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DATOS SOBRE EL CÁNCER
LOS DATOS DE CELERA COMPLEMENTAN AL CONSORCIO PÚBLICO
PROYECTO GENOMA HUMANO
A PARTIR DEL ADN DE TRES MUJERES Y DOS HOMBRES, los
métodos
LA RESPUESTA A COMPLEJIDAD DEL SER HUMANO ESTA EN LAS PROTEINAS Por
Juan Ramón Romero Washington, 14 feb (EFE).- El descubrimiento de
que el ser humano está formado por menos genes de lo que se creía,
ha llevado a los científicos a la conclusión de que son las
proteínas, por cientos de miles, las que explican la verdadera complejidad
del Homo sapiens. La biólogo Paula Grabowsky, de la Universidad
de Pittsburgh, en Pensilvania, sostiene que un solo gen puede llegar a
producir hasta 98.000 diferentes proteínas, como ocurre en uno de
los estudiados de la mosca de la fruta. De otro modo resultaría
difícil entender cómo seres tan complejos como las personas,
capaces de desarrollar un complicado proceso de razonamiento y de creación
artística, pueden estar formados por los mismos genes que un ratón
o pocos mas que una lombriz de tierra. Tras anunciar en junio del pasado
año la consecución del primer borrador del Mapa del Genoma
Humano, los científicos han anunciado ahora nuevos datos, muchos
de ellos sorprendentes. Grandes regiones desérticas en el ADN, códigos
repetidos hasta la saciedad en lo que se denomina "ADN basura", reminiscencias
de la antigua simbiosis con virus y bacterias y, sobre todo un número
de genes tres veces menor de lo que se calculaba son algunos de los nuevos
hallazgos. Craig Venter, presidente de Celera Genomics, la entidad que
ha logrado descifrar buena parte de la secuencia genética, ha declarado
que la empresa se volcará en la investigación de las proteínas,
porque contienen la verdadera clave de las aplicaciones médicas
de la genética. Las proteínas, que son dirigidas por los
genes, dirigen a su vez las enzimas que provocan las reacciones químicas
de la vida. Numerosas compañías farmacéuticas del
nuevo campo de la farmacogenética, están dedicadas a buscar
medicamentos hechos a medida de cada paciente y a desarrollar pruebas que
permitan detectar el aprovechamiento o rechazo de cada medicina. Dentro
de cinco años, sostienen numerosos investigadores, los pacientes
se harán un test genético antes de que les sean recetados
los medicamentos. La proteómica, la disciplina que estudia el papel
de las proteínas en las enfermedades y los procesos biológicos,
será otra de las grande beneficiadas del logro del Mapa del Genoma
Humano. "La idea de que un gen codifica una proteína y esto puede
provocar una enfermedad", es "falsa", afirma Venter. "Ahora sabemos que
un gen puede codificar varias proteínas". Paula Graboswsky ha señalado
en el diario The Wall Street Journal que "un solo gen puede producir cantidades
prodigiosas de proteínas". Ha explicado que muchos genes tienen
una peculiar configuración, a modo de un mazo de cartas de la baraja,
en el que cada carta estimularía cambios en una proteína.
Eso permitiría que existan, al menos, 300.000 proteínas actuando
en el organismo humano, dirigidas por los cerca de 30.000 genes que se
han podido contabilizar en la secuencia genética. Los científicos
del Proyecto Genoma Humano han logrado con sus investigaciones algunas
respuestas, pero se han visto desbordados por un aluvión de nuevas
preguntas. Una de ellas es porqué solo se han podido contabilizar
una cuarta parte de los casi 140.000 genes que se había calculado
como integrantes del ADN humano. El modo en el que las proteínas
se pliegan parece ser determinante para entender como interactúan
con el resto de las sustancias. Un equipo de investigadores de la Universidad
de Washington ha desarrollado una técnica, denominada Rosetta para
predecir la forma tridimensional que adoptará una proteína.
Otra de las piezas fundamentales en la investigación sobre la relación
de los genes con las enfermedades lo constituyen los denominados Polimorfismos
de Nucleótido Singular o SNP según sus iniciales en inglés.
Los SNP son diferencias en el ácido desoxirribonucleico, ADN, que
prometen revolucionar el mapa de las enfermedades y el rastreo de la historia
humana.
