SOSTENIBILIDAD, RECICLADO, USO
RACIONAL DE LOS RECURSOS
EL DECÁLOGO SOSTENIBLE PARA USAR MADERA
10 preguntas que habría que hacerse antes de adquirir cualquier
objeto de madera: ¿Para qué se va a utilizar? ¿De dónde viene?
¿Qué tratamientos se le ha realizado? ¿Se puede reciclar? ¿Es
sostenible? ¿Qué beneficios obtienen los productores? ¿Se
comercializa en términos de justicia y transparencia?
Madera Justa, la Plataforma de Sensibilización sobre el Consumo
Responsable de Recursos Forestales, coincidiendo con el Día
Internacional de los Bosques, ha publicado un decálogo con las
10 preguntas que toda persona se debería hacer antes de comprar
o utilizar madera.
Cada año se destruyen y desaparecen en el mundo más de 16
millones de hectáreas de bosque, una superficie equivalente a la
tercera parte del territorio de España, debido, fundamentalmente
a la tala ilegal y sin control, la sobreexplotación de los
recursos, los incendios forestales y la construcción de grandes
infraestructuras como embalses o carreteras, de acuerdo con los
últimos datos de FAO. Cifras que, para Javier Fernández,
presidente de la Plataforma Madera Justa y de FSC España, “no
sólo coloca en situación de riesgo al medioambiente, sino que,
además, pone en evidencia la necesidad de hacerse algunas
preguntas antes de adquirir cualquier objeto de madera”.
Cuestiones sobre su origen, la forma en la que se obtiene, sus
cualidades, el uso que se le va a dar, o los tratamientos a los
que ha sido sometida. Y, también otras sobre los derechos de los
trabajadores que la aprovechan y trabajan posteriormente, la
forma en que se reparten los beneficios o cómo se reinvierten en
el desarrollo de las comunidades productoras. Sólo así se puede
elegir la madera más adecuada y garantizar al que la materia
prima empleada en la elaboración de sus productos procede de
bosques gestionados de forma sostenible y que su
comercialización se lleva a cabo bajo los criterios éticos del
Comercio Justo. Así, estas son las 10 preguntas que hay que
hacerse antes de comprar madera.
Decálogo para un consumo responsable de madera
(1) Más madera de la que se ve. Así, “La primera pregunta que
habría que hacerse, por evidente que parezca, es si el artículo
que se va a adquirir está fabricado con madera”, explica Javier
Fernández de la Plataforma Madera Justa. Hay muchos objetos que
la incluyen entre sus componentes sin que sea visible ni
reconocible como en los teléfonos móviles, los relojes e,
incluso, en los coches.
(2) Una madera para cada necesidad.¿Para qué se va a utilizar?.
Aunque pueden variar de unas piezas a otras de la misma madera,
lo recomendable es emplear abedul y pino para mobiliario; arce,
castaño, nogal y cerezo en ebanistería; bambú y pino para
construcción; haya para suelos; o roble y fresno para
carpintería interior como puertas o ventanas.
(3) ¿Puede ser el color un criterio válido para su elección? No
hay dos iguales, aunque procedan del mismo árbol, el veteado,
los nudos y la tonalidad las convierte en piezas únicas.
No hay que olvidar que las maderas se pueden teñir para darles
el acabado deseado y que con el tratamiento adecuado pueden
mejorar sus propiedades y darle otros usos alternativos como en
carpintería exterior para no tener que recurrir así a maderas
poco recomendables.
(4) ¿Hay algunas prohibidas? Además de por sus
características, la madera debe ser elegida teniendo en cuenta
otros muchos factores como su procedencia. Así, según su origen
se pueden clasificar en: recomendadas si proceden de bosques
gestionados de forma responsable desde criterios económicos,
sociales y ambientales, como expresan los sistemas FSC y Madera
Justa; aceptables; problemáticas; y de alto riesgo. Estas
últimas incluyen las maderas de la lista roja de la IUCN, en
anexos específicos del Convenio CITIES y las llegadas desde
países en conflicto o bosques primarios en Áreas Protegidas bajo
condiciones de conservación estricta.
(5) ¿Se puede reciclar? Se calcula que el 10% de los residuos de
los países industrializados están formados por este material y
su mayor parte acaban en vertederos o, simplemente, quemados
cuando con el tratamiento adecuado podrían acabar formando otros
objetos o ser transformados en serrín, tableros de aglomerado,
compost, o, incluso, energía.
(6) . ¿Es sostenible su utilización? Bueno para el bosque,
bueno para todos La madera es, sin duda, uno de los materiales
más ecológicos frente a otros mucho más contaminantes como el
cemento o el aluminio en cuyo proceso de fabricación se consumen
grandes recursos como agua o energía y que generan más C02. Así,
cuando la madera proviene de bosques gestionados
responsablemente, a través del sistema FSC, se promueve la
mejora de hábitats y se reduce, entre otros, el riesgo de
incendios.
(7) ¿Se debe quemar? La quema de madera como fuente de
energía y calores uno de los usos más habituales que, a lo largo
de la historia, se ha dado a este material. Aún hoy se sigue
haciendo y, aunque se ha ido siendo sustituida paulatinamente
por otros combustibles de mayor poder energético, aún se puede
ver de forma habitual, sobre todo, en el medio rural en forma de
troncos en las chimeneas, carbón para las barbacoas, y en los
hornos y fogones de los hogares. Al utilizarla, siempre hay que
preguntarse por su origen.
(8) Los derechos de la madera. Además, detrás de la madera aún
hay mucho más que no se ve como los derechos de las poblaciones
indígenas que protegen los bosques, el mantenimiento de sus
costumbres y tradiciones, los de los trabajadores, la equidad de
género y como se reinvierten sus beneficios en la comunidad para
erradicar la pobreza. ¿Se respetan? Proyectos como los
gestionados por la Plataforma Madera Justa en las Concesiones
Forestales Comunitarias de Petén (Guatemala), garantizan estos
derechos a través del Comercio Justo.
(9) La gestión responsable de los recursos forestales es un
problema más cercano de lo que se puede pensar. ¿Afecta a todo
el mundo? Por supuesto, no sólo afecta a la construcción o la
decoración, muchos objetos cotidianos están hechos de este
material y su mejor ejemplo es el papel y el cartón. Cada año se
consumen más 410 millones de toneladas en el mundo y cada
español utiliza anualmente más de 176 kilogramos: el material
escolar, los libros, los periódicos, pero también todas las
cajas y embalajes que envuelven y protegen a otros objetos.
(10) La certificación como sello de compromiso con el
medioambiente. ¿Cómo se pueden reconocer a las maderas que
cumplen con los todos los puntos anteriores? Certificaciones
como Madera Justay FSCgarantizan al consumidor que los productos
proceden de bosques gestionados sosteniblemente, que en su
proceso de transformación no se han empleado sustancias
contaminantes como cloro, y, además, Madera Justa certifica que
su comercialización se realiza bajo los criterios éticos del
Comercio Justo y que se respetan los derechos de los
trabajadores entre otros más de 150 criterios diferentes
ecológicos, económicos y sociales.