EVOLUCIÓN
* PALEOANTROPOLOGÍA * Primeuro
Hallazgo
de polen en sedimentos
El estudio de los granos fósiles permite conocer el medio ambiente
del pasado
Las especies vegetales aportan claves para conocer la evolución
climática de los yacimientos
Por Gonzalo Jiménez Moreno
LOS vegetales y los animales se diferencian, en una aproximación a
primera vista, por su capacidad de movimientos. La mayor parte de
los vegetales son incapaces de moverse, al menos en alguna
etapa de su vida, y suelen vivir fijos a un sustrato, terrestre,
orgánico o subacuático. De ahí una de sus características más
importantes, la fuerte dependencia o relación con las
características ambientales en las que viven (temperatura,
humedad, altitud, insolación, etc.), y en especial con los cambios
estacionales y temporales de estas; en resumen, son unos
excelentes indicadores medioambientales. Las variaciones anuales o
seculares en las condiciones de un medio limitan en gran medida
los tipos de plantas que viven en él, lo que es una gran ventaja
para los estudios ecológicos pues de la vegetación de una región
se pueden deducir las características ambientales de la misma.
A pesar de lo anterior hay organismos de tipo vegetal con gran
movilidad que forman parte del plancton marino, así como células
reproductivas de la mayoría de las otras plantas, que por su forma
y tamaño están adaptadas a moverse incluso a grandes distancias.
Es más, éste es el mecanismo fundamental que tienen estos
organismos para dispersarse y para evitar la endogamia y mantener
la biodiversidad.
Transporte
En la mayor parte de los casos el polen se mueve
transportado de dos formas: por los insectos (transporte
entomófilo) o por el aire (transporte anemófilo). La primera es
más eficaz y dirigida, pero por la segunda se pueden realizar
fecundaciones a mayor distancia, a veces de cientos de kilómetros,
y prácticamente al azar. Las plantas que usan este método deben
producir grandes cantidades de polen que flotan en el aire.
Esto que puede ser molesto para los humanos, produce múltiples
alergias, es de gran utilidad para los científicos; la
mayoría de los granos de polen caen al suelo o sobre los objetos,
en tierras y mares, y pueden posteriormente ser reconocidos y
estudiados.
Específicos
Dado que los granos de polen son característicos de cada una de
las especies de plantas de las que proceden, podemos reconocer la
existencia de éstas por los granos de polen que flotan en el aire
o han caído a tierra o al agua. Los forenses utilizan ésto para
conocer la procedencia de ropas y objetos; en los tejidos de seda
de la India, por ejemplo, hay granos de polen de esa región, que
actúan como un certificado de origen.
La parte externa de los granos de polen está formada por un
material orgánico, la esporopolenina, que resiste temperaturas
elevadas y condiciones de acidez o causticidad extremas.
Ésto los hace muy difíciles de destruir y fáciles de fosilizar,
sobre todo en ríos, lagos y zonas pantanosas y
encharcadas. A pesar de que los granos de polen pueden
conservarse cientos e incluso miles de años en su estado original,
cuando fosilizan se destruye la mayor parte del grano pero
se conserva la pared lo que permite su estudio y reconocimiento
después de millones de años.
Para hacerlo hay que extraerlos del sedimento de forma controlada,
pues interesan las proporciones entre unos tipos y otros,
que nos dan información sobre los ambientes del pasado en que
vivieron las plantas que originaron los granos de polen.
Tratamiento
Para extraer estos fósiles hay que someter a las rocas a un
ataque con ácidos que destruyen el sedimento pero no la materia
orgánica del polen. Posteriormente, por centrifugado, se
separan los granos fosilizados del resto de la materia insoluble.
Se inicia a continuación el proceso de estudio e identificación al
microscopio, y el tratamiento estadístico de las muestras para así
conocer la flora de la región en el momento de la producción del
polen y poder hacer reconstrucciones paleobotánicas y
paleoclimáticas. Las condiciones de vida de los vegetales suelen
ser más concretas que las de los animales, esto ayuda a
reconstruir con precisión el ambiente de vida, alimentación, etc,
e incluso el funcionamiento de los ecosistemas del pasado.
Dentro del proyecto de estudio de la depresión de Guadix-Baza, en
las campañas de trabajo de verano de estos dos últimos años, se
han realizado muestreos en los sedimentos Plio-Pleistocenos de la
región de Orce y Baza para obtener restos de polen. Los sedimentos
de la zona se han producido en muchos casos en un medio lacustre,
según un proceso muy continuo, lo que permite este tipo de
estudios. El periodo de tiempo no se había estudiado en el Sur de
España con estos fines hasta la fecha, lo que confiere a estas
investigaciones gran importancia, mayor por el gran número de
yacimientos paleontológicos y arqueológicos de la región.
Registro polínico
Los primeros resultados han sido positivos, recientemente se ha
obtenido un registro polínico en la serie de Barranco León (con
restos de industria humana), de una edad aproximada de 1,2
millones de años. Cuando el estudio se finalice se podrán
situar estos restos de actividad humana en su contexto ecológico.
Por el momento sabemos que la vegetación de la época en la región
era la propia de un clima mediterráneo seco, parecida a la
existente actualmente. La flora más común estaba formada por un
estrato arbóreo de pinos y encinas; por arbustos, fundamentalmente
de acebuche (olivo silvestre), y por herbáceos de muy diferente
tipo: compuestas (artemisia, manzanilla, cardo...),
crucíferas (jaramago, mostaza blanca...),
gramíneas (trigo, avena, grama, heno, esparto...), plantago y
Amaranthaceas-chenopodiaceas (cenizo blanco...).
La mayor parte de las muestras presentan fluctuaciones pequeñas en
las proporciones de pólenes, pero existen dos de carácter
excepcional que hacen pensar en cambios climáticos rápidos de
importancia. El trabajo inicial ya se ha hecho, y se sabe que es
posible hacer estudios polínicos en la región, y con ello conocer
la flora y el medio ambiente de la época. Los intentos hasta la
fecha habían sido fallidos

Artículos publicados en el suplemento especial del periódico IDEAL
bajo el título "Los primeros habitantes de Europa". Patrocinado
por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, con motivo
de la celebración del I Seminario Internacional Los Primeros
Habitantes de Europa y la exposición PRIMEURO, ubicada en el
Parque de las Ciencias de Granada Coordinación: Isidro Toro Moyano
/ Bienvenido Martínez Navarro / Jorge Agustí
Traducciones: Isidro Toro Moyano / Bienvenido Martínez Navarro /
María del Carmen Martínez
Edición electrónica: Waste magazine - IDEAL Digital
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