El mapa del genoma al 95%
El número total de genes humanos, se encuentra entre 26.383
y 39.114. La cifra final reondará los 30.000
Los humanos tienen tan sólo unos 13.000 genes más que
la mosca de la fruta.
Existen regiones casi desérticas
Los seres humanos comparten el 99,99 por ciento del mismo código
genético con los demás.
Información distribuida mediante agencias de prensa por la revista
Science www.sciencemag.org
(EUROPA PRESS) El genoma humano está compuesto por entre 26.383
y 39.114 genes, es prácticamente idéntico en todas las razas
y tan sólo dos veces mayor que el de la mosca de la fruta, la 'drosofila
melanogaster', según la secuencia codificada del genoma, que la
revista "Science" ha dado a conocer por primera vez.
La secuencia, con una precisión media que se calcula en un 99,96
por ciento, aparece codificada en color para distinguir las funciones de
dos tercios de todos los genes identificados, y revela un remoto código
sorprendentemente común en todos los grupos étnicos.
Con una cobertura precisa del 95 por ciento del genoma completo, la
secuencia establece el número total de genes humanos, que son entre
26.383 y 39.114.
En este sentido, y considerando que la cifra final rondara los 30.000,
los autores del artículo que publica la revista, firmado por el
doctor J. Craig Venter, de Celera Genomics, y otros 282 investigadores,
entre los que figuran dos españoles (los biólogos Rodric
Guigó Serra y Josep Francesc Abril Ferrando, de la Universitat Pompeu
Fabra de Barcelona), señalan que las personas tienen tan sólo
unos 13.000 genes más que la mosca de la fruta.
Este abanico genético es sorprendentemente bajo, ya que algunos
investigadores habían calculado hasta 140.000 genes en el genoma
humano. "Este logro espectacular representa la secuencia del genoma humano
más precisa y completa jamás conseguida y supone excitantes
perspectivas para el avance de la Medicina", dice el director de la revista
"Science", Donald Kennedy. "Nos puede decir mucho sobre cuál es
nuestro lugar en el variado panorama de la vida", agrega el director.
El informe de "Science" revela también vastas extensiones de
regiones casi desérticas en el genoma, donde la secuencia genética
contiene relativamente pocos o ningún gen codificador de proteínas.
Alrededor de una cuarta parte del genoma se puede considerar que está
desierta, con grandes segmentos vacíos de genes.
En concreto, la densidad de los genes es máxima a lo largo de
los cromosomas 17, 19 y 22, pero los cromosomas X, 4, 18, 13 e Y están
comparativamente vacíos. "Los genes existen en su mayoría
en islas o conglomerados separados por grandes desiertos de millones de
pares de base de longitud que tienen pocos o ningún gen", indica
el artículo.
Más de un tercio del genoma (el 35,3 por ciento) contiene secuencias
repetitivas, lo que indica que este llamado ôADN basuraö merece
ser más estudiado en profundidad. De hecho, el cromosoma 19 es repetitivo
en un 57 por ciento.
Además de los segmentos repetidos, el informe de Science indentifica
2,1 millones de peculiaridades o variaciones en la secuencia genética,
conocidas como polimorfismos nucleótidos individuales.
Estas diferencias entre las personas suelen ser inofensivas ûinforma
el equipo de Celeraù dado que menos de un 1 por ciento resulta en
proteínas potencialmente disfuncionales. Evidencias preliminares
indican que estas diferencias no son fenómenos al azar porque estén
distribuidos desigualmente en los cromosomas.
EL 99,99 POR CIENTO, COMPARTIDO
Según se desprende de la secuencia publicada, los seres humanos
comparten el 99,99 por ciento del mismo código genético con
los demás. De hecho, personas de distintos grupos raciales pueden
ser más similares genéticamente que individuos dentro de
la misma etnia. Las variaciones individuales representan tan solo el 0,01
por ciento, o 1.250 "letras" diferentes en la secuencia completa, confirma
el artículo.
Estas instrucciones genéticas se contienen dentro de 46 grandes
moléculas conteniendo ADN, llamadas cromosomas, 23 de cada padre.
