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PARQUE PERIURBANO, DEHESA DEL GENERALIFE *LLANO DE LA PERDIZ La colina donde nace el sol Más allá de la Alhambra, la naturaleza muestra su simbiosis con la historia en la Dehesa del Generalife Es el único espacio natural protegido con bosques, ríos, barrancos, miradores y senderos en el interior de la ciudad
Por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / IDEAL - Waste Magazine
Los primeros rayos de luz aparecen tímidos entre las montañas y se extienden sobre las laderas de Valparaíso, para iluminar el cauce del Darro y, en solo unos minutos, desterrar las sombras de las riberas, los bosques, jardines, palacios de la Alhambra y las calles del viejo Albaicín. Cada día, la luz del amanecer camina entre las tierras altas de los cerros que desde la colina de la Sabika, sobre la que los sultanes del Reino de Granada construyeron la ciudad palatina alhambreña, asciende hacia el cielo y se convierte en el gran mirador de Sierra Nevada y del Valle del Sol. Una enorme extensión de suaves montañas de tierras rojas en las que, a pesar de haber sido ocupada por el hombre desde hace más de un milenio, aún conserva parte de sus ecosistemas originarios. Es la Dehesa del Generalife, que con la categoría de Parque Periurbano, es el único espacio natural protegido de la provincia de Granada que forma parte de la ciudad y su entorno. (...)
(...) Olivares con pies centenarios de olivos lucio, bosques mixtos, barrancos con encinares, coscojas, madroños, arces, robles, rosales silvestres, e incluso poblaciones de orquídeas muy escasas en otros lugares, forman un tapiz vegetal que cubre las zonas medias y altas de la antigua Dehesa que los granadinos conocen como el camino del Llano de la Perdiz y el cerro del Sol. Son 458 hectáreas que desde los 800 metros de altitud del Generalife asciende hasta la cota 1.020, junto a las áreas recreativas de la Perdiz y después llanea hacia el este para, en el punto más extremo, contemplar como el amanecer ilumina las cumbres de Sierra Nevada, y a la derecha caer por el cerro del oro hasta llegar al cauce del Genil por Cenes, y a la izquierda descender entre matorrales y areniscas hacia el valle del Darro.
Es un entramado de senderos confluyentes que cada día son utilizados por decenas de personas para celebrar su particular comunión con la naturaleza y la historia. Un recorrido para observar el paisaje y entender las singularidades de este enclave puede comenzar en el acceso que desde el aparcamiento del Cementerio de San José parte hasta la Silla del Moro, los restos del antiguo castillo de Santa Elena, desde donde se abren las más impresionantes vistas sobre la Alhambra y sus palacios, un mirador visitado por artistas plásticos que ofrece una panorámica de casi 180 grados que muestra los palacios y murallas nazaríes, la ciudad, el Albaicín y el Sacromonte. A su espalda, se inicia un carril que asciende hacia el interior de la dehesa, entre pinos y vistas a la Abadía sacromontana, y continúa hasta encontrarse con veredas que, a la izquierda, conectan con un mirador sobre el valle del Darro y, poco después, confluye con otro carril, a la derecha, que accede al lugar en el que se encuentran las ruinas de Dar al-Arusa, el palacio de la Novia, del que solo quedan los restos vallados de su planta y alberca, escondidos entre una densa arboleda, un lugar al que se puede llegar también desde una empinada y estrecha vereda que parte desde la barrera de la carretera de acceso a la Silla del Moro, y que discurre entre un denso paisaje de pinar y matorral.
Subir a las zonas altas del parque periurbano es caminar hacia el Aljibe de la Lluvia, al que se llega tras la unión del carril con la carretera del Llano. Es el aljibe árabe concebido para captar agua de lluvia, que tras ser almacenada, era conducida hacia la Alberca rota, situada a un centenar de metros del Aljibe y llevarla hasta el palacio de la Novia. La carretera asciende en zig-zag entre los olivares y bosquetes de coníferas hasta el lugar conocido como Llano de la Perdiz, la máxima altura del parque, donde existen áreas recreativas y deportivas, y se inicia el espacio natural menos alterado por la mano del hombre, que es posible recorrer por los senderos que caminan hacia el cerro del Sol.
