PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
Riofrío, aguas arriba
Corrientes subterráneas de Sierra Gorda afloran para aliviar la
presión del interior de la tierra y alimentar el antiguo cauce
truchero del Poniente granadino
Arroyos y fuentes de aguas rápidas, tumultuosas y efímeras que
solo es posible contemplar en épocas de lluvias y cambian, a su
antojo, el lugar donde nace Riofrío
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Es una válvula de escape, un sistema que la naturaleza crea para
dejar salir el agua que le sobra en el interior de la tierra y
evitar que los acuíferos se colapsen y generen movimientos
desastrosos para los ecosistemas. Los geólogos le llaman ‘trop
plein’ que no es más que un aliviadero, un lugar por el que el
agua rebosa hacia el exterior y forma nacimientos, fuentes y
arroyos. Es un fenómeno hidrológico difícil de observar
porque son realmente escasos los lugares donde se produce de forma
visible. (...)
(...) El río de las piscifactorias trucheras del poniente
granadino, Riofrío, no tiene un único nacimiento. Aguas arriba del
pequeño lago en el que aparentemente inicia su recorrido, las
rocas karsticas de las estribaciones de Sierra Gorda (el sistema
montañoso situado al sureste de Loja) presentan una de esas
extraordinarias salidas preparadas para que el agua encuentre un
camino hacia el exterior cuando el nivel freático supera sus
puntos habituales de salida.
La imagen que ofrece es cambiante y depende de los caudales
hidrológicos que se hayan dado durante el año. En Riofrío, las
aguas bajan rápidas desde ese punto al que los vecinos conocen
como el manantial de la sierra. Lo hace así durante casi todo el
año, aunque en verano desciende su nivel y en ocasiones ha llegado
a secarse por completo, lo que afecta solo a la parte alta, ya que
el verdadero cauce, aguas abajo, está alimentado por el nacimiento
que todo el mundo conoce y que se encuentra en el extremo sur de
la población junto a antiguos molinos y estructuras hidráulicas
del siglo XIX como el de la Maquinilla, donde una densa
arboleda de sauces y álamos rodea un pequeño lago que recoge
el agua de fuentes y surgencias situadas en sus inmediaciones, que
en realidad son las salidas naturales del acuífero de Sierra Gorda
y el inicio permanente de este río, que antiguamente albergaba una
de las principales poblaciones de trucha autóctona de España, de
las que aún se conservan algunas de ellas, pero se encuentran
mezcladas con las que, aguas abajo, se escapan de la
piscifactoría.
FOTOGALERÍA: J. E. GÓMEZ
Para conocer Riofrío no basta con pasear por las áreas de
restaurantes trucheros, o junto a los estanques y esclusas
piscícolas, donde nadan esturiones destinados a producir caviar,
hay que adentrarse en el espacio natural que crean los
manantiales.
En el extremo opuesto al área comercial, la calle baja hacia el
nacimiento. Carteles informativos marcan el camino a seguir hasta
el lago donde las aguas se remansan antes de continuar hacia el
interior del pueblo. Es el punto desde el que parte, a la
izquierda del cauce aguas arriba, un sendero que se adentra entre
los restos de los antiguos molinos. Es un paseo de
aproximadamente cuatrocientos metros que discurre entre una densa
vegetación de ribera que en algunos puntos forma verdaderos
túneles de ramas de sauces, higueras y zarzales. El sonido
de los ruiseñores y papamoscas se deja oír entre la espesa
maraña verde que cae hacia el cauce, en algunos puntos remansado y
plagado de vegetación acuática, donde es posible encontrar
moluscos de agua dulce exclusivos de la provincia de Granada y en
peligro de extinción como el minúsculo
Boetersiella davisi,
que solo vive aquí y en algunas fuentes de Padul y Dúrcal.
Nacimiento
Los remansos del río es el lugar donde el agua surge del interior
e la tierra, son los nacimientos permanentes de este río que
vierte sus aguas en el Arroyo Salado que después desemboca en el
Genil.
