Tamaño 35-42 cm
Hábitat
Vive en gran parte de las zonas
montañosas españolas. Solo posee una generación desde finales de
junio a primeros de Agosto que vuela desde los 800 a los 3.000
metros de altitud. Sus larvas se alimentan de crasuláceas de los
géneros Sedum, Sempervivum y Bryophylum. En la Peninsula
Ibérica se han separado 23 subespecies, algunas de las cuales se
consideran importantes endemismos como es el caso de la subsp de
Sierra Nevada; Parnassius apollo subsp nevadensis
Oberthür, que se distingue por el color anaranjado de los ocelos
de las alas posteriores.
Sus colonias son localizadas y escasas, debido al interés de
muchos coleccionistas que han pagado fuertes sumas de dinero por
un ejemplar de esta especie, con lo que se ha disminuido el
número de ejemplares.
Altitud: desde los 1800 a los 3.000 metros de altitud.
El camuflaje es casi perfecto sobre la pizarra en Sierra Nevada
La subsp filabricus posee los ocelos anaranjados y está
localizada en la Sierra de los Filabres (Almería) y en la Sierra
de Baza (Granada)
La subsp gadorensis con ocelos anaranjados tiene las alas
anteriores más redondeadas y la manchas en los machos son
mayores. Localizada en la Sierra de Gador (Almería) Está
considerada extinta porque no hay referencias desde la década de
los 80 del siglo XX.
La subsp mariae tiene los ocelos rojos y se localiza en
Sierra María (Almería) y Sierra de Orce (Granada)
Según el Libro Rojo de los Invertebrados Amenazados de Andalucia
exiten 4 subsespecies de Parnassius apolo en Andalucía
- subespecie nevadensis: puede llegar a ser localmente
abundante. Tendencia estable.
- subespecie gadorensis: hace varias décadas que no se
localizan ejemplares por lo que es muy posible que se haya
extinguido.
- subespecie filabricus: Tendencia regresiva.
Las últimas citas se remontan a la primera mitad de la década de
los noventa y proceden de la Sierra de Baza (cerca del límite
provincial entre Granada y Almería).
- subespecie mariae: Tras las regresiones sufridas en
tiempos recientes, su tendencia actual puede ser considerada
como estable.
LA 'APOLLO' VUELA HACIA EL FRÍO
Por Juan Enrique Gomez y Merche S. Calle / IDEAL y
Waste Magazine
Mariposa símbolo de las altas cumbres encuentra en Granada
su principal reserva europea
Científicos estudian el estado de las poblaciones de una mariposa
ya extinta en algunas zonas de Andalucía Oriental y en regresión
en Sierra Nevada
Las fotografías de esta página
corresponden a ejemplares de la subsp nevadensis
Recorren territorios situados por encima de 1.800 metros de
altitud. Utilizan mangas entomológicas, equipos de posicionamiento
y recogida de datos. Son científicos del departamento de Zoología
de la Universidad de Granada, biólogos y técnicos de la Agencia de
Medio Ambiente y Agua, y voluntarios. Comprueban la presencia de
una de las especies de mariposas diurnas, considerada como
emblemática de las altas cumbres de Sierra Nevada, de gran tamaño
y vistosidad, Parnassius apollo nevadensis. Han detectado que, al
igual que ocurre en otras montañas europeas, la especie ‘apollo’
se encuentra en regresión y que la subespecie nevadensis no es
ajena a los efectos del cambio climático y la antropización (la
acción del hombre sobre el medio natural).
Las investigaciones, encuadradas dentro de los trabajos del
Observatorio del Cambio Global de Sierra Nevada, señalan que el
macizo montañoso más alto de la península Ibérica es la principal
reserva europea para este lepidóptero y donde aún se mantienen
poblaciones, sobre todo en las altas cumbres, pero a pesar de
ello, «las poblaciones se encuentran en regresión y ascienden en
busca de temperaturas más frías y hay que tenerlo en cuenta para
evitar que lleguen a situaciones de peligro de desaparición más
evidentes», dice el técnico de la Agencia de Medio Ambiente y
Agua, José Miguel Barea.
Mariposas del género Parnassius hay en diferentes puntos del
planeta, incluso en Oriente Medio, y la especie ‘apollo’ está
asociada fundamentalmente a las grandes montañas europeas (de
hecho tiene su localidad tipo en Suecia central) pero en muchas de
ellas ha llegado a desaparecer. En los Alpes aún quedan algunas
poblaciones, igual que en los Pirineos. La Parnassius apollo
necesita temperaturas frías donde, además, crezcan las plantas de
las que se alimentan, tanto en la fase de larva como cuando son
adultos. «Está claro que intenta colonizar las zonas más altas y
frías y van ascendiendo en altitud debido al cambio del clima, y
en la mayoría de los sistemas montañosos se puede decir que ya han
llegado a la cumbre y no hay donde subir más». Sierra Nevada es lo
más alto y aún no existe esa situación de peligro que sí se ha
dado en sus alrededores.
