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Islas Galapagos |
Vertido de petroleo
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Lucha contra la contaminación
marina por hidrocarburos
Marea negra, el caso del
Erika

Fotos: AP / Ideal
An aerial view of the tanker Jessica is seen
Saturday, Jan. 20, 2001 near San Cristobal Island, one of the Galapagos
Islands. The tanker, carrying about 243,000 gallons (919,828 liters) of
fuel, ran aground Tuesday. It began leaking diesel oil Friday into the
bay on San Cristobal Island populated by rare marine species, government
officials said.(AP Photo/Dolores Ochoa)
SATELITES NASA VIGILARAN SITUACION ECOLOGICA
TRAS EL DERRAME
Washington, 9 feb (EFE).- Satélites de
la NASA vigilarán la situación ambiental en las islas Galápagos
por el temor de que un reciente derrame de petróleo en la zona haya
provocado una crisis a largo plazo en el sistema ecológico del archipiélago.
Los satélites observarán la presencia
de los más pequeños organismos marinos que constituyen el
primer eslabón de la cadena alimentaria en la fauna del archipiélago
ecuatoriano, considerado patrimonio de la humanidad por las Naciones Unidas.
Una evaluación sistemática del
daño ocasionado a corto plazo por el derrame tardará seis
meses, pero el estudio del impacto a un plazo mayor probablemente se efectúe
en dos o tres años, según informó la Fundación
Charles Darwin, encargada de la protección ambiental del archipiélago.
Situado a unos 1.000 kilómetros frente
a las costas de Ecuador, el archipiélago está constituido
por 19 islas volcánicas consideradas "un museo viviente de la evolución".
La presencia de especies únicas como las
iguanas de tierra, las tortugas gigantes o el pingüino de las Galápagos,
fue uno de los elementos que inspiraron al naturalista inglés Charles
Darwin para concebir su teoría de la evolución hace casi
dos siglos.
El problema comenzó el pasado 16 de enero
al encallar un buque cisterna en las cercanías de San Cristóbal,
en un accidente en el que quedaron flotando en el agua unos 240.000 galones
de petróleo.
Tras dos semanas de trabajos de emergencia realizados
por grupos ecuatorianos y estadounidenses, la crisis comenzó a disminuir
con un daño considerado menor.
Su tarea se vio aliviada por las corrientes marinas
que llevaron la mancha mar adentro y casi no afectó a la fauna costera
de las Galápagos.
Pero la historia del derrame no ha terminado
y pasarán muchos años antes de que se pueda saber de qué
manera afectó al complejo y único sistema ecológico
de las islas, manifestaron fuentes de la NASA.
"Los pájaros y los mamíferos son
los más visibles, pero ellos sólo constituyen una pequeña
parte del sistema ecológico", dijo Wayne Landis, director del Instituto
de Toxicología y Química Ambiental de la Universidad Western
Washington.
"Las sustancias que son tóxicas para los
pájaros y los animales también son tóxicas para los
invertebrados y las algas, así como para los otros componentes de
los sistemas acuáticos", señaló.
"Los organismos acuáticos y las algas
tal vez no se destaquen tanto, pero debido a que son el alimento de organismos
mayores el impacto en estas criaturas se hará sentir en el resto
del ecosistema", agregó Landis.
De particular importancia es el fitoplánkton,
que vive en suspensión acuática a pocos metros de la superficie
del océano, y debido a que gran parte de la vida en las Galápagos
depende de estas pequeñas formas de vida será necesario observarlo
para comprender cuál será el impacto final del derrame, indicaron
científicos estadounidenses.
El trabajo de los satélites de la NASA
que integran el sistema especial de observación ambiental (SeaWIFS)
se hará mediante sensores especiales que darán a los científicos
una idea de cómo responderán estos organismos a la crisis
provocada por el derrame.
Con un poder de resolución de un kilómetro
cuadrado, los sensores medirán el color de las aguas que rodean
las islas para determinar las concentraciones de clorofila y otros elementos
de pigmentación.
