Una mirada particular sobre la naturaleza, sus espacios,
ecosistemas, historia, imágenes y sensaciones.
Lugares reales que intuyen universos paralelos, listos para ser descubiertos
Esta visión de la Puerta de Bibrambla solo es posible desde el otro lado del paseo central, desde
el interior del bosque, tras acceder por la cuesta de Aixa, también llamada de Torres Bermejas.
Conduce a un universo en el que habita el espíritu de un tiempo
quebrado por intrigas, traiciones y venganzas. La puerta del arenal, el arco de Bibrambla,
aparece tímido entre las ramas de los castaños de indias, en el paseo central del bosque de la
Alhambra, donde un sendero de hojas de invierno invita a caminar bajo sus piedras,
talladas por canteros y alarifes, e iniciar un viaje hacia la historia, a espacios perdidos por
el devenir de los siglos y el olvido de las gentes.
No está en su lugar de origen, sino en el camino de acceso a la fortaleza roja, el complejo
palatino al que durante siglos miró desde la distancia. Era la gran puerta que desde la rambla
formada entre el Darro y el Genil, el arrabal del Arenal, daba paso a la primera plaza de
la ciudad, en el lugar donde se concentraban los ganados, viajeros y artesanos y se iniciaba la
vida de la Granada nazarí, a un paso de la Mezquita Mayor y alejada de la Alhambra, pero el
destino la alzó a un lugar de privilegio donde pudiese mantener viva su imagen y su leyenda.
A finales del siglo XIX, la vieja puerta fue desmantelada. Sufrió el derribo, el mismo trágico
destino que el resto de los arcos de Bibrambla. El sentir de algunos sectores de la ciudad, que
lograron que el gobierno la catalogase como monumento, no impidió su destrucción. Las piedras
que pudieron ser recuperadas se guardaron en el Museo Arqueológico hasta que el arquitecto
Torres Balbás, restaurador de la Alhambra, en 1935, la reconstruyó, piedra a piedra. Engarzó
sus elementos para recuperar la estructura de sus arcos y le otorgó una nueva dignidad.
Puede contemplarse en la subida a la Alhambra, pero su imagen se convierte en fascinante si se
observa desde el interior del bosque, tras acceder por la cuesta de Aixa, al otro lado del
paseo, camino de los Mártires.
Desde allí, se observa como tras los setos de boj y arrayán se asoma al paseo central, orgullosa
de mostrarse como la última puerta de Bibrambla y un sendero hacia la historia.
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comentados desde una mirada poética, periodística y científica. Espacios para la contemplación
de la naturaleza en invierno. Este libro describe espacios naturales a través de una
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final del año, y con circunstancias meteorológicas y de iluminación elegidas para la ocasión.
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Origen: La puerta era conocida como el Arco de las Orejas porque de
ella colgaban, como tétrico aviso, las que eran cortadas a los delincuentes. Estaba situada en la
conexión entre la actual calle Salamanca y la plaza de Bibrambla.
Actual: Tras recuperar sus piedras, se ensamblaron en el paseo central de la
Alhambra, donde permanece como parte de la historia de Granada.