Peligro, urrticante:
Las orugas de las procesionarias, con su cuerpo cubierto de largos
pelos, son peligrosas ya que son urticantes. No es necesario el
contacto directo. Cuando se sienten amenzadas pueden lanzar sus
pelos sedosos al aire. Sobre la piel provocan picores e incluso
ezcemas persistentes, pueden provocar irritación en oídos, nariz y
garganta y reacciones alérgicas intensas. Hay que tener un
especial cuidado para que los niños no las toquen.
PROCESIONARIA, PELIGRO INMINENTE
Ecólogos apuestan por controles naturales de la plaga y evitar las
fumigaciones de pinares
Más de 100.000 hectáreas de pinares del sureste de Andalucía
pueden desaparecer a causa de los efectos de la procesionaria del
pino, una plaga que se cuestiona si debe ser atacada o
simplemente, controlada
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Las repoblaciones forestales realizadas la primera mitad del siglo
XX no tuvieron en cuenta la existencia de una pequeña mariposa
nocturna, un lepidóptero, Thaumetopoea pityocampa, que iba a
convertirse en uno de los grandes problemas de las masas
forestales de la península Ibérica, Italia y el norte de África.
Este insecto, conocido por todos en su fase de oruga como
Procesionaria del pino, ha provocado ya la defoliación de millones
de hectáreas en todo el arco meridional y más de 10.000 en la
provincia de Granada, donde la totalidad de las masas forestales
de repoblación, desde la costa a Sierra Nevada, desde el poniente
al noreste, son potenciales objetivos de esta especie, que empieza
a crear problemas con el final del invierno y la llegada de la
primavera. El peligro está ahí, acecha a la espera de unos días de
calor.
VÍDEOS * PROCESIONARIA,
PLAGA
VÍDEO: MERCHE S. CALLE Y J. E. GÓMEZ
En los bosques, las típicas bolsas de seda blanca entre las ramas
de los pinos, están cargadas de larvas que desde semanas antes se
han estado alimentando de las hojas (acículas) de los pinos hasta
acabar con ellas. Con la llegada del calor, las orugas abandonarán
las bolsas y el pino, para llegar hasta la tierra, donde caminan,
en fila india (de ahí el nombre de procesionaria) hasta encontrar
un lugar adecuado para enterrarse y permanecer en otra de sus
fases de crecimiento, la pupa, hasta el verano, momento en que
saldrá la mariposa que volará hasta el pino para poner sus huevos,
de los que saldrán las larvas y comenzar un nuevo ciclo en el que
el el pinar es la víctima.
"Hasta ahora se había pensado que la única manera de combatir la
plaga era mediante las fumigaciones masivas de grandes áreas de
pinar y la retirada manual de los bolsones en zonas más
reducidas", dice el profesor de Ecología de la Universidad de
Granada, José Antonio Hódar, que junto a un equipo de
especialistas de este departamento, ha puesto sobre la mesa que
las fumigaciones no llegan a solucionar el problema "y provocan
daños graves en el entorno natural sobre el que se realizan. Solo
matan a la larva si se hacen cuando aún son pequeñas y están poco
desarrolladas, y sí afectan negativamente a la flora y fauna de
toda la zona". Afirma que los datos que les ha aportado la
Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en los
últimos años, demuestran que en los pinares donde se han realizado
fumigaciones aéreas, unos años después, la presencia de
procesionaria es similar a la que existe en pinares que no han
sido tratados con insecticidas. "Con los datos que ehmos obtenido
queda claro que la fumigación no es una buena estrategia para
combatir a la procesionaria, al menos como se han hecho los
tratamientos hasta ahora".
José A. Hódar muestra el interior de un nido
Las conclusiones de los científicos granadinos supponían una
revolución en cuanto a la forma de atacar la plaga y las
estrategias a seguir a partir de ese momento
"Lo que ya sabemos es que cuando el pino se ve defoliado, al año
siguiente, produce una nueva acícula, pero de menor calidad, lo
que hace que el número de larvas de procesionaria dentro de cada
bolsa sea menor, por lo que sobreviven menos al invierno,
sufren más parásitosis y ataques de los depredadores naturales, y
como consecuencia el efecto final es aproximadamente el mismo que
cuando fumigas con éxito. Matas a las larvas, pero la realidad es
que con los procedimientos naturales, las larvas también van a
morir, lo que indica que las fumigaciones no son
necesarias".
Los biólogos de la UGR también han descubierto que las
procesionarias no llegan a matar al pino, ya que agotarlo
significaría quedarse sin el alimento que necesitan. Han
comprobado que después de unos años, cuanto el pino está muy
afectado, las nuevas mariposas no pondrán sus huevos en esos
ejemplares, los dejarán recuperarse durante varias temporadas para
volver a ocuparlos cuando realmente se han recuperado.
No matan los pinos.
