(...) Las rocas calcáreas y sedimentos donde se crean las charcas
de mareas protegen el litoral de Almería más próximo a Guardias
Viejas y las playas que, desde el oeste de Almerimar, en El Ejido,
se dirigen hacia la provincia de Granada; largas y lineales
ensenadas de arenas finas que, desde el puntal de Guardias Viejas,
llegan hasta la localidad de Balerma y continúan hacia el litoral
de Adra. Arenas en dunas grises, con vegetación especializada en
sustratos muy salinos, como en las playas de Huelva y Cádiz,
tarajes, masas de perejil marino y, entre las dunas, bellísimas
azucenas de mar, que caminan hacia una ancha extensión playera, en
la que aún es posible mantener un cierto grado de intimidad y no
se nos impone la presencia del ‘bañista de proximidad’, menos aún
en un año en el que guardar las distancias se convierte en la
norma número uno en nuestras jornadas junto al mar.
Llegar a Guardias Viejas desde la A-7, la Autovía del
Mediterráneo, es recorrer, durante siete kilómetros, el corazón
occidental del mar de plástico almeriense, pero la imagen de los
invernaderos cambia de forma drástica cuando desde los altos del
castillo, se divisa el azul del mar. El paisaje se torna
fronterizo, con escasísimas urbanizaciones y tipología típica del
sureste andaluz, de antiguas construcciones blancas con una sola
planta.
Sorprende un cartel que anuncia la existencia de termas romanas,
que se encuentran en el interior de una de las casas y que datan
del siglo II antes de Cristo. Unos baños descubiertos gracias al
hallazgo de una placa de piedra con una inscripción en la que un
esclavo griego, liberado y después enriquecido, donaba las termas
a la ciudad de Murgi, ubicada entre este punto y otras zonas al
este de El Ejido. La existencia de estos restos arqueológicos es
el motivo por el que la playa de levante se denomine de los Baños.
Es un paraje muy frecuentado por autocaravanas y buceadores, ya
que en sus fondos se encuentra una de las praderas de posidonias
más accesibles desde la línea litoral.
La playa parece estar vigilada por un faro moderno, llamado de Los
Baños, que ocupa una lengua de tierra que se adentra en el mar con
otro curioso nombre, Punta de los Perros. A su derecha, se inician
los roquedos horizontales con sus charcas de marea. La presencia
de algunas barcas de pesca y de uso deportivo recuerdan que ese
punto, resguardado de los vientos, formaba la pequeña ensenada de
un puerto romano de hace más de dos milenios.
Caminamos entre las dunas en dirección a poniente. La cala de
Guardias Viejas se convierte en una larga playa arenosa de 4
kilómetros ininterrumpidos que nos lleva hacia Balerma. Parecen
oírse los sonidos de festivales de música como el Natural Music, y
el Dreambeach Villaricos, que durante algunos años concentraron a
miles de jóvenes en sus carpas y ante sus escenarios. En el mar,
numerosas tablas de windsurf aprovechan los vientos de poniente
para deslizarse sobre las olas. Balerma muestra sus primeras casas
tradicionales entre barcas de pesca, que contrastan con las
urbanizaciones fomentadas por la economía de la agricultura
intensiva. Atrás quedan 8 kilómetros de playas con naturaleza e
historia, las últimas semivírgenes del litoral occidental de
Almería.
Un fortín del XVIII convertido en museo
Sobre la playa de Guardias Viejas se divisa un antiguo fortín. Es
un castillete del siglo XVIII ubicado sobre una pequeña colina que
domina desde Punta Sabinar, en El Ejido, hasta los acantilados
litorales de Granada. Abandonado durante años, ha sido restaurado
y convertido en un museo donde se exponen trajes y armas de la
época napoleónica, de los soldados que sirvieron en este castillo
construido para defender la costa de los ataques de piratas y
ejércitos invasores. Desde sus almenas se divisa la totalidad de
la costa occidental almeriense.
¿Cómo llegar?
Guardias Viejas: Al oeste de Almerimar, carretera de Balerma o,
desde la A-7, salida 404.
Balerma: Desde Guardias Viejas en dirección oeste o por la salida
403 de la A-7
Castillo: Un kilómetro antes de llegar a Guardias Viejas, un cruce
señalizado a la derecha.
No te pierdas
Las charcas de marea: Se forman en las rocas situadas en el puntal
de Guardias Viejas.
Dunas: Cuatro kilómetros para pasear entre las dunas y el mar.
Bucear: Aprovecha la proximidad de una pradera de posIdonias junto
al faro de los Baños.
