PAISAJES Y BIODIVERSIDAD
RUTA DEL SANATORIO DE LA ALFAGUARA
FUENTE FRÍA Y EL SENDERO DE LOS
ESPECTROS
Los bosques de la Alfaguara esconden
manantiales, trincheras y misteriosas apariciones
El agua del subsuelo aflora a través de un
caño horadado en la roca. Es el punto medio de un recorrido a
través de umbrías y pinares hasta el sanatorio de los fantasmas
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * WASTE MAGAZINE

Ha recuperado su caudal. El agua vuelve a surgir en Fuente Fría,
uno de los manantiales más conocidos de la sierra de la Alfaguara.
Lo hace a una temperatura que se mantiene por debajo de 10 grados
durante los meses más cálidos del año. Es el punto clave de un
paraje natural que se sitúa en pleno corazón de los bosques altos
de la sierra de la Alfaguara, formados por enormes masas de
pinares de repoblación, pero también por vegetación autóctona
y melojares con robles, servales y especies caducifolias. El
agua, a pesar de que no es constante y depende de la abundancia de
lluvias y las filtraciones al subsuelo, genera un ecosistema casi
de ribera. Los grandes árboles que crecen junto a la fuente,
encinas que se ven cubiertas de una gran masa de hiedras, y el
matorral típico de las zonas sombreadas de media montaña,
favorecen la presencia de numerosas aves que utilizan como
bebederos los regueros de agua y el pequeño abrevadero que hace
décadas se construyó para el ganado. (...)
(...) Fuente Fría, que hace años contó con una pequeña alberca y
una zona recreativa con sus bancos para descansar, es también el
punto medio de un recorrido que se interna en los bosques de la
Alfaguara y que, de forma circular, conecta con las trincheras del
cerro de la Encina y con el antiguo sanatorio antituberculoso que
creo y mantuvo Bertha Wihelmi, un lugar sobre el que
parapsicólogos y aficionados a los fenómenos paranormales aseguran
que se pasean los fantasmas de quienes habitaron en el viejo
sanatorio: pacientes, enfermeras, un cura, e incluso un perrito
que vivía con ellos. Una leyenda que ha convertido estos parajes
en uno de los más concurridos de la sierra de Huétor, a través de
la ruta de Fuente Fría, las trincheras y el camino de los
espectros.
Fácil acceso
Hacer la ruta completa es asequible para todos. Son solo 3,8
kilómetros ida y vuelta si se hace la totalidad del recorrido, que
se puede reducir hasta casi la mitad si se accede únicamente a
Fuente Fría o al Sanatorio. Hay que iniciar la ruta desde el
campamento de la Alfaguara, al que se llega en coche desde la
localidad de Alfacar y por una carretera asfaltada. Es el lugar
donde dejar el vehículo y tomar un carril forestal que sube a la
izquierda del campamento y a través de un área recreativa. Después
de ascender unos 100 metros, el carril, que en realidad es el que
conecta la Alfaguara con Puerto Lobo y también con la Cueva del
Agua, llanea hasta encontrarse con una bifurcación. El camino
hacia Fuente Fría y al Sanatorio parte a la izquierda, cerrado a
los coches con una cadena (está a solo 500 metros del campamento).
Merece la pena disfrutar del paisaje. El carril desciende de forma
suave entre pinares, encinas y quejigos, con jarales y matorral
mediterráneo, un buen lugar para la búsqueda de setas en el otoño.
700 metros después del cruce, se encuentra un nuevo camino que
surge a la izquierda y que no hay que tomar. A menos de 50 metros
después está la bifurcación que conduce, a la izquierda a Fuente
Fría y a la derecha al sanatorio. Es el verdadero inicio del
camino de los espectros.
Fuente fría
Vereda
El carril, convertido en una ancha vereda,
continúa hacia la fuente. Entramos en la umbría donde se dan
sorpresas botánicas:hay ejemplares de morrionera, Viburnum
lantana, una especie amenazada de extinción;
mostajos (Sorbus aria); durillo dulce
(Cotoneaster granatensis); cornejos (Cornus sanguinea); endrinos (Prunus spinosa),
además de robles melojo y pinzapos,
que aunque son de repoblación, también están considerados como
joyas botánicas.
La fuente tiene un tapón hecho con un trozo
de rama de árbol para que no se desperdicie el agua que sale
directamente de la roca y genera un micro hábitat donde crecen
briofitos (musgos) y hongos. Es también una zona donde hay
orquídeas ibéricas, algunas muy escasas como la Cephalantera
rubra.
Camino de espíritus
Fuente Fría era el manantial que surtía de agua al sanatorio.
Desde allí, partía una conducción que llegaba directamente al
edificio, situado a menos de 200 metros en línea recta, aunque
atravesando el bosque que en aquel momento era autóctono, ya que
la repoblación no se hizo hasta la década de los sesenta (en los
últimos años de actividad del centro médico). Para conocer la ruta
de los espectros en toda su plenitud y no simplemente llegar al
sanatorio y contemplar su estructura en ruinas, hay que seguir
adelante desde la fuente, por el sendero que traza un círculo de
un kilómetro y medio y que también accede a las trincheras de la
Guerra Civil en el cerro de la Encina, que tienen su vereda a 700
metros de la fuente.