Dede este punto hacia arriba, las aguas proceden del ‘trop
plein’, del manantial de la sierra. El camino continúa
su ascenso junto al cauce que en esa altura es pendiente y forma
rápidos que inundan su entorno y discurren junto a unas grandes
higueras que se dejan rodear por el agua, entre piedras cubiertas
de musgos y vegetación acuática.
Es un ecosistema único, las corrientes subterráneas mantienen las
aguas a temperaturas constantes, 15 grados en cualquier época del
año, lo que favorece el crecimiento de la vegetación más
exuberante.
No es posible pensar que unos metros más arriba solo hay unas
rocas grises, y bajo ellas lo que parece un gran charco de aguas
tranquilas que, al llenarse, rebosa y cae con fuerza por la
ladera. El acuífero deja escapar un millar de litros por segundo.
Es el nacimiento del cauce llamado Riofrío, pero en realidad es la
puerta exterior de los arroyos que surgen de las entrañas de la
tierra.
Protección para un espacio hidrológico único
La parte alta de los nacimientos de Riofrío forman un territorio
extraordinario que debería contar con alguna figura de protección
legal, ya que son muy pocos los lugares donde pueden verse
surgencias ‘trop plein’ por las que desaguan los acuíferos
subterráneos. Además, hay poblaciones de moluscos de agua dulce
amenazados de extinción. Solo esas dos cuestiones serían motivo
suficiente para que la administración pusiera en marcha medidas
para la protección de este espacio natural.
Puente del XVI Le llaman el puente romano de Riofrío,
pero en realidad es del siglo XVI, construido por un
particular, el ganadero Bartolomé Sánchez del Águila, por
utilizar los pastos de la dehesa de Allozares. El constructor
fue Francisco de Ximena, que lo terminó en 1538 tras cinco
años de trabajo.
¿Dónde está?:
Los dos manantiales principales de Riofrío están al suroeste de la
población, en la zona de los viejos molinos y en las estribaciones
de Sierra Gorda, junto a la vía del tren que accede a la
localidad.
¿Cómo llegar?: Desde la zona de restaurantes, andando,
tomar la calle que discurre junto al río en sentido ascendente.
Hay carteles que indican el camino hacia el nacimiento. Una vez
que se ha llegado al pequeño lago-estanque, donde están las
surgencias permanentes, tomar el camino de la izquierda para
ascender hacia la sierra entre los restos de los viejos molinos.
Se llega a los rápidos que parten del nacimiento alto, el ‘trop
plein’ de Riofrío. Son solo 400 metros.
Coordenadas: El nacimiento e inicio del camino,
está en 37° 9’1.22’’N 4°12’19.59’’O. El segundo nacimiento,
el ‘trop plein’ está en 37° 8’50.25’’N
4°12’18.80’’O.
RÍOFRÍO, UN ECOSISTEMA DE 15 GRADOS
Las aguas de Riofrío mantienen una temperatura constante que le
convierten en un paraíso para aves, anfibios, mamíferos, truchas y
esturiones
Acuicultura ecológica, el caviar de Riofrío
Sus aguas y riberas crean un especial paraíso en el que las
piscifactorías sirven para la protección de hábitats y especies
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
En Riofrío no hace calor, al menos bajo sus aguas. Es la cualidad
natural que ha convertido el cauce de este pequeño y constante
afluente del Arroyo Salado, en uno de los paraísos naturales del
sur de la península Ibérica. Un ecosistema en el que los
termómetros marcan 15 grados centígrados ya sea agosto o enero,
verano o invierno, lo que para los científicos es una
característica que permite la pervivencia de una rica
biodiversidad con especies animales y vegetales que, en otros
lugares, emigran según las épocas y que en la localidad de
Riofrío, en el municipio de Loja, se mantienen de forma
permanente, sobre todo aves acuáticas o asociadas a los
ecosistemas de ribera....
