2019 * 30 AÑOS DE PARQUE NATURAL / 20 AÑOS DE PARQUE NACIONAL
En el 30 aniversario del espacio natural protegido, hablan los científicos que hicieron ver el valor de la montaña nevadense
En el camino del Veredón, Veleta, Sierra Nevada
GABRIEL BLANCA LÓPEZ:
"LA SINGULARIDAD DE SIERRA NEVADA LA CONVIERTE EN EL MAYOR LABORATORIO BIOLÓGICO DE LA REGIÓN MEDITERRÁNEA"
BOTÁNICO, CATEDRÁTICO UNIVERSIDAD DE GRANADA
Las investigaciones científicas han permitido poner en valor las excepcionales características de Sierra Nevada, que de otro modo podrían haber quedado restringidas a usos puramente turísticos o deportivos.
Las características de la flora nevadense y su riqueza en endemismos, muchos de ellos raros y amenazados, convertían en una obviedad su protección.
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE - IDEAL
Es una referencia para botánicos de todo el mundo. Gabriel Blanca descubría la riqueza vegetal, la singularidad de las cumbres nevadenses cuando aún era muy joven. A sus investigaciones se deben muchas de las acciones para la conservación de las especies de flora de Sierra Nevada. Libros como Flora Endémica y Amenazada de Sierra Nevada o su trabajo como editor científico en los volúmenes Flora Vascular de Andalucía Oriental, le hacen ser considerado como una de las máximas autoridades en botánica. Fueron los botánicos y naturalistas europeos del XVIII y más tarde del romanticismo quienes desvelaron al mundo la gran riqueza natural de Sierra Nevada, pero tras ellos, y hasta el tercer tercio del siglo XX, no hubo una atención especial a la botánica nevadense. Gabriel Blanca fue uno de los botánicos que retomaron el testigo de los pioneros y dejaron claro entre los responsables instituciones la necesidad de proteger un territorio singular.
¿Con aquellas primeras investigaciones se veía realmente la posibilidad de que se pudiese proteger este territorio o pensabais que era una quimera inalcanzable?
La importancia de la flora de Sierra Nevada es tal que la quimera era precisamente que no se hubiera protegido anteriormente. La singularidad de la flora nevadense y su riqueza en endemismos, muchos de ellos raros y amenazados, convertían en una obviedad su protección.
¿Cómo fue su experiencia personal a la hora de investigar un territorio difícil y desconocido, donde no había series históricas en las que basarse, donde las investigaciones anteriores, salvo algunas excepciones, se remontaban a mucho tiempo atrás (los naturalistas románticos por ejemplo)?
Para los amantes de las montañas -y yo me declaro serlo-, el principal atractivo lo constituye precisamente la combinación de ese pequeño grado de dificultad -que tampoco es considerable en una sierra relativamente amable a este respecto-, y el afán por el descubrimiento científico. En el caso de Sierra Nevada, hay importantes precedentes ya desde mediados del siglo XVIII, de manera que los investigadores actuales a menudo solo tenemos que leer entre líneas las obras de insignes botánicos que visitaron Sierra Nevada para detectar objetos de estudio a los que aplicar nuevas técnicas científicas; en muchos casos el análisis minucioso ha permitido el descubrimiento de nuevas plantas.
¿Les tomaban por científicos locos…?
No demasiado. En nuestro caso siempre teníamos ese subterfugio de decir que investigábamos ciertas plantas para obtener de ellas medicinas. Incluso éramos más incomprendidos entre las personas urbanitas que con los pastores y montañeros que encontrábamos en nuestras visitas botánicas.
Algunos de sus libros como ‘Joyas botánicas de Sierra Nevada’ y‘Flora amenazada y endémica de Sierra Nevada’, entre otros, han sido clave para dar a conocer el valor de la biodiversidad vegetal nevadense ¿Cree que divulgar el conocimiento ha tenido un papel relevante en la protección y conservación de este territorio?
No es posible proteger la flora de un territorio sin el conocimiento previo de la misma, y que los hallazgos científicos, aparte de publicarse en revistas científicas adecuadas, se hagan llegar de forma asequible al resto de la ciudadanía. Es muy posible que algunas especies se hayan extinguido sin que hayamos tenido la oportunidad de conocerlas. De hecho, la mayor parte de las especies que se han descrito recientemente son muy raras, razón por la que no se habían detectado, y suelen estar amenazadas de extinción.
¿Cómo definiría a Sierra Nevada dentro del ámbito de la botánica?
Es fácil responder a esta pregunta.
Las singularidades de Sierra Nevada la convierten en el mayor laboratorio biológico de la región mediterránea. Las mayores altitudes peninsulares, en combinación con su situación meridional en el continente europeo y a orillas del Mediterráneo, hacen que en las cotas inferiores existan plantas genuinamente mediterráneas, o incluso africanas, mientras que en las cumbres aparezcan otras iguales o muy emparentadas con las que habitan cerca del círculo polar ártico. Esa misma
situación privilegiada ha permitido albergar y salvar de la extinción a plantas que han alcanzado Sierra Nevada desde lugares remotos del Planeta, al tiempo que el aislamiento geográfico y la adaptación a sustratos particulares han favorecido la formación de nuevas especies endémicas.
¿Hasta qué punto poner en valor la flora nevadense suponía situar a Sierra Nevada en el centro del mundo científico?
Las excepcionales características de Sierra Nevada en el ámbito de toda la región mediterránea y la diversidad de la flora que encierra permiten que puedan estudiarse multitud de procesos biológicos desde muy diferentes enfoques científicos. Es posible encontrar en la sierra material de estudio para un gran número de propuestas científicas que aún están por desarrollar.
Gabriel Blanca (iaquierda) junto al botánico Miguel Cueto.
¿Habría sido posible conservar el territorio y su biodiversidad tal y como lo conocemos ahora, sin la investigación científica?
Rotundamente no. Las investigaciones científicas han permitido poner en valor las excepcionales características de Sierra Nevada, que de otro modo podrían haber quedado restringidas a usos puramente turísticos o deportivos.
¿Cuáles son, en su opinión, algunos de los hitos científicos que colocan a Sierra Nevada en el mapa de la ciencia?
En lo que se refiere a los vegetales, fue sin duda el insigne botánico ginebrino Pierre Edmond Boissier el que tras su visita a Sierra Nevada en el año 1837 la situó como centro de atracción, pasando de ser una zona recóndita y desconocida a poseer una de las floras mejor estudiadas en el ámbito peninsular, siendo desde entonces una de las más visitadas por botánicos y exploradores. También contribuyeron decisivamente a este reconocimiento las visitas del alemán Heinrich Moritz Willkomm (1844), o el castellonense Carlos Pau Español (1902 y 1908) entre muchos otros.
¿Hacia dónde debería evolucionar Sierra Nevada?
Los estudios sobre el cambio climático tienen en Sierra Nevada un excelente soporte entre el componente vegetal, ya que en las cumbres viven especies muy sensibles que pueden extinguirse a corto plazo si persiste la actual tendencia. Es preciso mantener líneas de investigación que permitan la protección integral de una flora tan singular en el contexto de toda la región mediterránea, al tiempo que los usos tradicionales permitan el aprovechamiento sostenible de sus valores naturales.
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EDUARDO BATTANER. Astrofísico
ALBERTO TINAUT. Zoólogo
ANTONIO GÓMEZ ORTIZ. Geógrafo
RAFAEL MORALES. Ecólogo
MANUEL TITOS. Historiador
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ANTONIO CASTILLO. Hidrogeólogo
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