IMPRESIONES
en Navidad
Juan
Enrique Gómez Merche S. Calle
Acequias
de invierno El río Dílar alimenta los cauces que discurren hacia
Las Gabias y bajo los álamos, el decantador de arenas purifica las
aguas que riegan la Vega
Baja paralela al cauce del río,
por la ribera izquierda del Dílar. Desde hace más de cinco
siglos se le llama la Acequia Alta, el canal responsable de llevar agua
de riego a los campos aterrazados de Dílar, los pagos de Gójar
y los cultivos de Gabia. Extrae su caudal del río que nace en los
lagunillos de la Virgen, allá en las cumbres de Sierra Nevada, a
3.000 metros de altitud, y que tras el deshielo del verano crece altivo
y caudaloso, incluso en los inviernos secos.
Muy cerca de la vieja central eléctrica, el río se deja
llevar una parte de su fruto para dar vida a los campos situados aguas
abajo, y que al discurrir por las viejas estructuras hidráulicas
generan ecosistemas fértiles, en los que al final del año,
los fríos del otoño y las escarchas del invierno crean parajes
de ensueño, en los que los grandes álamos se convierten en
protagonistas de leyendas, personajes de cuento que se mecen sobre las
aguas y cuentan historias de viajeros románticos, de botánicos
que descansaron bajo sus ramas en las ascensiones hacia las cumbres para
catalogar, en 1839, la flora de las montañas nevadenses. Disfrutaron
del agua de las acequias moras que hoy continúan presidiendo un
paisaje que se transforma con las estaciones, que en Navidad ofrece la
imagen de sus arboledas amarillas y rojas, que semidesnudas desafían
el viento y el frío de diciembre para crear espacios singulares,
en los que el agua ejerce un indudable atractivo y da de beber a animales
y plantas.
El agua se remansa pocos metros después de iniciar el camino
de la acequia, minimiza su inercia en el que se conoce como el decantador
de arenas de la Acequia Alta de Dílar, una estructura donde abandona
impurezas y deja reposar la tierra que arrastra desde las cumbres y tras
haber recorrido los arenales dolomíticos bajo los Alayos.
En invierno el uso del agua es libre. Así lo dispusieron los
árabes para épocas de lluvias y deshielo, en el reparto que
llamaron ‘riego por justicia’ y que aún es la norma que sostiene
ecosistemas milenarios.
¿Cómo llegar?:En
el camino que recorre aguas arriba la ribera del río Dílar,
al terminar las áreas recreativas, hay que cruzar el último
puente para pasar al otro lado del río donde se encuentra la acequia.
Ascender junto a su cauce y, en menos de 100 metros se encuentra el ensanche
que actúa de decantador.
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sus espacios, ecosistemas, historia, imágenes
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Mapa y coordenadas: 37°
3'59.74"N 3°32'56.91"O
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