En Andalucía hay cuatro subespecies de Parnassius apollo:
nevadensis, que habita en Sierra Nevada, que está en un relativo
buen estado de conservación; gadorensis, en la sierra de Gádor,
que ya se puede considerar extinta, puesto que no hay referencias
desde la década de los ochenta. En las sierras de Baza y los
Filabres, donde habita la
subespecie filabricus,
se ha convertido en muy escasa y rara de ver y está muy localizada
en puntos concretos y de pequeña extensión, y en la sierra de
María, donde está la subespecie mariae, que ha tenido años en
regresión pero parece que en los últimos tiempos está en proceso
de recuperación, dice José Miguel Barea.
Usos del territorio
Desde el Observatorio del Cambio Global se ha comprobado que junto
al clima existen otros condicionantes que pueden incidir en la
supervivencia de esta especie que tiene en la sierra su principal
territorio peninsular. Las actuaciones del hombre afectan de forma
directa, pero no tienen que ser negativas por sistema. «Conocer la
evolución de las poblaciones nos sirve para poder tomar medidas
que ayuden a reducir el impacto del cambio climático en ésta y
otras especies, y a su mejor mantenimiento», dice el biólogo y
conservador del Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada,
Ignacio Henares, para quien es importante que actividades como el
pastoreo tengan un equilibrio, ya que una presencia excesiva de
ganado en determinadas zonas puede llegar a eliminar la presencia
de esta mariposa, pero ocurrirá igual si no hay cabezas de ganado
que reduzcan el crecimiento y expansión de algunas plantas y
permitan el crecimiento de otras de las que se alimentan estos
lepidópteros y otros insectos . «En el equilibrio está la clave
para la conservación». Los invertebrados, y en especial las
mariposas, son magníficos bioindicadores de las condiciones
ambientales de un territorio, y en el caso de Parnassius apollo
nevadensis, de forma muy clara, ya que es una de las especies que
quedaron aisladas en determinados puntos tras la última glaciación
y «se podría decir que vinieron del frío», dice Barea.
Recabar datos
Juan Gabriel Martínez, es profesor del departamento de Zoología de
la Universidad de Granada, junto a otros miembros de su
facultad, Alfredo Sánchez Tójar y Salvador Bravo, realiza
estudios sobre el terreno. «Estudiamos zonas situadas en
diferentes altitudes, desde 1.800 a algo más de 2.700, que es
donde sabemos que vive la ‘Apolo de Sierra Nevada’,
para conocer cómo los cambios en las temperaturas, sobre todo en
otoño, afectan a la biología básica de esta especie, tanto en
larvas como en adultos, y de qué forma se ven afectadas por la
evolución de determinadas plantas, ya que en la fase larvaria solo
se alimenta de flores del género Sedum». El equipo de la
Universidad de Granada cuenta también
con uno de los más reconocidos entomólogos españoles, el
catedrático, Alberto Tinaut, que también realiza labores de campo
y recopilación de datos con este programa de seguimiento.
Los científicos emplean un sistema similar al de anillado de aves.
Hay que capturar las mariposas para poder marcarlas, lo que se
hace con un numero escrito en el reverso de las alas posteriores
mediante un rotulador que no afecta a las escamas que cubren las
alas. «Una vez que las hemos identificado y apuntado las
características del ejemplar, tamaño,
sexo, estado general, se geolocaliza con un GPS y se suelta para
que vuelva a volar en su territorio», dice Juan Gabriel Martínez.
Días más tarde vuelven a realizar capturas y comprueban si hay
mariposas que ya habían marcado. En ese caso pueden conocer sus
movimientos y evolución. «Trabajamos en cinco puntos diferentes a
lo largo del gradiente altitudinal. Hemos hecho el censo de larvas
y ahora estamos haciendo el de adultos. Queremos conocer algunas
variables importantes como el crecimiento de las larvas y de los
adultos y si pueden estar relacionadas con las condiciones
ambientales, clima y alimentación».
Actuaciones de protección
El Libro Rojo de los Invertebrados de Andalucía, de Barea Azcón,
Ballesteros-Duperón y Moreno, realiza recomendaciones con respecto
a Parnassius apollo, como la prohibición de su captura en el
territorio andaluz; iniciar estudios moleculares que esclarezcan
la identidad genética y la validez de las cuatro subespecies
descritas en Andalucía. Los resultados de estos análisis pueden
ser determinantes para valorar el problema del dramático declive
de dos de estas cuatro subespecies. Es necesario un seguimiento
periódico de diferentes parámetros poblacionales de todas las
poblaciones andaluzas. Esto permitirá trazar una tendencia
poblacional e identificar prematuramente procesos de declive.
Ocelos defensivos
La característica más llamativa de Parnassius apollo son los
ocelos, círculos de color anaranjado que presenta en la parte
inferior de sus alas. Durante las observaciones realizadas en la
sierra, Alberto Tinaut comprobaba que las hembras llegan a abrir
las alas de tal forma que los ocelos pueden parecer los ojos de un
animal, con lo que pretenden ahuyentar a sus
posibles depredadores.
Reportaje publicado en IDEAL el 28 de julio 2013