Ruidos
en la ciudad, contaminación acústica urbana
El ruido en una ciudad media, con alrededor de 300.000 habitantes,
supera en más de 15 decibelios los límites legales. Cuando la
ciudad parece silenciosa está rozando los niveles máximos
Mediciones realizadas en la ciudad de Granada, considerada
técnicamente como la más ruidosa de España
JUAN ENRIQUE GÓMEZ- IDEAL- * WASTE MAGAZINE
Granada ocupa el primer puesto en la lista de las ciudades más
ruidosas de España. La realidad del ruido en la ciudad, medido a
lo largo de toda una jornada con la ayuda de instrumentos de
medición sonora de la Asociación Granada contra el Ruido, no deja
lugar a la duda. De forma casi generalizada se superan en 15
decibelios los máximos permitidos por la ordenanza municipal que
regula las emisiones acústicas en el casco urbano, lo que supone
unos niveles que pueden provocar serios problemas a la salud de
los ciudadanos. Motos, autobuses urbanos, martilleos de obras,
gritos y el paso sobre adoquines de los vehículos son las
emisiones que han registrado valores más altos.
Datos extrapolables, por las características de la ciudad de
Granada, a ciudades de denso nucleo central urbano, turismo,
actividad juvenil universitaria y densidad de tráfico alta.
La ciudad está en silencio. El centro de Granada, Puerta Real,
parece tranquilo. Los ciudadanos afirman disfrutar de una mañana
de paz y sosiego. Son las 11 horas del viernes 9 de febrero. El
sonómetro, perfectamente calibrado, marca un nivel de 62
decibelios, sólo 8 menos que el máximo ruido permitido por la
ordenanza municipal aprobada recientemente. «Estamos tan
acostumbrados a la contaminación acústica de la ciudad que 62
decibelios, que está muy por encima de lo que se consideraría
tranquilidad, de 20 a 30, nos parece una gloria para los
sentidos», afirma Francisco Morales, presidente de la Asociación
Granada contra el ruido que, sonómetro en mano, ha medido las
emisiones acústicas de la ciudad.
La aparente tranquilidad dura poco tiempo. Al abrirse el semáforo
de Puerta Real, la pantalla del sonómetro sube a 85 decibelios, 15
más que el máximo permitido. No ha pasado ningún vehículo
preparado para destrozar tímpanos, sólo han iniciado la marcha, un
coche, un autobús y una moto. El paso de los coches por ese punto,
una vez iniciada la marcha, hace bajar las medidas a 78
decibelios, 8 más de los permitidos. Sólo un autobús urbano lanza
la medida hasta 82 (el límite máximo es 70) El sonido ambiente del
centro de Granada oscila entre 63 y 72, aún sobrepasa en 2
puntos el nivel máximo.
Muy cerca, en la calle Párraga, albaniles trabajan para adoquinar
la calle, martillean de forma suave. De 55 decibelios (sin
martillo) pasa a 70 (el máximo) en cada golpe. Los percutores para
la apertura de zanjas ubicados en la calle Paz, superaron los 103
decibelios (a 140 el tímpano estalla).
El adoquinado del centro es una de las causas que ha llevado a
Granada al primer puesto de las ciudades ruidosas. El paso de
vehículos en la calle Alhóndiga supera con creces los límites, un
camión de reparto dispara el sonómetro a 84, supera en 14 el
máximo permitido, una furgoneta se sitúa en 81 y una moto no
alterada en 75. «Estamos junto a un hotel, el paso intermitente de
emisiones acústicas de este tipo puede romper los nervios a
cualquiera», afirma Francisco Morales, mientras que pasa una moto
de reparto de pizzas y el equipo de medición se dispara: 92
decibelios a pesar de ser un vehículo que, teóricamente representa
a una empresa y puede ser perfectamente controlado.
Alhamar y Ronda
La calle Alhamar, a pesar de ser una zona comercial, está muy
habitada. Sus niveles sonoros normales, sin coches, se sitúan
entre 62 y 68. Sólo faltan dos puntos para el máximo, pero no hay
que esperar demasiado para que al paso de una moto normal el nivel
suba hasta 76. El paso de coches y gentes mantiene el sonómetro
muy cerca del máximo. Los operarios que trabajan en la instalación
de cables subterráneos no usan hoy sus martillos percutores.
El Camino de Ronda puede considerarse la vía más contaminada de la
ciudad. Además de los humos de los coches, el ruido es
impresionante. «Yo me tengo que poner una radio con música para
poder estar aquí y que tape el sonido de la calle», afirma la
vendedora de un quisoco de la ONCE. El paso de un autobús urbano
junto al cruce de Recogidas marca la segunda medición más alta, 97
decibelios, 27 más de lo permitido. El cláxon de un coche, es la
primera, 99 puntos. La totalidad del Camino de Ronda, en el paso
normal de vehículos supera también en 4 el valor máximo legal.
24 infracciones
Durante 15 minutos de la tarde del viernes se midió el paso de 63
motos. De ellas 24 rebasaron con creces el máximo permitido. La
mitad de ellas rlo superaron en más de 10 decibelios.
Policías impasibles
Mientras se realizaban las mediciones, tanto por la mañana como
por la tarde, algunas emisiones presuntamente ilegales se
produjeron junto a agentes de la Policía Local. En ningún momento
hubo actuación alguna por parte de los guardias. Afirmaron que no
era esa la misión que se les tenía encomendada. Tras la puesta en
marcha de la ordenanza sólo se ha realizado un control puntual
contra los ruidos.
Niveles de ruidos
El paso de una moto policial por la calle Recogidas, sin activar
la sirena, produce un sonido que sobrepasa en 13 puntos los
máximos de ruido general para la zona que permite la odenanza
municipal.
El patio del colegio:
El sonido más alto registrado durante la mañana fue el provocado
por el griterío de los escolares de un colegio público del centro
de la ciudad. Llegó a 109 decibelios, 39 más del máximo permitido.
El camión del tapicero: A pesar de estar totalmente
prohibido, algunos vendedores ambulantes utilizan altavoces en sus
vehículos como reclamo publicitario. El camión del tapicero, lanza
el sonómetro a 11 puntos más de los autorizados.
Calle peatonal: La calle Mesones podría ser de las más
tranquilas por la inexistencia de coches. Nada más lejos de la
realidad. Su nivel de ruedo oscila entre 62 y 64, le falta muy
poco para la ilegalidad.
Teléfono móvil: El timbre de un móvil junto a nosotros, en
una calle de Granada también podría considerarse ilegal, ya que
supera en 3 el nivel de la ordenanza.
Cafetería: El interior de una cafetería a media mañana, con
una ocupación media de clientes, produce sonidos que oscilan entre
lo legal y lo ilegal (entre 67 y 73) aunque no existe normativa
que regule las emisiones acústicas en el interior de
establecimientos.
Asociación contra el ruido
www.ruidos.org
Plataforma contra el ruido de
los aviones del
aeropuerto de manises-valencia.
www.antiruidoaviones.org
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