Dentro de los cromosomas, las cadenas de fosfatos de glucosa están
unidas por pares de las bases químicas: A,C,G y T (adenina, citosina,
guanina y timina). Juntas, estas letras forman los escalones de la estructura
de escalera del ADN y portan también el código para sintetizar
nuevas proteínas y crear vida. |
DATOS SOBRE EL CÁNCER
(EUROPA PRESS) Un nuevo mapa de expresión genética
en doce tipos distintos de tejidos revela algunos patrones sorprendentes
que serán muy útiles en el descubrimiento de los genes implicados
en el cáncer. Cada cromosoma muestra conglomerados de genes altamente
expresados llamados RIDGES (Regions of Increased Gene Expression) que se
dispersan entre regiones en las que la expresión genética
es baja. Estos conglomerados han supuesto una sorpresa para los investigadores,
según indican el profesor Huib Caron, de la Universidad de Amsterdam
(Holanda) y sus colaboradores.
Un mapa similar de la levadura muestra que los genes altamente expresados
y los débilmente expresados se distribuyen desigualmente por todo
el genoma. Así, el equipo de investigadores ensambló
su ôMapa de Transcriptoma Humanoö mostrando el subconjunto de
genes expresados en cinco tejidos normales y en siete tejidos cancerígenos
correspondientes. Las comparaciones entre los perfiles de las expresiones
genéticas cancerígenas y normales mostró que había
varios genes silenciados o sobreexpresados en el neuroblastoma y en los
cánceres de mama y de colon. Las RIDGES tendían
a ser particularmente ricas en genes, y un análisis estadístico
mostró que las RIDGES suelen representar una estructura de mayor
jerarquía en el orden del genoma, más que el resultado de
una coincidencia al azar.
LOS DATOS DE CELERA COMPLEMENTAN
AL CONSORCIO PÚBLICO PROYECTO GENOMA HUMANO
(EUROPA PRESS) La comparación de los datos de Celera con
la secuencia del mapa genético completada por el consorcio público
Proyecto Genoma Humano indica que los dos esfuerzos pueden ser complementarios.
Los doctores Michael Oliver y David R. Cox, de la Universidad de Stanford,
y sus colegas de varios centros de investigación de Estados Unidos
prepararon el mapa físico del genoma humano, llamado "mapa híbrido
de radiación", que sitúa la secuencia genética en
orden en cada cromosoma.
Los investigadores compararon electrónicamente las indicaciones
más destacadas de sus mapas con toda la información disponible
de las secuencias, tanto de Celera como del consorcio público. En
concreto, compararon STS (secuencias cortas y únicas de ADN).
Tras comparar un conjunto de estas indicaciones del ADN, compartidas
por cada una de las tres secuencias genómicas, el equipo de Olivier
estimó que las secuencias de Celera y del consorcio eran de alrededor
de un 36 por ciento distintas. Pese a ello, en su mayoría, el mapa
de Olivier encajaba con al menos una de las otras secuencias.
En aquellos casos, el orden del mapa "coincidía con el orden
de Celera ligeramente más que la el orden de la secuencia del borrador".
Los investigadores agregan, sin embargo, que la observación
más sorprendente es que no predominaba ningún conjunto de
secuenciado de datos. Los investigadores crearon su mapa físico
con dos tipos de datos clave.
En primer lugar, identificaron 40.322 STSs dentro del genoma humano.
Después los compararon con esta colección de STS en las dimensiones
del ADN humano conseguido mediante un proceso llamado hibridización
de radiación.
Los híbridos de radiación se crean cuando un crosomoma
humano se funde con la célula de un hamster, y entonces se le envían
cargas de radiación para revolver el ADN. Esta célula irradiada
se funde entonces de nuevo con otra célula de hamster y se cultiva
dentro de una colonia de células híbridas. Las secuencias
genéticas de las piezas rotas del ADN humano en estos híbridos
se contrastan entonces con la secuencia de las parcelas STS.
A partir de ahí, los científicos pueden contar con qué
frecuencia de radiación el ADN se rompe entre dos parcelas STS,
y emplean estos cálculos para decidir el orden al que pertenecen
las parcelas STS y la distancia que existe entre cada una de las parcelas.
