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CALENDARIO NATURAL # 7 * JULIO---©
Textos-fotos-videos: Merche S. Calle / J. E. Gómez-

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Calendario natural *
7 * Julio
(Meses: Enero *
Febrero
* Marzo * Abril * Mayo
* Junio * Julio * Agosto
*
Septiembre
* Octubre * Noviembre
* Diciembre)
JULIO: Primavera en
las altas cumbres
El verano se adueña de campos y bosques, el calor avanza en
el sur mientras el deshielo deja paso al esplendor de la alta montaña
El estío es intimista, tiempo de cópulas para insectos
y aves; época de metamorfosis, de juveniles que ayer eran cachorros.
Ahora la vida se ralentiza en el llano y florece en la sierra
Por Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle / Waste /
IDEAL
Aunque todavía hay neveros en Sierra Nevada, el blanco de la nieve
se reduce ya a algunas umbrías y vaguadas para no impedir la llegada
de la primavera, porque en las altas cumbres, la estación del crecimiento,
de la flores y la explosión vital, llega en julio. El deshielo,
aún en marcha, hidrata la tierra entre las lascas de pizarra, alimenta
los arroyos y encharca los borreguiles, donde se hace patente el cambio
de imagen del macizo nevadense. Es el tiempo de las gencianas, ranúnculos,
saxifragas, potentillas... Son de color azul intenso, blancas, amarillas
y moradas. Joyas naturales que cada año aparecen al verdear los
prados de alta montaña, especies exclusivas, endémicas de
la cordillera Bética, que tras soportar un larguísimo invierno,
florecen para cumplir su cortísimo periodo de vida...
(...)En julio, el verano solo ha empezado, aún quedan
casi tres meses en los que la estabilidad atmosférica y las altas
temperaturas marcan la pauta del día a día. Un tiempo que
la mayoría de las especies animales y vegetales utilizan para consolidar
su descendencia, ayudar a que polluelos y cachorros se conviertan en juveniles,
y adiestrarles en las habilidades que les permitirán continuar su
existencia por sí solos. Es fácil contemplar grupos de pequeños
jabatos que siguen la senda que su madre abre entre el matorral de las
sierras; ver cazar juntos a zorros adultos y jóvenes, e incluso
encontrarse con mirlos y grajillas jóvenes, que intentan alzar el
vuelo sin conseguirlo mientras sus padres les esperan en árboles
y cornisas… y gorriones en las ciudades y pueblos que, aún con sus
picos amarillentos y plumaje inicial, han caído del nido e intentan
volver antes de la llegada de rapaces que, como los cernícalos,
sobrevuelan los nidales de estas pequeñas aves urbanitas para caer
sobre ellos de forma implacable y que les sirvan de alimento, para él
y sus camadas que esperan en murallas, cortijos y acantilados próximos.
Temperaturas
El calor es la clave de un mes en el que hay que intentar ocultarse
del sol, evitar las horas centrales de una jornada que comenzó a
decrecer en horas de luz, pero que aún es demasiado larga. Amanecer
y anochecer son los periodos de mayor actividad en los espacios naturales,
al menos para mamíferos, aves y reptiles, que alargan sus horas
de reposo diurno y esperan a que se reduzca la fuerza del sol.
Los insectos, en cambio, están en su plenitud. En su mayoría
cumplieron con su metamorfosis y las larvas se han convertido ya en adultos.
Para ellos, es tiempo de cópulas y reproducción, es el momento
de perpetuar la especie. Las libélulas y caballitos del diablo copulan
sobre juncos, hojas de cañas y bordes de acequias. Especies exclusivas
del sureste ibérico la pequeña Coenagrion mercuriale, o las
libélulas que vuelan en la sierra, como la Sympetrum sanguineum,
que pueden verse en cópula incluso mientras vuelan.
Mariposas de color blanco, surcadas de venas negras, Aporia crataegi,
la Blanca del majuelo, revolotéan en una danza frenética
entre las flores de los cardos granatenses. Es su forma de iniciar un apareamiento
que, casi de inmediato, les llevará a poner sus huevos, minúsculos
y de un color amarillo intenso, en las hojas del majuelo, Crataegus monogyna,
la planta que será el alimento de las futuras orugas.