Durante décadas la batalla contra las procesionarias en los
municipios y comarcas con grandes masas forestales se ha hecho año
tras año con una gran inversión de dinero y se han llegado a
utilizar métodos tan drásticos como disparar cartuchos de
perdigones y postas con escopetas para abatir las bolsas más
altas. Los métodos manuales, donde se podían realizar, eran cortar
las ramas para después quemarlas en hogueras, lo que conlleva un
evidente peligro de incendio. "Los responsables de la gestión
forestal deberían tener en cuenta que dejar a la naturaleza seguir
su curso es el método más efectivo".
Bosques autóctonos
La forma más efectiva de acabar o controlar la plaga de
procesionaria es la eliminación de los pinares de repoblación.
Algo tan drástico no es mal visto por los especialistas y los
responsables de la gestión forestal, que ya trabajan en la
reducción de las áreas de pinar en favor de vegetación autóctona,
de la regeneración de los bosques mediterráneos con encinas,
quejigos y matorral. La menor cantidad de pinos con especies
arbustivas en el suelo reduciría considerablemente la propagación
de la procesionaria. Las labores de limpieza, clareo y plantación
de especies autóctonas en los bosques andaluces favorecerán la
disminución de la plaga, aunque por el momento, debido a que el
cambio climático, en general, provoca inviernos más cálidos, la
presencia de procesionaria crece.
No acercarse y no tocar
Los pelos brillantes de las larvas producen urticarias graves en
la piel humana
Con las orugas hay que tener un especial cuidado. Producen unos
pelillos brillantes, blancos, que son urticantes. "No hace falta
tocar a la larva para que podamos tener problemas de ronchas, con
solo pasar por un pinar infectado pueden caernos pelillos encima y
aparecerán las ronchas", dicen los especialistas, que indican que
al contrario de lo que ocurre con otros tipos de toxicidad, el
contacto reiterado no produce inmunidad, sino todo lo contrario.
Cuanto más contacto se tiene más propensa se hace la persona a
sufrir males más graves como dificultades respiratorias, llagas en
ls mucosas y otras patologías.
Por este motivo los responsables forestales deben tener un
especial cuidado en las zonas más frecuentadas por los ciudadanos,
como las áreas recreativas, donde los especialistas sí creen que
deben mantenerse las fumigaciones y las cortas manuales.
ENEMIGOS NATURALES
Pájaros insectívoros e invertebrados parásitos acaban con las
orugas
La mejor forma de combatir y mantener controladas las poblaciones
de procesionarias es fomentar la presencia de sus enemigos
naturales, de depredadores que se alimentan con las larvas. En los
bosques mediterráneos hay un tipo de pájaros insectívoros, los
páridos, que hacen verdaderos estragos en las bolsas de
procesionarias. Los más activos son los carboneros, una pequeña
ave que puede verse en casi todos los pinares. Atrapan las orugas
mientras comen entre las hojas de los pinos, e incluso abren las
bolsas con lo que pueden llegar otros más pequeños, como los
herrerillos. Aves de mayor porte, como los Críalos, también se
alimentan con las orugas. Han desarrollado un sistema que les
permite expulsar los pelos urticantes después de comerse la larva.
Cuando se entierran tienen otro ave que les ataca, las abubillas,
que localizan las pupas enterradas y las extraen con su pico,
largo y curvo.
José Antonio Hódar, indica que los invertebrados parasitóides son
los principales enemigos de las procesionarias, diminutos
insectos, dípteros e himenópteros, que llegan a poner sus huevos
en las orugas. Cuando eclosionan las larvas se alimentan de las
orugas desde dentro, por lo que mueren. "Hoy sabemos que los más
importantes son los parásitos que actúan sobre los huevos".
CICLO Y DATOS
I
nvierno: Las larvas, nacidas en el verano, pasan los meses
fríos en sus bolsones situados en las ramas de los pinos, salen
fundamentalmente de noche para alimentarse.
Primavera: Al final del invierno abandonan los pinos para
formar procesiones que tienen como objetivo enterrarse para
iniciar la fase de ?pupa’.
Verano: De la tierra salen las mariposas, que volarán hasta
los pinos para poner los huevos. La mariposa es poco conocida
porque solo vive 24 horas.
Bolsas: Están formadas por hilos sedosos en los que viven
entre 100 y 200 larvas
Recuperación: Los pinares se recuperan cuando las
procesionarias comprueban que están muy débiles y pasan unos años
sin atacarles para que se recuperen
Reportaje publicado en el dairio
IDEAL
PELIGRO PARA TUS MASCOTAS
¿Cómo afecta la procesionaria a los perros?
Reportaje de Rocío R. Gavira en el blog especializado Alzalapata
... La procesionaria provoca varias lesiones en los perros:
babeo, el animal intenta rascar desesperadamente la zona
afectada, hinchazón de la lengua, la boca, el esófago y el
estómago. “En la lengua aparecen unas manchas rojizas o
moradas...
PROCESIONARIAS, QUE NO PICAN
Ocnogyna baetica.
No todas las orugas que se ven junto a pinares y caminos son la
temida plaga de los pinos
El inicio de la primavera trae la eclosión de los nidos de
procesionaria, pero también de otras larvas de mariposas con una
imagen similar, pero no son tóxicas.