Contaminación
e invernaderos
Por J. E. Gómez-WASTE MAGAZINE
La imagen paisajística de algunas zonas del sur de Europa ha
cambiado drásticamente. El territorio de algunos municipios del
sureste de España, caso de toda la comarca de Poniente de Almería,
se ha convertido en un mar de plástico. Los invernaderos han
proliferado de tal forma que más del 30% de los de nueva
construcción son ilegales y no poseen ningún tipo de control
sanitario o ambiental sobre su ubicación o los tratamientos que
utilizan para la aceleración y cuidado de sus cultivos.
Ecologistas en Acción han denunciado la alta peligrosidad de los
residuos de estos invernaderos que, en muchos casos, provocan
serios problemas de salud por la combustión de los plásticos,
lanzan al aire elementos cancerígenos y se utilizan plaguicidas no
controlados o incluso prohibidos. A pesar de la existencia de
plásticos ecológicos, su uso es mínimo.
Durante el verano los propietarios de invernaderos en las zonas
costeras del sur de Europa, cambian los plásticos de sus
explotaciones de agricultura intensiva. Los plásticos, en un
porcentaje muy elevado, no son trasladados a las plantas de
incineración y reciclado. Se quedan junto a los caminos o son
quemados directamente por los trabajadores del invernadero.
El humo de esos plásticos esparce por el aire las temidas
dioxinas, elementos químicos cancerígenos y, en altas
concentraciones, mortales. Esta práctica, totalmente prohibida, no
supondría un grave problema ambiental ni sanitario si no se
hubiese incrementado considerablemente la superficie ocupada por
invernaderos y el escaso control existente sobre ellos.
Según datos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía alrededor del 30% de los invernaderos de nueva
construcción son ilegales y no pasan control sanitario ni
ambiental alguno, ni en los compuestos que utilizan para sus
tratamientos fitosanitarios ni en la forma de destrucción o
vertido de sus residuos. Anualmente, según las informaciones
recogidas por Ecologistas en Acción, en la costa oriental de
Andalucía la agricultura intensiva bajo plástico genera genera 30
millones de kilos de residuos anuales, la mayoría plásticos y
materia orgánica y los denominados tóxicos y peligrosos. La
mayoría de esos residuos son abandonados en los campos formando
vertederos incontrolados en los que encuentran productos tan
peligrosos para la salud y la estabilidad ambiental de esas zonas
como el DDT.
Un estudio realizado por el Centro de Investigación y fomento
Agrario, incide en la existencia de hasta una decena de impactos
sobre las personas derivados de esos residuos. Destaca la
contaminación de la atmósfera, los acuíferos, el riesgo de
incendios y la pérdida de calidad de vida de los ciudadanos por la
trasmisión de enfermedades, olores y descomposición orgánica.
También se han detectado índices muy altos de contaminación de las
aguas del litoral por concentraciones masivas de residuos
orgánicos agrícolas. Los ecologistas piden mayores controles en la
instalación, explotación y tratamiento de los residuos de los
invernaderos.
Planta de reciclado de plásticos
Agentes contaminantes
Plásticos: Si no se utilizan plásticos ecológicos, su
incineración incontrolada produce dioxinas, altamente tóxicas.
Plaguicidas: La mala utilización de plaguicidas puede
generar problemas graves para la salud y el medio ambiente, ya que
se trata de compuestos químicos muy peligrosos.
Residuos orgánicos: La excesiva concentración de residuos
orgánicos provoca ya problemas en ríos y en las aguas costeras.
El peligro acecha
Dioxinas: Tienen el dudoso honor de ser reconocidas como
los productos químicos más tóxicos sintetizados por el hombre.
Forman parte de una familia química más amplia: los
organoclorados. Entre ellos se encuentran los pesticidas (DDT,
lindano), plásticos (PVC, PVDC), los disolventes (percloroetileno,
tetracloruro de carbono) y los refrigerantes (CFC, HCFC)
Persistencia: Permanecen en el aire, el agua y el suelo
cientos de años y resisten los procesos de degradación físicos o
químicos. Los seres vivos no han desarrollado defensas ante ellos
porque no existen en la naturaleza. Tienden a bioacumularse por lo
que pasan del ambiente a los tejidos de los seres vivos.
Salud: Todos los estudios indican que las dioxinas
producen cáncer en el ser humano. Las dosis inferiores a las
asociadas con el cáncer producen alteraciones en los sistemas
inmunitario, reproductor y endocrino. Los fetos y embriones de
peces, aves, mamíferos y seres humanos son muy sensibles a sus
efectos tóxicos.
Fuentes de generación: Las dioxinas se generan por la
incineración de residuos plásticos; las fábricas de pasta de papel
que usan cloro o dióxido de cloro como agente blanqueante y
en los procesos de fabricación de PVC.
Contra las plagas: Los plaguicidas producen efectos muy
peligrosos en la salud humana. Además de la contaminación de la
piel por contacto, su inhalación puede ser letal. Un vehículo
importante es la ingestión de alimentos contaminados por
plaguicidas. Los vertidos al mar, como ocurre en algunas zonas del
litoral mediterráneo provoca que podamos consumir pescados y
mariscos contaminados. Además la utilización no adecuada de los
plaguicidas provoca que el producto que ha sido tratado pueda ser
tóxico en su consumo.
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