A PARTIR DEL ADN DE TRES MUJERES
Y DOS HOMBRES
(EUROPA PRESS) El equipo de Celera Genomics utilizó muestras
de ADN de tres mujeres y dos hombres. Los códigos genéticos
de piezas de ADN de estas personas (un afroamericano, un chino asiático,
uno hispanomejicano y dos caucasianos) fueron analizados tras haberse filtrado
de contaminantes y ensamblados en las llamadas "librerías" de ADN.
El sistema de análisis 'Shotgun', que el pasado año permitió
a Celera Genomics completar la secuencia del genoma de la mosca de la fruta
con una precisión del 99,998 por ciento, ha sido un elemento central
de este trabajo.
Se trata de una técnica altamente informatizada que comienza
por desintegrar el genoma en un conjunto aleatorio de piezas con una longitud
conocida: 2.000 pares de bases, 10.000 pares de bases y 50.000 pares de
bases de largo. Para ensamblar los fragmentos en bloques contiguos y asignarles
la correcta ubicación se emplean algoritmos matemáticos.
Otro método utilizado se ha basado en la duplicación
de partes mayores de código humano, en la forma de clones de los
cromosomas artificiales bacterianos (BACs), que luego se pueden encajar
en el mapa del genoma en la región apropiada. Este método,
empleado por los investigadores del Proyecto Genoma Humano, explica "Science",
concentra más tiempo y esfuerzo en la clonación y en la generación
de mapas al comienzo, mientras que el método de Celera es más
intensivo informáticamente al final.
En Celera, una fábrica de 300 máquinas de secuenciado
automático (3.700 analizadores de ADN de la marca ABI PRISM), operados
por 65 miembros del personal de la empresa, analizaron muestras de ADN
de los cinco donantes, produciendo 175.000 lecturas diarias durante un
periodo superior a nueve meses.
Celera empleó la citada técnica 'shotgun' para secuenciar
ADN, cubriendo ahí el genoma completo cinco veces (5,1). A continuación,
la información existente sobre el genoma procedente de BACs (que
se encuentra en las bases públicas de datos GenBank) se partió
en segmentos muy cortos de 550 letras y se descargó en la fórmula
'shotgun', para cubrir el genoma otras 2,9 veces, proporcionando una cobertura
total de 8X.
El grupo investigador ensambló entonces varias veces la secuencia,
empleando dos fórmulas matemáticas de algoritmos: una de
Ensamblado Completo del Genoma (WGA, que significa Whole Genome Assembly),
que permitió trabajar de una vez con toda la secuencia completa,
y otra de Ensamblado Shotgun Compartimentalizado (CSA, Compartmentalized
Shotgun Assembly), para clarificar segmentos específicos.
El sistema de Ensamblado Shotgun Compartimentalizado (CSA fue un proceso
más "localizado", según los investigadores. Ambos métodos,
el WGA y el CSA produjeron juegos de andamiajes, o grandes regiones de
secuencias de ADN correctamente ordenadas, conteniendo un total de alrededor
de 2.910 millones de pares de bases. Finalmente, estos dos juegos de andamiaje
genómico se compararon entre sí para limpiar cualquier incoherencia
estructural.
UNIDADES TRANSCRIPCIONALES
Los investigadores identificaron unidades transcripcionales dentro
de los genes y pudieron predecir las funciones moleculares de aproximadamente
un 60 por ciento de los genes identificados. Por ejemplo, propusieron las
identidades de muchos genes que codifican diferentes enzimas, la catálisis
química del organismo humano.
Otro gran grupo de genes están implicados en la producción
de proteínas que sirven de comunicadores químicos, enviando
señales de una a otra célula. Y aún hay otra
categoría que genera proteínas para la unión del ácido
nucleico.
La identificación de los genes fue manejada por un método
automatizado, pero se necesitará la restauración humana y
análisis adicionales para confirmar esta mirada inicial de los genes.
Finalmente, los investigadores compararon la información del genoma
humano con las secuencias anteriormente completadas de una particular mosca
de la fruta y una lombriz, con las que fue posible identificar funciones
claves compartidas.
Las diferencias esenciales que se observaron en los dominios de la
proteína entre los tres genomas tenían que ver con la regulación
del desarrollo, la función neuronal, la hemostasis, las reacciones
inmunes adquiridas y la complejidad citoesqueletal.
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