Desertización, los
problemas de degradar el suelo
La erosión se extiende y amenaza zonas de alto valor ecológico y
más de 2.000 millones de espacios agrícolas y de pastoreo
Por Cristian Frers /WASTE MAGAZINE
El suelo es un recurso natural que corresponde a la capa superior
de la corteza terrestre. Contiene agua y elementos nutritivos que
los seres vivos utilizan. El suelo es vital, ya que el ser humano
depende de él para la producción de alimentos, la crianza de
animales, la plantación de árboles, la obtención de agua y de
algunos recursos minerales, entre otras cosas. En él se apoyan y
nutren las plantas en su crecimiento y condiciona, por lo tanto,
todo el desarrollo del ecosistema.
La erosión del suelo se está acelerando en todos los continentes y
está degradando unos 2.000 millones de hectáreas de tierra de
cultivo y de pastoreo, lo que representa una seria amenaza para el
abastecimiento global de víveres. Cada año la erosión de los
suelos y otras formas de degradación de las tierras provocan una
pérdida de entre 5 y 7 millones de hectáreas de tierras
cultivables. En los países subdesarrollados, la creciente
necesidad de alimentos y leña han tenido como resultado la
deforestación y cultivo de laderas con mucha pendiente, lo que ha
producido una severa erosión de las mismas. Para complicar aún más
el problema, hay que tener en cuenta la pérdida de tierras de
cultivo de primera calidad debido a la industria, los pantanos, la
expansión de las ciudades y las carreteras. La erosión del suelo y
la pérdida de las tierras de cultivo y los bosques reduce además
la capacidad de conservación de la humedad de los suelos y añade
sedimentos a las corrientes de agua, los lagos y los embalses.
Los problemas más comunes en relación al suelo tienen que ver con
las actividades de las personas. Al respecto, los problemas
directamente derivados del uso antrópico de los suelos son
actualmente muy severos. La erosión, la desertificación, la
contaminación, la compactación, el avance de las ciudades y
urbanización, y la pérdida de fertilidad, se encuentran entre los
problemas más graves que afectan hoy a los suelos. (...)
Erosión:
La erosión es la pérdida de suelo fértil, debido a que el agua y
el viento normalmente arrastran la capa superficial de la tierra
hasta el mar. El ser humano acelera la pérdida de suelos fértiles
por la destrucción de la cubierta vegetal, producto de malas
técnicas de cultivo, sobrepastoreo, quema de vegetación o tala del
bosque. Las prácticas productivas sin criterios de protección,
contribuyen en gran medida a que este problema se agrave cada día
más.
La degradación del suelo reviste gran importancia, porque su
regeneración es en extremo lenta. En zonas agrícolas tropicales y
templadas, se requiere de un promedio de 500 años para la
renovación de 2,5 centímetros de suelo.
El cultivo de tierras en lugares con pendiente aumenta la
posibilidad de agotamiento del suelo fértil, ya que es muy fácil
el arrastre de tierra por acción de la lluvia.
La actividad minera ha utilizado grandes cantidades de leña,
eliminando así la cubierta vegetal, imprescindible para la
protección del suelo. Estas prácticas se remontan a la época de la
colonia, cuando la deforestación acabó con ricas áreas forestales
y las aridizó.
La erosión también puede afectar ecosistemas lejanos, como los de
la vida marina. El suelo arrastrado al mar se deposita como
sedimento y cambia la composición del fondo marino, sepultando
vegetación y cuevas, y transformando el contenido químico de las
aguas.
Es importante destacar que la erosión del suelo, además de afectar
y alterar los ecosistemas, afecta seriamente a la gente y a la
economía de un lugar. Hay una relación directa entre la
disminución de la capacidad productora del suelo y la disminución
de los ingresos de la comunidad.
Contaminación:
Los suelos poseen una cierta capacidad para asimilar las
intervenciones humanas sin entrar en procesos de deterioro. Sin
embargo, esta capacidad ha sido ampliamente sobrepasada en muchos
lugares, como consecuencia de la producción y acumulación de
residuos industriales, mineros o urbanos.
Otra actividad con riesgo ambiental de contaminación de suelos es
la minería, por su poder modificador del paisaje y sus descargas
de residuos tóxicos..
El suelo también sufre la contaminación por residuos de pesticidas
y otros productos agroquímicos, como los herbicidas y los
fertilizantes. Algunos de ellos permanecen en el suelo, y desde
allí se integran a las cadenas alimenticias, aumentando su
concentración a medida que avanzan de nivel trófico.
La contaminación de suelos se da también por la mala eliminación y
ausencia de tratamiento de basuras. Otro problema grave se
presenta con los residuos industriales. El vertido ilegal de
residuos industriales constituya un serio problema de
contaminación del suelo.
