EVOLUCIÓN
* PALEOANTROPOLOGÍA * Primeuro
El registro fósil italiano de Ceprano
Se desarrollan nuevos reconocimientos, sondeos y excavaciones
El hombre europeo está ligado a la evolución del Neandertal
Por Oriol Oms:
es Profesor de Geología de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Su especialidad es la Estratigrafía y el Paleomagnetismo. Ha
desarrollado la mayoría de su carrera investigadora en la Cuenca
de Guadix-Baza y ha sido uno de los autores de la datación
de Fuente Nueva-3 y Barranco León
y Josep María Parés.
Actualmente es Profesor en la Universidad de Michigan, además de
Investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
en el Instituto de Geología "J. Almera" de Barcelona.
Conjuntamente con D. Alfredo Pérez González dató el yacimiento
de Atapuerca, y recientemente ha sido uno de los autores de la
datación de los yacimientos de Orce.
LA Historia de los homínidos todavía presenta numerosas
incertidumbres, puesto que se basa en el estudio de unos pocos
restos que sólo ilustran momentos concretos de su evolución. Como
en toda Historia, los acontecimientos no pueden comprenderse si no
están ordenados en el tiempo. Para el caso del estudio de nuestros
ancestros, es como si del libro que explica su historia sólo se
hubieran conservado unas pocas páginas en mal estado,
desordenadas y donde alguien ha borrado las fechas y el
número de pagina. ¡Un rompecabezas difícil de recomponer!
La geocronología es aquella ciencia que pone las fechas en esta
historia.
Tales fechas acostumbran a referirse a tiempos geológicos, donde
la unidad de tiempo que usamos son los millones de años (Ma). Esta
ciencia agrupa un conjunto de sofisticadas técnicas de laboratorio
que nos permiten, en general, conocer la edad de los
yacimientos a partir de la datación de las rocas o sedimentos que
los contienen. Los métodos que aplica la geocronología son muy
diversos, tales como el carbono 14, el uranio-torio, el
paleomagnetismo, la termoluminiscencia y un sinfín de nombres casi
impronunciables. El procedimiento que se va a utilizar en cada
datación depende del tipo de roca y del intervalo de tiempo que se
quiere estudiar. El tipo de rocas determinará la técnica, según
sean las propiedades físico-químicas o minerales de las primeras.
El intervalo de tiempo también va a repercutir en las técnicas a
utilizar, puesto que algunas de ellas sólo sirven para los últimos
15000 años, otras para los últimos 0.8 Ma, otras dan márgenes de
error tan altos que sólo son útiles para estimaciones de tiempos
geológicos más antiguos etc.
Dataciones
Los estudios geocronológicos proporcionan dos tipos de dataciones
que se conocen como absolutas y relativas. Las dataciones
absolutas son aquellas que nos darán la edad directamente y se
basan en el estudio del estado de evolución de determinados átomos
que con el tiempo van variando sus propiedades. En el estudio de
los homínidos antiguos, este tipo de dataciones se ha aplicado con
éxito en capas (o estratos) de cenizas volcánicas que se
encuentran en los yacimientos del rift esteafricano. En muchos
otros casos, los yacimientos sólo permiten la aplicación del
segundo tipo de dataciones: las relativas. Estas técnicas no
dan una edad por sí solas pero nos dan una referencia que
podemos comparar con una escala patrón. Esto lo vamos a comprender
mejor viendo el ejemplo de datación relativa que se ha usado en la
datación de los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva:
el paleomagnetismo.