La intensidad del color verde de las aguas determina
la mayor o menor existencia del vital fitoplánkton para los animales
superiores que pueblan ese archipiélago único en el mundo,
aseguraron zoólogos estadounidenses.
Las especies más amenazadas por la extinción
en las Galápagos son los cormoranes y los pingüinos, reveló
Jerry Wellington, profesor de biología de la Universidad de Houston.
Ambas especies no se encuentran en ningún
otro lugar del planeta y tienen una baja población.
"Con facilidad podrían desaparecer si
ocurriera algo como un derrame de petróleo en su hábitat",
añadió Wellington.
GOBIERNO ANUNCIA QUE MAREA NEGRA HA SIDO CONTROLADA
Quito, 29 ene (EFE).- El Gobierno de Ecuador
anunció hoy que la marea negra generada por un derrame de combustible
en las islas Galápagos ha sido controlada.
"A pesar de la crítica situación
ambiental, el peligro ha sido controlado", señala un comunicado
de prensa difundido hoy por la Secretaría de Comunicación
de la Presidencia en Quito.
El boletín asegura que las manchas de
carburante que llegaron a las islas Isabela y Floreana, no eran grandes
y que en ningún momento hubo una situación de peligro, aunque
científicos del Parque Nacional Galápagos (PNG) recurrieron
a todos los medios disponibles para contener la marea negra que amenazaba
a especies endémicas de esas formaciones insulares.
Por otra parte, el Ejecutivo de Quito indicó
que dentro de 10 o 15 días podría ser retirado el buque petrolero
"Jessica", encallado desde el pasado día 16 en la bahía "Naufragios"
de la Isla San Cristóbal, y que es el foco de la contaminación.
El "Jessica", con 900.000 litros de gasóleo
y búnker (residuos de la refinación de petróleo) encalló
en las Galápagos vertiendo al mar el 65 por ciento de su carga.
Las autoridades discuten si reflotan al barco
para sacarlo fuera de la reserva marina, o lo desguazan, para eliminar
el foco de contaminación.
En el interior de ese petrolero permanecen unos
1.892 litros del carburante, señala el comunicado oficial, lo que
aún genera el peligro de que el combustible se vierta al mar.
LA MAREA NEGRA AMENAZA ESPECIES DE LAS ISLAS
ISABELA Y FLOREANA
Por Fernando Arroyo Santa Cruz (Ecuador), 28
ene (EFE).- La marea negra producida por el derrame de combustible en el
archipiélago ecuatoriano de las Galápagos tocó las
islas Isabela y Floreana, lo que supone una amenaza para la especies naturales
que habitan esa zona y muchas de las cuales son únicas en el mundo.
Científicos del Parque Nacional Galápagos
(PNG) confirmaron que el vertido llegó a esas dos islas, aunque
de forma leve y no ha afectado, de momento, a ninguna especie.
También una fuente de la capitanía
del Puerto Villamil, capital de la Isabela, informó de que la contaminación
alcanzó esa costa en forma de grumos, "pelotitas de búnker"
que han sido recogidas por las decenas de científicos y voluntarios
que colaboran en la emergencia.
Franklin Buchelli, del PNG, comentó a
EFE que el vertido que llegó a la otra isla, Floreana, pegó
directamente en un acantilado y no representó peligro para una especie
de foca peletera que habita en las playas.
El problema más grave, según Buchelli,
está en la Isla Isabela, donde, además de que han aparecido
ya grumos contaminantes, el fuerte oleaje y las condiciones atmosféricas
han hecho difícil contener la mancha negra.
Los expertos del PNG han tendido redes con materiales
absorbentes para frenar el paso del vertido y un ejército de voluntarios
aguarda en las playas a recoger cualquier vestigio de contaminación.
Un refuerzo especial se ha extendido en la zona
de manglares, pues, si el vertido afecta a esa vegetación, podría
causar una tragedia en la cadena alimenticia de la isla Isabela, la mayor
de las Galápagos, y que es el hábitat de unos majestuosos
flamencos, lobos marinos y colonias de las tortugas gigantes que dan nombre
al archipiélago.
