Tamaño 80 cm 50 cm cola
Hábitat
En ambientes acuáticos no contaminados hasta 2.400 metros de
altitud como ríos, lagos y embalses, y en el litoral atlántico, en
Cádiz, Málaga y de forma esporádica en Huelva.
Distribución Europa, Asia y África
Alimentación peces, crustáceos, moluscos, mamíferos, aves, huevos,
anfibios, invertebrados. Es más activa al atardecer y durante la
noche
Pueden vivir hasta 20 años
Incluida en el Libro Rojo de Vertebrados de Andalucía, categoria:
Vulnerable a la extinción
VÍDEOS * Nutria juega en
un remanso
VÍDEO: MERCHE S. CALLE Y J. E. GÓMEZ
LA RECONQUISTA DE LAS NUTRIAS
Vuelven a ocupar sus territorios históricos en el río Fardes y
desde los cauces del Poniente ascienden por el Genil
Científicos piden un plan de recuperación de peces para ayudar a
las nutrias a sobrevivir
Pasos de fauna, isletas vegetales y rampas para superar la
barrera de la ciudad
Científicos piden un plan de recuperación de peces para ayudar a
las nutrias a sobrevivir y continuar su regreso a los cauces donde
habitaron
Por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / Waste -
IDEAL
Entre dos luces, poco antes del anochecer, junto a un remanso de
aguas en el cauce del río Cacín, se oye un continuado silbido
seguido de secos ‘estornudos’. Es la señal inequívoca de la
presencia de nutrias que se desplazan junto a la corriente. El
sonido de un mamífero que puede considerarse como el gran
pescador, un mustélido algo más grande que un tejón, cuyas
poblaciones se habían reducido hasta el punto de considerarse una
especie extinta en algunas zonas de la provincia de Granada,
donde habitaron hasta mediados del siglo XX. Una situación que los
científicos aseguran que ha cambiado y la nutria vuelve a ocupar
parte de sus territorios históricos, en una reconquista que parece
haberse iniciado en las zonas altas del río Guadalhorce en Málaga
y conectado con el Genil a través de sus afluentes situados en la
comarca de Poniente, los ríos Alhama, Cacín y Frío, con
poblaciones detectadas en estos cauces. Un recorrido que no se ha
parado ahí, ya que los últimos estudios indican que las nutrias
están a las puertas de la ciudad y que los vertidos de los pueblos
de la margen izquierda del río en la Vega y la barrera del
encauzamiento del Genil a su paso por la capital, es la causa de
que no logren dar el salto hacia los tramos altos del río y entrar
en Sierra Nevada.
Un equipo de científicos y naturalistas de la Asociación Wilder
South, en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente y el
Parque Nacional de Sierra Nevada, esperan la puesta en marcha de
un proyecto de recuperación piscícola de los ríos con
posibilidades de albergar poblaciones de nutria en la provincia de
Granada, especialmente el Guadiana Menor, el río Fardes, la cuenca
del Genil y parte del río Guadalfeo, donde se ha detectado la
presencia de este mamífero a pesar de ser una cuenca en la que no
había datos de su existencia. «Las nutrias han experimentado una
importante recuperación de su área histórica, especialmente en la
cuenca del río Genil y en el río Fardes, de manera que en
2014-2015 se alcanzó su máximo conocido», afirman los miembros del
equipo de trabajo de esta organización para la protección de la
biodiversidad del Mediterráneo, con la participación del biólogo,
José María Gil Sánchez, considerado uno de los mayores expertos
españoles en mamíferos carnívoros, que ha realizado seguimientos
de nutria en Granada desde la década de los ochenta, por lo que es
posible comparar la evolución que ha experimentado.
Huellas de nutrias. La bióloga Elena Ballesteros-Duperón busca
rastros de Lutra lutra en el río Cacín - Granada
Foto: José Miguel Barea
Tras el rastro de las nutrias
Las investigaciones desarrolladas por biólogos de la Junta de
Andalucía entre los años 2003 y 2005, (Elena Ballesteros-Duperón;
J. M. Barea; J. M. Gil Sánchez, M. Moleón y Manuel Chirosa), para
estudiar la distribución de la nutria (Lutra lutra) en la
provincia de Granada, alertaron sobre el negativo efecto que sobre
los ríos y la fauna piscícola ha tenido la falta de depuración de
los vertidos de los pueblos; la proliferación de presas y azudes,
y la desecación de arroyos, que habían provocado un descenso
considerable de las poblaciones de peces, sobre todo trucha,
barbos y cachos, lo que provocó que el número de nutrias en los
ríos en los que estaba casi confinada, fuese irregular y que el
incremento detectado en 2003 se convirtiese en descenso solo dos
años después.
Pero la situación ha cambiado con el paso de los años, gracias a
la protección de determinados espacios naturales, y a que se haya
aumentado la depuración de aguas residuales, por lo que la nutria
recupera sus cauces y ha iniciado una colonización de otros que
había perdido hacía décadas.
