QUÉ ES
EL FRACKING Y CÓMO NOS AFECTA
El fracking ha sido un hecho polémico a nivel internacional debido a las
consecuencias que ocasiona a nuestro medio ambiente.
Algunos investigadores y gobiernos se basan en estudios documentados que muestran los riesgos y
daños que puede causar dicha actividad. No obstante, otros regímenes intentan poner en práctica
esta técnica.
En este sentido, la protección del ambiente se ve enfrentada a ciertos intereses de importancia.
Por lo tanto, ha de quedar en segundo lugar dentro de las decisiones de los gobiernos.
Pero, ¿qué tanto sabemos acerca de este tema?, ¿Hasta qué punto nos afecta? Eso lo descubrirás a
continuación.
Hablemos del Fracking y cómo funciona
El fracking o fracturación hidráulica en español, es una técnica que permite sacar el gas y
petróleo que se encuentra atrapado en el subsuelo.
Pero la fractura hidráulica no es algo nuevo, ya que ha sido utilizada desde la década de los 50
en el Reino Unido.
No obstante, con los avances tecnológicos y la perforación horizontal se pudo expandir a una gran
escala. En especial, en EE. UU para la explotación de los hidrocarburos no convencionales.
Y, ¿cómo funciona? Lo primero a realizar es perforar hasta llegar a la roca.
Después se bombardea con abundante agua a una alta presión, junto con aditivos químicos y arena
hasta lograr romper el peñasco.
De esta manera, se libera el gas o petróleo. Sin embargo, al regresar a la superficie, lo hace con
galones de fluidos inyectados a alta presión.
Por otra parte, estos químicos incluyen desde ácidos, lubricantes, desinfectantes y sales.
Posibles consecuencias del fracking
Existen numerosas críticas en contra el fracking. Y es que este método tiene un fuerte impacto
negativo para la salud de las personas y el medio ambiente.
Pues los materiales utilizados pueden causar desde fugas considerables de metano hasta el
deterioro del revestimiento de los pozos. Pero veamos algunas más específicas:
Contaminación del agua
Este es uno de los riesgos más preocupantes. Y, puede suceder bien sea durante o después del
proceso de la extracción. Esto se debe a los productos químicos empleados por este método.
Asimismo, este peligro arraiga al momento de fracturar el
sustrato rocoso, causando así fisuras que alcancen también a los acuíferos.
En pocas palabras, esta situación puede afectar la calidad de una de las fuentes indispensables de
agua dulce para las personas.
Contaminación del aire
El proceso de fracking también puede afectar el aire que respiramos. Por ejemplo, las
fugas de metano que son emitidas por los pozos, tuberías, así como
los combustibles empleados, contribuyen a la contaminación de la misma.
Todo ello sumado a otros compuestos químicos usados, terminan en el aire siendo peligroso para
nuestro organismo.
Contaminación del suelo
Otra razón por la que fracking es riesgoso. El suelo puede perjudicarse por la cantidad de fluidos
que se inyectan en él durante este proceso.
Los derrames y los flujos del retorno resultan en una contaminación del suelo. Pues el uso de los
químicos en el área, hacen que quede inutilizable.
Actividad sísmica
El fracking puede provocar microsismos que se pueden detectar con herramientas de alta
sensibilidad. De hecho, se ha presentado un crecimiento de actividad sísmica en algunas zonas
donde se realiza este proceso.
La irrigación puede desequilibrar fallas geológicas causando terremotos.
Cambio climático
El 90 % del gas emitido por la fracturación hidráulica se compone de metano. Por lo tanto, puede
ocasionar un incremento de la temperatura a nivel mundial.
Es decir, las fugas de metano durante la extracción, favorece en gran medida a una aceleración del
cambio climático.
Por otro lado, se utilizan más de 500 productos químicos nocivos, de los cuales:
- 38 se consideran tóxicos agudos.
- 17 son perjudiciales para los organismos acuáticos.
- 8 poseen componentes cancerígenas.
- 7 son de elementos mutagénicos.
Sin embargo, se desconoce la composición de muchos otros productos.
Para finalizar, el fracking también ha beneficiado a las comunidades donde se ha implementado.
Sobre todo, en el sector económico y de empleo.
Si bien se han realizado estudios que demuestran las consecuencias que puede generar, todavía no
hay suficiente información para establecer qué tanto riesgo produce esta técnica.