Oceanología
en la Sociedad Moderna
La integración de la ciencia marina con la sociedad en general y
la cultura futura es crucial para nuestro desarrollo tanto social
como económico
Por Dr. Marcos Sommer* WASTE MAGAZINE
En este milenio el capital más importante de un
país es su conocimiento. El conocimiento, no obstante, depende de
la formación de las personas capaces de producirlo.
La integración de la ciencia marina con la
sociedad en general y la cultura futura es crucial para nuestro
desarrollo tanto social como económico, y esta integración empieza
en la escuela.
Los problemas medio ambientales marinos, tan
extendidos actualmente, imponen la necesidad de una educación en
ese sentido desde los primeros niveles escolares.
La enseñanza de las ciencias marinas no
consiste sólo en insertar disciplinas en los programas de estudio
en la enseñanza escolar y media, sino la inclusión de las ciencias
desde la enseñanza básica debe estar necesariamente asociada a una
política de formación de docentes.
Se debe promover una mayor articulación entre
las escuelas (primarias y secundarias) y las instituciones
científicas y tecnológicas de la Oceanología, a partir del
acompañamiento de los docentes científicos e investigadores al
trabajo de los docentes con los niños y jóvenes.
Uno del propósito de la educación científica en
la escuela debiera ser entregar a la próxima generación de
ciudadanos quienes eligen no continuar sus estudios formales de
ciencia, los medios por los cuales puedan comprender la ciencia
marina y cómo funciona.
Los futuros científicos deberán superar el
desafío de explicar su especialidad en términos que otros
científicos y no-científicos pueden comprender.
En América latina, en general, se pone poco énfasis en la
enseñanza de ciencias en la educación básica, a pesar de la fuerte
presencia de la tecnología en la vida de las personas y el lugar
central que ocupa la innovación tecnológica como elemento de
competencia entre las empresas y las naciones en este milenio.
Fig.1. Modelo oceanografía física del Mar Báltico. (foto:
Nat-Working 2005).
El alumno de primaria y secundaria es un
“investigador” nato que adquiere su
experiencia en el medio. Como consecuencia de esa
“investigación” va adquiriendo una experiencia
y al relacionarse con las personas y objetos que le rodean,
aumenta su concepción tanto del medio como de sí mismo (Fig.1).
Esta relación que va tomando el niño con los objetos que le
rodean, le ayudará en esa curiosidad que tiene para organizar sus
observaciones y razonamientos. El desarrollo de sus facultades
creadoras tiene una importancia excepcional y por eso se las debe
desarrollar desde la escuela y cuanto antes mejor (P. L. Kapitza,
Premio Nobel de Física de 1978). Por esta razón, si el niño o
joven se familiariza con las ciencias desde temprano tendrá
mayores chancees de desarrollarse, tanto en ese campo como en
otros (Sommer, 2003) (Fig. 2).
Fig. 2. En sus investigaciones los liceales argumentan y
razonan, ponen en común y discuten sus ideas y sus resultados,
construyen sus conocimientos.
Una segunda razón es que el
conocimiento científico y las nuevas tecnologías son fundamentales
para que la población pueda posicionarse frente a procesos e
innovaciones sobre los que necesita tener una opinión con el fin
de legitimarlos. Es el caso de la utilización de la energía
nuclear y de alimentos genéticamente modificados, como de la
clonación biológica.
En este sentido, el dominio del conocimiento científico forma
parte del ejercicio de la ciudadanía en el contexto de la
democracia (Sommer, 2006).
Una de las fuentes de conocimiento se sitúa en la conversación que
se produce entre escolares, liceales, estudiantes y personas. Si,
además, tenemos en cuenta el papel de la experiencia como
movilizado o proveedor de contenidos, tendremos en la suma una
posible vía de creación de conocimiento en la sociedad. Nos
estamos refiriendo a las comunidades de práctica que se basan en
estas dos premisas como elementos definitorios de estos procesos.
La creación de conocimiento requiere de un hábitat que lo
posibilite. Las comunidades de práctica presentan muchos de los
rasgos donde el conocimiento fluye y donde se produce de forma más
efectiva el intercambio y creación de conocimiento.
Una comunidad de práctica se basa en que el aprendizaje implica
participación colectiva y que la adquisición de conocimientos y
habilidades se considera un proceso de carácter social y no
individual.
