Tamaño: 37 -41 cm. longitud; 68-80 cm.
envergadura
Hábitat
Sedentario Puede ir en bandadas numerosas. En zonas montañosas
hasta 3000 metros de altitud, prefiere zonas con acantilados,
cortados, riscos ya que es un excelente volador. Tambien pueden
verse en acantilados marinos. En edificios en ruinas, en vegas y
pastizales.
Alimentación: Insectivoro fundamentalmente aunque tambien puede
comer larvas, gusanos, arañas e incluso lagartijas.
Distribución: Irlanda y desde el este de Gran Bretaña hasta Asia
Central, la India y China. En España especialmente en su
tercio norte y mitad oriental. Nidificante en La Palma (Islas
Canarias) y como invernante irregular en Baleares.
Incluida en el Libro Rojo de Vertebrados amenazados de Andalucía
Es especialmente abundante en las Hoyas de Guadix y Baza en
Granada
REPORTAJE
EL CUERVO DE LAS CUMBRES DUERME EN
LAS MINAS
La chova piquirroja concentra en Sierra Nevada y las minas de
Alquife, Granada, sus mayores poblaciones y dormideros en toda
Europa
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE
Su vuelo a ras de suelo entre los roquedos y valles glaciares de
Sierra Nevada forma parte del paisaje estival de la alta montaña
granada. Una estilizada mancha negra cruza veloz el abismo bajo
los cortados y tajos del corral del Veleta en dirección a los
pastizales, a los borreguiles situados a más de 2.500 metros de
altitud en la vertiente noroeste de Sierra Nevada. Es un ave de
tamaño medio (70 cm de envergadura) de color negro con el pico
coloreado de rojo intenso. Es una chova piquirroja (Pyrrhocorax
pyrrhocorax), un ave de la familia de los cuervos, que
habita en las estepas y la alta montaña. Vuela en parejas y en
grandes grupos. Su canto, un piar sonoro e insistente, se
convierte en uno de los sonidos habituales en los senderos y
veredas que transitan las zonas montañosas. Su presencia es
habitual en los veranos nevadenses, cuando es posible contemplar
como grandes bandos colonizan los pastizales en busca de
invertebrados, sobre todo coleópteros y ortópteros, y al llegar la
tarde, antes de la puesta de sol, emprenden vuelo hacia sus
dormideros, situados abajo, al borde de la montaña, donde a la
mañana siguiente, con el alba, volverán a volar hasta las cumbres.
La chova piquirroja es el cuervo de las altas cumbres, inherente a
la imagen de Sierra Nevada, el macizo montañoso donde posee una de
las mayores poblaciones de Europa y el lugar donde se ha
convertido en protagonista de investigaciones científicas clave
para evaluar los efectos del cambio climático y la antropización
en zonas tan importantes como la alta montaña y las llanuras
esteparias.
Grupo de chovas antes de dirigirse al dormidero en Alquife.
Foto: José Miguel Barea
Dormideros
«Cada día, centenares de aves vuelan entre las cumbres y sus
dormideros, situados en su mayoría en zonas áridas como Alquife y
el Marquesado, en la cara norte de la Sierra y localidades como
Dúrcal, Quéntar, Nigüelas y Güéjar Sierra, en la vertiente oeste»,
afirma el técnico de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de
Andalucía, José Miguel Barea, que junto a otros técnicos e
investigadores realizan seguimientos de esta especie para conocer
la evolución de sus poblaciones, «que han descendido
considerablemente en los últimos años, con una reducción global de
un 60%, que se incrementa en las zonas de mayor presencia de
senderistas», afirma Jesús Zúñiga, investigador de la UGR, que
además de las observaciones en la sierra, realizan seguimientos en
los dormideros a los que acuden cada noche. «Es impresionante ver
la llegada de los bandos de chovas desde las laderas y cordales de
la Sierra a las llanuras del Marquesado. Se ven grandes grupos
bajar desde el Puerto de Trevelez, hacia Alquife», dice Zúñiga,
que ha confirmado que las minas de Alquife, algunas galerías
abandonadas, se han convertido en el mayor dormidero de Europa de
esta especie, y posiblemente el más numeroso del mundo con
concentraciones cercanas a 500 aves que vuelan entre las minas y
la Sierra, «por lo que sería importante tener este enclave
concreto en cuenta por su enorme valor ecológico para esta especie
y también para otras especies de murciélagos», dice Mariano
Guerrero, técnico de la Agencia de Medio Ambiente y Agua.
Pablo Galdo, agente de Medio Ambiente del Parque Nacional de
Sierra Nevada, observa los movimientos de estas aves y los
peligros que reducen sus poblaciones. Comenta que «se ha reducido
el pastoralísmo a la vez que se produce una expansión de
matorrales a expensas de pastizales en Sierra Nevada. En la
periferia del macizo montañoso se están produciendo importantes
cambios en los ecosistemas estepáricos, que provoca una reducción
en la disponibilidad de zonas de alimentación en el entorno de la
Sierra. Igualmente preocupante es el uso de antihelmínticos para
controlar los parásitos en el ganado».
José Miguel Barea, recuerda que la chova piquirroja está
considerada como bioindicador del estado de conservación de áreas
alpinas y subalpinas dedicadas al pastoreo tradicional. También se
considera un indicador del estado de conservación de pastizales y
agroecosistemas tradicionales, en los que se alimenta. Divisar
parejas y bandos de chovas en Sierra Nevada es constatar la buena
salud de los ecosistemas de la alta montaña.
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