La
problemática del entorno
El progreso tecnológico, por una parte y el acelerado crecimiento
demográfico, por la otra, producen la alteración del medio,
llegando en algunos casos a atentar contra el equilibrio biológico
de la Tierra
Por Cristian Frers- WASTE MAGAZINE
Una de las preocupaciones más importantes de nuestro tiempo es la
calidad ambiental del entorno. Se sabe que es fácil y con
frecuencia inútil, caer en la interminable enumeración de
problemas y catástrofes ambientales que soporta nuestro Planeta.
Describir calamidades no es agradable, ni para el que las cuenta,
ni para el que las escucha, pero únicamente la información y la
concientización puede corregir situaciones equivocadas y mitigar
sus consecuencias.
La lucha contra la contaminación del aire, de las aguas
continentales y marítimas, del suelo, así como la defensa del
paisaje, la restauración y mejora de las zonas de interés natural
y artístico, la protección de la fauna y de la flora, el
tratamiento y eliminación de los residuos, la defensa de las zonas
verdes y espacios libres, la reinstalación de industrias fuera de
las zonas urbanas, la congestión del tráfico urbano, la lucha
contra el ruido y tantas otras cuestiones, no son sino aspectos
parciales e interrelacionados que han de tenerse en cuenta al
abordar el tema de la defensa del ambiente.
Se entiende por medioambiente o medio ambiente al entorno que
afecta y condiciona especialmente las circunstancias de vida de
las personas o la sociedad en su conjunto. Comprende el conjunto
de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar
y un momento determinado, que influyen en la vida del hombre y en
las generaciones venideras. Es decir, no se trata sólo del espacio
en el que se desarrolla la vida sino que también abarca seres
vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos,
así como elementos tan intangibles como la cultura.
Si no tenemos en cuenta estos valores naturales, sociales y
culturales, es muy probable que esto presuponga un costo que suele
ser muy gravoso para la comunidad, como:
1) Pérdida de los recursos: Al contaminarse los recursos ya no
pueden volver a ser utilizados. Un lago o un río altamente
contaminado ya no podrán proporcionar agua para riego ni usarse
para el consumo humano.
2) Costo para suprimir y controlar la contaminación: Hay que
pensar simplemente en cuanto se debe gastar para recuperar un
ambiente contaminado, como un río o un lago.
3) Costos de salud: Este es el aspecto que hace reaccionar más
rápidamente a la población. Ya que estos costos significan gastos
médicos y gastos por pérdida de horas de trabajo.
El ser humano se encuentra en constante interrelación con su
entorno. Cuando éste le produce algún perjuicio es que se habla de
problemas ambientales. Estos pueden provenir directamente de la
naturaleza, cuando el hombre se instala en sitios cuyos procesos
naturales lo perjudican; o bien tener su origen por causas humanas
o antrópicas, es decir, que el hombre interviene en los ciclos
naturales generando un daño que, finalmente, se vuelven contra él
mismo.
El progreso tecnológico, por una parte y el acelerado crecimiento
demográfico, por la otra, producen la alteración del medio,
llegando en algunos casos a atentar contra el equilibrio biológico
de la Tierra. No es que exista una incompatibilidad absoluta entre
el desarrollo tecnológico, el avance de la civilización y el
mantenimiento del equilibrio ecológico, pero es importante que el
hombre sepa armonizarlos. Para ello es necesario que proteja los
recursos renovables y no renovables y que tome conciencia de que
el saneamiento del ambiente es fundamental para la vida sobre el
planeta.
Cuando tratamos temas ambientales, muchas veces se comete el error
de verlos de manera fraccionada o hasta secundaria. Se insiste con
la imagen de los ambientalistas como críticos de toda tecnología
que llevarán a todos a la pobreza. Pero en realidad, los
ambientalistas examinan las consecuencias de las tecnologías, y
apuesta a aquellas que mejoran la calidad del ambiente y de la
salud.
La pregunta del millón es saber si son compatibles un ambiente
finito con unas necesidades humanas que se plantean como
ilimitadas. La conclusión nos llevaría a aceptar que es posible
definir que el mundo y todo lo que en él existe, es finito, no así
las necesidades humanas, ya que sobre el umbral de satisfacción de
las necesidades básicas se pasa a hablar de deseos, los que sí son
infinitos. El tiempo de los procesos ambientales son más largos
que el tiempo de los procesos sociales y económicos que necesitan
los seres humanos, puesto que la regeneración de un bosque puede
demorar 75 años o más, el tiempo necesario para evaluar los
impactos de las inversiones, muchas veces, no exceden de los cinco
o diez años.
En la Argentina el análisis y monitoreo del ambiente son
prácticamente inexistentes en el caso de la mayoría de los
contaminantes. Como resultado de ello, no hay una base adecuada
sobre la cual adoptar decisiones informadas acerca del manejo del
ambiente. En general, los problemas de la contaminación industrial
y urbana en el país no son insuperables. Debido a que el ambiente
sufrió descuido por mucho tiempo, muchas de las opciones de bajo
costo para reducir la contaminación todavía no se han puesto en
práctica. Sin embargo, a menos que se adopten medidas correctivas
es probable que los problemas de la contaminación se hagan mucho
peores; al continuar la urbanización y la industrialización, la
contaminación creciente de los hogares urbanos como el problema de
las aguas servidas, la basura y las emisiones de los vehículos,
combinadas con las descargas industriales, aumentará la amenaza a
la salud pública, erosionará los atractivos de las ciudades como
lugares de inversión y posiblemente afectará el comercio de las
exportaciones argentinas.
Como es bien conocido en los últimos 150 años, el planeta ha
cambiado la estructura natural de su atmósfera y su hidrosfera más
que en todo el tiempo, millones de años, que tiene de existencia.
Por esta razón la adecuada protección y conservación del ambiente
representa uno de los retos más importantes a los que se enfrenta
la humanidad. Es evidente que se necesitan cambios drásticos y
normas muy estrictas si se quiere conservar la calidad de vida en
el planeta. Como miembros de la sociedad debemos participar en
forma activa en la creación de leyes y reglamentos que tengan un
impacto benéfico para el ambiente, nuestra salud y la economía. Es
importante señalar que las soluciones al problema del ambiente
están más cerca de lo que uno cree, ya que es posible en nuestra
vida cotidiana contribuir con actividades sencillas a mejorar
nuestro entorno, como por ejemplo, consumir productos no
contaminantes, disminuir el uso del automóvil, separar los
desechos reciclables en el hogar, crear espacios verdes, entre
otras medias. Es precisamente aquí donde se manifiesta en forma
más categórica el hecho de pensar globalmente, pero actuar
localmente.
Creo que si se pudiera expresar en una sola frase la reflexión
colectiva, esta debería ser: Por los dioses que hemos hecho con el
Planeta Tierra...! Solo con una actitud así, colocándonos
humildemente ante la culpa y asumiendo la obligación de
recomposición podremos asegurar que con cada nuevo día que
transcurra el Planeta no sea más sombrío.
Cristian Frers - Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico
Superior en Comunicación Social
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