Descripción:
Se caracteriza bien por su frente roja y su pecho de color
vinoso, de ahí su nombre.
Distribución: Noreste de Argentina en la
provincia de Misiones, sudeste de Paraguay así como al
sudeste de Brasil en algunas zonas al sur de Bahía y al norte de
Río Grande do Sul.
Longitud: 30 cm.
Status: Actualmente desapareciendo en gran
parte de su área de distribución, ahora sólo presente en
pequeñas localizaciones. Poblaciones en peligro de extinción
principalmente por la desaparición de su hábitat, desplazamiento
por la agricultura y el comercio ilegal.
Por Ángel Nuevo González,
biólogo, autor de las investigaciones
Mostramos una serie de artículos elaborados por Ángel
Nuevo González, sobre su viaje a las selvas argentina a la
búsqueda de especies de loros, la mayoría en vías de
extinción,para estudiarlos in situ, conocer sus hábitats y
ayudar en la lucha por mantener los ecosistemas donde viven. Un
trabajo de conservación e investigación realizado junto a
voluntarios, agentes y fundaciones locales. (Waste magazine)
Tema 1: Ecología reproductiva
del loro hablador
LORO VINOSO, EL LORO DEL PINO PARAMÁ
En el corazón de la provincia de Misiones, desde el Municipio de
San Pedro, he sido cómplice y testigo de una de las más bellas
causas conservacionistas de los últimos tiempos y de la que me
siento orgulloso de escribir estas líneas. Allí, en el marco de la
Fundación Félix de Azara, personas fuertemente comprometidas
trabajan altruístamente por una única causa: La conservación del
Amazona de Pecho Vinoso (Amazona vinacea) y La Selva de Pino
Paraná (Araucarias). El Bosque de Pino Paraná y su fauna
están comprometidos por la tala y caza sin controles efectivos y
por el mascotismo local de algunas especies nativas. Algunas de
las más representativas y en mayor peligro de extinción son, entre
otras, el mono aullador Carayá Pytá (Alouatta guariba) y algunas
especies de psitácidas como el Charao (Amazona petrei), el
Maracaná afeitado (Ara maracana, ahora Primolius maracana) y el
protagonista de nuestra historia, El Loro Vinoso o Papo Roxo, como
se le conoce en el vecino Brasil.
.
Durante el ultimo siglo, fue tanta la tala del pino paraná para el
aprovechamiento de su excelente madera y el reemplazo de la selva
por agricultura, ganadería y las plantaciones de maderas exóticas,
que casi desapareció de La Argentina, quedando hoy tan solo unas
pocas hectáreas sin conexión entre sí. Aún hoy, habiéndose
declarado el pino paraná como "Monumento Natural" sigue viéndose
amenazada su supervivencia y la de la fauna que vive fuertemente
asociada a esta peculiar selva. Hoy esta selva es considerada el
cuarto lugar más importante del mundo para la conservación de la
biodiversidad.
La Fundación Félix de Azara
Desde la Fundación se trabaja fundamentalmente desde 3 frentes
imprescindibles:
- Investigación: El estudio de este peculiar ecosistema y de la
biología de las principales especies faunísticas hace posible
determinar los mecanismos de conservación adecuados así como
determinar las áreas que requieren mayor esfuerzo de preservación.
- Educación: La elaboración de campañas de Concienciación y el
trabajo directo con los pobladores de estas tierras son el pilar
sobre el que se construye el éxito de este Proyecto. Generar en la
población local una necesaria empatía con el bosque y reconocer
que son éstos actores claves hace que se despierte un compromiso
con la conservación de este ambiente. Trabajando tanto con los
adultos (incluso en sus propias casas) como con los niños en las
escuelas, con numerosas actividades durante todo el año.
- Acción de Fiscalización: Uno de los compromisos que más me han
sorprendido es la involucración de los miembros de la fundación,
pero especialmente de Gabriel Capuzzi (al que posteriormente
dedicaré unas líneas con mayor profundidad) en el seguimiento de
aquellas familias que han capturado un pichon de Loro Vinoso y lo
mantienen en su casa como mascota. Estas familias son informadas
de manera muy cercana sobre la gravedad de sus acciones y son
convencidas para que devuelvan estos pichones, que son
fiscalizados y llevados a Guira-Oga (Centro de Cría y
Rehabilitación) en Puerto Iguazü, donde entran a formar parte de
un programa de cría en cautividad para posterior reintroducción en
la selva. Colaborando igualmente con las autoridades competentes
de su pais, para perseguir y denunciar tanto la captura de
pichones como la tala ilegal de Araucarias.