El peligro en Isabela podría concluir
hoy mismo, si las corrientes marinas, vientos y el esfuerzo de los expertos
alejan o extraen del mar la mayor cantidad del fluido.
No obstante, la amenaza de la marea negra continuará
durante semanas, pues una serie de manchas contaminantes flotan a la deriva
por todo el archipiélago a una velocidad de una milla (1,85 kilómetros)
por hora.
Además, los especialistas consideran que
el fluido se evaporará entre tres y seis semanas más, dependiendo
de la temperatura y el oleaje.
Satélites de Estados Unidos vigilan el
movimiento de las manchas y anticipan su posible dirección, siempre
sujeta a los vaivenes que generen los vientos y las corrientes marinas.
LA RETIRADA DEL BUQUE CONTAMINANTE ES LA PRIORIDAD
AMBIENTAL
Por Fernando Arroyo
Quito, 26 ene (EFE).- La retirada del buque "Jessica",
que encalló en las islas Galápagos hace diez días
y vertió 600.000 litros de combustible al mar, es la prioridad para
las autoridades ecuatorianas y ambientalistas que intentan frenar el impacto
ecológico sobre este paraje natural.
El vetusto petrolero ecuatoriano permanece varado
en la bahía Naufragios de la Isla San Cristóbal, donde encalló
y vertió al mar la mayor parte de su carga de 900.000 litros de
carburante.
La marea negra afectó a las costas de
las islas San Cristóbal, Santa Fe y Santa Cruz, causando la muerte
de peces, aves y varios mamíferos marinos.
Un ejército de voluntarios, científicos
y autoridades limpian las costas afectadas y además retiran el carburante
que se ha impregnado en varios animales y rocas.
Con algo de satisfacción, aunque la emergencia
continuará por al menos dos meses más, las autoridades ecuatorianas
dicen que se logró limpiar las costas de las islas afectadas y que
la mancha del carburante, que abarca una extensión de entre 2.000
y 3.000 kilómetros cuadrados, se aleja de las Galápagos.
Las corrientes marinas y los vientos han contribuido
para que el vertido se aleje del archipiélago, aunque las condiciones
climatológicas podrían cambiar y hacer peligrar las operaciones
descontaminantes.
La confianza de que la mancha, ya dispersa y
en proceso de evaporación, se aleje de las islas, ha concentrado
la atención en el foco de contaminación: el buque "Jessica".
"Hay que buscar la forma de hacerlo volver a
flotar y desplazarlo, sacarlo" del lugar donde se encuentra varado con
una inclinación de más de 60 grados a estribor, explicó
e EFE el asesor del Ministerio del Ambiente, Mauro Cerbino.
Expertos en este tipo de desastres ecológicos
que pertenecen al Servicio de Guardacostas de Estados Unidos, la Armada
y la Marina Mercante de Ecuador están empeñados en enderezar
el buque y retirarlo del lugar, aunque para lograrlo deben superar el fuerte
oleaje.
Con el buque fuera de la zona y controlado el
vertido, habrá finalizado una primera parte de la emergencia que
hasta el momento ha costado unos dos millones de dólares, indicó
Cerbino.
Luego vendrá la etapa de vigilancia de
la marea negra y de los efectos secundarios del derrame en el frágil
ecosistema de Galápagos, que requerirá de otros seis millones
de dólares o más, pues organizaciones ecologistas aseguran
que la tarea de monitoreo durará años.
Y es que la magnitud física del accidente
es "considerable, no gigantesca pero tampoco pequeña", aseguró
a EFE el representante del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Ecuador,
Carlos Valle.
El impacto ambiental, para Valle, debe ser separado
en dos: efectos inmediatos y los de medio y largo plazos.
En lo inmediato "se ha corrido con suerte, porque
las corrientes marinas empujaron el combustible" lejos de San Cristóbal
y hacia zonas donde no hay peligro de un gran impacto ambiental, aunque
evidentemente hay daños.
"A mediano y largo plazo, uno o dos años,
hay que monitorear las condiciones y esto significa la inversión
de muchos recursos", subrayó Valle.
Además, Ecuador debería acometer
reformas estructurales para impedir que se repitan hechos similares.
