PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
Reportajes
LOS MIL Y UN MANANTIALES DEL FARDES
LOS SECRETOS DEL FARDES
Junto al Molinillo, entre umbrías de densas arboledas, dos arroyos dan vida al río más largo de Granada
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Aún quedan hojas rojas y amarillas entre las ramas de los bosques de ribera que protagonizan el paisaje entre la Venta del Molinillo y Pradonegro . Álamos, fresnos, sauces y arces que delatan el paso del agua, el camino que siguen los arroyos de las sierras. Visto desde aire, es una marca de colores ocres que serpentea entre el verde oscuro y el gris de los bosques y rocas kársticas del extremo este del Parque Natural de la Sierra de Huétor. Una línea que se extiende a través de los barrancos que llegan hasta la depresión de Guadix, tiñe de color las tierras áridas del corazón de los ‘badlands’ y llega hasta el pantano del Negratín. Es el río Fardes, que tras unirse al Gergal en el embalse, se convierte en el Guadiana Menor, uno de los principales afluentes del Guadalquivir. (...)
VÍDEOS * Play list Fardes y sierra de Huétor
Vídeo inicial: ENTRE LOS POTROS Y EL FARDES
VÍDEO: MERCHE S. CALLE Y J. E. GÓMEZ
(...) El Fardes nace en las alamedas naturales del Molinillo, al pie de la A92, junto a los cortijos del curandero conocido como el ‘santo Manuel’ y las casas del núcleo rural del Molinillo, donde se produce la unión de las aguas del arroyo de los Vaqueros, que bajan desde los cerros de las Mimbres, con las del arroyo de Pradonegro, que antes ha recibido el caudal de las que llaman las minas de agua de Fuente Grande, en el interior de la sierra de Huétor, muy cerca ya de la conocida área recreativa de Los Potros. Un trazado de ribera con amplias zonas de inundación en tiempos de crecidas que esconde parajes de ensueño, pequeños remansos de aguas cristalinas donde aún es posible encontrar cangrejos de río autóctonos y trucha ibérica, espacios en los que la vegetación surge entre las aguas, donde las raíces rojas de los álamos parecen guirnaldas navideñas que se extienden bajo la superficie.
El territorio comprendido entre el Molinillo y Pradonegro es un espacio desconocido a pesar de encontrarse a pie de autovía y aun paso del área recreativa más concurrida de la sierra de Huétor. Cuando el invierno solo ha comenzado, los árboles mantienen aún parte de su belleza otoñal que compite con el verdor apagado de pinos y encinas. A solo un kilómetro de Los Potros parte un carril descendente que accede hasta el arroyo de Pradonegro y continúa por el camino conocido como de la Hacienda, una antigua explotación agrícola, ganadera y maderera de la que aún se conservan, en estado ruinoso, algunas de sus edificaciones, entre ellas una vieja ermita, fuentes y abrevaderos que aprovechaban el agua del arroyo. Junto a la Hacienda, están las instalaciones del centro de cría de cangrejo y trucha de la Junta de Andalucía. El sendero sigue hasta encontrarse con el paraje del Molinillo, un lugar llano donde el agua llega a generar zonas encharcadas, el espacio donde grupos de voluntarios reconstruyeron acequias trazadas para crear hábitats de libélulas.
El agua del arroyo de Pradonegro se remansa entre los fresnos hasta que, solo unos metros más abajo, al otro lado de la antigua carretera de Guadix, continúa rápida, entre torrentes, para unirse al caudal del arroyo de los Vaqueros y dar a luz al Fardes.
