PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
PANTANO DE BÉZNAR
Cuando el Valle era una isla
Las aguas embalsadas del río Ízbor ofrecen entre sus meandros la
imagen del mar de Tetis, del que surgió Granada y sus sierras
Las tierras de Lecrín, Restábal, Béznar y los pueblos del Pinar,
fueron rocas surgidas del fondo del mar, crearon grandes islas que
hoy son valles y montañas donde aún hay restos fósiles de animales
marinos
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
El borde suroeste de Sierra Nevada era un espacio litoral. La
costa se extendía desde la sierra de los Filabres, en Almería,
hacia la Alpujarra y la gran depresión de Granada, donde
territorios que ahora ocupan Dílar, Monachil, Víznar y Alfacar,
limitaban con el mar. La ciudad, su metrópoli, y toda la vertiente
oeste del territorio granatense no era más que rocas metamórficas
sumergidas bajo las aguas del mar de Tehtys, el océano que casi
desde el Ecuador separaba África de Europa. En su extremo norte,
donde ya afloraban mesetas marinas que dieron lugar al sur de la
península Ibérica, una gran isla se alzaba frente a las rocas y
conglomerados sedimentarios que caían mientras la gran orogénesis
alpina generaba Sierra Nevada. Parecía flotar en la inmensa
magnitud del primer mar de la historia geológica del hemisferio
norte. Hace ocho millones de años esa masa de tierra emergida, que
los geólogos llaman Isla de la Tórtola, limitaría hoy al sur con
las zona más bajas del Valle de Lecrín; al oeste, con Albuñuelas,
Jayena y Agrón, y al norte con Padul, que aún se encontraba bajo
las aguas. Era el resultado de un proceso de surección, es decir
de acercamiento de la tierra hacia la superficie, que había
comenzado hace casi 20 millones de años con el desplazamiento de
la placa de Alborán, que empujó los materiales sumergidos hasta
generar la totalidad de las cordilleras béticas, y con ellas, el
sureste ibérico y la orografía actual del sur continental.
(...)
(...) La gran isla de la Tórtola creció a la vez que desplazaba
las aguas y formaba lagos en el interior de sus tierras emergidas,
y tres millones de años después, cuando finalizó la formación de
las altas cumbres de Sierra Nevada, también habían crecido las
sierras de Tejeda, Alhama y Almijara, el litoral sur había sido
cubierto por los derrumbes de la sierra y creado la Alpujarra y en
el Valle, donde las aguas corrían entre aristas y colinas
emergidas.
Ya no es posible contemplar aquella extraña orografía formada por
sedimentos de las cumbres, rocas recién afloradas, arenas y limos,
pero es factible realizar un imaginario viaje en el tiempo y
recrear aquel escenario con solo contemplar como las aguas
embalsadas del pantano de Béznar crean impresionantes
meandros en los que las tierras de conglomerados arcillosos
parecen emerger de la lámina líquida, y formar parte de una gran
isla rodeada de acantilados que caen a plomo sobre el viejo
océano. Al atardecer, en días brumosos, mientras el sol se refleja
en el agua, el paisaje puede trasladar a tiempos en los que el sur
geográfico no era más que el germen de lo que hoy conocemos, pero
en los que parte de la flora y fauna que ahora la habita es casi
la misma que la que ya pobló el Valle y las estribaciones de
Sierra Nevada durante el Mioceno, entre ellos los gatos, y la
mayoría de las aves y especialmente las paseriformes (con forma de
gorrión), caballos, simios... y en el mar, una gran cantidad de
especies similares a las actuales, tiburones, delfines, y sobre
todo invertebrados, corales y moluscos, de los que se han
encontrado múltiples yacimientos de fósiles marinos en rocas de
Albuñuelas, Murchas, Restábal y otros puntos del Valle de Lecrín.
Este viaje en el tiempo puede realizarse a través de los múltiples
caminos y senderos que desde todos los pueblos que rodean el
pantano acceden a sus orillas y recorren sus montes y acantilados.
El más fácil se inicia al final de la localidad de Béznar, desde
donde parte un camino señalizado como ‘polideportivo’ y ‘colegio’,
que tras recorrer medio kilómetro de estrecho carril agrícola,
llega al borde del pantano. A pie, hacia el oeste, discurre un
sendero en el que los cortados de arenas sedimentarias dejan ver
margas y yesos, además de marcas estratigráficas que descienden
hasta más allá del cuaternario. Bordea uno de los meandros
más atractivos de la ribera norte del embalse. Las huertas de
cítricos han quedado atrás y sobre los acantilados, en el camino,
crecen las moricandias, plantas especialmente adaptadas a espacios
desérticos y arenas pobres; alcaparras que trepan entre los tajos.
Las adelfas y flora de ramblas tapizan las barranqueras. A lo
lejos, junto al agua, entre carrizos y vegetación ribereña, hay
garzas reales; los grandes cormoranes intentan pescar en las
aguas, donde nadan decenas de Micropterus salmoides, lubina negra,
percas y carpas, especies muy apreciadas por los pescadores
deportivos, que dicen que es el mejor lugar de la provincia de
Granada. En los remansos nadan patos poco comunes como los ánades
friso, o la vistosa cerceta carretona.