El tiempo para reproducirse, ver crecer a las crías, prepararse
para afrontar los peligros de la naturaleza, no se elige de forma caprichosa,
viene marcado por los biorritmos de los ecosistemas. La vegetación
está en su plenitud. Muchas plantas iniciaron su floración
en primavera, pero su máximo apogeo lo tienen en el inicio del verano,
y algunas de ellas en pleno periodo de estío, lo que aporta una
mayor cantidad de alimento a muchos insectos, que a su vez sirven de comida
a otras especies de la cadena alimenticia. Este grupo zoológico
es protagonista de algunos de los símbolos que irremediablemente
se asimilan con el verano: el vuelo de los insectos y el sonido de las
chicharras.
Esplendor en la cumbre
La temperatura marca también la evolución de las especies.
Mientras el calor ralentiza la actividad en el llano y la media montaña,
e incluso condiciona la vida junto al mar, en las altas cumbres, en los
espacios dominados por los pisos bioclimáticos llamados Oro y Crioromediterráneo
(éste último exclusivo de Sierra Nevada ya que se inicia
a más de 2.600 metros de altitud) la actividad se vuelve frenética
y se mantiene durante todo el día. Ya no hay 20 grados bajo cero
en la cumbre del Veleta, ni siquiera hay nieve en la cabecera del río
San Juan, o en los Lagunillos de la Virgen. En junio las altas cumbres
comenzaron a verdear. Ahora, un mes después, las especies ya han
logrado despertar, regenerarse y, muchas de ellas, volver a florecer. Es
el momento de contemplar las evoluciones de la mariposa emblema de la sierra,
la Parnassius apollo nevadensis, que con sus alas blancas, marcadas por
ocelos de color negro y anaranjado, vuela sobre las flores de Sedum amplexicaule,
donde aún se mantienen algunas orugas que nacieron hace unas semanas
y tienen que completar su metamorfosis. Y en los pedregales, la Agriades
Zullichi, exclusiva y en peligro de extinción, igual que otra joya
de la sierra, Polyommatus golgus, se alimentan, copulan y depositan sus
huevos en las plantas de Androsace vitaliana, la primera de ellas, y en
Anthyllis vulneraria, la segunda.
Es una explosión vital que tiene su mayor presencia en los borreguiles,
en los pastos que forman las aguas del deshielo al encharcarse en las vaguadas
situadas a casi 3.000 metros de altitud, en el techo de Iberia. Es realmente
impresionante encontrar poblaciones de Gentiana sierrae, o Gentiana alpina,
habituales de Sierra Nevada, que crecen en las turberas, recortadas sobre
el blanco de los neveros que aún quedan en las paredes del glaciar,
o sorprenderse al ver un pequeña hormiga que no puede escapar del
abrazo de los pétalos de la única planta carnívora
de la sierra, Pinguicula nevadensis, que con su imagen azulada atrae a
incautos invertebrados.
Y entre las grandes placas de pizarra, casi en el pico del Veleta puede
verse el movimiento de un pequeño roedor, el topillo nival, exclusivo
de Sierra Nevada, que ha pasado todo el invierno bajo metros de nieve y
sale de los túneles donde ha vivido para recolectar vegetales que
almacenará para el próximo invierno, y de camino, contactar
con sus congéneres que habitan otras madrigueras y ampliar sus poblaciones.
En las lagunas
Los campos y bosques empiezan a amarillear. Las plantas, a final de
julio iniciarán su declive. Muchas de ellas ya se han secado a final
de junio, y el manto que era verde en abril y mayo, se ha vuelto amarillo
y marrón. Pero no ocurre igual en todos los ecosistemas. En verano
en los humedales, en las lagunas, comienza el verdor. Los carrizales, que
durante todo el invierno, e incluso en la primavera, se han mantenido secos
y sin vida, han comenzado a crecer. Las cañitas finas y flexibles
toman posiciones, crecen sobre las ya secas y generan todo un paisaje de
color verde intenso que rodea las lagunas y los espacios con mayor humedad.
Las aneas aportan sus jopos (semejantes a puros habanos) en la parte alta
de sus ramas. Los juncales también están más verdes
que nunca, y la vegetación del entorno lagunar entra en su mayor
esplendor, quizás para acompañar la llegada de especies que
prefieren pasar el verano en los humedales del sur de Europa antes de volver
a territorios africanos, donde ahora, las altas temperaturas no les permitirían
subsistir.
Julio, el inicio del estío, es el ecuador del ciclo vital que
se inició tras el fin del invierno.
