‘DOÑA URRACA' AMPLÍA SUS TERRITORIOS
El sur peninsular registra un gran incremento de una especie de
mala reputación a pesar de ser beneficiosa para el hombre
Reportaje por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / IDEAL y
Waste Magazine

Se ha convertido en una de las aves típicas de los bordes de
carreteras, parques y cultivos próximos a las ciudades
Su imagen es ya familiar. Un ave de gran belleza, de color blanco
con el pico, alas y cola negra y ribetes azulados y verdosos, un
pico grueso y potente. Son urracas (Pica pica), unos pájaros de
tamaño medio (alrededor de 45 centímetros) que suelen volar en
pequeños grupos y sobre todo en parejas. Una especie que ha
crecido de forma considerable en algunas zonas del sur de España
debido al aumento de alimento y a una menor presión de
depredadores, entre ellos los cazadores que, tradicionalmente, les
‘tiran a matar’.
A casi todo el mundo le agrada ver los movimientos y el vuelo de
las urracas entre matorrales y jardines, incluso en las
carreteras. Según datos del Departamento de Zoología, y el grupo
de investigación de Comportamiento y Ecología Animal, siempre se
ha tratado de un ave abundante. Algunos censos indicaban hace unos
años la presencia de entre 3 y 30 nidos de urracas por kilómetro
cuadrado en zonas con poca profusión de bosques, que son las que
prefieren, como la Hoya de Guadix. La cifra en los alrededores de
la capital era mucho más baja, entre uno y cinco nidos por
kilómetro cuadrado, pero en la actualidad, la densidad puede
considerares que se ha multiplicado por cinco. La mayor presencia
de urracas en las proximidades de todos los núcleos urbanos es
evidente.
En La torres de la Alhambra, con nieve
‘Cotorra’
Es una especie que se puede considerar parlanchina, de ahí el
nombre vulgar de urraca, y también se le llama cotorra azul,
dos denominaciones que se asimilan con personas que hablan sin
cesar. Estas aves tienen la característica de poder imitar los
sonidos que les rodean y ser muy insistentes a la hora de
comunicarse unas con otras, lo que se asemeja a una apasionada
conversación.
Viven en parejas y para ellas no existe la infidelidad. Esa
estructura ‘familiar’ se mantiene de tal forma que si uno de
ellos muere, el otro no volverá a emparejarse.
En los últimos años, la urracas han colonizado espacios
completamente atípicos para un ave, como las autovías y
carreteras. Pero la razón es simple: comerse los restos de
insectos que dejan los coches a su paso. Se arriesgan a ser
atropelladas con tal de conseguir una alimentación de forma fácil.
Además de insectos que se han estrellado contra los vehículos, las
urracas, buscan también pequeños animales atropellados , como
roedores, otros pájaros, lagartijas, serpientes, e incluso trozos
de carne en descomposición, ya que las urracas son de la familia
de los Córvidos, por lo que igual que los cuervos, grajillas y
cornejas, también son aves carroñeras. Vuelan entre un lado y otro
de las calzadas y se les puede ver picoteando en los arcenes.
Ataques a otras aves
En los jardines, las urracas buscan, fundamentalmente insectos. El
zoólogo de la UGR, Juan Gabriel Martínez, en un trabajo
realizado para la Enciclopedia de Vertebrados Ibéricos, afirma que
la dieta de las urracas es de insectos fundamentalmente y de
restos de animales muertos cuando pueden encontrarlos, lo que
rompe con la idea tradicional, expandida sobre todo por cazadores,
de que se alimenta de pollos de otras especies, entre ellas las
perdices, lo que merma las poblaciones de ese ave cinegética.
También dicen que se come ejemplares jóvenes de pájaros
cantores, como jilgueros, canarios y verderones, además de otros
paseriformes e insectívoros como gorriones, currucas y aves
pequeñas. Según Juan Gabriel Martínez, en estudios
realizados en parques, de todos los ataques que las urracas
hicieron sobre otras aves, solo el 4,9% tuvieron éxito, por lo que
se puede considerar que este tipo de alimento es solo una parte
mínima de su dieta. No rechazan ningún tipo de alimento, incluidos
los restos de comida humana, que busca sin pudor, aunque siempre
mantiene una distancia de seguridad. La urraca está presente en
una gran cantidad de tradiciones e historias populares, algunas de
ellas ciertas, como que es una de las pocas especies animales que
esconde comida bajo tierra y la recupera cuando la necesita.
También le gusta apoderarse de cosas brillantes, incluso joyas,
que lleva a sus nidos, por lo que tienen fama de ladronas.
Para el hombre las urracas producen un importante beneficio, la
eliminación de centenares de miles de insectos, por lo que se
convierten en controladoras de posibles plagas, y además retiran
de jardines, caminos, riberas y cultivos, restos de animales
muertos.
Engañada para criar los polluelos de otros
La leyenda que indica que las urracas son aves que destrozan nidos
de otros pájaros no es cierta. La realidad es que los nidales de
urraca son parasitados por otra especie de ave de la familia de
los cucos, los críalos europeos, Clamator glandarius, que se
dedica a poner sus huevos junto a los de las urracas, para que
sean ellas quienes los incuben, pero con la particularidad de que
los pollos suelen nacer unos días antes que los de la urraca, por
lo que se hacen más fuertes y desplazan a sus hermanos de nido. Al
final, la urraca cría al críalo y sus propios polluelos mueren.
Una de las causas del incremento de urracas es que hay menos
ejemplares de críalos y, por tanto sus camadas salen adelante sin
parásitos que le hagan la competencia.