Una libélula naranja, Trithemis kirbyi, una especie africana que desde hace unos años intenta expandirse por tierras del sur de Europa, vuela en los bordes de la vereda que sube a Dar al-Arusa. Su presencia, junto a la de diversas especies de aves, algunas de ellas colonizadoras como los rabilargos, muestra que estos ecosistemas aún mantienen una alta calidad ambiental y que actúan como parte de una gran isla ecológica que sirve de refugio a una gran cantidad de especies que bajan de Sierra Nevada para pasar el invierno, y otras que saltan desde aquí al interior ibérico o continúan sus viajes migratorios al norte o al sur.
Los espacios adehesados de la zona alta de la colina vivieron los paseos de Muley Hacen para contemplar las cumbres de Sulayr, y el lugar donde hace solo unos años, príncipes saudíes montaron su campamento de jáimas para contemplar la luz del amanecer.
El sueño de Muley-Hacen El cerro del Sol es la atalaya donde contemplar como la luz del crepúsculo se resiste a abandonar Sierra Nevada
Al este de la ciudad, sobre las arcillas rojas, se encuentra el punto desde el que romanos, árabes y cristianos, oyeron la llamada de la gran montaña
Por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / Waste / IDEAL
Cada tarde, desde el oeste, el sol proyecta sus rayos de luz y traza un camino que asciende desde la Vega de Granada hacia la colina de la Alhambra y desde allí alcanzar, en Sierra Nevada, el lugar más alto donde imprimir en rojo la llegada de la noche. La imagen del macizo montañoso ha sido siempre el centro de atención y una referencia clara para quienes desde hace milenios habitaron las tierras situadas bajo sus faldas. Todos ellos sintieron la misma fascinación que hoy es posible percibir cuando la luz invade las cumbres, y coincidieron en incluir al astro rey en su particular forma de nombrarla. Fue Solarius para los romanos y Sulayr la llamaron los árabes, dos nombres con el sol como esencia básica de un territorio, de un paisaje que puede contemplarse desde mil y un rincones de la provincia de Granada, pero que en la capital, más allá de las torres de la Alhambra, posee un lugar en el que se muestra en toda su plenitud, donde el penúltimo rey de Granada, Muley-Hacen (Abu al-Hasan), albergó su sueño de leyenda: ser enterrado en las altas cumbres. (...)
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Los árabes construyeron la Alhambra sobre la colina de la Sabika, y sobre ella mantuvieron casi intactos los territorios naturales que se conocen como la Dehesa del Generalife, el Llano de la Perdiz, y, por último, a un millar de metros de altitud sobre el nivel del mar, el Cerro del Sol, el punto en el que aún podemos conocer las sensaciones que hicieron que el monarca nazarí destronado por su hijo, Boabdil, quisiera hacer de la sierra su última morada.
Es un ecosistema cien por cien mediterráneo, en el que crecen encinas, coscojas, quejigos y matorral, mezclado con espartos, aulagas y romeros. Un hábitat en el que la flora crece sobre un sustrato arcilloso de tierras rojas que los geólogos llaman ‘conglomerado Alhambra’ y que corona las laderas que caen sobre los dos grandes ríos de Granada, el Darro a la izquierda, bajo sus cortados; y el Genil a la derecha, con el Serrallo y las colinas sobre las que discurre el viejo camino de los Neveros, desde la ciudad a las altas cumbres.
Sorprendente
Situarse en el punto más al sureste de Cerro del Sol es dejarse sorprender por Sierra Nevada. Es fácil llegar. Desde el cementerio de San José, una vez superado el Generalife, parte el conocido camino del Llano de la Perdiz, que asciende zizagueante entre pinares de repoblación y cultivos de olivar. El recorrido se puede hacer en coche (aunque el estado del pavimento sufre una situación de abandono total) hasta llegar a las zonas recreativas de ‘la Perdiz’. Una vez en los campos de deportes, junto a un espacio con barbacoas, parte un carril y sendero peatonal (muy utilizado por ciclistas) que se adentra en el Cerro del Sol. Se puede hacer de forma circular si en lugar de caminar por el carril de tierra roja caminamos por la vereda que a la derecha se interna en el bosquete de pinares y encinas.