La presencia del agua genera ecosistemas húmedos en los que
habitan especies de aves típicas de lagunas y ríos, por lo que es
fácil observar bandadas de garcillas bueyeras, garcetas entre la
vegetación, además de bisbitas y pequeños pajarillos como
ruiseñores, verderones, jilgueros y gorriones por la proximidad de
núcleos urbanos.
Es un paseo que puede abrir una puerta a un tiempo que se inicio
hace más de veinte millones de años, cuando el impulso del
interior de la tierra provocó que un territorio sumergido
comenzase una ascensión que le hizo salir del mar y modelar valles
y montañas, una reacción que aún no ha llegado a su fin.
¿Dónde está?:
En pleno Valle de Lecrín, junto a la localidad de Béznar. El
embalse recoge las aguas del río Ízbor y de arroyos de su entorno.
¿Cómo llegar?: El recorrido más sencillo es desde el
final del casco urbano de Béznar, hasta donde se accede desde la
salida XXX de la A-44. Hay que tomar un camino agrícola que lleva
hacia el polideportivo y llega a la orilla de la ribera norte del
pantano. Allí, a pie, recorrer el sendero que bordea el pantano en
dirección oeste.
Coordenadas: El cruce en Béznar está en
36°55’37.80’’N 3°32’41.97’’O. El sendero en el pantano
en: 36°55’24.52’’N 3°32’40.29’’O.
Una ‘parada’ en la ruta de las aves hacia el litoral
El pantano de Béznar está situado en un punto estratégico en los
movimientos de las aves entre las sierras y el mar, es un
lugar de descanso y parado en los viajes que casi a diario
realizan grandes aves, como cormoranes, garzas y garcetas, entre
las lagunas y ríos del interior granadino y la costa,
especialmente en la desembocadura del Guadalfeo. Las riberas y la
cola del embalse se han naturalizado hasta el extremo de ser
utilizadas por aves migratorias como lugar donde reponer fuerzas.
También es posible ver gaviotas que han llegado a anidar en los
taludes, y que día a día vuelan entre la costa, los pantanos de
Rules, Béznar y los vertederos cercanos a la ciudad.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Adelfa
Flora / vegetación
Acca sellowiana
Anthyllis cytisoides (Albaida)
Artemisia barrelieri
Artemisia herba alba
Austrocylindropuntia
subulata
Atriplex
halimus (Salado blanco)
Ballota hirsuta
Bituminaria bituminosa
(Trébol hediondo)
Brachychiton populneum
Capparis
spinosa (Alcaparra)
Carpobrotus edulis
(Flor del cuchillo)
Centaurea aspera
Citrus
aurantium (Naranjo)
Citrus limon (Limonero)
Ficus carica (Higuera)
Genista umbellata
Helichrysum stoechas
(Manzanilla mala)
Macrochloa tenacissima
(Esparto)
Mentha
suaveolens
Moricandia
moricandioides
Nerium oleander (Adelfa)
Olea europaea (Olivo)
Opuntia-
ficus-indica (Chumbera)
Phragmites
australis (carrizo)
Plantago
lagopus
Populus alba
Punica granatum
(Granado)
Prunus dulcis (Almendro)
Retama sphaerocarpa
Salsola oppositifolia
Sedum sediforme
Tamarix gallica
Thymelaea
hirsuta (Bolaga)
Trachelium caeruleum (Flor de la
viuda)
AVES
Actitis hypoleucos (Andarríos
Chico)
Anas querquedula (Cerceta carretona)
Anas
platyrhynchos (Anade azulón)
Anas strepera (
Anade
friso)
Ardea cinerea
(Garza real)
Aythya ferina (Porrón europeo)
Bubulcus ibis
(Garcilla Bueyera)
Carduelis chloris (Verderón)
Carduelis carduelis (Jilguero)
Carduelis cannabina (Pardillo
común)
Columba
palumbus (Paloma torcaz)
Charadrius dubius (Chorlitejo
chico)
Egretta
garzetta (Garceta Común)
Falco
tinnunculus (Cernícalo)
Fringilla
coelebs (Pinzón vulgar)
Fulica atra (Focha
común)
Larus cachinnans (Gaviota
patiamarilla)
Motacilla alba
(Lavandera blanca)
Muscicapa striata (Papamoscas gris)
Phalacrocorax carbo (Cormorán)
Phylloscopus
collybita
(Mosquitero común)
Serinus serinus (Verdecillo)
Streptopelia
decaocto
(Tórtola turca)
Sylvia melanocephala (Curruca
cabecinegra)
Tachybaptus
ruficollis
(Zampullín común)
Garza real
Focha común
TEMAS RELACIONADOS
Sierra de Lujar
Acequia de la Pavilla Rio
Torrente Niguelas
Monumento
Natural Falla de Nigüelas
Aguas de Dúrcal, manantiales de aguas
termales
Puente de Dúrcal, Un paseo por el
puente de lata
Azud de Velez
Una serie de reportajes para mostrar la riqueza natural
que nos rodea, sus ecosistemas y a sus singulares
habitantes.
Granada y las tierras del sureste de Andalucía poseen la
mayor diversidad biológica de Europa, parajes únicos para
vivir en tiempos de estío