Las normas que regulan la navegación de
cualquier tipo y la actitud humana en las islas, deben ser drásticas
y firmes si realmente se tiene la intención de proteger al máximo
el frágil ecosistema de Galápagos, anotó el representante
de la WWF.
El Gobierno ecuatoriano ya se ha planteado revisar
la Ley Especial de Galápagos, así como investigar en profundidad
cuáles fueron las causas del accidente y sancionar a los responsables.
El juez primero de lo penal de San Cristóbal,
Washington Ortega, ordenó la prisión preventiva del capitán
y la tripulación del buque "Jessica", Tarquiño Arévalo.
El capitán ha aceptado que un error suyo
causó la tragedia y ha asumido toda la responsabilidad del accidente,
aunque las autoridades quieren investigar otros asuntos que podrían
determinar una serie de irregularidades que giran en torno al accidente.
EUROPA ENVIA TRES EXPERTOS PARA AYUDAR EN TAREAS
DE LIMPIEZA DE LA MAREA NEGRA DE LAS ISLAS GALAPAGOS
Bruselas, 24 ene (EFE).- La comisaria europea
de Medio Ambiente, Margot Wallstrom, anunció hoy, miércoles,
el envío de tres expertos a Ecuador para ayudar en las tareas de
limpieza del archipiélago de las Galápagos tras el vertido
de 605.000 litros de combustible. Los tres expertos, de España,
Francia y Reino Unido, respectivamente, están especializados en
la realización de actuaciones técnicas en caso de contaminación
del mar y ayudarán a las autoridades ecuatorianas a definir los
métodos de limpieza de las áreas afectadas. El envío
de los tres expertos a las Galápagos es la medida más importante
tomada hasta ahora por la Comisión en relación a la cooperación
sobre descontaminación marítima.
EMERGENCIA DURARA DOCE SEMANAS, AUNQUE YA
NO SE HABLA DE TRAGEDIA
Por Fernando Arroyo
Quito, 24 ene (EFE).- El Gobierno de Ecuador
calcula que la emergencia ambiental en las Islas Galápagos durará,
al menos, doce semanas, aunque ya no habla de una tragedia o desastre por
el derrame de unos 600.000 litros de combustible en el archipiélago.
"Ya no hablamos de tragedia ni de desastre, sino
de un grave problema ambiental", aseguró a EFE Mauro Servino, asesor
del Ministerio del Ambiente, quien sólo puede agradecer la ayuda
internacional y que el buen tiempo en las Galápagos hayan contribuido
a reducir el impacto ambiental de un accidente que amenazaba con desatar
una hecatombe ecológica.
El Gobierno, según Servino, estima que
la emergencia durará tres meses, aunque asegura que la fragilidad
ecológica del archipiélago requiere una vigilancia constante
que podría durar años, con el objetivo de observar los efectos
del derrame en la vida silvestre de la zona.
El pequeño y vetusto buque petrolero ecuatoriano
"Jessica" encalló el pasado día 17 cerca de la Isla San Cristóbal
con 900.000 litros de carburante a bordo y dos días después
empezó a verter al mar el 65 por ciento de su carga.
La mancha contaminante se ha esparcido en un
radio de entre 1.000 y 3.000 kilómetros cuadrados, aunque de momento
el vertido no ha logrado dañar zonas sensibles de alta biodiversidad,
especialmente en las costas insulares.
Las labores de contingencia también evitaron
que la marea negra se expandiera por la región, donde decenas de
pescadores han contribuido a la extracción de unos 246.000 litros
del carburante derramado.
Según Servino, el Ministerio trabaja en
dos frentes para acometer la emergencia. El primero es investigar y establecer
las responsabilidades judiciales del accidente, y el segundo buscar soluciones
para la contaminación provocada por el buque, que incluyen buscar
un destino para el barco.
La Fiscalía, la Contraloría General
del Estado y la Corte Superior de la ciudad de Guayaquil, que administra
las Galápagos, ya han iniciado sus indagaciones sobre el suceso,
mientras un ejército de científicos nacionales y extranjeros
busca el modo de remediar el daño ambiental.