... El equilibrio en la
temperatura del agua es la clave para la existencia de una de las
piscifactorías más importantes de Europa y donde, además de la
cría de truchas, se ha logrado la recuperación y comercialización
del esturión autóctono del área mediterránea, Acipenser naccarii,
(que solo se encontraba en el sur de la península en el cauce del
Guadalquivir), del que se extraen caviar, carnes y ahumados,
productos de altísimo nivel que aportan una dimensión especial a
esta zona de la provincia de Granada y que han demostrado que es
posible conseguir un equilibrio entre la protección y la
explotación de recursos naturales.
La presencia de la piscifactoría ha sido el elemento fundamental
que ha evitado que el cauce y las aguas del río sean alteradas y,
por lo tanto, se mantenga un ecosistema casi imposible de
encontrar en otros puntos de la geografía andaluza. Desde el
nacimiento del río, poco más arriba del núcleo de población que
forma Riofrío, que como dicen con ironía sus vecinos: «No es más
que un montón de restaurantes y sus casas adosadas», el agua cae
como tantos otros cauces de montaña, libre de vertidos y sin
encontrarse elementos extraños que la contaminen.
Sin variaciones
«La gran cualidad de este caudal es que se puede decir que su
temperatura no cambia, siempre está a 15 grados, con variaciones
mínimas, lo que genera una estabilidad favorable para muchas
especies», dice el biólogo y director de la piscifactoría y la
empresa Caviar de Riofrío, Alberto Domezain Fau, quien afirma que
no habría sido posible conseguir la pervivencia y recuperación del
esturión si no fuese por la limpieza y temperatura en todo el
cauce y durante los doce meses del año.
El agua del río surge del interior de las montañas de Loja, de la
sierra del Hacho. Son aguas subterráneas que se mantienen a bajas
temperaturas y que al brotar logran mantenerse al menos en un
recorrido de varios kilómetros aguas abajo hasta desembocar en el
Arroyo Salado. «Se han dado casos de tener temperaturas de once
grados bajo cero en los alrededores del cauce y el agua estaba a
15 grados, incluso la ribera como tal se encontraba muy por encima
de la temperatura que registrábamos a una decena de metros del
cauce», dice Alberto Domezain.

BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Änades
Aves de humedal
En el cauce, junto a las pequeñas lagunas de salida del agua de la
piscifactoría, e incluso en las piscinas de la explotación, viven
poblaciones de ánades azulones, (Anas platyrhynchos), que
aprovechan las algas, plantas, e invertebrados que viven en el río
y entre la vegetación. Los ánades no se marchan, e incluso crían
en el cauce del río. La presencia de esta especie de aves
acuáticas es habitual en casi todas las zonas húmedas del sur de
España, pero no es tan normal encontrarse con otros patos como
cercetas, rabudos y cucharas, que necesitan de espacios más
salvajes. La presencia de estas anátidas indica que la
cuenca se mantiene con unas características naturales que no son
fáciles de encontrar.
Llama la atención que crecen las poblaciones de anfibios,
galápagos autóctonos, que han colonizado las riberas. Hace unos
años no había vegetación lagunar en las riberas de Riofrío,
simplemente se encontraban las clásicas mimbreras, zarzas,
juncales y otras especies de plantas aromáticas propias de los
entornos de los cauces de agua como mentas fuertes (mastranzos),
Ruibarbo de los pobres, álamos, sauces y tarajes. Pero ahora, tras
una serie de intervenciones llevadas a cabo por parte de los
biólogos responsables de la piscifactoría, hay vegetación lagunar,
aneas, carrizos y plantas acuáticas, macrofitos, que cumplen una
importante función, la de depurar las aguas.