En términos globales, los contenidos curriculares, los libros de
texto y la enseñanza siguen careciendo de un enfoque adecuado y
primando la cantidad frente a la calidad, haciendo con frecuencia
hincapié en el aprendizaje de las respuestas y la memorización más
que en la exploración de las preguntas, en la lectura más que en
la práctica. No fomentan el trabajo cooperativo de los alumnos, la
posibilidad de compartir ideas e información entre sí con libertad
o el uso de los instrumentos modernos para ampliar su capacidad
intelectual.

¿Qué tienen que aprender los
alumnos? La pregunta más bien es qué tienen que ser capaces de
hacer para funcionar en el mundo actual porque de lo que se trata
precisamente es que sean capaces de hacer y no de saber. Si
colocas la palabra" saber" en esa pregunta (que deben saber), lo
que aparece es una lista interminable de cosas inútiles. Saber es
necesario pero no suficiente. El currículo que tenemos no es fruto
de la casualidad: Hoy no enseñamos lo que es importante sino
aquello que
es fácil de medir en un examen que es una atrocidad. No os quepa
duda que es mucho más fácil evaluar un problema de matemáticas que
la capacidad de ser hepático de una persona o la creatividad de un
equipo.
Fig. 3. Trabajo de campo en la costa, niños de secundaria.
No hay nada más importante que la educación (Fig. 3). Hay varias
cosas imprescindibles para sobrevivir: Si no comes, obviamente te
mueres. Si no duermes, está comprobado que te mueres. Pero si no
te educas, también mueres. Si no eres capaz de aprender lo que
significa un semáforo en rojo, si no distingues una seta venenosa
de una que no lo es o si no aprendes a nadar, tienes muchas
posibilidades de perder la vida. Eres lo que has aprendido y serás
lo que seas capaz de aprender en el futuro. Si el mundo cambió
drásticamente y nos resulta inconcebible vivir como lo hacían
nuestros antepasados a comienzos del SXX, entonces debiese darnos
vergüenza que nuestra educación siga anclada en esquemas propios
del subdesarrollo.
Cuando enseñamos la ciencia marina en un contexto alejado de
nuestra realidad cotidiana, muchos escolares y estudiantes
liceales pierden interés. Y si no contamos con esa
motivación, todo el esfuerzo y la preparación del profesor será en
vano. Es crucial, por tanto, destacar la importancia de la ciencia
marina y su papel en la vida de los escolares y estudiantes
liceales. Nuestros escolares y estudiantes también necesitan
evidencias que muestren el alcance real y las limitaciones de
la ciencia marina y de los científicos (Fig. 4). Para lograr
estos dos últimos objetivos nada mejor que contar con la
colaboración de los propios investigadores y de los ingenieros
(M.Sommer, 2006).

Fig. 4. Los liceales necesitan tiempo para explorar, hacer
observaciones, seguir pistas erróneas, probar ideas, repetir
procesos, etc.
En un aula donde la meta es la formación científica, el
aprendizaje requiere tiempo. En el aprendizaje de ciencias, los
alumnos necesitan tiempo para explorar, hacer observaciones,
seguir pistas erróneas, probar ideas, repetir un proceso una y
otra vez, preguntar, leer y descubrir, no sólo memorizar datos
científicos.

Treinta clases de quinto
grado envueltas en el programa Kids do Ecology
(https://kids.nceas.ucsb.edu/sp/DataandSciencespan/cleanup.html)
participaron en una recogido a lo largo de las playas de Santa
Barbara, CA. En vez de simplemente recoger toda la basura que
encontraron, decidieron además hacer un record de toda la basura
que recogieron en la playa para poder aprender más sobre ella.
Los datos de estas excursiones se pueden usar para aprender
interactivamente sobre el uso de tablas de datos, para graficar
datos encontrados en una tabla, y para entender más sobre los
diferentes tipos de gráficos.
Fig. 5. El recogido de la playa, proyecto Kids do Ecology, Santa
Barbara USA. (Foto. Kids do Ecology).
Si los escolares se dan el
tiempo para observar, explorar y comprender por ejemplo el
Manejo Integrado de la Zona Costera, para hacer modelos del
sistema costero sobre la base de sus observaciones (natural,
económicas y sociales), y para poner a prueba sus predicciones,
ellos se pueden perder en otros temas. Pero para el resto de sus
vidas, sin embargo, estos estudiantes tendrán un fundamento firme
para aprender otras ideas por el plan de estudios. Ellos tendrán
una ventaja de comprender los fenónemos naturales, en la ciencia
medioambiental, y una visión en la física. Entendiendo por ejemplo
las fases lunares pueden beneficiar a los estudiantes incluso en
la ciencia de la oceanología, en la comprensión de la marea y
corrientes.