Reportaje
ARROYOS QUE SE TORNAN RÍOS
Llevan sus aguas desde Pradonegro, Fuente Grande y el Chorrillo para llenar el cauce del Fardes y regar el noreste de Granada
Las rocas calcáreas de la sierra de Huétor dejan escapar el agua almacenada bajo la tierra, que desde barranqueras y vaguadas crean cauces que discurren entre encinares y alamedas
Por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / IDEAL - Waste Magazine
FOTOGALERÍA. RÍO FARDES-ARROYO PRADONEGRO
Las alas, de un intenso color azul, irradian destellos de luz mientras vuelan entre las ramas de sauces y los tallos espinosos de los rosales. Son unos singulares caballitos del diablo cuya presencia delata la existencia de cursos de agua, de acequias y manantiales escondidos en el interior de las sierras. Se llaman Calopteryx virgo, que en el caso de los machos tienen las alas doradas. Son odonatos que solo se pueden observar en zonas de media y alta montaña, donde ejercen de bioindicadores de la calidad de las aguas junto a las que habitan: arroyos y surgencias que en algunos casos no podríamos descubrir si no se detectase el vuelo de esta especie a la que llaman libélula azul y ‘bella dama’. Son pobladores habituales de algunas de zonas ocultas de la sierra de Huétor y de los numerosos manantiales que desde los cortados de Majalijar, los barrancos de Pradonegro y el Molinillo, discurren entre vaguadas y generan pequeños arroyos que al unirse crean uno de los ríos más importantes de la provincia de Granada, el Fardes, que nace de la fusión de aguas surgidas del acuífero subterráneo de las sierras de Arana y Huétor, que afloran con vocación de convertirse en grandes ríos e incluso en cuencas con nombre propio. (..)
El multicolor saurio ibérico
Es uno de los habitantes habituales de las sierras granadinas, que se puede observar especialmente en la de Huétor y en la media montaña que rodea Sierra Nevada. Durante el verano se pueden ver entre la hojarasca de los bosques y sobre las piedras, tomando el sol, individuos jóvenes de Timon lepidus, el lagarto ocelado, que espera paciente la llegada de insectos con los que alimentarse.
(..) Las laderas que caen desde la zona conocida como la Fuente de los Potros hacia el Puerto de la Mora y la Venta del Molinillo, acogen un sinfín de cursos de agua, de hilos conductores que forman, al este de los Potros, un entramado que alimenta el arroyo de las Perdices, que baja junto al cortijo del Chorrillo; el arroyo de Palacios, que lo hace por las vaguadas intermedias con los accesos al Molinillo, que están regados por el mayor de los cauces de esta zona, el arroyo de Pradonegro, que llega desde la aldea de montaña a través de unas espectaculares cascadas situadas a media ladera. Son los principales cauces que se unen al barranco de los Vaqueros, que al recibir el agua del arroyo de Pradonegro, en la Venta del Molinillo, bajo la antigua carretera de Murcia, cambia su nombre por el de arroyo del Fardes, que desde aquí pasa a ser el río Fardes, que al otro lado de la sierra de Huétor, hacia la Peza, llenará el pantano de Abellán, y casi 70 kilómetros después unirá sus fuerzas a otros cauces para llenar el embalse del Negratín convertidos ya en el Guadiana Menor.
Un sencillo recorrido de pocos kilómetros permite conocer y observar el camino del agua entre sus nacimientos y los arroyos que confluirán en el Fardes. A solo 250 metros al noreste, desde el área recreativa de los Potros, parte un carril a la derecha que 1,4 kilómetros más abajo se cruza con el arroyo de Pradonegro, caudaloso después de recoger el agua de las surgencias del arroyo de Fuente Grande y haber dejado atrás sus cascadas, cerradas y travertinos calcáreos. Es un camino entre encinares y pinos, que discurre junto a un pequeño cauce que recoge aguas que, montaña arriba, se han filtrado de la histórica acequia del Fardes y bajan como elemento generador de un eje verde, húmedo, en el que abundan los juncales, en un paisaje generalmente seco y árido, donde es posible observar lagartos ocelados sobre las piedras, aves forestales y vegetación de ribera.
El camino llega hasta una alameda en la que las aguas de la acequia se encuentran con el arroyo de Pradonegro, con pozas donde habitan zapateros e insectos acuáticos, moluscos, truchas y fueron habitadas hace años por cangrejos autóctonos de río. Un ecosistema en el que es posible llevarse la sorpresa de observar como nada un pequeño roedor, el escasísimo musgaño de Cabrera.
Desde allí se puede caminar hacia la Ermita y junto al arroyo llegar al Molinillo y contemplar la unión de las aguas que forman el Fardes, bajo la vieja ‘venta del santo’. Es un sendero especial para las tardes de verano, en las que es posible escuchar el canto de pinzones y ruiseñores junto a herrerillos y carboneros, que compiten con el sonido del agua.
