LAS HERIDAS DE LA TIERRA
Día Internacional de la Tierra
Los espacios naturales, incluso los protegidos, muestran las
cicatrices de la acción humana sobre los ecosistemas
POR: JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE
El daño es irreparable. El efecto del hombre sobre los ecosistemas
es palpable, el mal es de tal magnitud que expertos en evolución
humana como Richard Leakey, consideran que caminamos hacia la
sexta extinción, que tiene la antropización como su principal
causa. Solo hay que observar la imagen de los espacios naturales
que nos rodean para ver las marcas que numerosas actividades
humanas dejan en la naturaleza y comprender que son verdaderas
heridas que suponen la pérdida de gran parte de los beneficios que
los ecosistemas aportan a quienes viven en ellos. Casi todas las
áreas naturales protegidas, desde el Espacio Natural de Sierra
Nevada (con el parque nacional incluido), los parques de Huétor,
Baza, Alhama, reservas naturales y parques periurbanos, muestran
los ‘bocados’ de la acción humana, sufren la actividad de
numerosas canteras (la mayoría legalizadas) a pesar de cambian de
forma drástica el equilibrio de zonas consideradas de alto valor
ecológico, muchas de ellas en terrenos dolomíticos cargados de
endemismos y singularidad vegetal.
La agricultura intensiva gana la partida en áreas realmente
frágiles como la totalidad de los sistemas montañosos del litoral
granadino y almeriense. La alteración de laderas para invernaderos
modifica el comportamiento de las derivas de aguas y tierras, e
impide el crecimiento de la capa vegetal que evita la erosión. El
plástico incrementa el efecto negativo del cambio climático y
cambia los comportamientos ecosistémicos.
Desde hace unos años es habitual contemplar la alteración de
grandes llanuras cerealistas en zonas de cultivos intensivos, para
los que se ejecutan desecaciones continuadas de espacios
endorreicos, humedales, algunos de ellos catalogados, como el de
Baico en el municipio de Baza, y lagunas efímeras situadas entre
los olivares de la comarca del Poniente de Granada.
No solo la actividad industrial genera heridas a la Tierra. En los
parques naturales, las actividades deportivas como el uso de motos
y bicicletas fuera de los carriles traza tremendas marcas en las
laderas. Es difícil encontrar zonas de descenso de laderas donde
no existan surcos lineales abiertos por este tipo de vehículos.
Desde hace años, la Fundación Biodiversidad lidera campañas para
frenar la erosión, y el fomento de la colaboración con la
naturaleza, como la Plataforma de Custodia del Territorio, un
espacio para que empresas, instituciones y ciudadanos, se
conviertan en cuidadores de los ecosistemas, y qué mejor intención
para celebrar el Día de la Tierra, que empezar a cerrar sus
heridas.