Fig. 6.
Aporte al cambio climático por la emisiones de CO2.
El accionar del hombre fue siempre insignificante, comparado con
la magnitud del ecosistema marino, todo era compensado por la
naturaleza. El mar y la atmósfera se comportan como infinitos,
deglutiendo los subproductos indeseables de la actividad humana.
Pero nos volvimos demasiados poderosos (Fig. 6). Somos muchos y
manejamos energías capaces de alterar equilibrios naturales. EL
uso nacional y el manejo de ecosistemas esta en primera línea
desde hace años. Actualmente estamos experimentando la fragilidad
de los equilibrios marinos, la respuesta nos las dan los Mares
Indico y Báltico, casi muertos, el Mar del Norte, cuyos recursos
piscícolas declinan trágicamente, el Mediterráneo gravemente
afectado y los arrecifes agonizantes del mundo entero.
La humanidad debe sentar las bases para un desarrollo sostenible,
que como señala la Comisión Mundial del Medio Ambiente y
Desarrollo, significa: "atender a las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para atender
a sus propias necesidades". Ello supone al menos tratar de
controlar el hiper-consumo de las sociedades desarrolladas y
de los grupos poderosos de cualquier sociedad y frenar la
explosión demográfica en un planeta con los recursos limitados.

Fig. 7. La sociedad quiere aprender de manera continuada.
En el contexto de la organización que quiere aprender de manera
continuada, las comunidades de práctica estarían compuestas por
grupos de profesionales que transforman su saber hacer personal en
valores colectivos (conocimiento común del grupo), que, con el
tiempo, pueden llegar a ser conocimiento compartido y señas de
identidad propias de la Administración (prácticas corporativas
colectivas) (Fig. 7).
Las comunidades reunidas en torno a una tarea y objetivo común son
particularmente de práctica, si consideremos que la visión es
complementaria con aquella que considera que los profesionales
aprenden cuando aplican, a partir de la propia experiencia, lo que
han aprendido. Aquí, los conocimientos asociados a la practica,
independientemente de donde y como se hayan adquirido, son
determinantes para aprender. La creación de conocimiento se
produce en la práctica (Tab. 1).
Tab. 1. Método científico. Patrones significativos.
Por estos motivos, las comunidades de práctica son un espacio de
trabajo que ayudan a aprender y progresar a la Administración a
partir de algunos principios del aprendizaje social, tales como:
Las personas aprenden en sociedad, manteniendo
al mismo tiempo la identidad. Se constituyen en torno a temas que
unen a sus miembros a nivel individual. El conocimiento reside
principalmente en las personas y no en las máquinas o bases de
datos, ya que gran parte del conocimiento es tácito. Por tanto, la
actitud relacional de las personas es clave para generarlo,
compartirlo y explotarlo.
Aprenden a partir de la interacción, ya no de
maestro a aprendiz (concepto más propio de la visión tradicional)
sino que construyendo, con sus pares, de manera compartida,
estructuras cognitivas, vivencias laborales, a partir de la
experiencia de otras personas en situaciones similares.
Se trata de un punto de vista amplio sobre el aprendizaje, que
amplía sin sustituir la visión tradicional: en cualquier lugar, en
cualquier momento (dentro y fuera de la Administración), en
espacios habilitados expresamente para aprender, o en otros
espacios más informales.
A partir de las experiencias de cada colectivo, se tratará de
aprender haciendo, vinculando el aprendizaje con la resolución de
posibles dificultades que impiden alcanzar los objetivos de la
Administración.
Es así que el trabajo colaborativo se entiende como un patrón de
relación entre diversas personas en una organización en el que
prevalece la interacción y el compartir para la consecución de un
propósito común.

Fig. 8. Deterioro del
medio ambiente y conflictos sociales.
En un mundo que trata de afrontar una importante crisis financiera
y económica, simultáneamente con el deterioro del medio ambiente,
el cambio climático, las tensiones y los conflictos sociales,
existe un consenso mundial cada vez mayor en el sentido de que la
comunidad internacional debe unirse para construir en común un
futuro mejor (Fig. 8). Este consenso estaba ya previsto en la
decisión por la cual la Asamblea General de las Naciones Unidas
creó el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sostenible
(DEDS), que va de 2005 a 2014, en reconocimiento de la función
esencial que la educación desempeña en materia de desarrollo. Pero
no se trata de una educación cualquiera. Se trata de aprender con
miras al cambio y de aprender a cambiar. En particular, se trata
de los procesos y contenidos de la educación que nos ayudarán a
convivir de manera sostenible" (Matsuura, 2009).