Según los responsables del estudio para el proyecto de
recuperación piscícola de los ríos, con solo una pequeña ayuda,
como es la repoblación de ríos con truchas y la construcción de
estructuras que les permitan salvar los obstáculos puestos por el
hombre sobre los cauces, una de las más bellas especies de la
fauna autóctona mediterránea podrá volver a sus dominios
ancestrales.
La barrera de la ciudad
Hay datos que demuestran que las nutrias han llegado a zonas muy
cercanas a la capital en su camino hacia la cabecera del Genil. La
única posibilidad que tienen para poder superar la barrera del
encauzamiento del río a su paso por Granada, es que se construyan
pasos especiales para peces y para las nutrias, y se habiliten
isletas de vegetación ribereña, además de rampas para salvar las
esclusas. Un estudio del Parque Nacional afirma que la sierra
posee las condiciones que las nutrias necesitan. Por el momento,
las nutrias ya llaman a las puertas de la ciudad.
NOTICIAS ANTERIORES
La nutria escapa de la lista roja de especies amenazadas
En España hay diez mil ejemplares repartidos por todo el
territorio salvo en Almería, Alicante y Guipúzcoa
A finales de los 70 la nutria paleártica ('Lutra lutra'),
habitante de los ríos europeos y españoles, estaba en las últimas
en la Península, acosada por la contaminación fluvial de las
industrias pesadas, la caza directa, la fragmentación de hábitats
y un sinfín de achaques propios y ajenos. Ahora las tornas han
cambiado. El último censo calcula, groso modo, unos 10.000
ejemplares repartidos por todo el territorio con tres únicas
excepciones, las provincias de Almería, Alicante y Guipúzcoa.
La nutria ha resucitado y el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y
Marino (MARM) ratificó su exclusión de la lista roja de especies
amenazadas. Hoy es 'sólo' una especie protegida, en régimen de
vigilancia de sus poblaciones y cuya caza sigue radicalmente
prohibida en todas las comunidades. Es una «muy buena noticia»,
aseguró Alicia Villauriz, secretaria general del Medio Rural, en
la presentación de 'La nutria en España. Veinte años de
seguimiento de un mamífero amenazado', el volumen que certifica la
resurrección del mustélido. Sus autores, de la Sociedad Española
para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM), lo son
también de compilar el tercer muestreo realizado en dos últimos
decenios sobre la distribución territorial de los lutrinos
españoles. Gracias a las observaciones de voluntarios de la SECEM,
de pescadores fluviales o de simples excursionistas se sabe que de
los 5.293 puntos de muestreo establecidos, en casi el 65% se
avistaron nutrias. En el primer rastreo de 1984, el porcentaje de
estaciones positivas fueron apenas la mitad, el 33%. Entre medias,
una segunda investigación (1996) ya apuntó un incipiente repunte
de la especie en los ríos españoles.
Ríos limpios
Las poblaciones de nutria han recolonizado casi toda la mitad
occidental de la península, y con gran densidad en la cornisa
cantábrica y en especial Galicia. En Asturias su recuperación ha
ido en paralelo al declive de la minería y la industria pesada. La
franja mediterránea, entre Barcelona y Almería, es un erial para
estos animales. Las razones, la contaminación persistente de
algunos ríos y la sobreexplotación de los cursos fluviales para el
turismo, la agricultura y otras actividades humanas.
Veinte años
La rápida recuperación de la nutria ibérica en los últimos veinte
años ha permitido que estos mamíferos dejen de ser una especie
amenazada en nuestro país y sean sólo una especie protegida que
ocupa ya toda la Península Ibérica salvo las provincias de
Guipúzcoa, Almería y Alicante.
La nutria paleártica, la que tiene mayor distribución mundial y la
única presente en Europa, comenzó a desaparecer en el continente a
mediados del siglo pasado y su situación era dramática en la
década de los ochenta. Sin embargo, las medidas de conservación de
los ríos y humedales, y el aumento de la legislación protectora de
estas y otras especies ha servido para que las poblaciones de
nutria ocupen ya todas las comunidades autónomas españolas y todas
las cuencas hidrográficas.
Perseguida por los comerciantes de pieles
El libro La nutria en España. Veinte años de seguimiento de un
mamífero amenazado, editado por la Sociedad Española para la
Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM), muestra la
evolución de esta especie en España desde 1984, cuando los
miembros de esta Sociedad hicieron el primer muestreo y vieron que
las nutrias sólo ocupaban el 33% de las zonas observadas.
Por aquel entonces, sufrían una persecución directa por parte de
los comerciantes de pieles y de los pescadores (las veían como
competidoras directas), pero principalmente eran víctimas de la
contaminación y de las miles de toneladas de venenos (como el ya
prohibido DDT) que se habían vertido en los ríos españoles.
En 1995, los miembros de la SECEM realizaron un segundo muestreo y
observaron que estos mamíferos ocupaban ya el 48,8% de las zonas
estudiadas, aunque la escasez de agua provocada por la política
hidráulica española (embalses y agricultura) eran la mayor amenaza
de esta especie.
Ahora, la nutria está presente en el 70% de los casi 6.000
muestreos realizados en los últimos años.