Desertificación:
La desertificación es la intensificación de la aridez. Cabe
destacar que este término se utiliza para describir procesos
causados por los seres humanos. En cambio, otro concepto llamado
"desertización", se utiliza para describir el proceso natural de
la formación de desiertos. La desertificación, definida como la
intensificación de las condiciones desérticas y el decrecimiento
paulatino de la productividad de los ecosistemas, es generada
principalmente por el ser humano, que actúa sobre un medio frágil
y lo presiona en exceso para obtener su sustento.
Cuando se tala vegetación para despejar tierras o usar leña, la
capa fértil del suelo es expuesta a la lluvia y al sol, la corteza
del suelo se endurece y se seca, impidiendo la infiltración de más
agua. Así comienza el proceso de desertificación, ya que disminuye
la filtración acuosa a depósitos subterráneos, y la capa de suelo
superficial se erosiona y se convierte en estéril.
Las principales causas de desertificación son la agricultura de
secano y riego, la erosión hídrica y eólica, los cambios
climáticos, el sobrepastoreo, la deforestación, los incendios
forestales, la extinción de especies nativas de flora y fauna, y
la expansión urbana.
Perdida de fertilidad por monocultivo y salinización:
Cuando se siembra la misma especie cada año, la tierra se
deteriora. El trigo agota el nitrógeno y otros nutrientes del
suelo. Si se continúa cultivando trigo en la misma tierra,
disminuye la producción cada año. El monocultivo de especies
forestales también es un problema por la misma razón. Se está
viendo que el replante de pinos en el mismo terreno ya no es tan
rentable, porque en la segunda y tercera plantación disminuye el
ritmo de crecimiento de los árboles. Además de agotar las tierras,
el monocultivo multiplica algunas plagas, pues éstas pueden contar
siempre con el tipo de alimento al que están adaptadas.
La salinización del suelo es la acumulación de sales provenientes
del agua de regadío y de los fertilizantes usados. Debido al
exceso de sales, el suelo pierde la fertilidad.
Urbanización:
La urbanización es el avance y crecimiento de las ciudades y la
edificación de nuevas poblaciones, las que generalmente se ubican
sobre suelo fértil. De esta forma se pierde el mejor suelo
agrícola, se impide la recarga de los depósitos de agua
subterránea y se destruye mucha microflora y microfauna que vive
en el suelo. Una gran parte de los suelos con alto potencial
agrícola de muchos países se encuentran dentro de límites urbanos
y el rápido crecimiento de las urbes amenaza las tierras.
Compactación:
La compactación del suelo se produce por el paso de personas,
animales y vehículos en forma repetida por el mismo lugar. Esto
provoca la desaparición de los espacios existentes entre las
partículas del suelo, lo cual disminuye la cantidad de oxígeno
presente y, por ello, la microflora y microfauna..
La degradación de los suelos es como una crisis silenciosa que
esta avanzando tan rápidamente en América Latina que pocos países
tienen la esperanza de alcanzar una agricultura sostenible en un
futuro próximo. Es un problema que, a pesar de estar amenazando la
subsistencia de millones de personas en la región, tiende a ser
ignorado por los gobiernos y la población en general.
Los Gobiernos nacionales, provinciales y locales tienen la
responsabilidad urgente de crear una mayor conciencia en la
población acerca del deterioro de los recursos de tierras y de su
efecto negativo sobre la producción agrícola y la economía de sus
países.
Las causas de la degradación de suelos tienen su origen en
factores socioeconómicos, en la sobre-explotación de la capacidad
de uso de las tierras y en prácticas de manejo de suelo y agua
inadecuadas.
La información disponible de investigación sobre los tipos,
causas, grado y severidad de la degradación de tierras es todavía
insuficiente en la mayoría de los países de América Latina. Esta
falta de información dificulta enormemente la identificación y la
puesta en práctica de estrategias efectivas de conservación y
rehabilitación de tierras.
Para superar los problemas mencionados, se deben considerar
soluciones que impliquen una acción inmediata y, también, métodos
de prevención para impedir mayor deterioro futuro. Parte del
deterioro causado lo puede solucionar la naturaleza misma con sus
ciclos naturales. Por ello la acción del ser humano debiera
contribuir a crear las condiciones necesarias para que la
naturaleza emprenda su obra de restauración. Sin embargo,
recuperar el suelo una vez que éste ha sido destruido es un
proceso lento si se lo deja sólo a su ritmo natural, y muy costoso
si se trata de acelerarlo. Por lo tanto, lo más razonable es
evitar que se destruya el suelo.
Cristian Frers.
Técnico Superior en Gestión Ambiental.
Técnico Superior en Comunicación Social.
Tte. Gral. Juan D. Peron 2049 7mo. "55".
(C1040AAE) Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
República Argentina.
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