PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
ALPUJARRA Y SIERRA DE LÚJAR
De los olivos centenarios a las minas de Órgiva
Recorrer el sendero de los Mineros es rememorar la historia de las
gentes de la Alpujarra
Situados junto al Guadalfeo, han sido testigos de la evolución
cosmopolita de la comarca
Las minas de Lújar y los más de 200 olivos centenarios repartidos
por la ‘Vegueta’, de Órgiva, son parte de las particularidades de
las tierras situadas junto al Guadalfeo
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Funcionaron hasta 1989. Los vecinos de Órgiva y quienes
recorrían las carreteras que desde el Guadalfeo accedían a la
Alpujarra y la Contraviesa, recuerdan las vagonetas cargadas de
mineral de plomo que se desplazaban por el aire sobre un cable,
tipo teleférico, y que cruzaba la serpenteante carretera comarcal
hacia el Haza del Lino, junto a la aldea de Tablones.
(...) Las minas de Órgiva, que se encuentran en la ladera norte de
la sierra de Lújar, forman parte de la historia de las gentes de
una comarca que sufrió un tremendo desplome con los paulatinos
cierres de estas explotaciones de fluorita, plata y plomo. En la
actualidad solo se mantiene una pequeña explotación de fluorita.
Aún quedan 145 kilómetros de galerías y casi medio centenar de
túneles conectados entre sí y que algunos pueden recorrerse aunque
no es recomendable.
Se llama el sendero de los Mineros. Es un recorrido de algo más de
8 kilómetros de fuertes subidas, circular, y que parte desde la
carretera entre Órgiva y Vélez de Benaudalla, a solo dos
kilómetros del puente de Órgiva, en la entrada principal de los
senderos de la Sierra de Lújar. Este camino, que puede hacerse en
coche, pero no está apto para todos los vehículos, discurre entre
barrancos para internarse en la sierra, y toma un sendero, una
vereda, señalizada, que era la que hacían los mineros para cortar
camino, pero es muy empinado. El carril llega a la primera de las
grandes minas, donde se ha restaurado una de las casas antiguas y
hay paneles informativos donde conocer los detalles de la minería
en estas montañas. Solo con haber llegado a este punto, a unos
tres kilómetros del inicio, ya sería suficiente, pero más arriba,
en la cota más alta del sendero, a 1.200 metros, se encuentra la
mayor de las minas, el pozo de San Luis, con galerías dobles y el
lugar donde hubo mayor actividad.
Árboles de los romanos
Es un recorrido que puede complementarse con otro más tranquilo y
familiar, y conocer los olivos centenarios de Órgiva.
Sus troncos muestran las señales de miles de inviernos, de las
estaciones y también las civilizaciones, de épocas en las que
gobernaba el emperador Augusto, otras en las que la ciudad
se llamó Albasatch de Orjiva y tiempos de expansión minera,
agricultura, guerras y la historia reciente del descubrimiento de
este territorio como lugar de destino de pequeñas y grandes
fortunas de los más remotos lugares del mundo.
En el siglo XXI en los campos de Órgiva, en parajes como La
Veguera se habla inglés, francés, holandés, e incluso ruso. Las
tierras entre los ríos Guadalfeo y Chico son propiedades privadas
en las que lo que no ha cambiado son los testigos de la historia,
la presencia de más de doscientos olivos centenarios, ejemplares
que fueron plantados en tiempos de los romanos y en la etapa en la
que estas tierras formaban parte del Reino de Granada y tuteladas
por los nazaríes.
El paso de las civilizaciones, e incluso los expolios a los que
fueron sometidos a final del siglo XX, cuando algunos ejemplares
fueron extraídos para replantarlos en mansiones y fincas de la
costa del Sol, Granada y Madrid, no han podido acabar con estos
árboles que ahora se han convertido en un atractivo natural más de
esta población límite entre la Alpujarra y la sierra de Lújar.
