El equipo de trabajo de la campaña 2012 (de izquierda a
derecha en la foto)
Juan José Vidal: Doctorando, Universidad de Barcelona.
Ferrán Salvador: Geógrafo. Universidad de Barcelona.
Angel Romo: Botánico. Instituto Botánico de Barcelona
(CSIC).
Montserrat Salvá: Geógrafa. Universidad de Barcelona.
Antonio Gómez Ortiz: Geógrafo. Universidad de Barcelona.
Director de la investigación.
José Juan Sanjosé: Ingeniero geodésico. Universidad
de Extremadura.
Fernando Bergenguer: Doctorando. Universidad de
Extremadura.
Marc Oliva: (abajo derecha). Geógrafo. Universidad de
Lisboa.
Javier de Matías: Doctorando. Universidad de Extremadura.
La última semana de agosto es la elegida por el equipo de Gómez
Ortiz para obtener datos, recoger muestras y analizar los diversos
parámetros que forman el proyecto de la Universidad de Barcelona,
‘Paisaje y paeloambientes de Sierra Nevada’, en el que colaboran
miembros de otras cinco universidades: Granada, Almería,
Extremadura y la Complutense de Madrid, a las que se añade la
Universidad de Lisboa. Sierra Nevada se convertía, in situ, en un
gran laboratorio para profundizar en el conocimiento de la
evolución del paisaje de la Sierra, la influencia del hombre, la
biodiversidad y las variaciones climáticas.
Mientras un grupo de estos científicos se encontraba en el
interior del Corral, sobre el manto de bloques que entierra a los
hielos glaciares frente a la gran pared norte del Veleta, otros
visitaban las lagunas y espacios de la Hoya del Mulhacén, y el
resto estudiaba la evolución de la flora en el piso
crioromediterráneo en Río Seco, el de mayor altitud de la
Península. Un equipo que tiene el objetivo de «profundizar en el
conocimiento del glaciarismo de Sierra Nevada iniciado en 1989,
con un elemento estrella en la investigación, el hielo fósil que
descubrimos en el Corral del Veleta en 1999. Además nos interesa
el estudio de los paleoambientes cuaternarios, la reconstrucción
de la Pequeña Edad del Hielo y, ultimamente, además, el
significado y valor patrimonial del paisaje de cumbres de la
Sierra», dice Gómez Ortiz, que asegura que todas estas
investigaciones son fundamentales para la determinación del
alcance del cambio climático global. El control de la nieve y los
procesos morfogénicos asociados al frío y a la nieve en el Corral
del Veleta es uno de los temas de estudio que dirige David
Palacios, de la Complutense de Madrid. La UGR participa en temas
relacionados con la vegetación con el profesor Molero Mesa, y los
investigadores Jesús Galindo y Carlos Sanz, en temas geofísicos.
Además del Corral, los miembros del equipo científico, recorren
los pedregales, cascajales y espacios lagunares de Río Seco, la
Caldera y la laguna de Lanjarón, lo que supone cubrir una parte
muy importante de las altas cumbres de Sierra Nevada. «Sabemos que
entre los siglos XV y XIX hubo un enfriamiento global, con
evidencias geomorfológicas y biofísicas en el medio natural y que
debieron repercutir en aspectos sociales y económicos, con
repercusión, sin duda, en Sierra Nevada», dicen los científicos.
En España solo quedan restos glaciares de esta época en otros dos
sistemas montañosos, en Picos de Europa y en Pirineos, «pero los
de Sierra Nevada tienen una particular significación, son restos
del que fue el glaciar más meridional del continente, en un punto
de confluencia y separación de dos mundos, el atlántico con el
mediterráneo, el árido de África, con el templado que es Europa».
Sierra Nevada y sus altas cumbres aportan claves que no pueden
encontrarse en ningún otro lugar del Mediterráneo occidental, «de
ahí su altísimo valor científico y la importancia de los datos que
ofrece».

Control térmico de la capa activa del área asentada sobre masa
helada./ Control topográfico del sector asentado sobre masa
helada.
Menos frío
Desde el año 2000, el hielo fósil del Corral ha ofrecido
información de gran interés, ha actuado de oráculo en cuanto a la
evolución climática se refiere y los datos no dan lugar a dudas.
«Cuando se descubre y se extrae testigo el techo de la capa de
hielo se encontraba situada a 1,20 metros del suelo y su espesor
se cifró en torno a 20 m. En el año 2009 el techo estaba a 2
m y su espesor entre 16-17 m». Las mediciones que se realizan
ahora, en la última semana de agosto, arrojan datos que cuando
estén refrendados estadísticamente y confirmados ‘a posteriori’
indicarán que la masa helada se habrá podido degradar y fundir
hasta algo más de dos metros desde que comenzaron los controles.
