LA EXTRAÑA MUERTE DE LAS NACRAS
Un agente patógeno desconocido sitúa al borde de la extinción en
Granada a la especie con concha más grande de Europa
Especialistas constatan que la mortandad de esta especie protegida
es total en las praderas submarinas de Melicena y Cerro
Gordo
Reportaje por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / Waste -
IDEAL
Aparece entre las masas vegetales de los fondos marinos del
litoral de Alborán. Se muestra como una gran boca barbada con
cilios blancos que se alza desde el fondo, oculta entre las
numerosas hojas de las Posidonias. Es una nacra, un molusco
bivalvo, -de doble concha- considerado el de mayor tamaño de los
que habitan en los mares europeos, una especie,
Pinna nobilis,
que ya había sido clasificada como “vulnerable a la extinción”, y
que desde hace unos meses se encuentra en una situación límite.
Más del 90% de los escasísimos individuos que habitan en aguas de
Andalucía Oriental, se pueden dar por muertos, mientras que en las
costas de Granada, el índice de mortandad asciende al cien por
cien.
Foto cedida por la Consejería
de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía
Los estudios realizados desde el pasado mes de septiembre en dos
puntos concretos del litoral granadino, las praderas de posidonias
situadas en aguas del paraje natural de Cerro Gordo y las que se
encuentran junto a la localidad de Melicena, son alarmantes:
la totalidad de las nacras sobre las que se habían iniciado
seguimientos están muertas, sus conchas están vacías. Los técnicos
de la Consejería de Medio Ambiente, que de forma periódica
realizan muestreos para conocer el estado de las praderas de
posidonias, y sobre esta especie en particular, no han podido
determinar, por el momento, cuál es la causa de una mortandad que
se extiende a otros muchos lugares del litoral mediterráneo,
especialmente a las costas de Almería y Baleares. Desde la Junta
de Andalucía, que ya alertó de la existencia del problema tras
detectar las primeras mortandades en aguas de Cabo de Gata, se ha
puesto en marcha un protocolo de actuación para conocer la
evolución del problema sobre una especie protegida y básica para
la pervivencia de un ecosistema tan frágil como las praderas de
posidonias.
Los últimos muestreos realizados en diversos puntos del litoral de
Granada y Almería por parte de técnicos de la Agencia de Medio
Ambiente y Agua, indican que de las 160 nacras que son objeto de
este seguimiento científico, solo han logrado sobrevivir 13
individuos, un ocho por ciento del total de las Pinna nobilis
objeto del estudio. En Granada, aunque el porcentaje sea del cien
por cien, no se puede hablar de especie extinta porque puede haber
individuos vivos sobre los que no se ha realizado seguimiento,
pero los científicos sí confirman que podría estar al borde de la
desaparición.
¿Qué las mata?
La pregunta está sin responder. Los científicos que estudian este
extraño caso creen que la muerte se produce a causa de un agente
patógeno, pero no han logrado saber de qué organismo se trata. Han
remitido muestras recogidas de Pinna nobilis viva, moribunda y
muerta, al departamento de Microbiología y Parasitología de la
Facultad de Biología-CIBUS (Universidad de Santiago de
Compostela), especializado en patologías de moluscos, sin que
hasta ahora haya resultados concluyentes. Recientemente se han
sumado a los trabajos de investigación universidades y técnicos de
otras comunidades del litoral donde también han detectado la
muerte de las nacras.
La principal amenaza de esta especie es el efecto de la pesca
ilegal con artes prohibidas en aguas cercanas a las costas, que
mediante sistemas de arrastre destrozan las praderas de
posidonias. Los científicos coinciden en que esas prácticas, cada
vez menos habituales, han mermado las poblaciones de Pinna
nobilis, pero no se les puede culpar de este problema, ya que las
conchas están intactas, pero su interior está ya vacío o solo
tiene un cuerpo muerto, lo que indica que existe un organismo
patógeno que las mata. También llama la atención que otra especie
del mismo género que la nacra, Pinna rudis, de menos tamaño y más
frágil, que habita en los mismos ecosistemas, no se ha visto
afectada por ese agente mortal.
La nacra es un molusco con forma de mejillón, pero su tamaño es
muchísimo mayor, puede alcanzar casi un metro de longitud y más de
40 centímetros de anchura. Posee una doble concha de gran dureza,
nacarada y brillante. Por su tamaño ha sido siempre objeto de
recolección para coleccionistas y decoración, e incluso suponía
todo un alarde para los pescadores que entre sus redes extraían
algún individuo joven de esta especie y que usan para adornar las
paredes de bares y pescaderías. Estas prácticas han provocado que
las poblaciones de nacra sean mínimas y que cada vez queden menos
individuos, por lo que como especie poseen menos posibilidades de
defensa ante la llegada de una enfermedad que puede llevarla a la
extinción.
Una nacra puede vivir más de 20 años y sobre el exterior de sus
valvas habitan decenas de otras especies, como corales, otros
moluscos, algas y son refugio de alevines que aprovechan la
biodiversidad que se genera alrededor de esta gran reina de los
fondos marinos.