El "Jessica" puede ser hundido fuera de la zona
de protección de Galápagos o ser reflotado y trasladado a
un astillero para su reparación, aunque su destino está ligado
a las condiciones naturales en las islas o de las labores de rescate.
El accidente ha dejado al descubierto la falta
de normativas sobre controles y seguridad ambiental del archipiélago.
Después del suceso, políticos,
diputados, empresarios turísticos y grupos ecologistas han exigido
al Gobierno mayor energía en la aplicación de leyes que eviten
percances futuros.
Y es que las Galápagos, que es también
una provincia ecuatoriana, es el hábitat de unas 50.000 especies
naturales, el 40 por ciento de ellas autóctonas, lo que sumado a
su belleza orográfica y marina la ha convertido en un verdadero
paraíso en medio del Pacífico.
Esa "joya" ecuatoriana, declarada por la Unesco
como Patrimonio de la Humanidad en 1979, es frágil y está
a expensas de los "errores" o "negligencias" humanos, según expertos
ambientalistas.
Las autoridades de Ecuador ya han iniciado procesos
contra los propietarios del "Jessica" y los responsables del accidente
y anuncian reformas en las leyes de protección del archipiélago
para evitar que en el futuro un percance similar pueda causar una tragedia
irreparable.
La comunidad internacional, que ha enviado ayuda,
expertos y teconología a San Cristóbal, ha pedido a Ecuador
que endurezca sus normas para asegurar la biodiversidad de la región.
TRAGEDIA ECOLOGICA CONTROLADA EN PARAISO AMENAZADO
POR DERRAME
Por Fernando Arroyo
Santa Cruz (Ecuador), 23 ene (EFE).- La amenaza
ecológica en las islas ecuatorianas de Galápagos por el derrame
de combustible de un buque que encalló en la región ha sido
controlada, aunque los efectos del vertido permanecerán por años.
El pasado 17 de enero el vetusto buque "Jessica"
encalló en la bahía "Naufragios" de la isla San Cristóbal,
en las Galápagos, con 240.000 galones (unos 900.000 litros) de combustible
a bordo, pero desde el viernes pasado vertió al mar una gran parte
de su carga.
Con satisfacción, aunque aún preocupado,
el director del Parque Nacional Galápagos (PNG), Eliécer
Cruz, ha informado de que el vertido ha sido controlado, aunque aún
permanece una mancha del carburante en un área de unos mil kilómetros
cuadrados cerca de San Cristóbal.
"Se ha paliado la emergencia, pero los efectos
de esto es a largo plazo", señaló Cruz al insistir en que
la labor científica debe ser redoblada para hacer un seguimiento
de las especies "grandes" y también de los microorganismos de la
zona.
El control del fluido en el mar ha impedido que
la mancha negra llegue a las zonas costeras de las islas donde habitan
colonias de especies marinas, terrestres y aves endémicas del archipiélago,
así como flora única de la zona.
La isla Santa Fe, cerca de San Cristóbal,
ha sido la más afectada, y unos quince lobos marinos, entre adultos
y jóvenes, han resultado afectados por el derrame, aunque personal
especializado les atiende para evitar complicaciones.
"No estamos tranquilos, pero sí menos
alarmados", declaró Cruz al evaluar la situación, pues se
temía que las corrientes marinas y las condiciones meteorológicas
complicaran la labor de control del vertido.
El trabajo que aguarda a los organismos que intervienen
en la emergencia es "controlar hacia dónde va" la mancha de combustible
y profundizar el estudio del impacto ambiental a nivel de las especies
naturales.
El control del fluido no supone, de modo alguno,
que la emergencia haya pasado, pues todavía está la mancha
negra en el mar, aunque ya sin el peligro de que llegue a las zonas costeras,
ecológicamente más frágiles.
Además se espera que los disolventes y
el abundante sol que cae sobre la zona evaporen el carburante.
El trabajo "incansable" de decenas de pescadores
artesanales del archipiélago ha sido fundamental e impresionante,
según Cruz, que resalta cómo los navegantes han recogido
"hasta con sus propias manos" el vertido de combustible.
