PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
EL FUTURO DEL DELTA
UN TESORO TURÍSTICO Y NATURAL
Entre La Rábita y Huarea, un paseo ‘imposible’ junto al mar
En el extremo oriental granadino cuatro kilómetros de arenas deltaicas podrían convertirse en la milla de oro de la Contraviesa
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE
Una línea de color azul intenso se dibuja con rapidez a media distancia entre la orilla y el horizonte. Se marca en un mar de aguas calmadas, donde el caminar de las corrientes que llegan desde el levante plasma sutiles diferencias de color y texturas. Sobre el trazo oscuro de las aguas, aparecen dos sombras arqueadas que se alzan sobre la superficie para buscar el contacto con el aire, una es mayor que la otra. Se mueven en paralelo, muy juntas, y desparecen bajo el gran azul para volver a emerger en dirección poniente. Es una pareja de delfín común, madre e hija, que aprovechan la depresión marina que a pocos metros de la costa oriental granadina, cae en picado hacia grandes profundidades y favorece la presencia de bancos de peces pelágicos no habituales cerca del litoral. Buscan sardinas, agujas, calamares e incluso salmonetes, bonitos y caballas. La imagen se produce a poco más de un centenar de metros de la orilla, frente a la desembocadura de la rambla de Aldáyar, donde los sedimentos del delta de la Contraviesa entran en el mar para formar una profunda lengua de tierra y materia orgánica que fertiliza los fondos y las aguas superficiales, un espacio marino habitual para las únicas poblaciones de delfín común que quedan en el Mediterráneo, que han hecho de las aguas centrales del mar de Alborán, frente a las costas granadinas, su último reducto. (...)
VÍDEOS * Play list La costa oriental de Granada.
Vídeo inicial: EL DELTA DE ALBUÑOL, DE LA RÁBITA A HUAREA
VÍDEOS: MERCHE S. CALLE Y J. E. GÓMEZ
(...) Es posible observar el movimiento de cetáceos desde los rompientes debido a que nadan frente a un espacio que aún mantiene un mínimo equilibrio ecológico, a pesar de ser uno de los más afectados por el impacto negativo de la agricultura intensiva bajo plástico, ha logrado mantenerse al margen de la expansión urbanística insostenible y el desarrollismo sin freno que impera en gran parte del litoral granadino. Es un territorio deltaico, formado por las tierras de aluvión que derivan a través de los barrancos de la Alpujarra Baja y que las grandes ramblas de Albuñol y Huarea convirtieron, con el paso de los milenios, en una lengua de tierra que se inyecta en el mar. Es el territorio central que los árabes llamaron el Gran Çéhel (la gran costa) y que el crecimiento de los invernaderos ha cubierto de una capa de plástico, pero que aún está a tiempo de iniciar una senda de desarrollo sostenible que lo convierta en una verdadera milla de oro para quienes consideran que es posible el equilibrio entre la explotación y la protección de los recursos naturales, culturales y paisajísticos.
PLAYA DE HUAREA
En el extremo occidental de La Rábita, las calas de Chílchez y el Ruso, los acantilados del Muerto y los Dragones de Mochilas, son los últimos afloramientos tectónicos que quiebran la línea litoral oriental. A partir de ellos se extiende el brazo que se interna en el mar como si de una flecha de tierra se tratase, incrementada de forma ancestral por las continuas avenidas de tierras desde las alturas de la Contraviesa. El núcleo urbano de La Rábita, da inicio a una atractiva playa que en su extremo de levante se ve truncada por la presencia de decenas de invernaderos situados junto al rompiente, creados para compensar las pérdidas de la gran riada de 1973 y que la Dirección General de Costas quiere eliminar, al menos una parte de ellos, por su excesiva proximidad a la línea de protección marítima. Al otro lado de la lengua de tierra, la desembocadura de la rambla de Albuñol, la unión de las ramblas de Aldáyar y Ahijón, impide el crecimiento del mar de plástico, y permite la conexión con la extensión oriental del delta, donde se inicia otra gran playa con más de tres kilómetros de longitud que llega hasta la localidad de El Pozuleo, sigue hacia la rambla de Huarea y continúa hasta encontrarse con los primeros cerros de la Contraviesa almeriense.
Rocas intermareales entre La Rábita y El Pozuelo
SENDERO LITORAL
Es un imaginario sendero litoral, un pretendido paseo marítimo, dibujado ya en proyectos oficialmente redactados, aprobados y publicados en el Boletín Oficial del Estado desde 2004 y que duermen a la espera del beso mágico que les despierte. Es la gran oportunidad de conseguir el milagro del desarrollo equilibrado y sostenible, en el que se pueda conjugar el crecimiento económico, con el respeto a la imagen y la estabilidad ambiental del delta y sus paisajes.
Es el último territorio al oriente de la costa granadina, caminos y tierras entre playas. Cuatro kilómetros de un sendero ahora imaginario que discurren paralelos a los rompientes. A un lado el mar y, al otro, un crecimiento sostenible que haga realidad el significado del Gran Çéhel.
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
Un parablenio, Aidablennius sphynx
En el delta de Albuñol, los fondos marinos de La Rábita y s entorno.
Biodiversidad vegetal y faunística de ecosistemas de ramblas, acantilados...
Fichas con fotos, datos científicos...
AQUÍ
Charranes patinegros en una boya de La Rábita.
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hacia la sostenibilidad de la línea litoral de Andalucía Oriental
LA RÁBITA, PLAYAS Y FONDOS MARINOS * ZONA DE BUCEO
Bajo las aguas del ‘Gran Çehel’
Arenales y acantilados submarinos de La Rábita y eldelta de la Contraviesa
Azotados por los vientos de poniente, las calas y arrecifes másorientales de Granada. Las corrientes se encuentran en el mar
Castillo de
Huarea
El ‘tesoro’ oculto del delta
Las tierras de aluvión de las ramblas de la Contraviesa son colonizadas por un
tapiz de plástico impide la evacuación de avenidas y facilita el avance del mar
Torre de
Melicena
El vigía de Alborán
Las laderas de la Alpujarra y la Contraviesa se hunden en el mar que una
vieja torre vigila desde hace un milenio.
Playa del Ruso, La Rábita, Albuñol,
Granada
La cala del manantial
Aguas subterráneas de la Contraviesa buscan el camino hacia el mar en el
último paraje virgen del litoral oriental. En la playa del Lance Nuevo o
del Ruso, nacimientos de aguas termales mantienen ecosistemas casi inalterados,
sobre y bajo el mar
Las termas del Çehel
Las aguas del subsuelo de la Contraviesa afloran entre las rocas pintadas de
sarro para dar calor a los campos. Los arroyos y acequias que vierten en las
ramblas semidesérticas de Albuñol bajan a 25º, mantienen ecosistemas termales,
dieron luz y movieron molinos.

Manantiales de la
Contraviesa. Les llaman ´minillas’ surgencias por
las que mana el agua del acuífero de Albuñol, olvidadas minas y
fuentes de usos tradicionales que aún se mantienen ocultas entre
barrancos.
Una serie de reportajes para mostrar la riqueza natural
que nos rodea, sus ecosistemas y a sus singulares
habitantes.
Granada y las tierras del sureste de Andalucía poseen la
mayor diversidad biológica de Europa, parajes únicos para
vivir en tiempos de estío