Contemplar la belleza y magnitud de estos ejemplares de Olea
europaea es el objetivo de una ruta que desde varios puntos
de la localidad se adentra en zonas como el camino del Zute, la
Vegueta, la cuesta de Jaramuza y el pago del río Chico, es conocer
en toda su plenitud como la vega de Órgiva es ahora un territorio
cosmopolita pero que conserva sus esencias alpujarrenses. Aunque
hay una ruta señalizada que parte desde el interior del núcleo
urbano, con aproximadamente 1,5 kilómetros de recorrido en
dirección noreste, la mejor forma de acercarse a los grandes
olivos y verlos de cerca aunque se encuentran en el interior de
fincas privadas, es la ruta que parte frente a la venta situada
junto al puente sobre el Guadalfeo y que baja hacia el río y se
dirige aguas abajo por un carril paralelo al cauce. Solo hay que
seguir este camino hasta cruzar el cauce de un arroyo, que es
donde se inicia un camino que asciende en dirección al pueblo
entre fincas que, en su mayoría están valladas, pero al borde del
carril se encuentran, los primeros árboles centenarios. Sus
troncos delatan la edad que tienen. Formaciones leñosas cargadas
de marcas del paso de los años y múltiples cosechas. No es posible
confundirlos con el resto de los olivos que se encuentran en el
recorrido, ellos mismos se delatan. sus formas son complejas y sus
grandes troncos contrastan con las finas ramas que sobresalen para
formar las copas, es la muestra de que han sido podados durante
siglos para conseguir el mayor potencial posible de frutos.
El recorrido es zizagueante entre fincas. Son aproximadamente
cinco kilómetros que acceden hacia el núcleo urbano, que es un
buen lugar para terminar el recorrido. También es posible volver
por donde se ha llegado tras disfrutar con la contemplación de
algunos de los ejemplares arbóreos más interesantes y longevos de
la península Ibérica.
No tienen una figura jurídica que los proteja. Algunos de los
propietarios de las fincas, relacionados con diferentes
administraciones, han pedido su inclusión en catálogos de bienes
naturales protegidos, y esperan que la posible declaración de la
Alpujarra como Patrimonio de la Humanidad englobe a estos testigos
de excepción de la historia.
¿Cómo llegar? a las minas
Accesos: El punto de inicio del recorrido está en la carretera
entre Órgiva y Vélez de Benaudalla. a solo dos kilómetros del
puente sobre el Guadalfeo se encuentra la entrada a un carril que
accede a la sierra de Lújar, con un cartel informativo sobre el
paraje natural. Es el inicio del sendero de las minas.
Senda: Se puede hacer en coche, pero es preferible realizarlo
andando y utilizar la vereda de los mineros que parte poco después
del inicio, pero es muy empinada.
Centro: Tras tres kilómetros de subida por un carril en zig-zag se
llega a la primera gran mina con un centro de interpretación en
una vieja casa rehabilitada.
Coordenadas: Carril a la sierra; 36°52’47.16»N -
3°25’13.69’’. Centro de interpretación: 36°51’55.56’’N -
3°25’22.16’’O.
Mina de San Luis, la más alta: 36°51’48.87’’N
3°25’37.58’’O
¿Cómo llegar? a los olivos centenarios
Accesos: Si se llega desde la carretera de Vélez de Benaudalla,
cruzar el puente sobre el Gaudalfeo en dirección a Órgiva. A solo
100 metros, frente a la venta, surge un carril que baja hacia el
río y discurre paralela al cauce hasta que se cruza un arroyo. Ahí
comienza la ruta que proponemos.
Ruta: Asciende por caminos entre fincas particulares en dirección
al pueblo durante 5 kilómetros. Los olivos bordean el camino y se
ven entre los campos.
Coordenadas: Punto donde dejar el coche. 36º57’07.24’’N -
3º24’57.64’’O
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