Polaridad
El paleomagnetismo se basa en el estudio del campo geomagnético
existente en el momento de formación de una roca. Esta ciencia
aprovecha dos fenómenos que han ido ocurriendo en la naturaleza
durante millones de anos: la variación de la polaridad del campo
magnético (inversiones) y la capacidad que presentan algunas rocas
de, al formarse, registrar este campo. Para introducir el fenómeno
de las inversiones paleomagnéticas, recordemos que hoy en día el
campo magnético de la Tierra presenta unas líneas de flujo
dirigidas desde el polo sur hacia el polo norte. Una evidencia de
ello está en las agujas de las brújulas, que siempre se alinean
según este campo, es decir, las agujas imantadas apuntan hacia el
polo norte. Pues bien, a lo largo de los varios millones de años
de la historia de la Tierra, esto no ha sido siempre así. Ha
habido intervalos de tiempo (cientos de miles de años o millones)
durante los cuales la Tierra presentaba un campo geomagnético que
era justamente opuesto, es decir, dirigido desde el polo norte
hacia el polo sur. Por lo tanto y de haber existido brújulas
durante estos intervalos, hubiesen apuntado hacia el polo sur. Así
pues, en el pasado geológico se ha producido una alternancia de la
situación actual (que le llamaremos intervalo temporal de
polaridad normal) con la situación al revés (intervalo de
polaridad inversa). La alternancia de unos y otros periodos da lo
que podríamos llamar un calendario paleomagnético, o técnicamente,
una escala de la polaridad geomagnética. El cambio más «reciente»
de un intervalo de polaridad inverso a un intervalo de polaridad
normal ocurrió hace unos 0,78 Ma. La magnetización remanente
es la capacidad de registrar el campo magnético terrestre y puede
ocurrir de varios modos. Sólo veremos el tipo de remanencia que
afecta rocas sedimentarias como las que contienen los yacimientos
de Barranco León y Fuente Nueva. Estas rocas son el resultado de
la consolidación de barros que se hallaban en los márgenes del
antiguo lago (o cuenca) de Guadix-Baza. Cuando estos barros se
sedimentaban, entre sus partículas finas se encontraban unos
minerales microscópicos que presentan una propiedad
genéricamente llamada ferromagnetismo. Este fenómeno hace
que tales minerales se comporten igual que minúsculas agujas de
brújulas, es decir, se orientan según el campo magnético de la
Tierra en el momento en que el barro se acumula. Una vez la roca
está formada (el barro empieza a secarse y consolidarse), la
orientación de estas « agujas brújulas », es remanente, o sea, no
cambia cuando tiene lugar otro cambio de polaridad .
El estudio paleomagnético de las rocas consiste en medir la
orientación de los minerales ferromagnéticos, es decir, en ver si
éstos están dirigidos hacia el polo norte (situación actual) o sur
(situación inversa). Estas mediciones se realizan en unos aparatos
que llamamos magnetómetros criogénicos (miden a temperatura de
helio líquido, a -274° C), como los usados en la datación de los
yacimientos de Guadix-Baza y que se encuentran en el Instituto de
Ciencias de la Tierra J. Almera de Barcelona (UB-CSIC) y en el
Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Michigan.
Inversa
Tras un estudio laborioso y un cálculo estadístico riguroso de la
orientación de los minerales ferromagnéticos de las rocas que
contienen los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva, se ha
obtenido de ellos una polaridad inversa. En el «calendario
paleomagnético» se muestra la sucesión de polaridades normales (en
negro) y las inversas (en blanco), y nos permite ver como, por lo
menos, la edad de los yacimientos de Guadix-Baza es anterior a
0,78 Ma (momento en que ocurre el primer cambio de polaridad si
miramos atrás en el tiempo geológico). Este hecho también se
observó en Atapuerca, donde los restos más viejos de esta
localidad también presentaban esta misma polaridad.
Comparación
Pero, si comparamos (correlacionamos) los resultados
paleomagnéticos y los fósiles de Barranco León y Fuente Nueva-3
con otros yacimientos de fósiles que tengan un estudio
paleomagnético, podemos aún llegar más allá en la datación. Es
sabido que fósiles menos evolucionados (es decir, anteriores a
Barranco León y Fuente Nueva) son algo más recientes que el
intervalo de polaridad normal que ocurrió entre hace 1,77 y 1,95
Ma (como es el caso de los yacimientos con fósiles de homínidos en
Dmanisi, Georgia). A la vez, también es sabido que otros
yacimientos que se encuentran dentro del intervalo de polaridad
normal que hay entre 0,99 y 1,07 Ma, presentan faunas más
evolucionadas (más recientes) que las de Guadix-Baza, como es el
caso de Le Vallonet en Francia (con abundantes restos de fósiles y
de actividad humana). Por lo tanto, sabiendo que estamos en
polaridad inversa y entre los intervalos normales de Dmanisi y Le
Vallonet, se puede concluir que los yacimientos de Granada tienen
una edad entre 1,070 y 1,77 Ma. Todos estos resultados están en
congruencia con los obtenidos en Atapuerca y en otras muchas
localidades. Habrá que esperar nuevos estudios (quizás con
dataciones absolutas) para precisar aun más esta edad.
Yacimiento de Barranco León

Artículos publicados en el suplemento especial del periódico IDEAL
bajo el título "Los primeros habitantes de Europa". Patrocinado
por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, con motivo
de la celebración del I Seminario Internacional Los Primeros
Habitantes de Europa y la exposición PRIMEURO, ubicada en el
Parque de las Ciencias de Granada Coordinación: Isidro Toro Moyano
/ Bienvenido Martínez Navarro / Jorge Agustí
Traducciones: Isidro Toro Moyano / Bienvenido Martínez Navarro /
María del Carmen Martínez
Edición electrónica: Waste magazine - IDEAL Digital
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