Unos 400 metros después, el bosque se abre para dejar paso a la dehesa de matorral y monte bajo. 600 metros más allá, tras una leve ascensión que se realiza de forma continuada y suave, la colina termina en un cortado que cae sobre el valle del Genil.
Sierra Nevada se hace sorprendente, sus crestas trazan una línea que abarca en 180 grados desde las cumbres del Marquesado, de izquierda a derecha, hasta los picos del Caballo y la baja montaña cuyas laderas, al otro lado, cobijan la Alpujarra y el Valle, y en el centro, la majestuosidad del Veleta y el Mulhacén.
El atardecer de invierno, en plena Navidad, es un buen momento para dejarse llevar por la belleza de las altas cumbres teñidas por los últimos rayos del sol. Una imagen que Lorca no pudo obviar y que le hizo escribir: «¡Con que trabajo tan grande deja la luz a Granada!»
DEHESA DEL GENERALIFE
En la colina de la Alhambra
Parque Periurbano Dehesa del Generalife
El parque periurbano Dehesa del Generalife, tiene 458 hectáreas abarcando las vistas de Sierra Nevada y el Sacromonte.
Es el refugio para fauna ibérica y se desarrollan formaciones vegetales de las series meso y supramediterranea, destacando las encinas, quejigos y sauces.
Orden de la Consejería de Medio Ambiente de 8 de marzo de 1995 por la que se declara el Parque periurbano Dehesa del Generalife, en la provinvia de Granada (BOJA 46/1995, de 22 de marzo). Los terrenos de la "Dehesa del Generalife" están compuestos por el monte GR-3023 Dehesa El Generalife de 207,70 Has. propiedad del Patronato de la Alhambra, el monte GR-1023 Lancha de Cenes de 119,30 Has. propiedad del Estado y montes Jesús del Valle y otros con 131 Has., propiedad de particulares; sumando un total de 458 Has. que forman un espacio natural, bajo una misma linde, situado al Sur del Río Darro y al Este de la ciudad de Granada, prácticamente unido al casco urbano.
Contiene zonas de interés arqueológico como el Cerro del Sol, ruinas del palacio de Dar al-Arusa, la Silla del Moro, Aljibe de la Lluvia y el Albercón del Negro.
Dar al-Arusa está situado en la parte más elevada del Cerro del Sol, por encima de las huertas del Generalife, de los Alijares y de la Silla del Moro.
La Silla del Moro fue una construcción de vigilancia y protección para el Generalife y las huertas en un sector tan importante para la distribución del agua de la Acequia Real a toda la Alhambra.
El estrato arbóreo está formado fundamentalmente por la serie mesomediterránea basófila de la encina, serie supramediterráneo silícola de la encina y geoserie riparia sobre sustratos básicos y suelos eutrofizados. Las especies más representativas son Quercus rotundifolia (encina), quejigo, Quercus faginea y pinos procedentes de repoblación.
Se trata de un espacio natural que satisface parte de las necesidades recreativas de la ciudad de Granada, cumpliendo los requisitos objetivos que caracterizan la figura del Parque Periurbano establecida en el art. 2.b de la Ley 2/1989, de 18 de julio.
DESCRIPCION DE LOS LIMITES TERRITORIALES
Límite Norte. Partiendo del Noreste, en el Río Darro, en la presa donde toma el agua la Acequia Real de la Alhambra, sigue en dirección oeste, por un camino que discurre por encima de la acequia sensiblemente paralelo a ella, hasta la altura de las ruinas del Molino del Valle, donde parte el camino que accede a dicho molino, siguiendo el mismo hasta la arqueta partidor de aguas de la acequia, y desde ésta baja al Río Darro donde la acequia de la Alhambra cruza el río. Desde aquí sigue el límite por el cauce del río hasta el puente conocido como "Puente Quebrada".