Es fácil llegar a las trincheras. Solo hay que tomar el camino que
parte a la izquierda del carril y recorrer menos de 200 metros
entre bosque de matorral, encinas y quejigos. Las estructuras
defensivas desde las que se domina el valle de Víznar y Alfacar y
gran parte de la sierra.
El sanatorio en plena actividad. Foto: Archivo IDEAL
Misterio
De vuelta al camino principal, el bosque se
convierte en misterioso. Los pinos, de gran porte, tienen
troncos retorcidos y entrelazados,muchos de ellos semisecos por
la gran proximidad con la que se plantaron. Ahí están las ruinas
de la zona baja del sanatorio, las dependencias de servicio, de
las que aún quedan algunas paredes. Arriba, las ruinas de la
casa, que tuvo dos plantas y un gran porche. Un lugar
donde,desde 1920, se curaron muchas personas aquejadas de
tuberculosis gracias a los cuidados y dedicación del
equipo dirigido por Bertha Whilelmi, y Elena Bickman, que fue
quien lo mantuvo hasta los años setenta.
Betha Whilemi - Archivo IDEAL
Las apariciones misteriosas se producen en
este camino y en el porche del viejo sanatorio. Entre los
pinares se aprecian luces y formas, que en realidad no son más
que filtraciones y movimientos de vegetación, pero que han
generado toda una leyenda y la presencia de numerosas personas
que quieren conocer la ruta de los espectros.
Arriba, dos enormes cipreses dan entrada al
sanatorio. Es un lugar de contemplación y, para algunos, el
sitio donde pasarla noche a la espera de grabar psicofonías,
aunque solo captarán el rumor de los árboles. La ruta sigue
entre los pinares plagados de líquenes que ofrecen un plus de
misterio al recorrido., y vuelve a encontrarse con el
inicio del círculo, con el camino a la Fuente y el que vuelve al
campamento. Atrás quedan los sonidos de los pájaros entre las
hojarascas de los pinos, y el silbido de rapaces sobre el
sanatorio.
¿Cómo llegar?
Acceso: Desde Alfacar (A-92 en la salida 249) hacia el
campamento de la Alfaguara. Desde el aparcamiento, andando, hacia
la izquierda parte un carril forestal que, 500 metros después, se
bifurca a la izquierda hacia Fuente Fría y el sanatorio.
La fuente: Está a 700 metros después del cruce, con otra
bifurcación a la izquierda y después de 50 metros. Desde ahí parte
el carril circular, con 1,4 kilómetros que llega hasta el
sanatorio y vuelve al punto de conexión con la fuente.
Coordenadas:
Campamento de la Alfaguara en, 37°15’34.62’’N -
3°31’47.17’’O,
Fuente Fría está en 37°15’59.51’’N - 3°31’11.76’’O.
El sanatorio está en, 37°15’52.99’’N - 3°31’6.85’’O.
La conexión con las trincheras de la Encina en, 37°15’56.04’’N -
3°30’56.05’’O
BIODIVERSIDAD
Especies presentes en este espacio natural
XXXXXXX
FLORA
Abies
pinsapo (Pinsapo)
Acer opalus granatense
Adenocarpus decorticans (Rascavieja)
Adiantumcapillus-veneris (Culandrillo de pozo)
Allium sphaerocephalon (Ajo de cigueña)
Amelanchier ovalis (Guillomo)
Anthericum baeticum
Arctostaphylos uva ursi (Gayuba)
Berberis hispanica (Agracejo)
Catananche caerulea (Hierba cupido)
Cedrus atlantica
Ceterah
officinarum
Cistus
albidus (Jarablanca)
Cistus
laurifolius (Jara)
Cornus sanguinea
Cotoneaster granatensis
(Durillo dulce)
Crataegus monogyna
Cytisus scoparius subsp reverchonii
Dactylis glomerata subsp hispanica
Daphne
gnidium (Torvisco)
Dorycnium
pentaphyllum
Echinospartum boissieri
Geum sylvaticum
Gladiolus italicus
Iris serotina (Lirio
silvestre)
Hedera helix (Hiedra)
Helleborus
foetidus
Lactuca
viminea
subsp ramosissima
Limodorum
abortuvum
Lonicera splendida (Madreselva)
Odontites viscosa subsp hispanica
Ononis
aragonensis
Orchis mascula
Orchis
papilionacea
Polygonatum odoratum
Prunus spinosa
Ptilostemon
hispanicus
Quercus faginea
Quercus pyrenaica
Quercus rotundifolia
Rubus
ulmifolius (Zarzamora)
Silene
mellifera
Sorbus aria
(Mostajo)
Tamus communis
Thapsia villosa
Thymus
mastichina (Mejorana)
Ulex
parviflorus (Aulaga)
Umbilicus
rupestris
Viburnum
lantana
Vicia incana
(Algarrobilla de monte)
Helvella acetabulum
HONGOS
Calocera cornea
(Cuerno bonito)
Crucibulum laeve
(Seta nido)
Helvella acetabulum (Calabacito,
Falso
pucheruelo, cazoleta)
Hohenbuehelia
petaloides/ Hohenbuehelia geogenia
Lactarius
deliciosus (Níscalo)
Lepista nuda (Pie
azul, pinpinella morada)
Rhizopogon
roseolus (Patatas de tierra, patatas del bosque)
Stereum hirsutum
Tricholoma
myomyces /Tricholoma terreum (Oreja de ratón, ratoncillo,
ratón, negrilla)
Xylaria
hypoxylon (Xilaria de la madera)