EVOLUCIÓN
* PALEOANTROPOLOGÍA * Primeuro
Orce, historia de una controversia
La aparición de un pretendido cráneo humano disparó la polémica
sobre los yacimientos
Todos los depósitos poseen un innegable valor paleontológico
Por Fernando Molina:
catedrático de Prehistoria de la Universidad de Granada.
Director del Departamento de Prehistoria. Especialista en
Prehistoria reciente y Protohistoria. Entre otros, destacan sus
trabajos en el yacimiento de los Millares en Almería.
y Gabriel Martínez Fernández:
Profesor Titular del Departamento de Prehistoria de la
Universidad de Granada. Especialista en industrias líticas de la
Edad del Cobre y del Bronce.
En el estudio de los orígenes del género humano y de las etapas
más remotas de la Historia participan científicos de diferentes
ramas de la ciencia, entre las cuales destacan la Arqueología
Prehistórica y la Paleoantropología, junto a otros especializados
en la investigación de diversos aspectos del paleoambiente,
principalmente geólogos y paleontólogos. Esta realidad es un
reflejo de la complejidad del problema que se aborda: el
seguimiento de la interacción entre tres ámbitos de interés
fundamentales de la ciencia contemporánea, como son el medio
ambiente, la anatomía y la cultura humanas.

Excavaciones en Venta Micena, donde se encontró el trozo de cráneo
conocido como "Hombre de Orce"
Siendo este el marco de referencia general para la investigación
sobre la Humanidad más primitiva, constituye el punto de partida
sobre el que se estructuran equipos de investigación
interdisciplinar, con la integración de científicos pertenecientes
a tradiciones disciplinares con paradigmas diferentes, lo que es
fuente de no pocos problemas y, en casos extremos, provoca debates
interminables, que generalmente derivan en verdaderos «callejones
sin salida» y en un descrédito social de los investigadores
implicados, que se extiende a veces al objeto de su actividad.
.
Un pretendido cráneo
La trayectoria del debate desarrollado a raíz del hallazgo de un
pretendido fragmento de cráneo humano en Venta Micena (Orce)
constituye un ejemplo destacado de estas situaciones. Como sucede
a veces con el material arqueológico, el descubrimiento se realizó
al margen de cualquier proyecto de investigación arqueológica, por
otros profesionales y, en consecuencia, sin la aplicación de una
metodología arqueológica específica. Según recogió la prensa local
que reflejó el acto de presentación del fragmento óseo en la sede
de la Diputación Provincial de Granada, el descubrimiento tuvo
lugar en el Instituto de Paleontología de Sabadell entre un
conjunto de restos óseos recogidos en bloque. Sin embargo, años
más tarde, el hallazgo fue «contextualizado», atribuyéndosele un
punto de referencia espacial preciso. En un principio, el problema
planteado se refería más a la antigüedad asignada al espécimen que
a su atribución como resto humano: de ser cierta su cronología,
obligaba a replantear muchas afirmaciones y prejuicios asentados
en el campo de las disciplinas nombradas más arriba, en un momento
en el que todavía los modelos modernos sobre evolución humana
estaban encontrando sus primeras formulaciones y se reajustaban
como consecuencia de los hallazgos que se producían con frecuencia
en varias áreas de África Oriental, donde trabajaban importantes
equipos internacionales. Si consideramos esa circunstancia,
podríamos decir que el descubrimiento de Orce fue prematuro, en el
sentido que la tensión principal de la investigación se centraba
más en componer el cuadro de la evolución humana que en explicar
la expansión humana desde África, aunque este aspecto pronto sería
abordado cuando comenzaron a acumularse propuestas que defendían
la colonización de Eurasia en fechas anteriores a hace 700.000
años.
Teniendo tal punto de partida, las posteriores investigaciones en
Orce han contribuido a incrementar la polémica en relación con los
siguientes aspectos:
.
1. Mientras se intentaba corroborar mediante la aplicación de
diversas analíticas la supuesta existencia de evidencias
producidas por la acción antrópica en Venta Micena, la Junta de
Andalucía, asesorada por la Comisión Andaluza de Arqueología,
descartó tal propuesta y consideró al yacimiento como
estrictamente paleontológico y, en consecuencia, al margen de las
programaciones de la investigación arqueológica que entonces se
estaba realizando.