Chiringuitos: Los platos de pescado en los restaurantes playeros
de Balerma.
BIODIVERSIDAD

Arenaria interpress, Vuelvepiedras
UNA DESPENSA PARA AVES
La gran cantidad de organismos que se encuentran concentrados en
los espacios intermareales, se convierten en una magnífico
territorio de caza para aves. Es fácil ver un ave acuática
denominada Arenaria interpres, a la que vulgarmente se conoce como
vuelvepiedras por su costumbre de dar la vuelta a las piedras que
encuentra en los espacios intermariales en busca de invertebrados.
Esta especie, igual que los ostreros y correlimos, hacen su agosto
en los charcos. Allí se alimentan de invertebrados, pequeños peces
y moluscos. Las gaviotas también se acercan a los charcos de
marea, aunque en busca de ejemplares algo más crecidos de
cangrejos y peces.
Especies presentes en este
espacio natural
Anemonia sulcata (Anemona de mar)
Cnidarios
Actinia equina (Tomate
de mar)
Aglaophenia pluma
(Plumas)
Aiptasia mutabilis (Ortiga
blanca)
Anemonia sulcata (Anemona
de mar)
Astroides calycularis
(Coral anaranjado)
Pelagia noctiluca (Aguamala)
Equinodermos
Arbacia lixula (Erizo
negro)
Paracentrotus lividus
(Erizo de mar)
Sphaerechinus
granularis (Erizo violáceo)
Crustáceos
Acanthonyx lunulatus
Balanus
perforatus (Bellota de mar)
Balanus trigonus
(Balanus de tres filos)
Chthamalus
montagui /Chthamalus stellatus (Bellota de mar)
Clibanarius erythropus
Eriphia
verrucosa (Cangrejo moruno)
Ligia italica
(Cochinilla de mar)
Liocarcinus
depurator (Cangrejo del atún, cangrejo fino)
Liocarcinus
corrugatus (Cangrejo de arrugas)
Pachygrapsus marmoratus (Cangresjo
corredor)
Algas
Colpomenia
sinuosa
Corallina elongata
Cystoseira
mediterranea
Dictyota
dichotoma
Dictyota fasciola
Jania rubens
Padina pavonica (Gitanilla)
Ralfsia verrucosa
Ulva
intestinalis
Ulva lactuca
(Lechuga de mar)
Moluscos
Chiton olivaceus (Quiton)
Columbella rustica (Trompetita)
Conus
ventricosus /mediterraneus
Dendropoma
petraeum
Littorina
littorea (Bígaro común)
Littorina neritoides /Melarhaphe
neritoides (Bígaro enano)
Monodonta turbinata (Peonza)
Mytilus
galloprovincialis (Mejillón
de roca)
Mytilus edulis (Mejillón atlántico)
Ostrea edulis
Patella
caerulea
Patella ferruginea
Patella rustica (Lapa)
Pisania striata
Siphonaria pectinata
Stramonita
haemastoma
Peces
Aidablennius
sphynx (Dormilón)
Coris julis (Doncella)
Chelon labrosus
(Lisa)
Chromis chromis (Castañuela)
Diplodus annularis
(Raspallón)
Diplodus cervinus
(Sargo imperial)
Diplodus puntazzo
(Sargo picudo)
Diplodus sargus
(Sargo común)
Diplodus vulgaris
(Mojarra)
Gobius bucchichi
(Gobio)
Mullus surmuletus
(Salmonete de roca)
Parablennius
gattorugine (Cabruza)
Parablennius
pilicornis (Moma, vieja)
Parablennius rouxi
(Babosa de banda oscura)
Parablennius
sanguinolentus (Lagartina)
Salaria pavo
Aves
Arenaria
interpres
(Vuelvepiedras)
Calidris alba
(Correlimos tridáctilo)
Chroicocephalus
ridibundus =
Larus ridibundus (Gaviota reidora)
Egretta
garzetta (Garceta Común)
Haematopus ostralegus (Ostrero)
Larus
audouinii (Gaviota de Audouin)
Larus
cachinnans (Gaviota patiamarilla)
Larus
fuscus (Gaviota sombría)
Pluvialis squatarola
(Chorlito gris)
Thalasseus sandvicensis (Charrán patinegro)
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Charcas de marea.
El mar deja su impacto en zonas de orillas rocosas, donde entre
las arenas afloran plataformas no permeables sobre las que las
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que nos rodea, sus ecosistemas y a sus singulares
habitantes.
Granada y las tierras del sureste de Andalucía poseen la
mayor diversidad biológica de Europa, parajes únicos para
vivir en tiempos de estío