La
lluvia ácida
Los óxidos de nitrógeno y azufre pueden viajar a largas distancias
y depositarse en forma de lluvia ácida lejos de su lugar de origen
Por Tomás R. Tovar Júlvez /WASTE MAGAZINE
El dióxido de azufre se produce principalmente de la combustión
del carbón, aunque también contribuyen la combustión del fuel-oil
y la fundición de minerales sulfurados. También se produce dióxido
de azufre en la actividad volcánica.
Otro óxido de azufre es el trióxido de azufre. Se produce
normalmente por la oxidación del dióxido de azufre.
El dióxido de azufre tiene un olor característico a azufre
quemado, ya que se produce en la combustión de cualquier sustancia
que contenga azufre. Es irritante para el sistema respiratorio y
los ojos, pudiendo provocar daños en el sistema respiratorio,
sobre todo en personas asmáticas, ancianos y otras personas con
problemas crónicos. En la combustión de sustancia con azufre
también se produce trióxido de azufre, pero en cantidades mucho
menores. Por cada nueve partes de dióxido de azufre se produce ua
de trióxido.
En una atmósfera no contaminada existen pequeñas partes de
dióxido de azufre, debido a la oxidación atmosférica del anhídrido
sulfuroso, producido en la descomposición de la materia orgánica,
es decir, en la descomposición de los retos de seres vivos,
especialmente en los pantanos, turbas y lodazales de marea; así
con en los océanos y fuentes biológicas terrestres.
A la suma de la cantidad de dióxido de azufre más el
trióxido de azufre se le conoce por el nombre de óxidos de azufre,
representándose por SOx.
Aparte están los óxidos de nitrógeno. Se conocen muchos
distintos, pero generalmente sólo se detectan tres en la
atmósfera: el óxido nitroso, el óxido nítrico y el dióxido de
nitrógeno. Al igual que para los óxidos de azufre, todo este
conjunto se conoce como NOx. Existen en la atmósfera naturalmente
y además son emitidos por las actividades humanas. Así, casi
todo el óxido nitroso atmosférico proviene de fuentes naturales
debido a la actividad de las bacterias en el suelo. El óxido
nítrico proviene de fuentes naturales en un 80% debido a la
actividad bacteriana del suelo y el restante 20 % tiene su origen
principalmente en la combustión. Casi todo el dióxido de nitrógeno
atmosférico es de origen humano, debido a la combustión.
Casi todos los óxidos de nitrógeno de origen humano se
producen por la oxidación del nitrógeno atmosférico durante la
combustión a temperaturas elevadas. La mayor parte de los emitidos
son en forma de óxido nítrico en lugar de dióxido de nitrógeno.
Una ve en la atmósfera, ambos entran en un proceso natural de
reacciones fotoquímicas, en las que el sol juega un papel
fundamental, que desembocan en el aumento de las concentraciones
de dióxido de nitrógeno y en una disminución de las de óxido
nítrico.
Volvamos a los óxidos de azufre. El dióxido de azufre
existente en la atmósfera por combustión de compuestos que
contienen azufre, se puede convertir en trióxido de azufre por
oxidación. El trióxido de azufre al combinarse con el agua
existente en enormes cantidades en la atmósfera se convierte en
ácido sulfúrico, un ácido enormemente corrosivo.
Por otra parte, el dióxido de nitrógeno presente en la
atmósfera al combinarse con el agua atmosférica forma ácido
nítrico, otro ácido de gran poder corrosivo.
De esta manera, las nubes se vuelven ácidas y cuando se
produce la lluvia, esta puede llegar a ser hasta mil veces más
ácida que la lluvia natural. Los suelos se vuelven ácidos,
acabando con los nutrientes vegetales. Los metales, como el
mercurio y el cadmio, se activan, produciendo contaminación. Los
aguas de los ríos y los lagos se acidifican acabando con los seres
vivos que albergaban. La destrucción en las masas forestales es
enorme. Grandes áreas llenas de vida se transforman en zonas
enfermas, con ríos sin vida, árboles raquíticos y suelos sin
fertilidad.
No sólo afecta a la naturaleza. Al caer la lluvia ácida
sobre monumentos, disuelve la piedra caliza, destruyendo de esta
manera aceleradamente el patrimonio cultural y artístico.
En Escandinavia, Estados Unidos, Canadá y Europa Central es
un problema realmente grave. En Alemania, están afectadas grandes
extensiones de la Selva Negra.
La lluvia ácida no conoce fronteras. Los óxidos de nitrógeno y
azufre pueden viajar a largas distancias y depositarse en forma de
lluvia ácida lejos de su lugar de origen. Se estima que la
mitad de la lluvia ácida que cae sobre Alemania se ha producido
fuera de este país. La mayor parte de la lluvia ácida que afecta a
la península escandinava ha sido producida por Gran Bretaña.
¿Cómo se puede luchar contra esto? Evidentemente, la
respuesta es sencilla: disminuyendo las emisiones de los óxidos de
azufre y de nitrógeno.
Para disminuir las emisiones de óxidos de azufre es preciso
evitar la combustión del azufre o compuestos que los contengan,
pues así es como se produce. Hay que emplear carbones con
contenido bajo de azufre, bien eliminarlo antes de su empleo. Otra
opción es eliminar los óxidos de azufre de las emisiones antes de
que estas se liberen en la atmósfera.
La eliminación de los óxidos de nitrógeno pasa por modificar
su fuente de emisión o bien eliminarlos de las emisiones antes de
su liberación a al atmósfera.
TEMAS RELACIONADOS
Contaminación
CAMBIO CLIMÁTICO
Una serie de reportajes para mostrar la riqueza natural
que nos rodea, sus ecosistemas y a sus singulares
habitantes.
Granada y las tierras del sureste de Andalucía poseen la
mayor diversidad biológica de Europa, parajes únicos para
vivir en tiempos de estío