Sobre la biología del Loro Vinoso
El Papo Roxo comienza a nidificar en el mes de Octubre, en huecos
de grandes árboles de distintas especies, pero se encuentra
fuertemente asociado al Pino Paraná o Araucaria del que además se
alimenta. Los pobladores locales conocen esto y por eso saben
cuando tienen que treparse a sus nidos para su captura (en los
casos en los que no lo hacen tras talarlo para vender su madera).
Es normalmente antes del 25 de Diciembre, cuando los pichones
estan por volar, cuando son extraidos "pescandolos" con una bolsa
de plástico a la que se prenden los pichones con sus picos.
La alimentación de los Vinosos se basa aparentemente en los
"piñones" de las Araucarias, a las que como he dicho se encuentra
fuertemente ligado como ocurre con el Amazona Charáo en la parte
Brasileña. Ambos juegan un papel ecológico fundamental (seguro que
todos los que estáis leyendo estas líneas habéis acusado a
vuestros propios loros de "guarros" por la cantidad de alimento
que "desperdician", ¿verdad?), en la naturaleza esto es
importantísimo tanto para la dispersión de sus semillas, como para
facilitar la alimentación de otros animales desde el suelo. Vital
para la supervivencia del mismo bosque que les da cobijo. Además
es frecuente verlos alimentarse de las semillas de plantas
leguminosas como las Cañas Fístulas u otras especies vegetales.
Fuera de la estación reproductora, los Loros Vinosos forman grupos
más o menos numerosos que se reunen en dormideros para pasar la
noche. Normalmente utilizan una vez más las Araucarias para
hacerlo, y generalmente lo hacen en aquellas situadas en Capoeras,
que son espacios muy transformados, con apenas otras especies de
árboles y por tanto muy despejadas con pasto intercalado. La
explicación del por qué de este comportamiento puede deberse a la
protección que supone permanecer en grupo y especialmente en estas
Capoeras, que les permiten mejor visibilidad y menor riesgo con
los depredadores por la ausencia de árboles próximos por los que
acceder.
Mi propia experiencia
Durante mi estancia allí, cargada nuevamente de muy buenos
momentos, lo propio era darse tremendos madrugones. Puesto que
nuestra misión principal era realizar los censos de la población
del Loro Vinoso, el primer paso era intentar localizar esos
dormideros para proceder al conteo de los ejemplares que allí
acudían. Contar con la experiencia de Grabriel era sin duda
imprescincible ya que gracias a él además, familias como los Da
Barba nos daban el cobijo necesario para realizarlos en sus
propias tierras. Mi primer encuentro con este fascinante Amazonas
se produjo en el mismo San Pedro, realizando los conteos en el
Parque Provincial de la Araucaria (una de las 4 reservas de
hábitat que velan por su conservación).
Como casi siempre, el primer indicio de su presencia eran sus
vocalizaciones, bien diferentes de las del Loro Choclero (Pionus
maximilliani), con los que, en ocasiones, era fácil confundirlos
cuando se acercaba alguno de sus grupos desde la lejania (sobre
todo si la vista ya flojea como es mi caso, claro.). Después de
estos primeros encuentros de "entrenamiento", acompañados siempre
de algún miembro de la Fundación con experiencia previa, nos
sentíamos ya preparados para emprender esta vez en solitario,
nuestro desplazamiento a nuestro siguiente paradero, el Parque
Provincial Cruce Caballero.
Este Parque, es sin duda uno de los enclaves mejor conservados del
Bosque de Araucarias, allí pudimos disfrutar de los más grandes
ejemplares de Pino Paraná en un marco de belleza incomparable.