También la cooperación del Servicio
de Guardacostas de Estados Unidos y la Armada nacional ha sido fundamental
para contener el vertido y evacuar de los depósitos del buque "Jessica"
la mayor parte del combustible.
Para hoy se prevé extraer los últimos
litros de combustible de los depósitos del barco que, ya vacío,
podría ser reflotado para conducirlo a un astillero donde, fundamentalmente,
continuarán las investigaciones para determinar las causas del accidente
y sus responsables.
Pero el accidente ha sacado a relucir la falta
de una legislación drástica que minimice las posibilidades
de este tipo de sucesos, así como la carencia de equipos especiales.
"Debe haber una regulación muy clara para
todo lo que tiene que ver con transporte de combustible y equipos contaminantes,
potencialmente peligrosos para las islas Galápagos", señaló
Cruz, quien cree que debe haber sanciones drásticas para los responsables
del accidente.
No obstante, algunos diputados consideran que
el Gobierno de Quito también actuó con lentitud, pues sólo
a los tres días declaró el estado de emergencia y movilizó
todo el contingente necesario para prevenir un desastre.
El Gobierno declaró el lunes como zona
de seguridad las islas Galápagos, que también es una provincia
ecuatoriana declarada por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad.
Tanto el Gobierno como el PNG han hecho llamamientos
a la comunidad internacional para que apoyen las labores de prevención
y la constante investigación que de ahora en adelante tendrán
que hacer los científicos para evitar que en el futuro aparezcan
efectos negativos colaterales.
Las islas Galápagos, que deben su nombre
a las tortugas gigantes que las habitan, se encuentran situadas a unos
mil kilómetros al oeste de las costas continentales ecuatorianas
y fue el "laboratorio natural" que permitió al científico
británico Charles Darwin elaborar su teoría sobre la evolución
de las especies.
CONTACTO CON COMBUSTIBLE PRODUCIRA LA MUERTE AUTOMATICA
DE AVES
Madrid, 23 ene (EFE).- Los más de 500.000
litros de combustible vertidos en las aguas de las islas Galápagos
afectarán sobre todo a las especies marinas, muchas de ellas aves
que al impregnarse con el contaminante "pierden parte de su protección
contra el frío y mueren automáticamente", explicó
hoy el ornitólogo Angel Gómez Manzaneque.
Manzaneque, de la Sociedad Española de
Ornitología (SEO), declaró que la preocupación no
se centra por ahora en sus emblemáticas tortugas (que dan nombre
al archipiélago), ya que son "terrestres y están alejadas
de las costas".
Según el ornitólogo, uno de los
máximos peligros se cierne sobre las aves marinas, que "cada vez
que se zambullan en el mar impregnan su plumaje de combustible, pierden
parte de su protección contra el frío y mueren. Además
no podrán respirar ni pescar, ya que la densa capa del contaminante"
impide la visión de lo que hay bajo el agua.
Indicó asimismo que la contaminación
puede producir la pérdida irreparable de alguna colonia de especies
de este "punto caliente de biodiversidad del planeta", ya que son endémicas,
"únicas en esta parte del mundo".
Agregó que la solución "in extremis"
no es el traslado de los animales del lugar del accidente, ya que sólo
se conseguirían salvar entre un 10 y 15 por ciento del total.
Junto a las aves, otras especies marinas del
parque nacional ecuatoriano -declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO-,
serán las principales perjudicadas por la mancha negra, como la
iguana y el lobo marino, explicó Gómez Manzaneque.
Señaló asimismo que el principal
valor de las Galápagos, a mil kilómetros de distancia del
continente, consiste en que sus especies "han evolucionado a su aire",
un hecho constatado por el naturalista inglés Charles Darwin y que
le sirvió para terminar de construir su teoría de la evolución
de las especies.
En este sentido, el investigador del Museo Nacional
de Ciencias Naturales, Ignacio de la Riva, explicó a Efe que las
Galápagos "tiene mucho peso histórico y es un lugar emblemático
precisamente por Darwin".
