LAS FLORES DEL AGUA
Plantas acuáticas en los ecosistemas húmedos del sur ibérico
La primavera lluviosa recupera el esplendor de los ecosistemas
acuáticos
La biodiversidad vuelve a colonizar y vestir de color riberas y
lechos de ríos y lagunas, ‘apagados’ durante años por la sequía
POR: JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE
Un rapidísimo batir de alas la mantiene suspendida en el aire, a
escasos centímetros de las hojas verdes de los nenúfares y muy
cerca de las exuberantes flores que aparecen sobre la lámina de
agua de un estanque donde el paso del tiempo ha naturalizado un
ecosistema léntico (de aguas quietas). Es una libélula, Anax
imperator, la de mayor tamaño que habita los cursos de agua del
sureste de la península Ibérica, que arquea su abdomen hasta rozar
el borde de las hojas y depositar sus huevos. Es una imagen
difícil de observar en tiempos de sequía, pero que el regreso de
las habituales primaveras lluviosas la ha vuelto a hacer realidad,
al igual que otras muchas acciones y comportamientos de fauna y
flora que aprovechan la abundancia de comida y el esplendor que la
lluvia aporta a los espacios relacionados con el agua, riberas y
lechos de arroyos, ríos, lagunas e incluso charcas efímeras, y
otros creados por el hombre como estanques y acequias, donde se
reproducen las pautas de los sistemas acuáticos y su entorno.
En mayo, en el mes de las flores de un año extraordinario de
precipitaciones, con cauces y acuíferos repletos ya de aguas del
deshielo, es posible descubrir la imagen más aproximada posible a
lo que podría ser el ecosistema original en territorios acuáticos
antes de que las reiteradas sequías alterasen de forma
significativa la evolución de los diferentes hábitats. Es el
momento para conocer lo que podría considerarse como rutas de las
flores del agua, porque la floración de especies de flora
acuática, tanto las que crecen sumergidas como las que tienen
parte de sus estructuras bajo el agua y sus flores sobre la
superficie, e incluso las que crecen en las orillas y zonas
inundables, generan un verdadero espectáculo de formas, estética y
color.
Los iris acuáticos,
Iris pseudacorus, con sus largas
varas verdes coronadas por flores amarillas, impresionan al borde
de riberas de lagunas y ríos, e incluso en los muretes de acequias
donde han sido plantados para ayudar a la naturalización de esas
estructuras, señalan que el nivel de las aguas crece, que las
lagunas recuperan la salud y que en ese punto y su entorno, la
biodiversidad encuentra espacios donde crecer y reproducirse. Las
masas de iris amarillos son el refugio de anfibios como las
ranitas meridionales o la rana común, donde aves como las
polluelas y rascones encuentran invertebrados con los que
alimentarse. Son, como la mayoría de las plantas acuáticas,
bioindicadores del cambio climático, aportan datos significativos
sobre el efecto de la influencia humana sobre los ecosistemas y de
las alteraciones del clima. La mayoría de estas especies son
frágiles, dependen del agua, de su cantidad y calidad, e incluso
de los organismos que viven en ella, de los nutrientes aportados
por las evoluciones de lechos y cauces.
Las masas de Iris amarillos llenan las riberas de algunas de las
lagunas del sur de la península Ibérica, especialmente la Charca
de Suárez de Motril (Granada) y bordean el sendero del Mamut en
las turberas de Padul, mientras que los pequeños ranúnculos
blancos, conocidos como Cancel de las Ninfas, parecen flotar entre
las aguas de lagunas efímeras en zonas llanas del interior de
Andalucía, con especial presencia en las lagunas de Campillos y
Fujente de Piedra.
En los remansos de ríos y aguas semiestancadas, flotan las
lentejas de agua, pequeñas plantas de hojas verdes y raíces
flotantes, que pueden llegar a cubrir grandes superficies de
la laguna, remanso, acequia o estanque donde crece.
Los ecosistemas acuáticos con sus diferentes hábitats son un
hervidero de biodiversidad, de fauna y flora que dependen de este
medio. Recorrer los senderos donde crecen las flores del agua es
poder observar los ritmos y pautas de la naturaleza, como en el
lecho de los cauces se mueven las larvas de libélulas, que
comparten refugio entre las raíces y tallos de las plantas con
renacuajos y moluscos de agua dulce, mundos sumergidos en los que
puede aparecer en busca de anfibios la temible culebra de agua, o
se sumergen los zampullines y fochas para localizar invertebrados.