Los arroyos de Huétor, tras aflorar en sus humildes nacimientos rodeados de rosales, zarzales y chaparros, consiguen su meta de ser ríos, y cambian sus nombres por los de Fardes, Guadiana y Guadalquivir.
Reportaje
LOS MIL Y UN MANANTIALES
Fuentes y arroyos de la sierra de Huétor unen sus caudales para llenar la cuenca de un río que discurre entre bosques, vegas y desiertos
Desde los roquedos de Majalijar y el barranco de Fuente Grande, brotan aguas subterráneas que crean una red de cauces rodeados de un denso ecosistema de ribera
Por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / IDEAL - Waste Magazine,
FOTOGALERÍA, NACIMIENTOS DEL FARDES
Las rocas cambian su tonalidad gris para tapizarse de ocres y rojizos. Es el efecto que produce el agua carbonatada que discurre sobre ellas tras haber surgido del interior de la tierra. Ocurre en los múltiples cauces que discurren entre vaguadas y barranqueras, bajo los tajos y cortados del extremo norte de la sierra de Huétor, en la linde con Sierra Arana. Son pequeños arroyos que se forman gracias a manantiales y surgencias que dejan escapar el agua subterránea de un extenso acuífero, que como un gran aljibe, recoge y almacena la lluvia que cada año cae sobre un espacio natural que ejerce la función de frontera geológica y meteorológica entre las sierras béticas y la formación alpina de Sierra Nevada.
Es el territorio de las ‘mil y una’ fuentes y manantiales, donde tras cualquier roca, oquedad o prado, mana el agua de la montaña para formar senderos que tienen el agua como protagonista y generar, entre todos ellos, cauces que más tarde confluyen para formar el río Fardes, uno de los más largos, sinuosos y fructíferos de la geografía de la provincia de Granada, que desde las proximidades de Prado Negro y el Molinillo, discurre hasta desembocar en el Guadiana Menor y, desde allí, unir sus aguas al Guadalquivir.
Los mapas llaman Fardes al cauce que parte desde la Venta del Molinillo y poco a poco engrosa su caudal para llenar el pantano de Francisco Abellán, pero nadie conoce su inicio real, porque el Fardes es la unión de múltiples brotes de agua y correntías de barrancos. Hasta la Venta del Molinillo llega desde el oeste el Arroyo de las Perdices, por el cortijo Correa (aunque gran parte del año permanece seco), y desde el norte, el arroyo de Pradonegro, que a su vez recoge las numerosas afloraciones de agua del barranco de Fuente Grande, donde hace más de un milenio, los pobladores árabes de al-Andalus construyeron la acequia del Fardes, que recorre la sierra de Huétor para llegar a la Vega norte de Granada.
Desde Los Potros
Conocer el entorno de Fuente Grande es profundizar en los misterios de este río, su origen y disfrutar de sus ecosistemas. Esta alberca de aguas cristalinas, en la que se aprecia como surge desde el subsuelo y genera ondas sobre al superficie, es el punto donde se encuentra la captación de la acequia del Fardes, pero también recibe parte de su caudal del arroyo que baja desde el interior e la sierra, bajo los tajos del Jinestral, el pico de la Cruz, y Majalijar, y el estrecho valle donde se ubica el cortijo del Collado del Agua, con nombre alusivo a la gran cantidad de manantiales que se encuentran en su entorno.
Hay que llegar hasta el área recreativa de la Fuente de los Potros, en la carretera que desde la A-92 conduce a Pradonegro. Muy cerca de la aldea, 1,7 kilómetros después de las mesas y barbacóas de los Potros, en una curva muy pronunciada, parte un carril a la izquierda que se adentra en un espacio en el que está la alberca conocida como Fuente Grande. Es un ecosistema de ribera alternado con monte bajo, en el que los majuelos, mimbreras y olmos se mezclan con rosales silvestres, zarzamoras y plantas aromáticas como salvias, romeros, mejorana y tomillo. El agua del arroyo baja desde los roquedos. Más arriba, la ribera se hace angosta y el cauce discurre entre láminas de aguas rápidas y pequeñas cascadas. El origen de los arroyos está en las rocas situadas bajo los tajos, al oeste, y entre los prados aterrazados al norte, donde el agua rezuma de la tierra.
