales
repartidos entre 86 personas.
Kilómetros: Se han recuperado 37,5 kilómetros de acequias que
estaban perdidas, y restaurado otros 302 kilómetros, de los 840
que forman la red de la Alpujarra, que se complementa con otras
zonas de la Sierra hasta llegar a más de un millar.
Aljibes: Han sido restaurados 5 aljibes para la captación de agua
de lluvia en la media montaña y la conservación de aguas de
deshielo.
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Acequia
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Acequia de Aynadamar
Acequia de la Pavilla
Acequia del Toril
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Granada y las tierras del sureste de Andalucía poseen la
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vivir en tiempos de estío