Una mirada particular sobre la naturaleza, sus espacios,
ecosistemas, historia, imágenes y sensaciones.
Lugares reales que intuyen universos paralelos, listos para ser descubiertos
Los picos de La Alcazaba y Mulhacén se alzan frente a los prados donde se ubica el refugio de la Cucaracha.
El amanecer viste de azul y amarillo las cumbres de Sulayr, mientras
la escarcha cubre las laderas umbrías bajo las que discurre un río recién nacido. En los prados
de la loma del Calvario, el canto de los colirrojos ataviados con su manto negro invernal, se
funde con el balar de las ovejas que aún descansan al abrigo de las ventiscas. La luz ilumina
las arboledas que desafían la altitud y ascienden en busca del sol cuyos rayos, aún tímidos,
dibujan sombras sobre las paredes de piedra de un viejo barracón forestal, que cada mañana,
desde los albores del siglo XX, contempla la belleza de las cumbres más meridionales del
continente, la escarpada, mágica y atrayente cara norte del techo de la península Ibérica, los
picos de la Alcazaba y el Mulhacén, objetos de sueños alpinos y leyendas de reyes.
Cada día, con las primeras luces, el viejo refugio al que llamaron La Cucaracha por sus anchas
formas aferradas al suelo, se muestra dispuesto a desafiar los rigores del invierno y espera a
aquellos que se aventuran en las sendas que discurren hacia el corazón de la alta montaña
nevadense, para ofrecer protección y albergue a quienes recorren la vereda de la Estrella y
deciden subir por la ancestral Cuesta de los Presidiarios, donde aún pervive el espíritu de los
condenados que desde el Reino de Granada eran trasladados a las costas del este de Almería a
través de las tortuosas rutas de la montaña nevadense. Tras una dura ascensión, muy cerca de la
cumbre del Calvario, entre pinos, robles y acerales, el cauce del Genil se muestra abajo, oculto
entre rocas y estrechas gargantas, la senda de los presos culmina ante el viejo refugio, en el
lugar donde los prados verdes tras el otoño se convierten en un mirador dirigido hacia las
paredes de roca plegadas tras la orogénesis que creo las cordilleras alpinas. Es el último
refugio, el lugar de partida hacia caminos que bajan de nuevo al valle donde los arroyos,
Valdeinfierno y Valdecasillas, dan a luz al Genil.
Un foto libro para mostrar imágenes
especiales, parajes que desvelan universos por descubrir. Fotografía de naturaleza, paisajes
comentados desde una mirada poética, periodística y científica. Espacios para la contemplación
de la naturaleza en invierno. Este libro describe espacios naturales a través de una
imagen especial. Una fotografía tomada desde un punto concreto, en una época determinada: el
final del año, y con circunstancias meteorológicas y de iluminación elegidas para la ocasión.
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Sobre la ribera derecha del Genil, hacia los prados y refugio del aceral, es un viejo refugio de montaña que aún se conserva aunque en mal estado. Por la vereda de la Estrella, al llegar a la confluencia del río Genil con el río Vadillo, se inicia la cuesta de los Presidiarios. En su cumbre, entre prados y arboledas se encuentra el viejo refugio de la Cucaracha