Medusas: La especie Pelagia noctiluca
se
convierte en la pesadilla de los bañistas en casi todas las playas
del Mediterráneo. Cuidado con las picaduras.
Cópulas: Es el mes de la reproducción
de los insectos, las cópulas se suceden sobre flores, piedras y
láminas de agua, como en el caso de las libélulas, Sympetrum
fonscolombii, que estará presente hasta entrado el otoño
junto a los cursos de agua.
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Y en las lagunas y riberas, los juveniles de
un un pequeño paseriforme llamado Cisticola juncidis,
el buitrón, ya están creciditos. Se descubre su presencia
porque emite un omniprnesente piar agudo desde las ramas de arbustos que
utiliza como oteaderos.
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Mariposas: En los prados con flores de
los bordes de bosque vuela en grupos numerosos una mariposa muy habitual
y conocida, de color blanco y negro, la Melanargia lachesis.
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Bética: En los campos de media
montaña, entre encinas y alcornocales, vuela un insecto que aprenta
ser una mariposa, Libelloides baeticus, un endemismo andaluz
de color amarillo y negro.
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Eneas:
Mientras el campo empieza a amarillear en los humedales las eneas convierten
sus territorios en un verde vergel..
Violeta
de la sierra: En las altas cumbres de Sierra Nevada ya han florecido
los endemismos, como la Viola crassiuscula, la Violeta de
Sierra Nevada, entre cascajales y borreguiles.
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Reportaje publicado en IDEAL el 8 de julio de
2014
En JULIO en la naturaleza y jardines
Estorninos: Se
ha iniciado la vuelta de los estorninos que emigraron al terminar el otoño.
Chumberas: Las llamativas flores de las
chumberas han dado paso a los chumbos que, en pocos días, estarán
listos para comer.
Árbol de Júpiter: Los parterres
de las ciudades se visten del color rosado de una planta de porte arbustivo
al que llaman lila del sur.
Pichones: Aunque crían durante
todo el año es ahora cuando más se oyen los sonidos lastimeros
de los polluelos de paloma en la ciudad.
Crían las garzasd reales
En las ramas altas de los tarajes cubiertos por
el agua en el centro de la laguna grande de Padul se aprecia un continuo
ir y venir de una pareja de grandes garzas reales (Ardea cinerea) acuden
a alimentar a un par de polluelos que nacieron a principios de junio y
se mantendrán en el nido hasta entrado el verano. Son la prueba
de que el humedal granadino se consolida como un nuevo territorio de reproducción
para estas enormes aves con más de metro y medio de envergadura
de alas. (Fotogalería)
Cuando los días comienzan a acortarse
Julio es el mes en el que los días empiezan
a acortarse después de que hayamos vivido, en junio, las jornadas
con mayor cantidad de horas de luz de todo el año. El amanecer se
retrasa veinte minutos a lo largo del mes, ya que el día uno el
sol salió a las 6,58 horas y el día 31 lo hará a las
7,18. Un tiempo que se suma al adelanto del anochecer, que aunque solo
será de 16 minutos (el sol se ocultó a las 21,39 el día
uno de julio y lo hará a las 21,23 al final de mes) supone que los
días se acortan en 36 minutos a lo largo del primer mes del verano.
El cielo nocturno estaba oscuro al inicio del
mes, solo una pequeña línea curvada y anaranjada mostraba
la luna en un tímido cuarto creciente que se ha hecho más
patente a lo largo de los días hasta llegar, el día 12 a
su plenitud, a la fase de luna llena que mantendrá el cielo iluminado
hasta el día 19 en que comenzará el cuarto menguante y se
apagará por completo el 26 con la luna nueva.
Es un mes para iniciar la aventura del mar, disfrutar
de las playas y la naturaleza. Bucear en aguas someras es un ejercicio
de observación de la naturaleza. Ahora podemos ver Astroides calycularis,
el coral naranja endémico del litoral de Andalucía y especialmente
de Granada.
CALENDARIO NATURAL
 
 
 
 
Un año en la naturaleza, el
calendario natural mes a mes
La biodiversidad tiene sus
ciclos, cada estación alberga especies que nacen y mueren, llegan
y se van.
Montañas, lagunas y bosques son un hervidero
de vida que se hace patente en primavera, se reproduce en verano, crece
en otoño y volverá tras el invierno ...
caLENDARIO nATURAL
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