La situación es tan seria que desde la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de
Janeiro en 1992 se reclamó una acción decidida de los educadores,
para que los ciudadanos tengan una correcta percepción de cual es
esa situación, y puedan participar en la toma de decisiones
fundamentadas (United-Nations, 1992).
Por otra parte, y haciéndose
eco de este llamamiento, la revista, Internacional Journal of
Science Eduaction, decidió dedicar un número especial a
“Ambiente y Educación”, en el que se
constataba la ausencia de investigación en este campo (Gayford,
1993). Esa misma situación se constata, en un análisis de los
artículos publicados en las revistas internacionales más
importantes en el campo de la didáctica de las Ciencias (Edwards,
2000) y aunque con ciertos avances, en la actualidad las
perspectivas no son todavía halagüeñas (Fernández Nistal M.T.,et
al 2009).
"Hay más de 60 millones de
docentes en el mundo de hoy y un número incalculable de educadores
en contextos no formales. Esos profesionales trabajan en la esfera
"local", pero tienen que enfrentarse a problemas de ámbito
"mundial". Para que su labor didáctica sea pertinente y tenga
realidad para sus educandos, esos docentes deben aprovechar los
aportes, contextos y valores locales. Por eso debemos recordar
siempre que los maestros son personas, forman parte de las
instituciones de enseñanza y aprendizaje, son miembros de la
comunidad y de la sociedad, y necesitan recibir apoyo para llevar
a cabo su tarea" (Matsuura, 2009).

Fig. 9. Oceanógrafos
Sin Fronteras programa educación marina en las escuelas.
Gran Bretaña tiene una larga tradición en la educación y la
formación de científicos, ingenieros y matemáticos que ha
contribuido enormemente a la estabilidad económica del país. Sin
embargo, aunque muchos jóvenes cursan estudios superiores, muy
pocos de ellos escogen las matemáticas, la física o la
química como carrera universitaria (HESA, 2005), y este hecho
origina una escasez de este tipo de profesionales para enfrentar
por ejemplo los problemas del cambio climático presente. Muchos
países de América Latina también presentan este problema a nivel
de la ciencia. La clave para cambiar esta tendencia es
inspirar y entusiasmar a los jóvenes hacia la ciencia y la
tecnología a lo largo de toda su educación escolar y liceal (Fig.
9).
Un encuesta realizada en 50 colegios en toda Gran Bretaña demostró
que aunque la mayoría de los estudiantes disfrutaban aprendiendo
ciencia en el colegio, muy pocos querían estudiar estas
disciplinas después (Bevins et al., 2005). En particular, la
física era percibida como una materia compleja y difícil.
Los estudiantes reconocieron que la oportunidad de acceder a
profesionales de la ciencia y de la tecnología aumentaría su
interés y entusiasmo al tiempo que le permitiría obtener
información valiosa sobre esas carreras. Además expresaron
que la presencia de un experto en el aula ayudaría a situar
los conceptos en su contexto natural y cambiaría las clases.
Cuando estamos haciendo cosas como los gases, si un experto
estuviera en la clase ayudando, podría enseñarnos por qué usamos
los gases, cómo ellos los usan en sus trabajos- esto haría el
concepto más interesante; comentario de un estudiante de 14 años.
Sería una buena idea hacerles preguntas sobre sus trabajos y
descubrir qué hacen, cómo lo hacen, cómo lo aprendieron y cuánto
ganan; comentario de un estudiante de 13 años.
Los estudiantes también sugirieron que las visitas de
profesionales a los colegios o visitas escolares a los centros de
trabajo les ayudarían a conocer las características específicas de
esos trabajos.
Sería una buena idea visitar una universidad
para ver lo que hacen. Sería muy interesante.; comentario de un
estudiante de 12 años (Brodie M., 2008).
Los investigadores que participaron en el proyecto Residence
(https://www.researchersinresidence.ac.uk/rir/) y en las
conferencias Express Yourself permitieron que los
estudiantes establecieran un primer contacto los profesionales de
ciencia y tecnología y desarrollasen sus propias ideas sobre éstos
y sus campos de trabajo.
Researchers in Residence es un proyecto que lleva a algunos de los
investigadores más creativos de Gran Bretaña a los
institutos. Los investigadores participantes son grandes
apasionados de sus temas de trabajo y su entusiasmo puede encender
un vivo interés por la ciencia entre los jóvenes.