«La zona con masa helada fósil que estudiamos tiene una superficie
de 3.815 metros cuadrados, una parte del tercio noreste del
Corral, y el tramo monitorizado anualmente suma 1.200 metros
cuadrados. En la temporada 2006-2007 la pérdida constatada fue de
33,4 centímetros y de 34.7 y 23,8 centímetros los dos años
siguientes, respectivamente. En total 91,9 cm equivalentes a una
pérdida de masa helada en torno a 1.102 metros cúbicos». En los
años 2010 y 2011, el equipo de Gómez Ortiz no pudo obtener datos
ya que la nieve cubría el Corral y no se podía acceder a la zona
de estudio. «Fueron dos años de mayor presencia de nieve y
temperaturas más bajas por lo que es posible que en esta campaña
la pérdida haya sido algo menor que la tendencia anterior, aunque
este año la sequía y el calor han podido hacer mella».
Una situación que contrasta con la creación del glaciar, hace
siglos, ya que la ‘mini glaciación’ generó temperaturas que
favorecieron la permanencia de nieve, muy diferente a lo que
ocurre en la actualidad. Sierra Nevada vivió de forma especial,
por su altitud, la bajada generalizada de temperaturas y su
mantenimiento en el tiempo, y de forma muy particular por su
situación geográfica. La creación del foco glaciar del Veleta y en
otros corrales de la Sierra en un punto tan meridional de Europa y
frontera con el mundo árido, da una idea clara del rigor de la más
reciente edad de hielo.


Antonio Gómez Ortiz / A. Gómez y Ferrán Salvador / Marc Oliva
Cambio global
Los datos aportados en la búsqueda de la ‘Pequeña Edad del Hielo’
se suman a otros muchos trabajos sobre la evolución del clima en
Sierra Nevada. «Relacionamos la cubierta nival y la pérdida de
masa helada, lo que nos dice que el elemento clave que desencadena
el comportamiento del hielo fósil es que haya o no cubierta nival
durante el verano». Lo habitual desde hace décadas, es que la
nieve sea casi inexistente en los ventisqueros de Sierra Nevada,
que cada vez están a mayor altitud, y lo mismo ocurre en el Corral
del Veleta. «El clima no es favorable al mantenimiento de la nieve
y la pauta para los próximos tiempos será, previsiblemente, la
misma».
Valor científico
El futuro de Sierra Nevada está condicionado por el clima, no solo
en cuanto a la presencia de nieve, y su explotación, sino que
afecta al macizo en su totalidad. La diversidad biológica y la
estructura geológica dependen de las temperaturas. Ante la
evidencia de los datos, no solo los aportados por este equipo
científico, sino también los que obtienen otros muchos
investigadores, indican que las estaciones de esquí tienen
que cambiar sus conceptos y formas de explotación. Los científicos
aseguran que el futuro de Sierra Nevada pasa por afrontar el
valor patrimonial del paisaje, y sus características. Sierra
Nevada es un conjunto patrimonial único en Andalucía y singular en
todo el Mediterráneo. Por ese motivo se impone establecer muy bien
cuál debe ser el uso y la gestión de ese patrimonio. Antonio Gómez
Ortiz, asegura que «Sierra Nevada es un territorio
extremadamente frágil. Es una encrucijada geomorfológica,
climática y biológica con un valor científico incalculable».
Corral del Veleta con nieve en 2011
Clima, ambiente y el valor del patrimonio
En paralelo se realizan otras investigaciones, por lo que el
equipo dirigido por Gómez Ortiz es pluridisciplinar. Se puede
destacar la reconstrucción cronológica de los acontecimientos
glaciares de Sierra Nevada, que es el reducto glaciar más
meridional de Europa. Se tienen datos desde los últimos 32.000
años. Otro aspecto importante es la reconstrucción paleoambiental
(holocena y pleistocena) de Sierra Nevada a partir de los
sedimentos lagunares y lóbulos de solifluxión de los borreguiles.