Límite Oeste. Desde el "Puente Quebrada", asciende por el barranco de "Las Cañas" para contactar con la pista forestal que lleva a la "Silla del Moro". Desde este punto sigue el límite por la propia pista forestal en dirección hacia la confluencia con el camino que conduce al aljibe, próximo al Palacio del Dar al Arusa, se continúan por dicho camino y al llegar a una bifurcación sigue por el que llega hasta las proximidades de un cortafuegos existente en la divisoria del monte, desciende por el cortafuegos hasta llegar la pista que viene de la Silla del Moro.
Límite Sur. Continúa el límite por la pista que viene de la Silla del Moro y sigue por ella hasta llegar al camino que sube al Llano de la Perdiz, se sigue éste hasta el barranco de las Higuerillas, que corta el camino en una curva pasado el cementerio musulmán, sigue este barranco abajo, hasta contactar con el límite del monte consorciado GR-3023 "Dehesa del Generalife" sigue el límite sur de este monte y el del colindante monte del Estado GR-1023 "Lancha de Cenes" hasta encontrar el Canal de los Franceses, siguiendo el límite por este canal (hoy entubado) y camino de servicio del mismo hasta llegar al camino que desde el Llano de la Perdiz baja al Cortijo Jesús del Valle.
Límite Este. Continúa el límite bajando por este camino en dirección Norte hasta una curva, con una gran encina a la derecha, donde el camino cambia de dirección dirigiéndose a poniente. Abandona el camino para caer desde aquí al Río Darro, a través de un barranco allí existente y continúa el Río Darro aguas arriba hasta llegar a la presa de toma de agua de la acequia de la Alhambra, punto de partida de la descripción de estos límites.
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Publicado en IDEAL el día 10 de agosto
Los límites
El territorio protegido tiene sus lindes definidas con claridad. Al este comienza en la pequeña presa que en Jesús del Valle, sirve de captación de aguas para la Acequia Real. La ribera del Darro hasta su entrada en la ciudad es la línea fronteriza del espacio natural, que por el sur comienza en Cenes de la Vega, junto al desaparecido Canal de los Franceses, las minas de oro y el cortijo de Jesús del Valle. Desde esa zona, hay veredas que suben hacia el cerro del Sol y conectan con los caminos y carriles de la Perdiz. Por el sur, la carretera de la Silla del Moro, sirve de linde para el parque.
¿Dónde está?
En la totalidad de la colina que desde el Generalife asciende hacia el Llano de la Perdiz. _¿Cómo llegar?:_ Desde el cementerio de Granada, se puede subir en coche hasta la cota más alta, o andar por los numerosos senderos, el más indicado el que parte desde la Silla del Moro. _Coordenadas:_ Del carril desde la Silla del Moro, y el punto extremo del cerro del Sol:
37°10’41.84-N 3°34’59.88-W
37°10’13.85-N 3°32’32.57-W
VÍDEOS: Paisajes con Historia, es una serie de reportajes para dar a conocer rutas y parajes con cualidades naturales y patrimoniales. Grabaciones exclusivas de Waste Magazine. (Reportajes, fotogalerías y vídeos)
En la colina de la Alhambra
Parque Periurbano Dehesa del Generalife
El parque periurbano Dehesa del Generalife, tiene 458 hectáreas abarcando las vistas de Sierra Nevada y el Sacromonte.
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Construido hace más de un milenio, es el centro neurálgico de la Dehesa del Generalife. Reportaje publicado en IDEAL el 5 de enero de 2014
El sueño de Muley-Hacen. Reportaje publicado en IDEAL el 26 de diciembre de 2013. El cerro del Sol es la atalaya donde contemplar como la luz del crepúsculo se resiste a abandonar Sierra Nevada. Reportaje completo, vídeo y galeria
MAPA PARA LLEGAR AL CERRO DEL SOL y recorrer la Dehesa del Generalife