Investigadores predoctorales y postdoctorales de ciencia,
tecnología y matemáticas se ofrecieron voluntariamente para pasar
de cuatro a cinco días en los centros de enseñanza. Los
investigadores podían dar apoyo en las clases, hacer
presentaciones o asistir a campos de trabajo. Después de esta
experiencia muchos de los investigadores continuaron
implicándose en la actividad de las escuelas.
Entre las razones aducidas por los investigadores para participar
en este proyecto podemos citar:
1) la oportunidad para actuar como modelo positivo;
2) desmitificar la investigación;
3) mejorar la imagen de los científicos; y
4) transmitir su entusiasmo por la ciencia, la tecnología, la
ingeniería y las matemáticas. Además, los investigadores también
pueden beneficiarse al poner a prueba y mejorar su manera de
comunicar, al conocer de cerca el mundo de la educación, mejorando
su CV; o simplemente al romper con la rutina.

Fig. 10. Proyecto Redes de trabajo de la oceanología para niños.
En este milenio la ciencia se está moviendo más rápidamente que
nunca; un descubrimiento removedor sigue al anterior a una
velocidad increíble. Los maestros de escuela tienen problemas para
mantenerse al paso, y muchos alumnos piensan que las clases de
ciencia son “aburridas”.
Necesitamos urgentemente involucrar a la gente joven con la
ciencia. Motivar a los jóvenes para que se interesen en el
aprendizaje y la comprensión de la ciencia en la escuela y liceos
es importante no sólo porque las carreras científicas son
emocionantes y gratificantes, sino también porque los jóvenes
necesitan saber cómo la ciencia y la tecnología están cambiando
nuestro mundo, ¡su mundo!; (Fig. 10).
Parece que existe una brecha entre las capacidades de procesar
información y las destrezas que los futuros científicos
necesitarán y la educación que reciben. Mientras el mundo cambia,
debemos hacernos la importante pregunta: ¿para qué existe la
educación científica?
Uno de los propósitos de la educación científica en la escuela
debiera ser entregar a la próxima generación de ciudadanos quienes
eligen no continuar sus estudios formales de ciencia, los medios
por los cuales puedan comprender la ciencia y cómo funciona. Cada
individuo debiera recibir las herramientas para apreciar cómo la
ciencia en el mundo real les afecta y cómo puedan formar sus
propias opiniones sobre temáticas científicas y tecnológicas.
El segundo propósito de la ciencia en la escuela es alcanzar esa
pequeña proporción de los estudiantes que avanzan a la educación
superior para estudiar ciencia y/o trabajar en ciencia y
tecnología. Para ellos, construir una base de conocimientos
básicos y una comprensión del enfoque científico es importante.
La ciencia actual y del futuro exigirá niveles cada vez más
elevados de competencia especializada de los científicos, junto
con una capacidad de trabajar con otros científicos fuera de su
propia pericia. Una consecuencia natural de esta especialización
dentro de equipos multidisciplinarios es que los futuros
científicos deberán superar el desafío de explicar su especialidad
en términos que otros científicos y no-científicos pueden
comprender. Químicos tendrán que cooperar con psicólogos, biólogos
moleculares con nanotecnólogos, y neurocientíficos con
economistas, hasta que se difuminen las fronteras entre las
disciplinas. Aún con la introducción de nuevas tecnologías, la
comunicación y habilidades interpersonales van a ser más
importantes que nunca.
El científico de la ciencia marina del futuro tendrá que tomar un
paso más adelante y relacionarse con la sociedad más amplia si la
ciencia y la tecnología van a mantener su lugar en el corazón de
la cultura moderna. La mayoría que no siguió una educación
científica buscará a la minoría para ayudarles a tomar decisiones
y formular opiniones. Sin embargo, el científico entusiasta tendrá
que tomar muy en serio su responsabilidad – no se trata
de decirle a la gente lo que deben pensar.
Se exigirá al futuro científico tomar un rol más protagónico para
asegurar que todos los integrantes de la sociedad estén
involucrados con la ciencia. No-científicos debe sentir que pueden
contribuir a un debate científico con confianza en sus opiniones,
sin importar que estén de acuerdo o no con la hipótesis que la
ciencia hace una contribución positiva a la sociedad. La
integración de la ciencia con la sociedad en general y la cultura
futura es crucial para nuestro desarrollo tanto social como
económico, y esta integración empieza en la escuela.
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