Al igual que el ornitólogo de la SEO,
De la Riva señaló que las especies marinas, como iguanas,
aves y lobos marinas, son las que "más perjudicadas porque viven
de lo que produce la pequeña plataforma submarina" que se encuentra
alrededor del archipiélago.
Por último indicó que la única
solución al desastre ecológico es invertir "mucho dinero"
para acometer la limpieza de la zona.
Fuentes de la Sociedad Estatal de Salvamento
y Seguridad Marítimo declararon a Efe que por el momento no han
recibido ninguna solicitud de ayuda por parte de las autoridades de Ecuador.
Quito, 22 ene 2001 (EFE).- El ministro ecuatoriano
de Ambiente, Rodolfo Rendón, pidió hoy a la comunidad internacional
materiales disolventes y mantas como ayuda urgente para controlar el derrame
de combustible de una embarcación en las islas Galápagos.
El buque "Jésica", que transportaba unos
900.000 litros de combustible, encalló el pasado miércoles
por un error del capitán cerca de la isla San Cristóbal,
en el también llamado archipiélago "encantado".
Las primeras manchas del combustible del buque,
de bandera ecuatoriana y perteneciente a una empresa privada, comenzaron
a llegar a tierra el domingo, y se hacen esfuerzos para evitar que mayores
cantidades alcancen las costas.
Las manchas se han registrado cerca de la isla
Santa Fe, donde hay muchas colonias de lobos e iguanas marinos.
El ministro Rendón precisó en el
informativo de radio "Noti Hoy" que se han vertido ya unos 605.000 litros
del combustible del buque, lo que ha causado un "gravísimo impacto
ambiental" en las islas Galápagos.
El derrame ha afectado a unos mil kilómetros
cuadrados donde hay varias manchas de combustible.
El archipiélago, que debe su nombre a
las inmensas tortugas que lo habitan, es uno de los principales puntos
turísticos de Ecuador y el lugar donde el naturalista británico
Charles Darwin desarrolló la teoría de la evolución
de las especies.
Las Galápagos, situadas a unos mil kilómetros
de las costas continentales ecuatorianas, fueron declaradas Patrimonio
Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
SAN CRISTOBAL, ECUADOR : Technicians from the
Galapagos National Park try to clean oil from a pelican 21 January, 2001,
as a spill reached Punta Carola Beach on San Cristobal Island in the Galapagos.
The oil tanker "Jessica" ran aground 16 January and was carrying 900,000
liters (240,000 gallons) of oil. Ecuadoran Environmental Minister Rodolfo
Rendon said the spill has extended over a 1,200 square-km (460 square-mile)
area. EPA PHOTO AFP/VENTUS PICTURES/
WWF PIDE AGUAS ALREDEDOR DE GALAPAGOS SE DECLAREN
AREA SENSIBLE
Ginebra, 22 ene (EFE).- El Fondo Mundial para
la Naturaleza (WWF) pidió hoy que se declaren las aguas alrededor
de las islas Galápagos como "área particularmente sensible"
para proteger esta zona del derrame de combustible de un barco que encalló
el pasado miércoles con unos 757.000 litros de diesel y búnker
(combustible para barcos).
A juicio de los expertos del WWF, esta medida
ayudaría a asegurar un nivel de protección mucho más
alto para esta zona "única en el mundo", en la que viven unas 5.000
especies, de las que el 40 por ciento sólo existen en las islas.
El director de relaciones externas del WWF, Peter
Kramer, que fue presidente de la Fundación Darwin para las Galápagos,
señala en un comunicado que en estas islas "hay una diversidad biológica
que se encuentra entre las más excepcionales del mundo".
Por ello, señaló que un incidente
como el que se ha producido "podría tener un profundo y duradero
impacto" y resaltó especialmente el peligro que pueden correr dos
especies costeras que sólo viven en estas islas, el pingüino
de las Galápagos y el cuervo marino.
"El WWF está extremadamente preocupado
por la amenaza sobre la vida salvaje de las Galápagos y considera
crucial que el Gobierno de Ecuador y la comunidad marítima internacional
estudien la designación de las aguas alrededor de las islas como
un área particularmente sensible", agrega el comunicado.
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