2. Investigadores dirigidos por J. Gibert desarrollaron
excavaciones en otros yacimientos de la zona, como Barranco León y
Fuentenueva 3, con el afán por localizar nuevos restos óseos de
homínidos que dieran solvencia al fósil de Venta Micena y
contribuyeran a cerrar definitivamente la polémica. Pusieron al
descubierto contextos arqueológicos de indudable interés por la
asociación de industria tallada con restos faunísticos del
Pleistoceno Inferior. Sin embargo, las carencias en la metodología
aplicada en su excavación motivaron que apenas se progresara más
allá de la confirmación de tales evidencias y no se profundizara
en la explicación de la naturaleza de la asociación. Tales
carencias se intentaron paliar con el recurso a modelos
explicativos desarrollados a comienzos de los años 70 para
yacimientos de África Oriental, como el denominado
«hipopótamo/artefacto», aplicado a Barranco León. En el caso de
Fuentenueva 3, los resultados avanzados apenas iban más allá de la
presentación de una serie estratigráfica sobresimplificada, que
está siendo revisada en estos momentos.
3. Al mismo tiempo, se sugirieron cronologías que remontaban la
presencia humana en la región a fechas anteriores a 1.800.000
años, difícilmente asumibles porque se separaban netamente de la
documentación empírica obtenida en otras regiones europeas y en la
propia Depresión.
4. Pero la mayor parte del esfuerzo desplegado por Gibert y sus
colaboradores se dedicó a intentar demostrar el carácter humano
del fragmento craneal de Venta Micena, difícil tarea dadas las
limitaciones del material tanto para su clasificación taxonómica,
como para la resolución de ésta mediante la aplicación de algunas
técnicas especializadas. De esta manera, se reavivaron los
primitivos debates y se extendieron a otros ámbitos inicialmente
no implicados.
.
Futuro
Paralelamente se han ido alimentando las expectativas de
desarrollo social en una comarca especialmente deprimida, al
vincular la salida a esta situación con las inversiones públicas
para la puesta en valor de los yacimientos que, de este modo,
generarían fuentes complementarias de riqueza al convertirse en
focos de atracción turística. Sin embargo, estas expectativas sólo
se podrán cumplir si se abordan en el marco de una promoción
global del Patrimonio Cultural y Ambiental.
¿Cuál ha sido la actuación de la administración andaluza en todo
este proceso? En nuestra opinión, tras una primera fase de
decidida colaboración con J. Gibert que se vio favorecida por
intereses políticos ajenos a la propia investigación, la puesta en
entredicho del fósil de Venta Micena llevó a la inmediata
desconvocatoria del Congreso Internacional auspiciado por la Junta
de Andalucía para dar a conocer el hallazgo. A partir de ese
momento, la Consejería de Cultura desarrolló una política
fluctuante en la que se alternaban la concesión de autorizaciones
para actividades de menor entidad con la denegación de las
excavaciones sistemáticas y la limitación de subvenciones. Dicha
política, que suscitó la protesta de diversos sectores sociales,
concluyó durante la anterior legislatura cuando la Junta paralizó
tajantemente las intervenciones arqueológicas y obligó a depositar
en el Museo de Orce los materiales paleontológicos (macrofauna) y
arqueológicos que hasta ese momento se habían conservado en el
Instituto de Paleontología de Sabadell. Al mismo tiempo, se
elaboró un plan encaminado a replantear la investigación sobre
este importante patrimonio, creando una Comisión Internacional y
un programa de trabajo en el que se han intentado integrar la
investigación que venían trabajando en la zona junto a nuevos
equipos para relanzar la investigación. Hasta el momento se han
llevado a cabo diversos trabajos de campo dirigidos a controlar
sistemáticamente la obtención de información y a contrastar
propuestas planteadas con anterioridad, como base para la
formulación de proyectos científicos que aborden en su totalidad
el estudio del excepcional patrimonio arqueológico de la Depresión
de Guadix-Baza.
El Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada, por
invitación de la Consejería de Cultura, se ha implicado
decididamente en este plan, organizando un equipo de arqueólogos
responsable de los trabajos de excavación realizados durante los
dos últimos veranos en Fuentenueva y Barranco León y asumiendo que
la aplicación de una metodología rigurosa de recuperación y
documentación del registro arqueológico constituye la única vía
científica para garantizar propuestas solventes que, contando con
la aportación de investigadores de otras disciplinas (geólogos,
paleontólogos, paleobotánicos, etc.), permitirán desarrollar
modelos que faciliten la comprensión de la vida social en las
primeras etapas de la historia humana y su interacción con el
medio ambiente.

Artículos publicados en el suplemento especial del periódico IDEAL
bajo el título "Los primeros habitantes de Europa". Patrocinado
por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, con motivo
de la celebración del I Seminario Internacional Los Primeros
Habitantes de Europa y la exposición PRIMEURO, ubicada en el
Parque de las Ciencias de Granada Coordinación: Isidro Toro Moyano
/ Bienvenido Martínez Navarro / Jorge Agustí
Traducciones: Isidro Toro Moyano / Bienvenido Martínez Navarro /
María del Carmen Martínez
Edición electrónica: Waste magazine - IDEAL Digital
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