Aunque durante nuestra estancia en Cruce Caballero, sufrimos
cierta desilusión en cuanto al número de Vinosos que realmente
encontramos, nuestros esfuerzos se vieron recompensados al poder
disfrutar de otras especies como el Chiripepé común (Phyrrura
frontalis), el Calancate de Alas rojas (Aratinga leucophtalma) o
el simpático Lorito de Cabeza roja (Pionopsitta pilleata), que
llenaban nuestros largos tiempos de espera del Papo Roxo.
El caso de "Loro González"
Uno no es consciente de la espesura real que tiene un bosque de
estas características hasta que no se encuentra literalmente
perdido en sus entrañas. Tras cada censo matutino empleábamos gran
parte de nuestro tiempo en hacer observaciones sobre su
alimentación. Para ello, caminábamos por el bosque intentando
localizarlos. Es obvio que no se deben abandonar los senderos
marcados por el interior de los parques, pero el sonido de lo que
sospechábamos sería nuestro primer avistamiento del Mono Carayá
Pitá nos hizo olvidarnos de cualquier regla. Después de caminar
(realmente, de intentarlo, más bien) durante toda la mañana
atravesando densos cañaverales sin agua y sin machete con el que
abrirnos camino, ¡¡¡y sin llegar a ver finalmente a ningún tipo de
mono aullador!!! encontramos una de las salidas hacia los campos
colindantes, que los lugareños denominan Chacras.
Una vez fuera, encontramos a unos muchachos de una de estas
chacras. Hablando del loro que andábamos estudiando, nos
informaron de la existencia de un señor al que llamaban "Loro
González", que tras haber derribado (ilegalmente) una de las
Araucarias de su terreno se había quedado con 3 de los pichones de
Vinoso que en ese árbol se estaban criando. Sinceramente, el apodo
de este señor, me hacía sospechar que no era la primera vez que
esto sucedía.y no pude evitar investigarlo.
Tuvimos que hablar con guardaparques y vecinos hasta
localizar al famoso "Loro González", pero al final lo hicimos. Nos
hicimos pasar por turistas con interés en las aves para acceder
hasta él, sin sospechas, y así fue. Una vez con él, accedió sin
muchos problemas a mostrarnos a su lorito (solo quedaba uno de
tres.), nosotros nos limitamos a tomas algunas fotografías y a
charlar con él para dar parte después a Gabriel y los miembros de
la Fundación para que tomaran las medidas oportunas. Aunque nos
dio bastante pena descubrir que se seguían sacando pichones como
mascotas, nos sentimos realmente útiles al participar en todo este
proceso tan delicado de tratar con los habitantes locales.
Junto a la familia Da Barba
Nuestra siguiente estancia la disfrutamos alojados en tierras de
esta familia de origen brasileño, que nos abrió mucho más que su
casa, sus corazones.
Aquí, durante uno de los conteos matutinos, fui testigo de una de
las más bellas postales "lorunas" que he disfrutado. Casi en el
mismo instante, contábamos un total de 71 Loros Vinosos mientras
pude ver sin moverme de mi puesto el "gran popurrí de loros".
Grupos de Chocleros (Pionus maximilliani) con sus pichones bajando
a comer a los cultivos de maíz, mientras se cruzaban volando
grupos de Pionopstittas y Aratingas. Posados en los árboles,
numerosas Phyrruras junto a algunos Vinosos descansando.en
definitiva, un espectáculo único de sonidos y colores, que muy
pocos, por desgracia, han podido disfrutar como lo he hecho yo.
A menudo, estos censos los hacíamos inmersos en las nieblas y
lluvias matutinas propias de la zona, y no por eso, desistíamos en
nuestro empeño. Me resultó curioso observar, por ejemplo, como
durante estas lluvias (a menudo durante varias horas) casi la
totalidad de las aves permanecían cobijadas entre los
árboles. Sin embargo, ahí estaban nuestros protagonistas, los
Loros Vinosos, sin protegerse de la lluvia. Parecía no afectarles
en absoluto. A diferencia con el resto, era fácil verlos volar,
acicalarse y alimentarse expuestos a esta lluvia, que a menudo no
cesaba.
El trabajo diario se complicaba constantemente ya que los Vinosos
cambian muy frecuentemente la localización de sus dormideros. A
pesar de que el equipo de censo lo formábamos varias personas y
desde diferentes puntos de observación, debíamos localizar con
precisión los lugares que elegían cada noche para pernoctar. Esto
es especialmente importante, ya que así, a la mañana siguiente
podríamos aproximarnos a esos puntos para poder contar con mayor
precisión el grupo de loros que, al amanecer, abandonan su
dormidero para buscar alimento.