Se han analizado láminas de agua de las lagunas para intentar
hacer la reconstrucción de esos paleoambientes e instalarlos en el
tiempo. Otro de los temas es el estudio de la cubierta nival
focalizada en el Corral del Veleta, que aporta los días de
permanencia de la nieve y que junto con el registro de la capa
activa y el control topográfico del manto de bloques permite el
seguimiento de la degradación de la masa helada subyacente
En los últimos años, además, también trabajan en diagnosticar el
valor patrimonial del paisaje de cumbres de Sierra Nevada, tanto
el científico como el histórico-cultural. “No olvidemos que
estamos en un espacio único en Andalucía y singular en el mundo
mediterráneo. Dedicar esfuerzos para la investigación del valor
patrimonial y la mejor gestión del territorio es importante”,
señala Gómez Ortiz.
Los trabajos sobre el hielo fósil, permafrost y
el cambio climático en Sierra Nevada, son realizados por el
siguiente equipo de investigación
Antonio Gómez Ortiz, Ferrán Salvador
Franch, Montserrat Salvá Catarineu, José Manuel Raso Nadal, Lothar
Schulte, José A. Plana Castellvi, Benedita Milheiro Santos:
Departamento de Geografía física y Análisis Geográfico Regional.
Universidad de Barcelona.
José J. San José Blasco, Alan Atkinson Gordo:
Departamento de Expresión Gráfica. Escuela Politécnica.
Universidad de Extremadura.
David Palacios Estremera, Luis M. Tanarro :
Departamento de Análisis Geográfico Regional y Geografía física.
Universidad Complutense de Madrid
Marc Olica Franganillo: Departamento de
Geografia-Centro de Estudos Geográficos/IGOT. Universidade de
Lisboa
David Serrano Giné: Departamento de Geografia.
Universidad Rovira i Virgili (Tarragona).
Joaquín Molero Mesa: Departamento de Botánica
Universidad de Granada
Jesús Galindo Zaldívar: Departamento de
Geología Universidad de Granada
Carlos Sanz de Galdeano, CSIC Granada.
Sebastián Sánchez Gómez, Departamento de
Edafología. Universidad de Almería.
Los pioneros del glaciar
Las primeras referencias a la existencia de un glaciar en Sierra
Nevada se remontan a 1754 cuando Antonio Ponz, un clérigo
ilustrado, es enviado por el marqués de la Ensenada a describir
las cumbres de la Sierra. Fue el primero en mostrar al mundo el
Corral del Veleta: «Un cajón que guarda en su seno, nieve y hielo
que nunca se derrite, salvo en la parte superior cuando le da el
sol». Poco después, en 1805, el naturalista Simón de Rojas
Clemente y Rubio reconocía la existencia de nieves perpetuas en el
mismo lugar.


Edmond Boissier / Simón de Rojas Clemente / Luis García
Sáinz
En 1837, el botánico Edmond Boissier, indica: «Lo que primero
llama la atención al llegar al Veleta es un circo de casi 2.000
pies de profundidad que se abre al noreste (... ) En el fondo se
percibe un pequeño glaciar muy inclinado. Es el llamado Corral del
Veleta».
Unos años después, en 1897, el montañero J. Bide, hace un croquis
de las cumbres de Sierra Nevada y señala una pequeña mancha
blanca, de nieve permanente, en la cabecera del Guarnón, el Corral
del Veleta. Y en 1947, el geógrafo Luis García Sáinz, certifica la
presencia de hielo azulado en el interior del Corral, «igual al
existente en el Pirineo». En el año 1989 se inician los trabajos
dirigidos por Antonio Gómez Ortiz para el estudio del glaciar, que
en 1999 constata la existencia de hielo fósil que se viene
investigado hasta ahora.
Reportajes anteriores (IDEAL 2005)
Hielo fósil en el Corral del Veleta (Sierra Nevada)
La bolsa detectada tiene una datación de 100
años y podría llegar hasta los 9.000
Texto y fotos
: JE Gómez (Waste,
magazine)
Hielo Fósil, la investigación
Han sido necesarios 12 años de investigaciones para constatar
físicamente la existencia de hielo fósil en el Corral del Veleta,
a más de 3.000 metros de altitud. Un equipo de científicos de
universidades españolas y en colaboración con programas europeos
han realizado un descubrimiento que puede ayudar a la
determinación del cambio climático en el sur de Europa.
El pasado día 30 de agosto las perforaciones y sondeos que se
realizaban en un punto determinado del Corral del Veleta dieron el
fruto esperado. Bajo una capa de alrededor de un metro y medio de
profundidad, se pudo constatar la presencia de una importante
bolsa de hielo fósil, denominado Permafrost, que demostraba la
existencia de un glacial activo en uno de los puntos más
meridionales de Europa hace relativamente poco tiempo, alrededor
de 100 años en su cubierta más cercana a la superficie y que, por
la profundidad que se piensa que puede tener, llegaría a una
datación que, en investigaciones futuras, podría dar datos
relativos a epocas mucho mas antiguas, incluso hasta el periodo
final de la última gran glaciación, entre 9.000 y 15.000 años de
antigüedad. El descubrimiento ha sido realizado por un equipo de
investigadores, geomorfólogos, edafólogos y geógrafos que trabajan
en la zona desde hace ya 12 años.