«Hemos creado pequeñas lagunas en puntos concretos del cauce a lo
largo de la piscifactoría, aguas abajo, en las que se han
naturalizado ecosistemas lagunares, fundamentalmente con
aneas y carrizos, que tienen como misión hacer de depuradores
naturales de los residuos orgánicos que genera la producción de
truchas y esturiones», dice el director de Caviar de Riofrío. Han
copiado lo que ocurre en el entorno de las lagunas naturales,
donde la vegetación hace la función de filtro natural de materia
orgánica y de hábitat para una gran cantidad de especies, que
entre otras cosas, asumen y reciclan los residuos. Hay una
plantación lagunar tras las primeras piscinas donde crecen los
esturiones, y otras al final del recorrido de la piscifactoría,
que recogen las aguas que ya han pasado por las instalaciones de
la piscifactoría y vuelven a formar parte del cauce. «Es el mejor
filtro posible para mantener la cualidad ecológica de todo el
sistema. El agua vuelve al río en perfectas condiciones, y es
gracias a las aneas, carrizos, y la fauna asociada a estos
hábitats», dice el responsable de la explotación.
Es curioso comprobar como grupos de galápagos leprosos, Mauremys
leprosa, toman el sol junto a los muros de las albercas, y saltan
al agua para nadar hacia los carrizales en el momento en que
alguien se acerca a ellos. «Se dan circunstancias curiosas, como
observar que los ánades se convierten en buceadores para
aprovechar los residuos y buscar invertebrados en las piscinas»,
dice Domezain, para quien la presencia continua de grupos de patos
no es un problema para la piscifactoría, sino una garantía de
calidad.
Los vecinos de Riofrío valoran de forma muy positiva la calidad
ambiental del río junto al que viven, e incluso que haya patos
salvajes en su entorno. «Hasta hace poco tiempo había que echar a
los furtivos que acudían a la piscifactoría para cazarlos, pero
ahora la gente entiende que son parte importante del atractivo de
esta zona». En el interior de la población, los patos se han hecho
parte inherente del paisaje y son un aliciente para las familias
que se acercan a pasar el día en Riofrío. Una de las diversiones
es echar de comer a los ánades, aunque se trata de una práctica
que no debería permitirse ya que genera una intromisión en la vida
salvaje y que los patos se acostumbren a una forma de conseguir
comida que no es la adecuada para ellos, pero al fin y al cabo,
dicen en el pueblo, «es un atractivo y ya son casi domésticos».
En las riberas de Riofrío, hay poblaciones de rabilargos, que
aprovechan la estabilidad de temperaturas de las aguas y la
presencia humana, además de urracas y una gran cantidad de
especies de pajarillos paseriformes, currucas, petirojos,
pinzones, herrerillos, carboneros y ruiseñor bastardo, que suena
insistentemente entre los carrizales, además de los ominipresentes
gorriones. «Toda esta variedad no sería posible si el río y su
entorno perdiesen su esencia natural».
Un paraíso a 15 grados, que se mantiene gracias a que el recorrido
del cauce, desde el nacimiento a la desembocadura es muy corto y
todo el mundo cuida de no contaminarlo, les va el futuro en
ello.
Esturiones en aguas del sur
Acipenser naccarii (Esturión) -
ficha y fotos


El caviar ya no es persa, sino de Riofrío, y esa distinción no
supone una merma en la calidad sino, para muchos, un valor
añadido. En Riofrío han logrado reintroducir una especie que se
encontraba en retroceso, el esturión del adriático, en vías de
extinción en sus hábitats originales en Europa, ya que la que
vivía en la desembocadura del Guadalquivir, donde eran pescados de
forma indiscriminada para la extracción del caviar y el uso de su
carne, desapareció casi por completo debido a la sobreexplotación
y la contaminación del río. El esturión es una especie que como el
salmón vive entre el mar y los ríos a los que acude a criar,
asciende aguas arriba para desovar. En Riofrío, los responsables
de la piscifactoría poblaron las aguas con esturiones procedentes
del río Po, en Italia, y consiguieron su adaptación a las aguas
granadinas. La cría comenzó a mediados de los años 80 con la vista
puesta en 2002 para conseguir los primeros lotes de caviar de
Riofrío. El objetivo se logró y desde ese momento este producto
granadino se ha convertido en uno de los más cotizados del mundo.
El secreto está en la calidad de las aguas del río y en los
esturiones, una especie con 250 millones de años de antigüedad.