Una vez más, las especies miran por su supervivencia. El
hecho de no tener dormideros fijos se puede interpretar como una
estrategia de seguridad para no dar tiempo a sus depredadores de
localizar estas concentraciones y disminuir así las probabilidades
de predación.
Es curioso como, aún volando en grandes grupos, se sigue
observando fuera de la estación reproductora que lo hacen en
parejas. En la mañana es frecuente ver como se dispersan de esta
manera desde el gran grupo con el que han dormido, a veces junto
al presunto pichón del año anterior para buscar durante el día, el
alimento necesario; al caer la noche, acuden igualmente en parejas
y/o tríos, aunque es posible observar también pequeños grupos
(posiblemente de juveniles, aun sin emparejar) que confluyen todos
para buscar y formar los dormideros comunitarios.
Una nueva causa de amenaza
Durante los últimos meses, la provincia se había visto afectada
por una sequía más o menos prolongada. La disponibilidad de frutos
en el bosque ha disminuido y por primera vez se ha podido ver a
los Papo Roxo bajar a comer maíz de los cultivos. Aunque no parece
que ataquen a las mazorcas, sino que comen en el suelo los granos
que han desperdiciado los Loros Chocleros, y por tanto no suponen
una amenaza real para los agricultores, éstos no opinan lo mismo.
Antes de esto, sin motivo, y ahora por una mala observación, el
Vinoso ha sido y es exterminado por algunos pobladores en su
distribución, lo que hace peligrar aún más el futuro de la
especie.
Gabriel Capuzzi
Gabriel es un joven, como tantos otros, que vivía tranquilamente
en Buenos Aires con un cómodo trabajo y una vida sin
complicaciones. Decidió cursar los estudios para Guardaparque y se
trasladó entonces a San Pedro para ello. Como Proyecto de fin de
carrera, decidió hacer un estudio sobre la situación del Loro
Vinoso y fue entonces cuando descubrió la gravedad de su estado.
Desde entonces su vida da un giro de 360 grados. Deja todo aquello
que le había permitido tener una cómoda vida, trabajo, casa y
familia, para comprometer su vida en la conservación de ésta, tan
amenazada especie. Sólo una persona como Gabriel es capaz de, con
ayuda de sus botas y su mochila, "patearse" todos los campos para,
de una manera muy cercana, convencer a todo el mundo de que la
conservación del Loro Vinoso y su hábitat depende de todos ellos.
Ha cambiado su anterior sueldo por uno mucho menos grato: hura,
pulgas y garrapatas son ahora su recompensa en su empeño de agotar
las vías para preservar esta especie a la que cada día le quedan
menos opciones.
Cambiar su cómodo apartamento por una pequeña "casa" de tablones
de madera donde vive actualmente, no es algo que decida hacer
cualquiera. Conociendo a personas tan comprometidas como Gabriel
es cuando uno se da cuenta que en nuestras manos recae aún más
responsabilidad para no dejarle solo en esta complicada tarea.
Probablemente, Gabriel, cuando leas estas líneas, no
entiendas que te ceda este protagonismo del que humildemente te
escondes, pero has de saber, que tu sacrificio merece de nuestro
reconocimiento y ayuda para que tu trabajo no sea en balde.
Queremos que nuestros lectores entiendan la realidad por la que
personas como tú, lo dejan todo y puedan ayudarte en esta bonita
causa.
¡Gracias Gabriel!
Un futuro comprometido
Tantos amaneceres y tantos atardeceres esperando a los Vinosos. y
tan pocos loros ya para esperar.
El futuro del Loro Vinoso y de los Bosques de Araucaria y sus
habitantes, depende también de ti. Si quieres ser partícipe de
esta bonita causa conservacionista, por favor, no dudes en ponerte
en contacto conmigo:
pichonparrotpeople@hotmail.com
Mis agradecimientos a la Fundación Félix de Azara, y muy
especialmente a Gabriel Capuzzi y la familia Da Barba de la que
tanto me acuerdo. A las gentes de San Pedro y sus colonias.