Es aleccionador caminar entre las veredas abiertas de forma natural por el flujo de las avenidas entre la vegetación del barranco, o subir hasta el carril que desde la carretera de Pradonego comunica con los cortijos situados sierra adentro. La presencia de juncales y bebederos de mariposas, junto al camino, entre orquídeas, delata los puntos en los que el agua rezuma entre rocas blandas.
Múltiples manantiales que crean acequias naturales y senderos que formarán el Arroyo de Pradonegro, que a su vez recoge el agua que cae en cascadas en el despeñadero situado en la zona baja de las fincas de esta aldea de montaña. Un cauce al que llegan los arroyos que parten de la fuente de los Potros, el más conocido de los manantiales de este espacio debido a que cuenta con una fuente pública construida a pie de carretera hace más de cuarenta años, y es el centro de un área muy concurrida en los fines de semana de otoño y primavera.
Desde Los Potros, el agua camina hacia el arroyo de Pradonegro, donde se une a los caudales de los roquedos y crear el Fardes, el protagonista de un paisaje que comienza en bosques de pinos y encinar, se adentra hacia espacios de matorral, llena el pantano de Abellán con un caudal de millones de litros (58 hectómetros cúbicos de capacidad), discurre hacia las alamedas del entorno de Guadix y se interna en las tierras áridas del altiplano. Conocer su origen es entender los caminos del agua.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Flora / vegetación
Anchuza granatensis
Andryala ragusina
Aphyllanthes monspeliensis
Apium nodiflorum
Bellis perennis
Berberis hispanica
Bupleurum spinosum
Carduncellus hispanicus subsp.
araneosus (Cardo cabrero)
Carduus
platypus subsp granatensis
Carex mairei
Centaurea calcitrapa
Centaurea ornata
Cichorium intybus
Cirsium arvense
Cirsium vulgare
Comvovulus
arvensis
Convolvulus
lineatus
Coris monspeliensis (Hierba pincel)
Crataegus monogyna
Crupina crupinastrum
Dactylorhiza
elata
Daphne
gnidium (Torvisco)
Digitalis
obscura (Digital negra)
Epilobium hirsutum
Equisetum telmateia
Eryngium dilatatum (azulillo)
Fraxinus angustifolia (Fresno)
Hedera helix (Hiedra)
Helleborus foetidus
Juncus effusus (Junco fino)
Lactuca
perennis subsp granatensis (Lechuga azul)
Linum narbonense
Linum
suffruticosum (Lino blanco)
Linum strictum
Lonicera
splendida (Madreselva)
Mantisalca salmantica
Mentha
longifolia
Paronychia
aretioides
Paronychia capitata
Phlomis lychnitis
Populus nigra (Alamo negro)
Primula acaulis (Primavera)
Ptilostemon hispanicus (Cardo perruno)
Quercus rotundifolia
Ranunculus repens
Rhamnus
myrtifolius (Carrasquilla)
Rorippa nasturtium-aquaticum
Rosa pimpinellifolia
Rubus
ulmifolius (Zarzamora)
Rumex bucephalophorus
Salix alba
Salix atrocinera
Salix fragilis (Mimbre)
Salix neotricha
Salvia phlomoides
Sambucus nigra
Sanguisorba rupicola (Sanguisorba
de roca)
Scirpoides
holoschoenus (Junco)
Schoenus nigricans (Junco negro)
Scolymus hispanicus
Scorzonera
angustifolia
Sedum
mucizonia
Sonchus aquatilis (amargon de acequia)
Spartium junceum
Odonatos
Calopteryx virgo
Orthetrum brunneun
Lepidópteros
Anthocharis euphenoides
Argynnis pandora
Aporia crataegi
Euphydryas aurinia
Maniola jurtina
Melanargia lachesis
Melitaea deione
Polyommatus bellargus
Pontia daplidice
Plebejus argus
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