Antonio Gómez Ortiz, catedrático de Geografía Física de la
Universidad de Barcelona y uno de los coordinadores del equipo, ha
indicado a IDEAL que el descubrimiento científico podría
considerarse de primera línea, aunque su aplicación práctica en el
desarrollo y conocimiento de la evolución del clima y de las
tendencias del cambio climático no pueden establecerse hasta
comparar resultados con otras investigaciones que se desarrollan
en diferentes zonas de Europa. Lo que sí se demuestra de forma
fehaciente con este hallazgo es la existencia de un glaciar activo
con una datación muy moderna. Hace sólo 100 años existía un
glaciar en la sierra, como ya habían señalado los viajeros
románticos y los primeros botánicos que estudiaron el macizo
montañoso pero que no se había constatado científicamente. Se
trata, según Gómez Ortiz, de la presencia de Permafrost en una
latitud donde no se podía pensar que existiese. Es normal
encontrarlo en los países del norte de Europa y se habían
localizado algunos puntos en los Pirineos, pero es extraordinario
encontrarlo en las cordilleras béticas.
Perforación
Desde que la pasada semana los sondeos realizados con una pequeña
perforadora dieron y extrajeron una pequeña porción de ese hielo
fósil, se ha trabajado en mantener la sonda en profundidades de
hasta 2 metros y ubicar en ella sistemas de medición de
temperaturas. Esos sistemas se mantendrán allí durante al menos un
año e irán ofreciendo datos de los cambios térmicos que se
producen en el interior de la bolsa helada. De hecho, por el
momento, es importante constatar que, bajo una pequeña capa de
bloques y a pesar de que en alguna ocasión la nieve ha
desaparecido, continuaba la presencia de hielo en el interior. Por
el momento no se conocen los resultados de las pruebas a las que
se está sometiendo al hielo extraído y aún es pronto para
delimitar los datos que sobre la evolución del clima pueden
arrojar, pero se espera que sean factores determinantes para
conocer el comportamiento geomorfológico y climático de una zona
muy importante del macizo montañoso que, curiosamente, va a ser
declarado monumento natural por parte de la Junta de Andalucía,
que ha decidido nominar no el pico del Veleta, sino el Corral, el
lugar donde se ha realizado el descubrimiento. Gómez Ortiz señala
que comenzaron a trabajar en el año 1987. «Sabíamos que tenía que
existir porque, entre otros factores, la configuración morfológica
del Corral indicaba la presencia de glaciaciones recientes.
Fue en el año 1995, cuando la gran sequía dejó el corral sin nieve
alguna, cuando detectamos un punto exacto donde había muestras de
la posible existencia de Permafrost. Se hicieron unos sondeos y se
detectó la posible presencia, pero no ha sido hasta ahora cuando
se ha podido llegar a la bolsa». Unos trabajos difíciles, ya que,
entre otras cosas, era realmente complicado hacer llegar los
equipos técnicos hasta el corral. Se transportaron en una yegua.
Un mapa de glaciación
Entre los trabajos que este equipo de investigadores ha realizado
estos años en Sierra Nevada se encuentra la elaboración del primer
Mapa Geomorfológico y del Glaciarismo y Periglaciarismo de Sierra
Nevada, que muestra la evolución de los glaciares en la sierra
desde el cerro del Caballo, en Lanjarón, hasta el Cerro de
Trevélez, incluyendo las vertinorte y sur de la sierra que caen
hacia el marquesado y hacia la Alpujarra. Se trata de un mapa, ya
realizado, a una escala de 1:25.000 que será editado próximamente.
En este mapa han colaborado investigadores de las universidades de
Almería, Granada y Barcelona, coordinados por Antonio Gómez Ortiz.