Es donde nadan pequeños peces plateados, casi transparentes,
llamados gambusias, alimento habitual de aves pescadoras como el
Martín pescador o el mirlo acuático. Entre el lecho y la
superficie crecen también plantas que como la llamada Cama de
Rana, pueden convertirse en verdaderas plagas al crecer de forma
incontrolada y cubrir por completo la superficie del agua, con lo
que impiden la entrada de luz, además de consumir el oxígeno y,
por tanto, la muerte del ecosistema.
Calamón adulto y joven se alimentan de los tallos de Anea.
Foto: J. E. Gómez
Y en las riberas, aneas y carrizos ocultan las orillas, llenan de
verde el paisaje y, sobre todo, se convierten en el refugio de
numerosas especies de aves, desde los pequeños paseriformes (aves
con forma y tamaño de gorrión) legiones de patos, garcetas, y las
grandes garzas reales e imperiales, un territorio de caza para los
aguiluchos laguneros, las águilas calzadas, cernícalos y
depredadores terrestres como los zorros, y las pequeñas
comadrejas.
El clima Mediterráneo ofrece ecosistemas acuáticos, lugares en los
que conocer los espacios donde crecen las flores del agua.
GUÍA DE ESPECIES ACUÁTICAS
Plantas acuáticas en los ecosistemas húmedos del sur ibérico
Las principales plantas que crecen en el interior del agua, en los
bordes de lagunas, ríos, arroyos, cauces y espacios húmedos y en
zonas inundables
(Click en los nombres para ir a fichas con fotos y datos)
Alocasia macrorrhizos
Apium nodiflorum
Aponogeton distachyos
Arundo donax
(Caña común)
Arum italicum (Aro)
Azolla filiculoides /
Azolla caroliniana
(Helecho de agua) INVASORA
Bolboschoenus
maritimus / Scirpus maritimus (castañuela)
Callitriche stagnalis
(Bricio)
Calystegia
sepium (Correhuela mayor, soga de agua)
Carex cuprina (Lastán,
marciega
falsa)
Carex extensa
Ceratophyllum
demersum (Milhojas de agua), hidrófito
enraizante que se
encuentra en la lista roja de Andalucía, catalogada como DD
Chara vulgaris
Cladium mariscus
(Masiega, Junco espigado)
Cyperus involucratus
(Paragüitas)
Dorycnium
rectum (Unciana)
Eichhornia crassipes, Jacinto de agua INVASORA
Egeria densa = Elodea
canadensis
(Peste de agua) INVASORA
Epilobium
hirsutum (hierba de San Antonio, adelfilla
pelosa)
Equisetum
ramosissimum (cola de caballo)
Equisetum
temalteia
Iris pseudoacorus
(Lirio amarillo)
Juncus acutus
Juncus bufonius
Lemna minor (Lenteja de
agua)
Lycopus europaeus
(Manta de agua)
Lythrum salicaria,
Salicaria
Mentha aquatica (Hierbabuena
de
agua)
Mentha suaveolens,
Mastranzo
Myriophyllum aquaticum (Milhojas
de
agua)
Myriophyllum spicatum (Pinillo)
Nymphaea alba
(Nenufar
blanco) se encuentra en la lista roja de Andalucía,
catalogada como CR
Phragmites
australis Carrizo
Pistia stratiotes
(Lechuga de
agua) INVASORA
Polygonum
amphibium (Poligono anfibio)
Polygonum
persicaria (Duraznillo)
Potamogeton pectinatus
Ranunculus peltatus, Hierba
lagunera,
cancel de ninfas
Rorippa
nasturtium-aquaticum (Berro)
Salvinia natans(Helecho
acuático)
INVASORA
Samolus valerandi (Pamplina
de
agua)
Saxifraga stellaris,
Saxifraga estrellada
Scirpoides holoschoenus
Sonchus maritimus
subsp aquatica
Sparganium
erectum (platanaria)
Typha dominguensis
(espadaña, anea)
Typha latifolia (espadaña,
anea)
Veronica
anagallis aquatica
Zantedeschia aethiopica
(Cala, patos)