Proyecto PACE Todos los trabajos que se han realizado por parte de
los científicos que han descubierto Permafrost en el Corral del
Veleta, se han ejecutado dentro de lo que se denomina Proyecto
Permafrost Anclimate in Europe (PACE) de la Unión Europea,
coordinado internacionalmente por el científico británico Charles
Harris, de la Universidad de Cardiff, en Inglaterra. El equipo
español está coordinado por DAvid Palacios Estremera, de la
Universidad Complutense de Madrid, Miguel Ramos Sainz, de la
Universidad de Alcalá y Antonio Gómez Ortiz, de la Universidad de
Barcelona. El proyecto cuenta con la colaboración de la
Universidad de Granada, el Parque Natural de Sierra Nevada y el
futuro parque nacional y la empresa Cetursa. Se pretende la
investigación y estudio de la existencia de hielo fósil en una
línea que recorre Europa desde Spitberg (Islandia) a Granada
pasando por Inglaterra, los Alpes suizos e italianos y Sierra
Nevada.
El objetivo de este proyecto es estudiar, una vez detectada la
presencia del Permafrost, su evolución en el tiempo y el estudio
del comportamiento del clima en Europa, además de poder evaluar
las tendencias climáticas en el futuro. Los investigadores han
trabajado sobre una zona en la que se conocía la existencia de un
gran glaciar que, con el tiempo, se ha reducido considerablemente
de tamaño y que, ahora se sabe, se mantiene.
Investigadores buscarán este verano la capa
más antigua del hielo fósil de Sierra Nevada
Sus descubridores ya han finalizado el primer
mapa geomorfológico del macizo
Un grupo de científicos, investigadores de las
universidades de Granada, Almería, Barcelona y Madrid, intentarán
localizar y extraer muestras de la capa más antigua de hielo
fosilizado existente en un espacio del Corral del Veleta, en
Sierra Nevada. La localización del hielo fósil en su nivel más
superficial, se producía el pasado verano y ahora se pretende dar
con el que se encuentra a mayor profundidad. Unas muestras que
permitirán avanzar en los estudios sobre el cambio climático.
Antonio Gómez Ortiz, catedrático de Geografía Física de la
Universidad de Barcelona, uno de los coordinadores del equipo de
científicos que el verano pasado descubrían hielo fósil en Sierra
Nevada, ha confirmado a IDEAL que las investigaciones continuarán
a partir del mes de julio de este año, con la intención de sondear
el subsuelo del Corral del Veleta para llegar hasta las capas más
antiguas de hielo fosilizado, extraer unas muestras y poder
estudiar la evolución de las masas de hielo en el macizo montañoso
de Sierra Nevada y unir los datos a las investigaciones generales
sobre el cambio climático en la Tierra y, sobre todo, en el
continente europeo. «Se trata de continuar trabajando en las
investigaciones iniciadas hace ya 12 años y, en concreto, en los
puntos de sondeo donde en el pasado mes de agosto descubrimos la
presencia de hielo fósil. El año pasado pudimos llegar a una
profundidad de aproximadamente un metro y medio, donde se
encontraba la capa más superficial de hielo con una antiguedad de
alrededor de un centenar de años». Antonio Gómez afirma que los
estudios y sondeos indican que la capa de hielo puede llegar hasta
una profundidad de algo más de 20 metros. Es a esa cota hasta
donde pretenden llegar y conseguir extraer unas muestras del que
podría ser el hielo más antiguo del sur de Europa, lo que tiene
una importancia capital debido a que nos encontramos en una zona
muy meridional, donde no es lógico encontrar restos de hielo
fosilizado. Esta última capa podría llegar a una datación de hace
9.000 años.
Se van a realizar sondeos en la roca viva del Veleta, además del
punto exacto donde se localizó el pasado año. Trabajarán en esta
investigación un total de 12 científicos pertenecientes a las
universidades de Barcelona, Complutense de Madrid, Granada y
Almería, con financiación de la Unión Europea. Mapa de la sierra
Junto a las investigaciones sobre el hielo fósil, los científicos
han elaborado ya el primer mapa geomorfológico de las altas
cumbres de Sierra Nevada, que será publicado este próximo verano
en un formato 1:25.000. Este mapa será un documento básico para
poder establecer los usos y actividades que se podrían realizar en
el interior del territorio del Parque Nacional de Sierra Nevada
sin provocar su alteración ambiental y física, ya que sienta las
bases para conocer la morfología de la zona y su composición
geológica. Este mapa se ha realizado con la colaboración del
Parque Nacional, la Universidad de Granada, la empresa gestora de
la sierra, Cetursa y las universidades de Barcelona, Almería y
Granada. La cartografía irá acompañada de la edición de un libro
con todas las referencias geomorfológicas.
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rocas verticales
Robledales
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Encinares
térmicos
Encinares béticos
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las altas cumbres Pisos oro y crioromediterráneo - Insectos
Fauna de Sierra
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